miércoles, 30 de noviembre de 2011

No a la militarización de la sociedad hondureña



El debate de cara a los adversarios es económico


Vos el Soberano

Por Ricardo Salgado

Honduras se encuentra, hacia finales de 2011, en una situación bastante sui generis; nunca antes en su historia una crisis había provocado tantos cambios en la correlación de fuerzas en el país. Ahora bien, estos cambios se están dando en un campo distinto al que la mayoría estamos acostumbrados, la población está bastante “radicalizada” y la preocupación fundamental de las fuerzas dominantes radica en encontrar una forma nueva para “domesticar” al individuo votante, frente al empuje del ser humano reivindicador de sus derechos y exigente de una vida más digna y predecible. Es evidente que la discusión, aunque fortalecida, no llega aún a su punto álgido, el que seguramente se irá alcanzando a medida que las posibilidades del pueblo, como fuerza hegemónica emergente, vayan ganando la opción de remover la clase dominante actual.

Lejos de las discusiones habituales de las dirigencias un fuerte sector de la población ha logrado entender las razones básicas de sus problemas cotidianos, y ha perdido, de algún modo, su temor a los procesos revolucionarios en el sur de América. El lenguaje ha cambiado también, cambio que ha afectado la estrategia de dominación ideológica de la derecha local. Aunque el ambiente represivo ha alcanzado niveles sin precedentes, el temor, factor históricamente desequilibrante utilizado tradicionalmente por los encargados de mercadear la política vernácula, es cualitativamente distinto; la gente sabe que corre peligro pero se atreve cada vez más a desafiar ese riesgo inminente y letal.

La recomposición de la derecha, y el impulso de las fuerzas progresistas del país, han propiciado el diseño de estrategias que apuntan a la disputa del poder, siguiendo muy probablemente la ruta electoral, a menos que se produzca una jugada para evitar la inscripción del Partido LIBRE o de sus candidatos. Se puede desde ya prever una disputa de planteamientos que se librará en el campo que decida el más hábil en temas de campaña. Para comenzar debemos convenir que la disputa se reduce a una lucha entre la derecha y las fuerzas progresistas, que se ubican, básicamente porque no caben en ninguna otra parte, a la izquierda; no importa cuántos partidos se estén formando, el único que representa la posibilidad de un cambio es Libertad y Refundación (LIBRE). El nuevo Partido Anti Corrupción seguramente tendrá una fuerte orientación fascista, mientras el partido de los militares apuntará a seguir el guion que le puedan enviar del pentágono, pero ninguno de los antiguos o nuevos partidos, a la derecha, planteará el cambio del modelo económico.

Podemos fácilmente presumir que todo el conglomerado de grupos de poder, tratara de confundir a la población de varias maneras, centrando su estrategia en una confrontación de carácter ideológico. El eje central de la acción partidaria del Partido LIBRE debería ser el posicionamiento frente al modelo económico, con las derivaciones que este tiene, incluso en el campo ideológico, en el que el bienestar de las mayorías y el concepto de democracia deben confluir de tal forma que se erradique la idea manipulada de que el principio esencial del régimen democrático es la propiedad privada, y que el capitalismo es sinónimo de gobierno para las mayorías. La práctica no se cansa de demostrar que la sola posesión de bienes, o la iniciativa de los individuos no garantizan el progreso de nadie.

El planteamiento de un modelo democrático, basado en el bienestar de las mayorías, con la definición de varios tipos de propiedad, que plasmen el derecho de todos a tener, a legalizar lo que pertenece legítimamente a generaciones de hondureños. Al mismo tiempo, debe consolidarse una nueva visión de país, en la que el individuo se obligue moralmente a sí mismo a cumplir sus deberes con la sociedad. Se debe plantear el fortalecimiento del Estado como garante del cumplimiento de los derechos de las mayorías, y se debe propugnar por el replanteamiento de la legislación laboral, la que nunca más podrá ser cercenada por el capricho de un modelo.

El debate propuesto desde la derecha busca desde ya recurrir a viejos estigmas y estereotipos de corte macartiano, es decir se volverá a hablar de los comunistas caníbales, del robo de niños, y de confiscaciones de los pocos bienes que tiene la gente. Se reavivarán las campañas de odio, y se reactivarán grupos paramilitares anti comunistas que amenazaran con colgar de los postes las cabezas de los que quieren quebrar el sistema. Además, este tipo de campaña, instrumentalizada miles de veces en todo el mundo, contará con el apoyo decidido de muchos miles de dólares, acaso millones. Tampoco debería extrañarnos que algunas ONG comiencen a manipular datos contra nuestros argumentos.

