sábado, 31 de diciembre de 2016

Falta de Voluntad política niega reparación a víctimas de violaciones de DDHH



Por Sandra Rodríguez

Desde hace décadas el Estado de Honduras mantiene deudas pendientes con víctimas de violaciones a los derechos humanos, pese a las sentencias emitidas el sistema interamericano de justicia, al parecer no hay voluntad para aceptar que ha cometido errores, provocando con ello la repetición de los hechos y aumentado la carga de impunidad.

Es por ello que, en julio del 2015, se formó la Mesa de Seguimiento a las Sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Co-IDH, integrada por diez organizaciones defensoras de DDHH que representan siete casos cuyas sentencias están sin cumplir a cabalidad.

Sus integrantes son la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH), Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de Víctimas de la Tortura (CPTRT),  Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación de la Compañía de Jesús en Honduras (ERIC-SJ), Casa Alianza-Honduras, Caritas diocesana de San Pedro Sula, Pastoral Penitenciaria, Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), Familia de Carlos Luna, y la Asociación de Jueces por la Democracia (AJD).

Las organizaciones dan seguimiento a determinados casos, por lo que la Mesa de Seguimiento surge con la necesidad de hacer que el Estado de Honduras cumpla con las resoluciones de la Co-DH,  que llevan varios años en espera de su ejecución, explicó Mery Agurcia, del COFADEH, que representa el caso de la detención forzada seguida de ejecución de Juan Humberto Sánchez, en julio de 1992, y sentenciado el Estado de Honduras  el 7 de junio del año 2003.

“Uno de los –casos- más viejos es el de Juan Humberto Sánchez, desde el 2003,  y el Estado de Honduras no ha cumplido con todas las resoluciones y mandatos que ordenó la Co-IDH, para que el Estado de Honduras evitara que hubiera nuevas desapariciones forzadas”, agregó Agurcia.

Según la resolución de la Corte, en el numeral 10 establece que “el Estado debe continuar investigando efectivamente los hechos del presente caso en los términos del párrafo 186 de la presente Sentencia, identificar a los responsables tanto materiales como intelectuales, así como a los eventuales encubridores, y sancionarlos administrativa y penalmente según corresponda; que los familiares de la víctima deberán tener pleno acceso y capacidad de actuar, en todas las etapas e instancias de dichas investigaciones, de conformidad con la ley interna y las normas de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; y que los resultados de las investigaciones deberán ser públicamente divulgados.”

Cabe mencionar que el Estado cumplió –por ejemplo- con la parte quizás más fácil para los Estados, es la parte pecuniaria, pero no con los más importante como es un registro nacional de detenidos, una investigación seria, imparcial y eficaz que lleve a investigar las cadenas de mando que provocaron la muerte de Sánchez.

Lo mismo ha ocurrido con los casos “Servellón y Otros”, (ejecución extrajudicial de cuatro jóvenes en Tegucigalpa, en 1995) conocido también como “Cuatro Puntos Cardinales”, cuya sentencia fue emitida el 21 de septiembre del 2006,  que da seguimiento Casa Alianza; o el caso Pacheco Teruel y otros, (sentencia emitida el 27 de abril de 2012, encontrando a Honduras responsable internacionalmente por la muerte de 107 internos privados de libertad, con motivo del incendio ocurrido el 17 de mayo de 2004 en la bartolina o celda No. 19 del Centro Penal de San Pedro Sula).

Así mismo pasa con caso de la ambientalista Blanca Jeannette Kawas Fernández, (asesinada el 6 de febrero de 1995), el estado de Honduras fue sentenciado el 3 de abril del 2009, y el caso lo representa el ERIC y CEJIL, parte de las reparaciones fue nombrar el parque nacional “Punta Sal” con su nombre, sin embargo no se le da el cuidado oportuno, siendo amenazado con incendios forestales como el de marzo pasado que tardó cinco días en ser apagado.

PGRAgurcia también mencionó el caso del líder garífuna Alfredo López Álvarez, quien fue privado de su libertad personal a partir del 27 de abril de 1997 hasta el 26 de agosto del 2003, acusado por posesión y tráfico ilícito de estupefacientes; el 7 de noviembre del año 2000 el juez que conocía la causa le dictó sentencia condenatoria que fue anulada el 2 de mayo de 2001 por la Corte de Apelaciones de la ciudad de La Ceiba; ésta ordenó retrotraer el juicio a la etapa del sumario, y el 13 de enero de 2003 el Tribunal de primera instancia dictó nueva sentencia, confirmada por la Corte de Apelaciones de la Ceiba, que lo absolvió. Este caso es representando por el ERIC.

Y el caso más reciente es el de los jueces despedidos por manifestarse en contra del Golpe de Estado del 2009, representado por la AJD, quienes se integraron después de una audiencia conjunta que la Mesa solicitó a la Co-IDH cuando celebró sesiones en Honduras, en agosto del 2015, aclaró Agurcia.

Esta audiencia se solicitó porque había mucha preocupación entre las organizaciones sociales,  y fue concedida pese a que la Corte no suele dar audiencias en el país anfitrión, pero en esta ocasión hizo una celebración por una audiencia diferente, no por un caso concreto sino por todos los casos que se conocían agrupándolos en tres bloques: investigaciones, centros penitenciarios y registro de detenidos, y defensores de DDHH (Carlos Escaleras, Jeannette Kawas  y Carlos Luna), en todos esos casos la Co-IDH le ordena al Estado que genere organismos para la seguridad de defensores ambientales, ahí hace una deferencia bien clara, “dice para defensores ambientales”, exaltó Agurcia, pero el Estado nunca generó un mecanismo a pesar de que era una orden.

En los últimos diez años, 102 personas defensoras de derechos ambientales han sido asesinadas, y de esos solo tres ha conocido la Co-IDH. Eso es grave, porque entonces los defensores ambientales están en total indefensión, realizando su trabajo en total inseguridad, continuó la procuradora de ddhh del COFADEH.

El Estado se aprovechó de la exigencia de la comunidad de ddhh en Honduras que exigía desde el año 2009 en adelante una ley de protección y un mecanismo para proteger a defensores, entonces en el preámbulo de la ley para protección de defensores de DDHH, le agregó “ambientalistas”, pero resulta que cuando uno lee todo el articulado de la Ley desparecen los ambientalistas, y además el Mecanismo aún está en proceso, no ha sido aprobado y ese es el que el Estado ha presentado como cumplimiento de esa sentencia, lo cual no ha  sido de su voluntad, sino una exigencia de la sociedad civil.

Sin interés por aceptar errores

Por lo antes expuesto, la Mesa de Seguimiento ha tomado en total siete sentencias de la Co-IDH, cuyo término de cumplimiento se ha vencido.

Hay situaciones que el Estado puede resolver, como restituir en sus puestos a los jueces despedidos Adán Guillermo López Lone, Luis Chévez de la Rocha, Ramón Barrios y la magistrada Tirza Flores Lanza.

Es ilógico no hacerlo, porque esas plazas estaban ahí, lo único que tiene que hacer es remover a quienes están ocupando dichos puestos, reubicarlos, y si los despide indemnizarlos, porque los que están ocupando la plaza tampoco tienen la culpa que el Estado haya despedido de forma incorrecta a los jueces que ganaron la sentencia, explicó Agurcia.

“Entonces es simplemente falta de voluntad del Estado de cumplir con una sentencia que le manda a reparar el daño causado”.

El gran problema es que el Estado cumple con todo aquello que no le genera costo, como pagar las indemnizaciones pecuniarias, colocar una placa de hierro colado que después se pierde o se destruye, colocar el nombre de la víctima a un parque o una calle, y que después nadie sabe ni porqué la calle se llama así.

Al Estado le afecta lo que tiene costo político, por ejemplo restituir en sus puestos a los jueces, generar un mecanismo que registe las detenciones ilegales en el país como lo indica en las sentencia de Juan Humberto Sánchez, o mejorar los centros penales que es la sentencia de Alfredo López Álvarez. Si bien, el Estado está diciendo que cumple con esa sentencia haciendo más centros penales, pero ¿estos reúnen las condiciones que la Co-IDH ordena en relación a garantías de ddhh a las personas privadas de libertad? Interrogó Agurcia.

“El pozo” en Santa Bárbara,  es uno de los centros penales que el Estado de Honduras dice que lo ha construido en cumplimiento de la sentencia López Álvarez, pero lo que está generando es graves violaciones a los ddhh;  y las declaraciones del presidente Juan Orlando Hernández lo demuestra, desde septiembre del año pasado viene haciendo una campaña de descrédito contra las organizaciones que defienden los derechos de las personas privadas de libertad, eso genera una tendencia maliciosa, cuando dice que las víctimas de “los mareros” que están en El Pozo también tienen derecho.

“Pero nadie dice lo contrario, el Estado de Honduras no puede convertirse en un vengador,  lo único que tiene que hacer es aplicar la Ley y cumplir con las recomendaciones que la Co-IDH ha emitido”, agregó Agurcia a defensoresenlinea.com.

Entonces las organizaciones que litigamos ante el Sistema Interamericano en la demanda de justicia, exigimos que el Estado cumpla con las sentencia a cabalidad, de lo contrario no se mejorará la situación estructural del país. Ir al sistema interamericano no es buscar castigar al estado sino que mejore la infraestructura en materia de ddhh.

El plazo es que el Estado cumpla con las sentencias

La Mesa de Seguimiento a las Sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Co-IDH, ha presentado observaciones conjuntas a los informes del Estado, ruedas de prensa, análisis del estado de cumplimiento de las sentencias, y está planificando acciones como colocar ante los organismos internacionales que supervisan el cumplimiento de ddhh del Estado de Honduras,  presentarles un informe sobre estos casos y que le exijan información y emitan recomendaciones al Estado en esa materia.

