sábado, 10 de noviembre de 2012

Silenciarlo o desprestigiarlo



Grandes diarios reflejaban que, según la UNESCO, “pocos países de América Latina están en el buen camino para lograr (las metas de) Educación para Todos en 2015”. Pero cuidándose de no mencionar que Cuba es, entre estos pocos países, el más destacado.
Cuba ocupa el lugar 16 entre 120 estados del mundo en lo que respecta al llamado Índice de Desarrollo de la Educación para Todos (IDE), según un reciente informe de la UNESCO (la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) presentado en octubre (2). Este índice combina la tasa de escolarización en primaria; la tasa de alfabetización de personas adultas; la paridad e igualdad de género en educación; y la tasa de pervivencia escolar hasta el quinto grado.
En esta clasificación, Cuba es la primera nación de América Latina y el Caribe, y supera a países ricos, como Estados Unidos, Dinamarca, Australia, Bélgica, Alemania o Israel.
El informe también avala la gran inversión material en educación que realiza Cuba, el 9,3 % de su Producto Nacional Bruto, frente al 4,1 % de media en la región (3).
Estos resultados eran refrendados por Herman van Hooff, director de la oficina de Educación de la UNESCO para Latinoamérica y el Caribe, quien elogiaba la "calidad de la educación" en Cuba y el "compromiso de las autoridades con los programas en ese sector" (4) (5).
En la presentación del Informe, realizada en la capital de Chile, Martín Hopenhayn, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), afirmaba que “si uno mide por los indicadores más clásicos, Cuba es el país más adelantado y el que más invierte en educación” (6).
Pero los pocos medios internacionales que hicieron alguna mención al citado informe de la UNESCO, ignoraron completamente las alusiones a Cuba de los citados altos funcionarios de Naciones Unidas.
El diario español ABC, en su edición web, titulaba que, según la UNESCO, “Pocos países de América Latina lograrán Educación para Todos en 2015” (7). Hacía un relato de los graves problemas en la región, pero sin mención alguna a los avances de Cuba.
El diario también español El País se centraba en los problemas de la educación en España, y a continuación afirmaba que “el panorama en América Latina no es mucho mejor (8). (...) Muchos países de la zona se encuentran muy rezagados. Pocos están ‘en el buen camino’, lamenta la Unesco”. Pero estos “pocos países en el buen camino” no aparecen citados. La razón es evidente: sería muy duro para la redacción de El País reconocer que Cuba –habitual blanco de sus ataques- es uno de ellos.
Otros medios, como el portal argentino Infobae, seguían el mismo patrón informativo, mencionando los problemas globales de la región, citando la existencia de unos ‘pocos países (que) están en el buen camino” e ignorando absolutamente a Cuba (9).
El citado Informe de Seguimiento de la Educación Para Todos en el Mundo 2012, de la UNESCO, levantó ronchas también entre la llamada “disidencia” cubana. A las pocas horas de su presentación, la famosa bloguera Yoani Sánchez lanzaba constantes mensajes en Twitter descalificando a la UNESCO (10). Según la actual corresponsal no acreditada del diario El País en La Habana, la educación en Cuba –que es avalada como “de calidad” por esta institución de Naciones Unidas- solo es “adoctrinamiento ideológico”. 
Y es que, evidentemente, la educación en Cuba, desde la enseñanza primaria a la universidad, está impregnada de ideas y valores hegemónicos. Son los de la fraternidad, la igualdad social, la participación, el antirracismo, la solidaridad, el internacionalismo y la rebeldía antiimperialista. Exactamente los contrarios a otros como la competencia, el individualismo o el culto al éxito, eje y centro del sistema de valores culturales y educativos de las “democracias de mercado”.

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