Aunque el modelo esta evidentemente agotado, sus apologistas seguirán tratando de vender la idea de que el Estado es corrupto, y que es el peor administrador que existe, y volverán a traer ejemplos desde la Europa del Este en tiempos de la guerra fría. Naturalmente, invocaran la falta de libertad, y las “tiranías” en otros países, insistiendo que Honduras será un infierno de llegar LIBRE al poder. A falta de resultados tangibles, buscaran confundir con cifras amontonadas, ininteligibles par todo mundo; recordemos que para ello mentir no es un límite, al contrario lo utilizan con mucha naturalidad, especialmente cuando pueden acompañar sus mentiras de algunas dadivas para el pueblo, práctica harto conocida en nuestra historia.

Los argumentos orientados al orden y a la seguridad ciudadana ocuparán un lugar privilegiado en la agenda de la derecha, y buscarán arrastrarnos a ese campo a toda costa, a un rincón en el que ellos puedan aparecer como los poseedores de la fórmula para “normalizar” la sociedad, ofreciendo progreso, mientras nosotros aparecemos como incapaces en ese campo. Muchos pensaran que la derecha ya nos ha estado atacando, pero siendo realistas, hasta ahora no hemos visto el formidable despliegue de que es capaz la derecha latinoamericana, y gringa que se juegan en Honduras un bastión histórico.

En conclusión, el debate inmediato que veremos en nuestro país pondrá de frente a una derecha torciendo la realidad, acudiendo a la siempre generosa enajenación, a un partido del pueblo obligado a proponer un cambio real en el modelo económico, que es donde se generan todos los problemas que aquejan a las mayorías: desigualdad, pobreza, injusticia, impunidad, inseguridad, corrupción y entrega de la soberanía nacional. En consecuencia, es importante concentrar gran parte de nuestros esfuerzos teóricos y científicos en la consolidación de una estrategia que sea muy sólida, particularmente en lo referente al modelo nuevo.

Se ha acabado el tiempo en que el partido puede prescindir de sus profesionales más capaces; pero los tiempos también exigen que muchos y muchas dejemos de estar esperando una llamada telefónica para integrarnos al trabajo por la tan mencionada y anhelada refundación. Ahora es cuando demostramos de qué estamos hechos.

Pugna interburguesa por el control de la Energía Eléctrica


Por Sebastián Ernesto González

Durante el año 2011, la crisis económica se ha acrecentado ostensiblemente en el país, los servicios públicos se han disparado y los salarios se han congelado o casi estancado, la canasta básica debe de andar por arriba de 8,000 lempiras mensuales, mientras las fuentes de empleo se han escaseado y por el contrario, muchos han sido cesanteados tanto en el sector público como privado, lo peor de todo; no hay esperanza de que el panorama económico mejore.

Mientras el pueblo sufre el embate de la crisis capitalista y las consecuencias del golpe de Estado, los diferentes sectores burgueses del país en alianza con la clase política se reparten el pastel y han iniciado una embestida por el control de la energía eléctrica. Todos estos oscuros personajes son los mismos que se aliaron en un solo nudo cuando el gobierno de Manuel Zelaya Rosales pretendió consultarle al pueblo si estaba de acuerdo o no con una Asamblea Nacional Constituyente, obviamente este fue solo el detonante, y el verdadero motivo de la Constituyente que pretendía Zelaya ya solo es historia.

La empresa privada lamentaba el acuerdo económico entre el gobierno y el magisterio, se opusieron al incremento del salario mínimo del año 2009 y en muchos casos no lo pagaron, también se opusieron a cualquier medida que beneficiara levemente la vida de la población. Ahora, todos estos mismos sectores han iniciado una disputa por quedarse con la parte del pastel más grande, sin embargo, no hacen nada a favor de los trabajadores, campesinos, desempleados, niñez, etc.