Se considera que en el Sistema Interamericano de justicia haya unos 60 casos de violaciones de derechos humanos de parte de Honduras a partir de los años 90. Antes solo se presentó el caso de la desaparición forzada (1981) de Manfredo Velásquez y Saúl Godínez Cruz (1982), primera sentencia por desaparición forzada, emitida el29 de julio de 1988, y fueron representados por el COFADEH.

Mery Agurcia, reiteró que por  falta de voluntad política, el Estado no cumple en materia de DDHH, las sentencias, pese que algunas son amparadas en jurisprudencia interamericana, o sea,  casos contra Honduras más los casos de cualquier otro países que generen jurisprudencia, el Estado está utilizando eso y también lo utilizó la Sala Constitucional para fallar en las dos sentencias sobre el tema de la reelección ¿Pero que pasa con nuestras sentencias, porque no están cumpliendo con las nuestras? porque hay un coste político que no lo quiere pagar.

Y es que aceptar ese coste político sería decir “yo cometí este error” pero eso más bien les abona en materia de derechos humanos.

Los estados violan los ddhh pero lo pueden hacer de dos maneras: con una política de Estado y la otra porque son conductas autoritarias arraigadas en sus agentes, pero en el caso de Honduras, pareciera que hay una política de Estado para violar los ddhh y ese es el gran problema.

Para que la democracia sea democracia



Por Luis Toledo Sande

Desde que se acuñó para nombrar una forma de funcionamiento social en la Grecia culta y fértil, pero esclavista, el término democracia —etimológicamente, poder del pueblo— ha venido cargando con realidades y embustes, logros y manquedades, en proporciones varias. Así y todo, constituye un desiderátum de la mayor importancia para la humanidad. Pero causa espanto el atolladero a que ha llegado su uso en las versiones privilegiadas en el mundo por los medios imperantes, instrumentos de los poderosos.
En medio de una realidad en que los intereses imperiales fomentan guerras, genocidios, actos terribles como los sufridos por las masas de emigrantes echados de sus tierras por los conflictos bélicos y la pobreza que estos agravan, cuando en muchas partes asoman las garras del fascismo, sobran ejemplos para ilustrar la falsedad de quienes medran falseando y haciendo fracasar la democracia. Dos casos palmarios son el de los Estados Unidos, autopromovido e incluso aceptado por muchos como supuesto paradigma de la democracia, y el de España, en pose de imitar el modelo estadounidense.

El primero de ellos sobresale como tutor mandón, OTAN mediante; el segundo, como engendro patético, como zarzuela mala. Ambos ignoran los derechos de los pueblos, incluidos los suyos, y en el europeo las fuerzas dominantes —o vicedominantes, porque se supeditan a las del Norte— imitan a la potencia que hoy las coyundea y en 1898 humilló a sus predecesoras. Para colmo, se ha implantado como supuesto recurso para garantizar la estabilidad —preparado por el cabecilla fascista que sumió al país en sangre y luto y urdió la transacción “democrática”— nada menos que una monarquía, forma de gobierno caduca raigalmente incompatible con la democracia verdadera.

Allí alternan en la casa de gobierno el partido cuya cúpula ha traicionado los rótulos socialista y obrero de su nombre, y el que, también usurpando una denominación que no le pertenece,popular, encarna la continuidad del llamado Bando Nacional, el que llevó al poder al caudillo asesino. Tal es el partido que recientemente ha logrado seguir habitando La Moncloa, tras episodios comparables en la imaginación cubana como un San Nicolás del Peladero carente de gracia, trágico.

En los Estados Unidos la más reciente campaña por el voto presidencial mostró una vez más, reforzada incluso, la realidad descrita por José Martí al hablar de política y elecciones en esa nación: “no se ha peleado a lo púgil, sino a lo serpiente”. En la pugna se enfrentaron otra vez los representantes del partido demócrata y el republicano, nombres tan intercambiables en esencia como las organizaciones políticas designadas con ellos.

En la continuidad del secular modo de hociquear en la contienda por ocupar la Casa Blanca se enfrentaron, de un lado, una intervencionista que envuelve en porte elegante su alma asesina y, del otro, un ser que, con su burda catadura neroniana, encarna la decadencia, peligrosa y en marcha, del imperio. Su desempeño, si no lo liquidan por el camino, llegará —al igual que llegaría el de su adversaria si ella hubiera ganado— hasta donde se lo permitan los dueños del negocio terrible que él representará como presidente.

Modelos tales encarnan miseria moral para los pueblos del mundo en cualquier época, y máxime cuando las reglas impuestas se emplean en función de estratagemas neoliberales como las que han primado en el Brasil de un turbio golpe de estado parlamentario. También en Argentina, donde la derecha capitalizó recursos en los cuales se incluyó una falaz maquinaria propagandística.

Así las fuerzas de la reacción consiguieron que el pueblo apareciera como protagonista de un hecho costoso para la inmensa mayoría: ponerse la soga en su pescuezo con la elección de un presidente que obedece al imperio y a la oligarquía intestina, de la que forma parte. Como la maniobra perpetrada en Brasil, la de Argentina corrobora cuán antidemocrática puede ser, capitalismo por medio, la llamada democracia.

Esos triunfos de la derecha —tras los cuales es fácil adivinar o ver el empuje de fuerzas que en el Norte son capaces de alternar, cuando les conviene, la zanahoria que manipulan y el garrote que las caracteriza— la han envalentonado todavía más en el afán de derrocar gobiernos que no le hacen el juego al imperio ni, por tanto, a ella. Ocurre en la Bolivia del Movimiento al Socialismo y en el Ecuador de la Revolución Ciudadana y, señaladamente, en la Venezuela del proyecto bolivariano.

Los dirigentes revolucionarios en ese país, ahora con Nicolás Maduro al frente y también apoyados por la mayoría de la población, han conseguido contener, con un denuedo que asombra y conmueve, la ofensiva contrarrevolucionaria y criminal apoyada por el imperio. Es una ofensiva comparable al menos con la que en Chile frustró por la fuerza el experimento pacífico del gobierno de la Unidad Popular, encabezado por Salvador Allende.

Hasta ahora la diferencia entre ambas realidades la va marcando el hecho de que en Venezuela no ha prosperado un golpe militar como el representado por Augusto Pinochet en Chile. Pero los intentos de acabar con el afán bolivariano se comprobaron fehacientemente incluso en vida de Hugo Chávez, contra quien se orquestó un golpe respaldado por fuerzas foráneas. En ellas descolló el Partido Popular español y, sobre todo, el imperio al que esa organización política sirve, como sirven los cabecillas de la contrarrevolución que actúa dentro de Venezuela.

Agredida, bloqueada, calumniada, asediada por ese mismo imperio, que viola los derechos humanos y la legalidad internacional, Cuba se ha mantenido firme, gracias a una Revolución a la que el pueblo le ha dado un apoyo ampliamente mayoritario, y no por casualidad ni como fruto de un supuesto milagro. Esa Revolución llegó al poder tras una lucha armada que le permitió desmantelar la maquinaria gubernamental impuesta por una burguesía que calculó mal al irse para los Estados Unidos, suponiendo que pronto volvería para recuperar su posición. El pueblo, por su parte, vio en la obra revolucionaria un rumbo verdaderamente democrático.

El 16 de abril de 1961, en el entierro de los mártires de los bombardeos con que en la víspera la CIA intentó destruir parte importante de las fuerzas con que Cuba podría defenderse contra la invasión desatada el 17, el líder Fidel Castro Ruz declaró que la Cubana era ciertamente una Revolución de los humildes, con los humildes y para los humildes: es decir, encarnaba en los hechos el poder del pueblo, esencia de la democracia.

Desde el alba de 1959 el pueblo cubano tenía evidencias de que se estaba cumpliendo el Programa del Moncada. Lo mostraba cuanto se hacía en el terreno de la educación y la salud, en el laboral y en el de la dignidad basada en la conquista de la soberanía que el imperio le había arrebatado al país en 1898, con la oportunista intervención que impidió que Cuba alcanzara la victoria que merecía contra el colonialismo español.

Para defender a su patria contra la invasión mercenaria, preparada y financiada por la CIA, y que fue aplastada en menos de setenta y dos horas, lucharon en Playa Girón soldados y milicianos —pueblo uniformado— que sabían necesario salvar y cuidar logros como la Campaña de Alfabetización en marcha, gracias a la cual el año 1961 finalizó con la proclamación de Cuba como país libre de analfabetismo. Ese fue el bautizo grandioso de una obra educacional en ascenso, que prepararía al pueblo para defender sus derechos contra todas las fuerzas que quisieran arrebatárselos.

Hace unos años, en medio de las calumnias contra Cuba, profesionales de diferentes países dialogaban en un debate, y uno de ellos —digamos que equivocado, víctima de la campaña mediática que la nación caribeña ha tenido que enfrentar sin descanso durante más de medio siglo— tildó de dictatorial al gobierno cubano. Entonces una colega española, haciendo acopio de claridad y de fina ironía, le respondió: “Pues se le debe impartir un curso al gobierno de Cuba para que aprenda a ser una dictadura, porque mal va el dictador que lo primero que hace es buscar y conseguir que su pueblo se instruya”.

La obra de educación, cultura y ciencia desarrollada por la Revolución Cubana con un denuedo superior a sus recursos materiales, no solamente le ha dado al país una fuerza laboral altamente capacitada. También lo ha dotado de un ejército —el pueblo— preparado para enfrentar con armas y pensamiento, en trincheras de piedra y de ideas, las campañas enemigas, y para hacerlo con la claridad de quien sabe dónde está lo que debe defender. Una Revolución que rinde culto filial a José Martí sabe, como dijo él, que “ser culto es el único modo de ser libre”.

