Por Hugo Noé Pino
Las elecciones internas del pasado domingo estuvieron llenas de aspectos interesantes para analizar. Una de ellas es el entusiasmo que despertaron y el orden en que se realizaron. El conteo todavía presenta algunas dudas que tendrán que aclararse en los próximos días y, principalmente, corregirse para las elecciones generales.
Pero tal vez la más importante haya sido el éxito de LibRe. El partido Libertad y Refundación en un tiempo sumamente corto de organización de menos de un año, logró tener presencia en la mayoría de las mesas electorales y en todos los centros de votación en el Distrito Central, así como en el interior del país, se miraba el entusiasmo y presencia de gran número de personas.
Las cifras iniciales anunciadas muestra que obtuvo más de 350,000 votos y es muy probable que al finalizar el escrutinio Xiomara Castro obtenga entre 500,000 y 600,000 votos. Ningún partido de reciente formación alcanzó este volumen electoral en su primera participación, lo que demuestra el atractivo de la nueva oferta política. Adicionalmente, el hecho que sólo hubiese una candidatura pudo haber hecho que muchos de los simpatizantes guardaran sus votos para el próximo año.
También habría que considerar el número de funcionarios públicos y de otras instituciones o empresas que temiendo alguna represalia no quisieron arriesgar sus puestos acercándose a las urnas de LibRe, pero que el próximo año estarán dispuestos a votar por esta nueva fuerza.
Todo esto en medio de una cerco mediático impresionante tanto para Xiomara Castro, como para los demás candidatos y candidatas a puestos de elección popular. En la mayoría de los medios de comunicación fue como si LibRe no existiese, ni en sus caravanas, ni en sus posiciones sobre los problemas nacionales, ni en nada. Uno se pregunta cuál es el papel de los medios de comunicación en la construcción de la democracia, si defender las posiciones políticas de sus dueños, o de informar objetivamente sobre lo que ocurre en el país.
Desafortunadamente esto fue uno de los legados más negativos del golpe de Estado de 2009 que no se logra superar, pese a la continúa retórica de que la democracia es la mejor forma de gobierno. Pareciese que la visión es “creo en la democracia hasta no toque mis intereses”. Ojalá que esta experiencia no se repita para las elecciones generales, si realmente se quiere hacer una contribución efectiva al proceso democrático en Honduras.
Otro aspecto de beneficio para LibRe fue la experiencia acumulada en las mesas electorales de mucha gente joven que por primera vez participaba en un evento de esta naturaleza. Esta experiencia será valiosa para las elecciones generales, pero el Partido tendrá que reforzar sus programas de capacitación porque el próximo año, ya que con cerca de siete partidos en total, la situación será más compleja.
De las internas también se podrán sacer muchas lecciones para las elecciones generales y de esta forma estar preparadas para las eventualidades que siempre se presentan, o para los planes de aquellos sectores que buscan minimizar su participación en el plano político nacional.
Dados estos resultados, el próximo año será un año político muy particular, porque por primera vez habrá una auténtica fuerza política capaz de desafiar el sistema tradicional del bipartidismo en Honduras, y sólo ello constituye un éxito para LibRe.
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