Algunos habrán creído, o posado como que lo creían, y hasta intentado propalarlo como cierto, que la fuerza de esa Revolución había desaparecido o se difuminaba en medio de carencias internas provocadas por un criminal bloqueo que perdura. Pero no les habrá quedado más remedio que ver la reacción de la inmensa mayoría de este pueblo ante la muerte de su Comandante, las claras, resueltas expresiones de la voluntad de mantener vivo su legado y continuar una obra revolucionaria irreductible a los designios del mercado y al sometimiento en que los imperialistas quisieran y en vano han intentado sumir a Cuba. Habrán podido ver también la solidaridad de los pueblos del mundo con ella.

Tanto como la Revolución Cubana tiene el derecho y el deber de defenderse, y hacerlo con la mayor lucidez posible, asume igualmente la misión de salvar la cultura de la nación, que en ella tiene —así la definió el Comandante— su mayor escudo. Esa cultura no se agota en la riqueza artística y literaria cosechada: abarca un patrimonio más amplio, en el que están inscritos los valores éticos que han sido y han de seguir siendo el pilar de la obra revolucionaria y del acervo cultural de la nación en su conjunto.

No es fortuito, sino orgánico, el llamamiento de la propia dirección de la Revolución al pueblo para que fortalezca su participación activa y consciente en el ejercicio de la democracia. Sin él, la Revolución sería un logro bamboleante, fácilmente derribable con sacudidas mucho menores que las propulsadas contra ella por las fuerzas imperiales. De ahí la necesidad de fortalecer el funcionamiento democrático, participativo, con que el pueblo la lleva a cabo, y no contentarse con saber que ante la grandeza y la índole popular de su obra deberían al menos guardar silencio, si tuvieran pudor, los voceros de la falaz democracia burguesa que intentan desacreditarla.

Los lemas “¡Yo soy Fidel” y “¡Somos Fidel!” expresan apoyo, voluntad de participación en el cuidado cotidiano de las conquistas y los requerimientos de la Revolución. Significan que, lejos de menguar, esa voluntad crece ante la ausencia física del dirigente en quien el pueblo intuía que podía delegar en gran medida, con plena confianza, la responsabilidad de mantener bien orientada la Revolución. A partir de ahora no debe quedar resquicio al que no llegue el sentido colectivo, a fondo, de la democracia plena que se necesita para que el legado revolucionario perdure en marcha hacia un futuro que debe y merece ser victorioso.

No se sirve en Cuba, ni se ha de servir, a rejuegos para que accedan al poder millonarios o aspirantes a millonarios que representan a los opresores y ellos mismos lo son. La cultura revolucionaria de la nación garantiza que aquí no haya magnates que encuentren espaldas de pobres sobre las cuales sentarse. Eso, cualesquiera que sean los ropajes con que el opresivo sistema se vista, ocurre diariamente en los países que, dominados por el capitalismo, presiden a escala planetaria la violación de los derechos humanos.

Esa realidad es medularmente ajena a un pueblo como el de Cuba, preparado para saber cuáles son sus derechos, y defenderlos. Se trata de un pueblo instruido, formado —como debe serlo crecientemente— en el conocimiento de su historia, y de la historia de sometimiento en que lo quisieran hundir otra vez y para siempre los mismos que lo sumieron en ella desde 1898 hasta el 1 de enero de 1959, y ahora lo invitan a olvidarla.

No olvidará su historia la Revolución que ha abierto caminos necesarios para que ciertamente democracia signifique democracia, no campañas de serpientes al servicio de la opresión nacional e internacional.

Magnífico artículo, declaraciones o denuncias del periodista y escritor Ignacio Ramonet



Por Pedro Echeverría V.

1. Magnífico artículo, declaraciones o denuncias de Ignacio Ramonet que la Jornada Nacional publicó el día de hoy viernes 9. Pensé que esto “la uniformidad mediática aplasta toda diversidad, censura cualquier expresión divergente y sanciona a los autores disidentes”, era sólo “natural” en los países atrasados como México y que en Europa estos había sido superado. La realidad es que sigo siendo un triste iluso al pensar que el capitalismo “avanzado” era otra cosa. Las denuncias de Ramonet –periodista y escritor que admiro y he seguido desde hace unos 15 años- me ayudan (aunque en pequeño) a comprender lo que me ha sucedido en por lo menos otros 15 medios con los que he colaborado durante años con mis artículos y de una u otra manera, me han corrido.
2. Escribe Ramonet: “La muerte de Fidel Castro ha dado lugar –en algunos grandes medios occidentales– a la difusión de cantidad de infamias contra el comandante cubano. Eso me ha dolido. Sabido es que lo conocí bien. Y he decidido, por tanto, aportar mi testimonio personal. Un intelectual coherente debe denunciar las injusticias. Empezando por las de su propio país. Cuando la uniformidad mediática aplasta toda diversidad, censura cualquier expresión divergente y sanciona a los autores disidentes, es natural, efectivamente, que hablemos de ‘‘represión’. ¿Cómo calificar de otro modo un sistema que amordaza la libertad de expresión y reprime las voces diferentes? Un sistema que no acepta la contradicción, por muy argumentada que sea”.

3. Cuando Ramonet publicó un libro reconociendo que Fidel Castro era un gran gobernante en favor de su pueblo, El diario El País de España, La Voz de Galicia y un programa de radio, en los que llevaba muchos años escribiendo artículos y saliendo su voz al aire, sin argumentos válidos, lo despidieron diciéndole que era imposible que “un amigo de un tirano” siguiera expresándose. En la Universidad de París VII le dijeron que “un amigo de un dictador no podrá más dictar sus clases”. En Le Monde Diplomatique, del grupo Le Monde, así como en el diario Liberación, lo obligaron a retirarse. Así que de los muy “democráticos países europeos”, España y Francia, lo despidieron por pensar diferente y, obviamente por realizar acciones que no agradaban al capitalismo. A mí en México me ha pasado lo mismo -guardando las proporciones- por lo menos en 15 medios.

4. Después de 40 años de bregar en los medios, he decidido escribir sólo tres breves párrafos para facilitar su lectura, que no me sigan corriendo y obtener libertad total. He preferido estar en las redes de Internet y en tribunas muy diversas como Rebelión, Aporrea, Kaosenlared, Latinpress, Mexileaks, Argenpress, Zenzontle, Libertad de Expresión, etcétera.


viernes, 30 de diciembre de 2016

“Mi hermano murió a manos de los que se dice, están para salvaguardar la vida de los ciudadanos”



Por Marvin Palacios

“Mi hermano murió a manos de los que se dice, están para salvaguardar la vida de los ciudadanos hondureños”, escribió en una carta enviada a www.defensoresenlinea.com, y procedente de Estados Unidos, Xiomara Sequeira Alfonso.

Xiomara Sequeira Alfonso es hermana de Mario Orlando Sequeira (39) detenido en la Jefatura policial de Siguatepeque, Comayagua y torturado hasta morir por varios agentes asignados a esta posta policial.

El joven Mario Orlando Sequeira había  llegado a Siguatepeque visitar a su madre y familiares en el mes de mayo para celebrar su cumpleaños número 38, después de residir y trabajar durante varios años en los Estados Unidos de América.

mario sequeiraSequeira jamás imaginó que en este viaje encontraría la muerte, tras ser capturado y torturado por agentes policiales en las mismas celdas de la posta policial,  el 1 de junio de 2010.

En uno de los  párrafos de la carta escrita por Xiomara Sequeira Alfonso, ésta escribió: “asesinaron al hijo, al hermano, al padre, al esposo, dejaron en la orfandad a una niña que no merecía vivir sin la presencia y el amor de su padre, mataron sobre todo a un gran ser humano , que no merecía morir de esa manera tan brutal y cruel , que murió a manos de los que se dice están para salvaguardar la vida de los ciudadanos hondureños”.

Tras conocer la denuncia a mediados de 2010 y enfrentar un largo proceso judicial, que fue interrumpido por recursos interpuestos por la defensa  de los policías imputados de los delitos de tortura y homicidio, el Área de acceso a Justicia del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH),  espera que dentro de pocos meses un oficial y 7 agentes policiales,  sean sometidos a juicio.

La Fiscalía de Derechos Humanos y el COFADEH,  (en su condición de acusador privado), señalaron como responsables de los delitos apuntados, al comisario Nazir López Orellana que fungió en 2010 como jefe de la Jefatura Policial de Siguatepeque y a los policías Héctor Elvir, Carlos Roberto Palma, Mónico Aguirre, Carlos Verde, Edgardo David Salgado, Alfredo Pérez Rojas y Edwin Hernández del Cid.

A estos agentes del estado, de quienes muy bien señala en su carta Xiomara Sequeira Alfonso,  tenían la misión de servir y proteger, traicionaron el juramento y deberán enfrentar los cargos de torturas, homicidio, falta a los deberes de los funcionarios y abuso de autoridad en perjuicio de Mario Orlando Sequeira y de la administración pública.

“Cabe destacar que éste tipo de criminales jamás debieron vestir ni enfilar nuestra policía nacional, asesinos que se esconden detrás de un uniforme para cometer sus fechorías”, señaló la hermana de Mario Orlando Sequeira.

Respecto a la participación “por omisión” del comisario Nazir López, Xiomara  Sequeira Alfonso comentó que le escribió un mensaje vía facebook  al presidente Juan Orlando Hernández, en la cual decía: le escribí al presidente, vía fecebook, antes que lo separaran del cargo, y le pedí que por favor revisara, el caso y le mande todas las notas de ustedes (www.defensoresenlinea.com), y las fotos de Mario, y la de cuando estaba muerto, le pedí que por favor lo sacaran de la policía ya que él estaba haciendo la depuración , leyó todo pero no me contestó”.

Hablando acerca del Comisario nazir López Orellana, y en un mensaje posteado en facebook dirigido al periodista Marvin Palacios de www.defensoresenlinea.com, Xiomara escribió: “Como es posible que nadie lo quiera exponer a este sinvergüenza, a este criminal vestido con el uniforme de nuestra policía nacional, que estaba para salva guardar y velar por la integridad y seguridad de todos los ciudadanos hondureños, por qué tuvo que pasar tantos años para ser separado de su cargo, un hombre que goza de tantos privilegios, y espera juicio fuera,  gozando de una libertad que no se merece, ni los otros 7 policías.

Otro mensaje que Xiomara escribió al presidente Juan Orlando Hernández dice: Con todo respeto que usted se merece , y me atrevo a escribir en su página o mensajería privada, que es por “la muerte de mi hermano, que nos ha dejado un vacío inmensamente grande…”

“Yo llevo más de 5 años buscando medios de comunicación hondureños que me ayuden a sacar a la luz, a este asesino, el Comisionado Nazir López Orellana, que le dio muerte y tortura a mi hermano, y a pesar de tener juicio pendiente, y de llegar a un acuerdo con Cofadeh y Amnistía Internacional, que el saldría de la policía y no devengaría un sueldo, y no solo eso,  el sigue en la policía”.

Añade la carta: “Y a pesar de no pasar pruebas de confianza él (comisionado Nazir López Orellana) sigue en las filas de nuestra policía, a pesar de tener el juicio pendiente, y de ser investigado por 7 muertes anteriores,  el sigue libre, y todas las pruebas están en su contra, vídeos testigos protegidos, y se da el lujo de amenazar a mi familia a los testigos y abogados que una tuvo que renunciar por sus amenazas, por eso le pido señor presidente,  usted que está siendo justo, tome cartas en el asunto para que este delincuente y sus cómplices paguen su delito, mi hermano estaba de vacaciones en Honduras y él le dio muerte impunemente, y le robaron también todas sus pertenencias y su dinero que nunca aparecieron junto con 10 mil dólares que él llevaba , para terminar la casa de mi madre… Se lo pido de todo corazón solo usted me puede ayudar a hacer justicia”.

A inicios del mes de junio de este año,  un total de 34 comisarios fueron separados de sus cargos, entre ellos figura el oficial Nazir López Orellana, quien al momento de la muerte violenta de Mario Sequeira Canales tenía el rango de subcomisario y fungía como jefe de la estación policial de Siguatepeque, en el departamento de Comayagua.

Se conoció que el comisario Nazir López Orellana se desempeñó también como asistente del Director Nacional de la Policía, Comisionado Ramón Antonio Sabillón.

La Comisión Especial de Depuración evaluó a un total de 108 comisarios a través de información solicitada al Tribunal Superior de Cuentas (TSC), Ministerio Público (MP), Poder Judicial, Dirección Nacional de Investigación e Inteligencia, Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH) y otros órganos del Estado.

Tras conocer que falta poco para que los policías acusados de dar muerte a Mario Orlando Sequeira enfrenten juicio por los delitos imputados, Xiomara Sequeira Alfonso expresó que, “esperamos que después de tanto tiempo la justicia de nuestro país  nos favorezca, y la balanza se incliné a nuestro favor, que los culpables paguen y caiga todo el peso de la ley sobre ellos, que paguen todos los que cometieron éste vil crimen y no quede impune”.

“La muerte de mi hermano, nos ha dejado un vacío inmensamente grande, no hay pena que pague este dolor tan inmenso que nos causó, no hay palabras de consuelo para aliviar la pena que llevamos por dentro, no solo asesinaron  a mi hermano, también se llevaron un pedazo de cada uno de nosotros, que nos quedamos incompletos, que nuestras vidas jamás volverán hacer las mismas sin su presencia”, señala la misiva.

Mi hermano era una persona de carácter dulce agradable, con buen sentido del humor, alegre;  donde quiera que él llegaba, brillaba con luz propia, con un gran don de ayudar al prójimo, siempre pendiente de toda la familia, especialmente de mi madre, él era una persona que tenía un gran corazón.

A él le gustaba disfrutar de la naturaleza, los paseos al aire libre,  disfrutaba cocinar para la familia. Cuándo nos reuníamos, amaba la fotografía, eso no podía faltar; su cámara fotográfica. Disfrutaba esos viajes turísticos que hacía por la República, acompañado por la familia, “amaba su país, pero esa misma patria que lo vio nacer, lo vio morir de la forma más cruel”.

Con respecto a la relación que mantenía con su hermano, Xiomara escribe: “Nosotros fuimos dos hermanos, que éramos unidos, que pasamos la primaria juntos, él me llevaba solo un año de diferencia, él no regresaba a casa sin antes esperarme al salir de la escuela , fuimos unidos en todo momento, él fue  la primera persona que me ayudó para que yo estuviera aquí en este país, a que no me faltara nada en todo momento, le debo tanto a él y su esposa, que nunca tendré palabras cómo agradecer lo mucho que ellos me apoyaron”.

“Pasamos vacaciones juntos en el 2009, fuimos a muchos lugares turísticos, fueron 4 meses,  que fueron los últimos que pasaríamos juntos”.

El sueño de mi hermano era dar por terminada la casa de mi madre, esa era su prioridad. En el último año que pasamos juntos fue en el 2009, disfrutamos vacaciones juntos, y me habló de construir una cabaña, en una propiedad que recientemente había adquirido con una laguna, y hacer unos criaderos de peces.  Sus sueños eran múltiples, sueños que fueron cortados abruptamente, sueños que jamás podrá realizar, relata Xiomara Sequeira Alfonso.

“Nos visitábamos cada vez que había la oportunidad, y pasábamos tiempo juntos, a él le encantaba que lo visitara, más en tiempo de invierno, le gustaba que nos sentáramos  frente a la chimenea , y que contáramos historias de niños y que su hija escuchara nuestras anécdotas”, relató Xiomara.

Mario Orlando Sequeira, vivía desde hacía 14  años en Denver Colorado, Estados Unidos. Era residente permanente y se casó con una ciudadana estadounidense, con quien procreó a una niña.

“Mario era residente legal de los Estados Unidos, en proceso de ciudadanía, me dijo que  quería hacerlo pronto, porqué su último paso era que mi madre los pudiera visitar  y poderla pedir una vez que el hiciera su ciudadanía”, comentó la hermana.

En la parte final de la carta, Xiomara Sequeira Alfonso escribió que se pidió ayuda  en la Embajada de Estados Unidos, tanto en Tegucigalpa,  Honduras, cómo aquí  en Estados Unidos, recibiendo apoyo de ambas partes , recibimos múltiples cartas firmadas por senadores, pidiendo el pronto esclarecimiento del caso.

Mi familia fue amenazada y acosada constantemente, a tal grado que no se podía transitar libremente por la calle, sin el temor de pensar que en cualquier momento pasaría lo peor, siempre estaban constantemente vigilados por patrullas, o carros particulares  sin placas.

“Los testigos fueron amenazados, la salida de mis hijos claramente lo digo, yo opté por sacarlos del país a raíz de está situación, yo no me puedo quedar de manos cruzadas cómo si nada pasará cuando el peligró es constante, no confío en la Policía Nacional  ni en los miembros que la conforman. Están para proteger no para llenar de luto nuestras familias hondureñas”, escribió en noviembre de este año, Xiomara Sequeira Alfonso al periódico digital del COFADEH: www.defensoresenlinea.com.

La hermana de Mario Orlando Sequeira también comentó: “Escribí a otros partes, a noticieros de televisión, y muchos no quisieron hacer la nota por miedo. Tengo mucho tiempo haciendo eso, también me comunique con Aquí y Ahora en Estados Unidos”.

El Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) en su calidad de acusador privado en el proceso, enviará en los próximos días una solicitud por escrito al Juzgado de Siguatepeque, para que este tribunal fije la hora y fecha del juicio oral y público.

Fidel y el cambio climático *


Rebelión

Por Hedelberto López Blanch

Millones de personas y numerosos gobiernos del mundo han tomado conciencia en las últimas décadas de los graves peligros que amenazan a la humanidad debido a los violentos cambios climáticos que están teniendo lugar en todo el orbe, y en ese magisterio universal han jugado un papel fundamental las denuncias y explicaciones efectuadas por el líder histórico de la Revolución cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
En períodos recientes han ocurrido desastrosos terremotos en Japón, Haití, China, Chile, Indonesia, Pakistán, Ecuador, Italia; inundaciones en Bolivia, Colombia, Venezuela, Brasil, Australia, China, Vietnam, Bangladesh, Filipinas, Mali, Níger, Burkina Faso; enormes incendios en Rusia, América del Sur, Asia; desproporcionadas nevadas en Estados Unidos, México, Europa, elevación del nivel del mar y la casi segura desaparición de islas y grandes extensiones de tierra.

No por conocidas dejan de ser estremecedoras las conclusiones que el Grupo II del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas que sesionó en 2014 en la ciudad japonesa de Yokohama bajo el título ¿Cuáles son los impactos del cambio climático y cómo podemos gestionar los riesgos?

El Panel, considerado la red científica mas extensa del mundo dedicada al estudio de ese fenómeno aseguró que los cambios derivados del ascenso de las temperaturas en el planeta “ya son visibles en todos los continentes y en la mayor parte de los océanos”.

La temperatura media global se ha elevado 0,88 grados, un incremento que se ha acentuado en las últimas tres décadas.

Según estudios de todos los países del orbe que posteriormente fueron revisados por el IPCC, muchas regiones del globo terráqueo están experimentando con mayor frecuencia fenómenos -sequías, olas de calor, inundaciones-junto a severos impactos sobre la salud, la extinción de especies, la degradación de hábitat y una menor productividad de las cosechas. En 2100, asegura el documento con miles de páginas del IPCC, de no adoptarse medidas, “centenares de millones de personas” serán víctimas de inundaciones costeras y se verán obligadas a abandonar sus hogares.

Prácticamente desde la década de 1960, el líder cubano Fidel Castro, comenzó a llamar la atención sobre ese grave problema que amenazaba al mundo y en la Cumbre de la Tierra efectuada en Río de Janeiro en 1992 su discurso estremeció el auditorio cuando afirmó:

“Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre. Ahora tomamos conciencia de este problema cuando casi es tarde para impedirlo. Es necesario señalar que las sociedades desarrolladas son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente”.

A continuación, Fidel explicaba que con solo el 20 % de la población mundial, ellas consumen las dos terceras partes de los metales y las tres cuartas partes de la energía que se produce en el mundo. Han envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer.

Y añadió en Río de Janeiro hace ya 24 años: “Los bosques desaparecen, los desiertos se extienden, miles de millones de toneladas de tierra fértil van a parar cada año al mar. Numerosas especies se extinguen. La presión poblacional y la pobreza conducen a esfuerzos desesperados para sobrevivir aun a costa de la naturaleza. No es posible culpar de esto a los países del Tercer Mundo, colonias ayer, naciones explotadas y saqueadas hoy por un orden económico mundial injusto.”

La revista Geophysical Research Letters, perteneciente a la Unión Geofísica Americana, informó en un reciente estudio que seis enormes glaciares en la Antártida Occidental se están moviendo más rápido de lo que lo hacían hace 40 años, causando una mayor descarga de hielo en el océano y aumentando así el nivel global del mar. El primero de los resultados estableció que la cantidad de hielo desprendida conjuntamente desde estos glaciares aumentó en un 77 % desde 1973 hasta 2013.

La publicación asegura que "casi el 10 % de aumento del nivel del mar en el mundo cada año proviene de solo estos seis glaciares y lo que encontramos fue un incremento sostenido de la descarga de hielo, que tiene un impacto significativo en el aumento del nivel del mar". Si en 2016 los miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) suman 193, se estima que dentro de pocos años la cifra se reducirá por la desaparición física de varias Islas-Estados.

El motivo de esa aseveración es que debido al cambio climático, varios archipiélagos quedarán inundados por las aguas como son los casos de Vanuatu, Tuvalu, Marshall, Gilbert y Kiribati en el Océano Pacífico y de las Maldivas en el Océano Índico. Otras islas del Caribe también están gravemente amenazadas por la subida del mar.

Plagados de desafíos naturales se halla el globo terráqueo y para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), la región de l Caribe se enfrenta a agresivas sequías y ya la baja disponibilidad de agua impacta a la agricultura y los recursos hídricos, generando además un número significativo de incendios forestales.

Fidel explicó en la llamada Cumbre de la Tierra de Río: “Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra. No más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo que arruinan el medio ambiente. Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre.”

Doce años más tarde, en un discurso que pronunció en enero de 2004 en ocasión del 45 aniversario del Triunfo de la Revolución, Fidel alertaba: “Han pasado ya más de diez años desde la Cumbre de Río de Janeiro convocada por Naciones Unidas, y pese a la habitual proliferación de discursos, compromisos y promesas, muy poco se ha hecho. Sin embargo, la conciencia del mortal peligro crece. Debe crecer y crecerá la lucha. No hay alternativa”.

Ojala los gobiernos de los países desarrollados del orbe acaben de aprender las lecciones para salvar al planeta y a la humanidad emitidas en disímiles ocasiones por Fidel.

“Han pasado ya más de diez años desde la Cumbre de Río de Janeiro convocada por Naciones Unidas, y pese a la habitual proliferación de discursos, compromisos y promesas, muy poco se ha hecho. Sin embargo, la conciencia del mortal peligro crece. Debe crecer y crecerá la lucha. No hay alternativa”.

* Discurso pronunciado en ocasión del aniversario 45 del triunfo de la Revolución Cubana, teatro Carlos Marx, 3 de enero 2004.


Victoria en Standing Rock, por ahora



Por Amy Goodman y Denis Moynihan

La construcción del oleoducto Dakota Access se ha detenido, al menos por ahora. El domingo, la nación sioux de Standing Rock junto con sus miles de aliados indígenas y no indígenas, obtuvieron una victoria tan extraordinaria como inesperada. El Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos anunció que había denegado el permiso para que la empresa responsable del oleoducto, Energy Transfer Partners, perforara por debajo del río Missouri y que se implementaría un estudio de impacto ambiental integral. La organización de base, las acciones directas pacíficas y el liderazgo de los pueblos indígenas en la primera línea de la lucha lograron detener el proyecto de casi 2.000 kilómetros de longitud, valuado en 3.800 millones de dólares.
Sin embargo, mientras los protectores del agua festejaban en los campamentos congelados, surgió una pregunta: ¿Qué va a pasar cuando Donald Trump asuma la presidencia en solo seis semanas?
El jefe de la tribu sioux de Standing Rock, Dave Archambault II, dijo a Democracy Now! unas horas después de conocer la noticia: “Finalmente, por primera vez en siglos de historia, alguien nos está escuchando. Hace casi dos años que estamos hablando del tema con el Cuerpo de Ingenieros, y les hemos dicho que teníamos problemas con este oleoducto porque no solo amenaza nuestra agua, también amenaza nuestro patrimonio, nuestra cultura y nuestro medio ambiente”.
Un frío glacial ha descendido sobre la región, complicando aún más la vida en los campamentos de resistencia. Durante el fin de semana largo del Día de Acción de Gracias, el sheriff del condado de Morton, Kyle Kirchmeier, con el apoyo de un grupo multijurisdiccional de la policía paramilitar y la Guardia Nacional, lanzó un operativo contra los manifestantes que incluyó un arsenal de gas pimienta, granadas de contusión, gas lacrimógeno, balas de goma y, en medio de ese frío helado, cañones de agua.
El gobernador republicano saliente de Dakota del Norte, Jack Dalrymple, el sheriff Kirchmeier y el director ejecutivo de Energy Transfer Partners, Kelcy Warren, comparten la responsabilidad por los meses de violencia desenfrenada del personal policial y de la compañía de seguridad privada en la represión a quienes se resisten al oleoducto. Una semana antes de que el permiso de perforación fuera denegado, Dalrymple declaró un estado de emergencia y dijo: “Las condiciones invernales pueden poner en peligro la vida humana”. En respuesta, la tribu sioux de Standing Rock escribió: “El gobernador de Dakota del Norte y el sheriff del condado de Morton son relativamente recién llegados [aquí]. Es comprensible que se preocupen por el intenso frío invernal”. Una semana después, el ex vicepresidente Al Gore opinó que el uso de cañones de agua con este frío era “inhumano” y calificó al oleoducto en cuestión como “una atrocidad”.
Mientras Dalrymple amenazaba con desalojar por la fuerza a los miles de protectores del agua pacíficos, otro tipo de tropas se agrupaban en su defensa. Veteranos de guerra del ejército estadounidense respondieron a un llamado de los ancianos tribales para que fueran a defender el campamento. El grupo “Veterans Stand for Standing Rock” viajó a los campamentos para formar un escudo humano alrededor de los protectores. Más de 2.000 veteranos hicieron el viaje bajo el liderazgo del veterano Wes Clark junior. Si su nombre les suena, es posible que conozcan a su padre: Wesley Clark padre, el general retirado de cuatro estrellas que se desempeñó como Comandante Supremo de la OTAN en Europa y más adelante se postuló a presidente por el Partido Demócrata.
Tras el anuncio de que no se iba a aprobar el permiso para perforar bajo el río Missouri, Wes Clark junior habló en una ceremonia en Standing Rock: “Vinimos. Peleamos contra ustedes. Tomamos sus tierras. Firmamos tratados que rompimos. Robamos minerales de las colinas sagradas. Tallamos las caras de nuestros presidentes en su montaña sagrada. Y tomamos todavía más tierras. Luego tomamos a sus hijos. Luego tratamos de tomar su idioma. Tratamos de eliminar el idioma que Dios les dio y que el Creador les dio. No los respetamos. Contaminamos sus tierras. Los hemos lastimado de varias maneras. Y hemos venido para decir que lo sentimos, que estamos a su servicio, y suplicamos su perdón”.
El jefe tribal de Standing Rock, David Archambault, nos dijo: “El oleoducto no seguirá adelante. Quienes están acampando allí podrán ahora disfrutar del invierno en sus hogares con sus familias”. Pero muchas de las personas del campamento siguen escépticas, como el veterano estadounidense Remy, miembro de la nación navajo, que está en Standing Rock hace casi seis meses: “Hasta que el proyecto no haya sido desestimado no pensamos irnos a ninguna parte”.
Donald Trump respalda el oleoducto y es muy posible que intente sabotear la decisión tomada por el gobierno de Barack Obama de negar el permiso de perforación. Según las declaraciones de información financiera, Trump tuvo entre 500.000 y un millón de dólares invertidos en el oleoducto, aunque un portavoz de Trump afirma que ya ha vendido sus acciones. Trump ha nombrado al fiscal general de Oklahoma, Scott Pruitt, para dirigir la Agencia de Protección Ambiental. El congresista Keith Ellison dijo que el nominado “niega la existencia del cambio climático y está comprometido con las empresas de combustibles fósiles”. Además, Ellison, que es codirector del bloque progresista del Congreso, afirmó: “Scott Pruitt procura revertir las protecciones ambientales y salir en apoyo de las empresas multimillonarias de petróleo y gas”.
El pasado mes de septiembre, Olowan Martinez, protectora del agua lakota, se encadenó a una máquina excavadora utilizada para la construcción del oleoducto. Fue arrestada y pasó una semana en la cárcel. Cuando le preguntamos cuánto tiempo planeaba quedarse en los campamentos, nos dijo: “Hasta que sepamos con certeza que esta serpiente negra ha muerto”.
El frío, la violencia policial y las promesas del gobierno no lograrán disuadir a este grupo de protectores del agua y de la tierra. 
* Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org


jueves, 29 de diciembre de 2016

Estafa cósmica



¿Cómo reaccionaría Francisco Morazán? La estafa cósmica es, empero, el sustrato inferior del problema. Lo más dañino es la siembra de ideas reaccionarias al cambio social que estas sectas indoctrinan, en cuyos cultos se predica día y noche sobre Abraham y Lot, o sobre cananitas y filisteos pero nunca sobre los problemas del entorno nacional y menos de la construcción de la democracia.

Editorial: La estafa cósmica

El arrebato con que Jesús de Galilea expulsa a los mercaderes del templo fue realidad, no metáfora; no eran comerciantes extranjeros sino de la misma iglesia hebrea, que estafaban a los fieles haciéndoles creer que a Jehová podía comprársele o sobornar con regalos.

Desde entonces —o antes, desde Babilonia— ocurre la gran discusión: ¿tiene derecho un sacerdote a conceder un premio o un castigo póstumo que ni controla y ni conoce? ¿Con qué autoridad ética puede un pastor prometer el cielo o el averno, amenazar con un supuesto destino del reino de la muerte y, lo que es igual grave, cobrar o recibir estipendios por tal oferta?

Cálculos confiables afirman que en Honduras operan 14 mil sectas, en su mayoría neopentecostales, que es el credo más conservador. Hechos y fuentes advierten, además, que el lavado de dinero en muchos de estos ministerios religiosos supera por mucho el presupuesto de varias secretarías estatales. Ante esto, no hay regulación legal alguna; diputados y funcionarios temen analizar ese modus operandi. El panorama es peor ya que las sectas han penetrado al Estado laico. Es común que instituciones del Estado abran sesiones especiales con la peroración de un pastor. ¿Cómo reaccionaría Francisco Morazán? La estafa cósmica es, empero, el sustrato inferior del problema. Lo más dañino es la siembra de ideas reaccionarias al cambio social que estas sectas indoctrinan, en cuyos cultos se predica día y noche sobre Abraham y Lot, o sobre cananitas y filisteos pero nunca sobre los problemas del entorno nacional y menos de la construcción de la democracia.

El adormecimiento con que sus dirigentes sumen a la población la torna apática a su propia circunstancia y no hay iglesia alguna que eduque, por ejemplo, la caridad concreta, protección del ambiente, lucha contra la corrupción, protesta contra lo arbitrario e injusto, resistencia contra la manipulación política o simple, la voluntad de la solidaridad.

Es un proceso que aparta al hondureño de Honduras y lo hunde en fabularías historias de épocas bíblicas que cree le enseñarán a vivir, lo que es cruda alienación. La violencia imparable e indiscriminada, incluso la familiar, es la mejor prueba del fracaso de estas organizaciones más monetarias que espirituales, que llevan siglos pidiendo al Señor que resuelva al hondureño los problemas que él debe y puede resolver.

La función última y profunda de tales credos es disolver el poder épico de los pueblos y sembrarle utopías de imaginados paraísos sin posibilidad de comprobación. En vez de fortalecer las ánimas y los espíritus para iniciar la edificación del presente y la forja del porvenir, educan para lo insolidario. Se erosiona al potencial cívico de las comunidades volcándolas a prédicas silentes o escandalosas, a rumiar el castigo o el premio de dios, a creer en la oración más que en el músculo, a soñar con edenes y calles de oro, en fin. Y entre tanta superstición, pues no es más que eso, extraen un cobro nada iluso, en dinero, por coacción, por diezmo o voluntad.

Hubo un tiempo en que los integrantes de las naciones se unían para la obra comunal. Se llamaban unos a otros fráteres o hermanos, como en las primitivas feligresías griegas; ciudadanos, como en época de Valle y Morazán, o camaradas en la Europa revolucionaria. Hoy que el mundo se cae a pedazos, derruido por la maldición del dinero, las guerras imperiales y el neoliberalismo, las sectas enseñan a decir para todo “bendiciones”. Falso simbolismo: los en verdad benditos por cuentas bancarias son los líderes, sobre quienes la historia ha de posar su ojo cierto día en que, es inevitable, ni sus paraísos fiscales los salvarán. 


"La reelección la vamos a detener ganando elecciones"



Por Luis Zelaya

El exaspirante presidencial del Partido Liberal de Honduras, Mauricio Villeda (der.), buscará una diputación en los próximos comicios electorales, luego de unirse al movimiento “Por Honduras, por Nosotros” que lidera el precandidato presidencial, Luis Zelaya (izq.).

El presidenciable, aseguró estar optimista con la adhesión de Villeda y advirtió que detendrán la reelección  en Honduras “ganando las elecciones generales”.     

Redacción Central / El Libertador

El precandidato presidencial del Partido Liberal (PL) y líder del movimiento “Por Honduras, por Nosotros”, Luis Zelaya, agregó a sus filas al actual presidente del Comité Central de ese instituto político, Mauricio Villeda, quien buscará un lugar en pleno del Congreso Nacional.  

Después de la renuncia del aspirante a diputado Jorge Arturo Reina, Zelaya determinó que el puesto fuera ocupado por el expresidenciable, “no fue fácil convencerlo” señaló el aspirante presidencial.

Villeda declaró que no dejará de ejercer sus funciones en el Comité Central; no obstante, advirtió que de apoyará únicamente al movimiento al cual ha sido agregado, al menos hasta las elecciones internas donde se decidirá quién será el candidato de los liberales.   

“No vine a quitarle el lugar a nadie” apuntó Villeda, quien ocupara la casilla número 10, que hasta su renuncia pertenecía a Reina. 

Por su parte Zelaya se mostró contento con la adhesión de Villeda, y afirmó que con su ayuda, posicionaran al PL de nuevo a los primeros lugares en los comicios electorales.

Zelaya argumentó, ante las aspiraciones continuistas del presidente Juan Hernández que “la reelección la vamos a detener ganando las elecciones”.

Explicó que su optimismo se debe a los casi 126 años de historia del PL, que es un respaldo para su movimiento y aseguró que de ganar en las elecciones internas, él será el próximo presidente de Honduras.

Asimismo invitó a la Misión de Apoyo  Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih) ha evaluar la próxima contienda electoral, ya que cree que “el primer acto de corrupción que se da en un país, son las elecciones”.

Yo soy Fidel



Por Vicente Batista

El 1º de enero de 1959 el ejército rebelde, al mando del comandante Fidel Castro, tomó Santiago de Cuba y la declaró capital provisoria de la isla, ese mismo día las tropas del Segundo Frente Nacional del Escambray, comandadas por Eloy Gutiérrez Menoyo, entraron a La Habana, y al día siguiente las fuerzas del Movimiento 26 de Julio, comandadas por Camilo Cienfuegos y el Che Guevara, tomaron el regimiento de Campo Columbia y la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña: La Revolución Cubana había triunfado. Un año más tarde, el 1º de diciembre de 1960, en los cines de Buenos Aires se exhibía “Espartaco”, la película que en base a la novela de Howard Fast había dirigido Stanley Kubrick, con un reparto estelar, entre otros: Kirk Douglas, Laurence Olivier, Tony Curtis, Peter Ustinov, Jean Simmons y John Gavin. Si bien es cierto que hacía tres años que había muerto Joseph McCarthy, aquel senador republicano que lideró la infame caza de brujas contra escritores y artistas estadounidenses, la siniestra sombra del macartismo continuaba vigente: Kirk Douglas, en su calidad de co-productor ejecutivo, debió enfrentar a la censura estadounidense a fin de que en los créditos figurase Dalton Trumbo en su condición de guionista. En 1947 Trumbo había sido condenado a un año en prisión por no abjurar de sus ideas comunistas y por no denunciar a sus compañeros; luego debió exiliarse en México. A trece años de aquella ignominia aún integraba la lista negra de artistas prohibidos por el Comité de Actividades Antinorteamericanas y tenía prohibido trabajar como escritor.

En el año 73 a.C., se produjo en Capua una revuelta de gladiadores esclavos que al mando de Espartaco se desplazaron hacia el sur de Italia, en la primavera del 72 a.C. una masa de ciento cincuenta mil desventurados seguían a Espartaco. Esa cifra, además de esclavos, incluía a pastores y arrieros vecinos de esas comarcas. Frente a este despropósito, el senado romano le encargó al patricio Marco Licino Craso que acabara con los rebeldes, para ello lo dotó de seis legiones de soldados del imperio. Luego de tres años de persecuciones y combates, ambos ejércitos, con aproximadamente cuarenta mil hombres en cada bando, se enfrentaron en la batalla de Río Silario. Previo al combate, Espartaco sacrificó a su caballo. “si venzo –dijo–, no me faltará otro; si soy vencido, no lo necesitaré”, y combatiendo a pie, como el resto de sus hombres, se dispuso a matar a Craso; no lo consiguió: fue rodeado por las milicias romanas y se supone que allí murió. En la pelea cuerpo a cuerpo, a campo abierto, los romanos eran más disciplinados y estaban mejor equipados, por lo cual los rebeldes fueron definitivamente derrotados; a los que no murieron en batalla se los crucificó a lo largo del tramo de la Via Apia entre Capua y Roma. El cuerpo de Espartaco nunca se encontró.

Ante esta circunstancia, a la hora de escribir el guion de la película, Dalton Trumbo se concedió una licencia histórica-poética. Como se recordará, luego de la derrota, Craso les propone un trato a los esclavos vencidos: “No serán crucificados –promete– si Espartaco se entrega a las legiones romanas” y de inmediato pregunta: “¿Quién es Espartaco?” .Aquí se produce uno de los momentos más impresionantes de la película, un instante que ya es parte de la historia del cine: uno a uno de los esclavos, lentamente y sin vacilar, se ponen de pie y con orgullo proclaman: “¡Yo soy Espartaco!”.

Esta evocación histórica-cinematográfica se originó como consecuencia del interrogante que planteó Martín Granovsky aquí mismo, en uno de sus valiosos artículos. Quería saber cuál pudo haber sido el origen de la frase “¡Yo soy Fidel!” que los cubanos corearon colectivamente tanto en La Habana como en Santiago de Cuba y en cualquier otro rincón de la isla. “¿Es un invento popular que el Partido Comunista de Cuba tomó de la calle o una construcción del PCC que recogió el pueblo?”, se pregunta. En “Apuntes sobre el concepto de historia”, Walter Benjamin señala: “Si se quiere considerar la historia como un texto, vale a su propósito lo que un autor reciente dice acerca de [los textos] literarios: el pasado ha depositado en ellos imágenes que se podrían comparar a las que son fijadas por una plancha fotosensible”. En base a este pensamiento, bien podría afirmarse que los cubanos que despedían a su Comandante estaban repitiendo lo que Dalton Trumbo escribiera para la película de Kubrick. Permítaseme un inciso: el pasado 23 de febrero, con el fin de desmentir que un mediático fiscal había cometido suicidio, un grupo de fiscales y el titular del gremio de judiciales convocaron a una marcha del silencio en Plaza de Mayo. Miles de entusiastas acudieron a la cita; acaso sin saberlo, muchos de ellos se apoderaron de la frase acuñada por el comunista Dalton Trumbo: acarreaban con orgullo el cartel “Yo soy…” Al mes siguiente, un periodista, un filósofo y un rabino llamaron a un nuevo encuentro para “honrar la memoria del fiscal”, en esta oportunidad asistieron menos de cien personas, ninguna de ellas portaba el cartel “Yo soy…” Por falsa, la identificación había muerto a poco de nacer.

Ciertas voces agoreras podrían argumentar que los cubanos viven una revolución triunfante, en tanto que los esclavos de la película sufrieron una derrota. No obstante, queda claro que la de Marco Licino Craso fue una victoria pírrica: a partir del año 73 a.C. las revoluciones crecieron sin descanso, es innecesario numerarlas, basta con mencionar la que el 1º de diciembre de 1959 llegó para quedarse en la isla de Cuba. La comandaba un moderno Espartaco que no precisó sacrificar a caballo alguno para luchar y triunfar junto a su pueblo. La Revolución sigue en pie, fuerte como siempre, por eso no debe sorprender que tanto los cubanos que participaron de ella como los que nacieron cuando ya estaba consolidada, repitan con orgullo: “¡Yo soy Fidel!”; efectivamente lo son.


¿Quién manda? ¿Los funcionarios de gobierno o los empresarios? ¿Y la población?

Rebelión

Por Marcelo Colussi

"Poderoso caballero es Don Dinero” 
Francisco de Quevedo

I: En las democracias representativas, supuesta panacea universal para todos los problemas sociales de la Humanidad, se repite hasta el hartazgo que el “pueblo es el soberano”. Aunque, a juzgar por la cruda realidad, parece que es más “ano” que otra cosa.

Manda, sí…, pero solo a través de sus representantes. O sea que, inmediatamente formulada la que pareciera una fórmula mágica, viene la mediación (¿el engaño?) Para muestra, véase el Artículo 22 de la Constitución de la República Argentina (solo como ejemplo: el mecanismo se repite exactamente igual en cualquier democracia representativa): “El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes y autoridades creadas por esta Constitución”.

En otros términos: el pueblo manda (¿manda?) el día que va a votar (al menos, así nos dicen). Después, hasta varios años más tarde, no se dedica a mandar sino a obedecer (o, más precisamente, a producir para otro, y a consumir). Si esa es la democracia representativa, mejor busquemos otra cosa, pues así parece que jamás se resolverán las penurias de los pueblos.

Ahora bien: analizadas las cosas en profundidad, parece que el pueblo no manda nunca. Ni cuando va a votar (ahí es víctima de una monstruosa manipulación de mercadeo político, y termina “eligiendo” la mejor campaña publicitaria), ni mucho menos en la cotidianeidad del día a día, entre elección y elección. ¿Quién manda entonces? ¿Los representantes de la democracia representativa? ¿Esos señores encorbatados o esas señoronas muy bien maquilladas y con tacones, siempre en medio de periodistas y guardaespaldas, que hacen parte de los elencos gobernantes?

Esos “políticos profesionales” son los que hacen marchar la máquina estatal: los que hacen las leyes, quienes desarrollan las políticas públicas, quienes negocian en nuestro nombre. Pero… ¿mandan?

II: Permítasenos presentarlo a través de algunos ejemplos puntuales. Un par quizá, suficiente para demostrar la falacia en juego.

En los países latinoamericanos que, con las dificultades del caso, vinieron desarrollando políticas populares estos últimos años, redistributivas, con algún criterio social, sus gobiernos fijaron impuestos considerables a las empresas extranjeras que explotaban sus recursos naturales. Por ejemplo, tanto en Bolivia con la explotación gasífera o en Venezuela con la extracción de petróleo, las compañías deben pagar un 50% de regalías a los Estados de esos países. Podría discutirse si allí efectivamente “manda el pueblo”; lo que queda claro es que hay allí gobiernos populares, y que la población se ve bastante beneficiada. Si los pueblos no mandan directamente, está claro que mayoritariamente respaldan a sus gobiernos, pues reciben los beneficios de esas administraciones.

En Guatemala –insistamos: tomamos ese país solo por poner un ejemplo; la situación es similar en cualquier democracia representativa, sea Noruega, Estados Unidos, Egipto o Sierra Leona– hace 30 años que se vive dentro de esto que llamamos “democracia”, y su población continúa tan pobre y postergada como siempre, excluida del desarrollo económico-social. La gente vota y elige a sus representantes. ¿Manda la gente con su voto? ¿Mandan los representantes, el presidente, los ministros, los diputados? Pero ¿quién da las órdenes entonces?

Mientras en la República Bolivariana de Venezuela o en el Estado Plurinacional de Bolivia se retiene un 50% como impuestos a las ganancias de las empresas extranjeras que explotan sus recursos naturales, en la democrática Guatemala ese porcentaje es de apenas el 1%. Como el porcentaje suena a bochornoso, y ante la presión popular, el Congreso de la República, según el Decreto Legislativo 22-2014, aumentó esas regalías a un 10%. Para ello modificó un artículo de la Ley de Minería, estableciendo puntualmente:

“LEY DE AJUSTE FISCAL. CAPÍTULO I. REFORMAS Al DECRETO 48-97 DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA Y SUS REFORMAS, LEY DE MINERÍA. Artículo 61. Se reforma el artículo 63 del Decreto Número 48-97 del Congreso de la República y sus reformas, el cual queda redactado de la siguiente manera: "Articulo 63. Porcentaje de regalías. El porcentaje de las regalías a pagarse por la explotación de minerales y materiales de construcción serán del diez por ciento (10%). De la recaudación resultante de dicho porcentaje, el monto correspondiente a nueve puntos porcentuales (9%), serán parte del fondo común y el monto correspondiente a un punto porcentual (1%) se asignará a las municipalidades; y, cuando se trate de las 'explotaciones de los materiales a que se refiere el artículo cinco de esta ley, los diez puntos porcentuales (10%) se asignarán a las municipalidades. Se exceptúa de esta disposición, las regalías correspondientes a la explotación de níquel, la cual pagará el cinco por ciento (5%), y las de jade que pagará el seis por ciento (6%). De la recaudación resultante de ambos casos, el monto correspondiente a un punto porcentual (1%) se asignará a las municipalidades y el resto al fondo común.”

Hasta allí, eso parece una medida popular, de beneficio para la población; en otros términos: habría más recaudación fiscal, por tanto, mayor capacidad de inversión social. Llevar el impuesto del 1 al 10%, si bien no es de gobierno con talante socialista como los de Venezuela y Bolivia, significa un aumento considerable en la recaudación fiscal, y por tanto, una merma en los ingresos de las empresas mineras (¡que, por supuesto, no quebrarán!).

Pero ahora viene lo importante: la normativa legislativa fue impugnada por determinados círculos de poder (¿los que realmente mandan?) –léase: alto empresariado organizado en sus cámaras– y tiempo después, el 17 de septiembre de 2015, la Corte de Constitucionalidad (¿mandan ellos?) dejó sin efecto el aumento a las regalías mineras. Por tanto, esa tasa impositiva sigue siendo del 1%.

Las compañías mineras, en nombre de la hoy día a la moda “responsabilidad social empresarial”, voluntariamente llevaron ese aporte a un 2%. ¿Encomiable?

Valga aclarar que quienes forman la Corte de Constitucionalidad son magistrados democráticos, no electos por voto popular sino en oscuras y cuestionables negociaciones palaciegas, pero “firmes defensores de la constitucionalidad democrática” en definitiva (o, al menos –aunque hagan exactamente lo contrario– así lo declaran). Ahora bien: ¿por qué estos dignos y egregios funcionarios de justicia dieron marcha atrás con el aumento, que realmente favorecía a los sectores populares?

“A buen entendedor, pocas palabras”, reza el refrán. ¿Cómo, después de cosas así, seguir creyendo en la democracia formal?

III: Si lo anterior no fue suficiente para empezar a abrir una crítica a la democracia representativa e impulsar la pregunta sobre cómo se articulan los verdaderos circuitos de poder, el siguiente ejemplo puede terminar de demostrarlo.

La empresa Minera Montana Exploradora de Guatemala S.A., subsidiaria de la transnacional canadiense Goldcorp, es propietaria del proyecto minero Marlin, la mina de oro y plata a cielo abierto más grande del país, ubicada en el Departamento de San Marcos (municipios de San Miguel Ixtahuacán y Sipakapa), zona indígena maya-mam. Dicha empresa inició exploraciones mineras en el 2005 con licencias ilegales, dado que no se realizó una consulta ciudadana para consensuar el proyecto en cuestión, tal como lo estipula el artículo 15.2 del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo –OIT–, que es ley guatemalteca desde el 24 de junio de 1997, y que obliga a hacer un referéndum para tomar este tipo de decisiones.

La operación de la mina genera 170 barriles de desechos mensuales (una tercera parte son desechos orgánicos), con una estimación total de 23 a 27 millones de toneladas de residuos al cierre de sus operaciones. Parte de los deshechos de la mina van a parar a los ríos Cuilco y Tzalá y sus afluentes, que son las principales fuentes de agua de la región para consumo y actividades de subsistencia. A partir de su contaminación, aparecen los problemas de salud. La población afectada por esta situación es de aproximadamente 10.000 habitantes.

Tal como esa población lo preveía, aparecieron problemas sanitarios; concretamente: hidroarsenicismo. Esta es una enfermedad ambiental crónica, cuya etiología está asociada al consumo de aguas contaminadas con sales de arsénico, tal como el proyecto minero utiliza para sus operaciones. En algunos estudios clínicos, a esta patología se le llama por su acrónimo HACRE o HACER. El hidroarsenicismo crónico endémico provoca alteraciones cardíacas, vasculares y neurológicas, repercusiones en el aparato respiratorio y lesiones hepáticas, renales e hiperqueratosis cutánea, que avanzan progresivamente hasta las neoplasias o cáncer. Casos graves de trastornos dermatológicos y neurológicos pueden encontrarse ya en pobladores de la región, muy probablemente producto del contacto con aguas contaminadas.

A partir de los graves daños sufridos, la población se movilizó, entrando en pugna abierta tanto con la empresa como con el Estado, defensor a rajatablas de la compañía y no de los pobladores. La lucha contra la minería depredadora pasó a ser una de las principales reivindicaciones de la población campesina maya, dado que en sus territorios ancestrales se fueron asentando las industrias extractivas a lo largo de todo el país, como en el caso de Sipakapa y San Miguel Ixtahuacán, produciendo enormes perjuicios. Esas luchas populares llegaron hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos –CIDH– de la Organización de Estados Americanos –OEA–.

El 20 de mayo de 2010, la CIDH otorgó medidas cautelares a favor de los miembros de 18 comunidades del pueblo indígena maya. Según la solicitud, varios pozos de agua y manantiales se habrían secado, y los metales presentes en el agua como consecuencia de la actividad minera han tenido efectos nocivos sobre la salud de miembros de la comunidad. La Comisión Interamericana solicitó al Estado de Guatemala que suspenda la explotación minera del proyecto Marlin y demás actividades relacionadas con la concesión otorgada a la empresa Goldcorp / Montana Exploradora de Guatemala S.A., e implementar medidas efectivas para prevenir la contaminación ambiental, hasta tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos adoptara una decisión sobre el fondo de la petición asociada a esta solicitud de medidas cautelares.

La CIDH solicitó asimismo al Estado adoptar las medidas necesarias para descontaminar las fuentes de agua de las 18 comunidades beneficiarias, y asegurar el acceso por sus miembros a agua apta para el consumo humano; atender los problemas de salud objeto de estas medidas cautelares, en particular, iniciar un programa de asistencia y atención en salubridad para los beneficiarios, a efectos de identificar a aquellas personas que pudieran haber sido afectadas con las consecuencias de la contaminación para que se les provea de la atención médica pertinente; adoptar las demás medidas necesarias para garantizar la vida y la integridad física de los miembros de las 18 comunidades mayas en cuestión, y planificar e implementar las medidas de protección con la participación de los beneficiarios y/o sus representantes.

Con la demanda se esperaba que se dieran reformas a la Ley y Reglamento de Minerías y el Código Municipal, a fin de que se armonicen con el Convenio 169 de la OIT. Igualmente, que se decrete una moratoria de permisos para las mineras y se elimine el ya extendido a Montana. Asimismo, que la minera resarza los daños ambientales e indemnice a las personas y comunidades afectadas de San Miguel Ixtahuacán y de Sipakapa.

Pero el 9 de diciembre de 2011, contrariando la voluntad popular, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, obviamente por presiones recibidas de parte de la empresa, modificó las medidas cautelares que había otorgado el 20 de mayo de 2010. Por lo pronto, suprimió la solicitud de suspensión de las operaciones de la mina Marlín, de descontaminar las fuentes de agua y de atender los problemas de salud.

Una vez más: ¿quién manda efectivamente? ¿Los funcionarios democráticos de la OEA –Ministerio de Colonias de Estados Unidos, había dicho en su momento el Che Guevara– o las empresas transnacionales?

IV: Y por si quedara alguna duda de cómo se dan estos mecanismos, observemos lo que sucede en la gran fuente universal de la democracia, el paladín más encumbrado de su defensa: los Estados Unidos de América.

El futuro primer mandatario de este país, Donald Trump, ganó la presidencia con un encendido discurso de campaña. Pero no tanto por su furioso racismo, su acendrada xenofobia o su repulsivo machismo sexista, sino porque levantó un discurso ultra nacionalista que encendió esperanzas en la clase trabajadora estadounidense.

Está claro que este país dejó de ser la super potencia que fuera una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, cuando aportaba el 52% del producto bruto mundial. Su moneda, el dólar, que por décadas fue el patrón monetario universal obligado, y el dinamismo de su industria, basado en una fabulosa expansión científico-técnica, ya no brillan como antaño. Quizá ya nunca vuelvan a brillar así. Sus trabajadores –proletariado industrial urbano y sectores medios más ligados a los servicios– están en caída libre. Con la relocalización de muchas empresas en otros países donde la mano de obra es más barata, se han perdido millones de puestos de trabajo en su propio territorio. El patriotismo no parece preocupar a los capitales (“El capital no tiene patria”, había expresado ya Marx en el siglo XIX), y si la instalación de plantas industriales en otros puntos del planeta aumenta su ganancia aún a costa de la pauperización del ciudadano estadounidense medio, ello no parece inquietar a los que realmente deciden la marcha de las cosas.

Los puestos perdidos en suelo de Estados Unidos difícilmente se recuperen. Pero la campaña proselitista de Trump, ganadora en las elecciones finalmente, prometió repatriarlos. ¿Lo logrará? Esto sirve para demostrar quién manda realmente en las llamadas democracias.

¿Cómo podrá el futuro presidente de esta gran nación forzar a que los megacapitales diseminados por todo el mundo (¡eso es la globalización neoliberal!) regresen a suelo patrio? Ya se está viendo cómo: eximiendo de impuestos. Esas fueron las negociaciones emprendidas para cumplir con la reinstalación en suelo americano: ¿se le habrá consultado eso a la población? Exención de impuestos para las grandes empresas: ¿quién lo habrá impuesto? Los trabajadores desocupados, seguramente no. ¿El futuro presidente, o los representantes de esos megacapitales?

Seguramente Estados Unidos no volverá a ser la potencia dominante de varias décadas atrás, pero el discurso político (siempre mentiroso, embustero, manipulador, en cualquier democracia en cualquier parte del mundo) hará creer a la clase trabajadora (el Homero Simpson término medio) que desde la presidencia se logró repatriar inversiones. Y por supuesto, habrá que inventar algo para mostrar que la desgravación impositiva era necesaria.

Todo lo dicho y estos pocos ejemplos (para el caso funcionan igual una gran potencia imperial como un país del Tercer Mundo, un banana country) sirven para demostrar que los funcionarios de gobierno son simples empleados de los capitales (para el caso, incluyendo a Donald Trump, que a su vez es parte de esos grandes millonarios, de un modo bastante excéntrico por cierto, de ahí que lo que vendrá en la política estadounidense puede deparar sorpresas). Y sirve también para demostrar que la gente en su conjunto, la población de a pie no decide absolutamente nada. ¿A quién se le consultó para decidir no aumentar las regalías mineras, o para dar marcha atrás con las medidas cautelares contra una mina que contamina y mata, o para eximir de impuestos a las grandes empresas? ¿Cuándo las poblaciones toman parte en esas discusiones? Las decisiones finales, ¿las toman realmente esos encorbatados funcionarios, o se acerca más a la realidad el epígrafe de Francisco de Quevedo?

Por tanto, si esta democracia representativa no sirve a las grandes mayorías populares, habrá que ir buscando otras formas. Ahí está la democracia de base, la democracia real, directa, participativa, esperándonos. ¿No fue eso la Comuna de París en 1871? ¿No fueron eso las Comunidades de Población en Resistencia –CPR– en Guatemala durante los años de la guerra? Otra democracia donde la población efectivamente sí elije es posible. ¿Cuándo comenzamos a construirla?