Incrementos exponenciales que hunden en la miseria a los más pobres y a la clase asalariada

Antes del golpe de Estado la familia que consumía menos de 200 kw no pagaba energía, ahora paga un promedio de 600 lempiras. El transporte urbano ha sido incrementado de 3 a 10 lempiras, con el pretexto de que se cambiaron las unidades y con el ficticio ofrecimiento de un mejor servicio, poco a poco han sacado los buses viejos y han sido sustituidos por unos más pequeños y nuevos, tomando en cuenta que a veces se debe cambiar de un bus a otro para ir a un destino, significa que de 6 lps se pasó a pagar 20 lps. El servicio de Hondutel (Empresa Hondureña de Telecomunicaciones) aumentó por un consumo mínimo de 250 impulsos de 40 a 75 lempiras, aclarando que la factura llega igual si se consumen o no dicha cantidad de impulsos.

El combustible en septiembre del año 2005 (dos meses antes de las elecciones) fue incrementado a aproximadamente 90 lps y esto ocasionó una paralización nacional de los conductores de taxis, el resultado fue que Porfirio Lobo perdió las elecciones en ese entonces, en el gobierno de Zelaya el galón de combustible llegó en algún momento a costar debajo de los 50 lps y actualmente nuevamente anda merodeando los 90 lps. La factura del agua igual aumentó en un 30% y la canasta básica que en el 2009 andaba en los 6,000 lempiras para una familia compuesta de 4 personas ahora anda arriba de los 8,000 lempiras. Los ejemplos siguen y mientras escribimos estas notas seguro más de alguno aumentará.

La privatización de los servicios públicos y el gran negociazo de las Compañías térmicas

Remitámonos a inicios de la década de los 90 en el gobierno nacionalista de Rafael Callejas y el gobierno liberal de Carlos Roberto Reina (1994-1998), época en la que los apagones durante varias horas en el día o en la noche eran muy comunes, ¿Quién no recuerda que para ver los partidos del mundial de 1994 había que trasladarse de una colonia a otra donde los amigos y así poder disfrutar del fútbol? Fue entonces cuando un nuevo sector empresarial surgió en el país, el que ahora se conoce como las “las compañías térmicas”. Este sector empresarial está ligado a dos medios escritos de comunicación: El Heraldo y La Prensa.

Estos empresarios también suplen al Ministerio de Salud de medicamentos y también se les ha mencionado en la compra de armas para la Policía Nacional. Este grupo empresarial ahora se ve enfrentado con el régimen de Lobo-Hernández pero no para favorecer a los pobres.

Declaraciones de emergencia para aprobar amañados contratos Por todo el pueblo hondureño ya es harto conocido que cuando el gobierno declara en Estado de emergencia algún sector; lleva como propósito el contrato amañado o la compra sin licitación de millonadas de lempiras, lo han hecho en el sector de Salud y ahora lo hacen con la Energía Eléctrica. Un decreto de emergencia aprobado en el sector de energía eléctrica da lugar a la aprobación de un nuevo contrato amañado más.

El Congreso Nacional aprobó el jueves 17 de noviembre de 2011 un oscuro contrato por 16 años. El gerente de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, Roberto Martínez Lozano, justificando el contrato por 16 años manifestó que “…que el contrato antes de ser enviado al Congreso Nacional sería remitido a la Embajada Americana para que certifiquen si esta empresa está calificada o no para estructurar de manera financiera esta transacción”. Westport es la empresa encargada de estructurar de manera financiera la compra de equipo a la finlandesa Wartsila. Y la Embajada de los Estados Unidos publicó una nota aclaratoria donde manifiestan “…la Embajada de los Estados Unidos aclara que nunca esta misión diplomática recibió de parte de la ENEE…una petición para avalar o evaluar a la empresa Wesport Finance, y que el proceso de investigación de las compañías estadounidenses no es un servicio que ofrece la embajada”. (EH 23/11/2011).

En esta ocasión el político Roberto Martínez se llevó de encuentro a la embajada de los Estados Unidos para justificar un contrato por 16 años. El presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Santiago Ruiz aludiendo al mismo tema, manifestó que“ …es lamentable que salga ante la opinión pública otra mentira más en el marco de la firma del referido contrato…”.

Medios de comunicación también entran al debate El día 23 de noviembre en una de las noticias El Heraldo titula: “Pepe” quiere limitar la libertad de expresión, en el mismo se lee una declaración de Porfirio Lobo donde manifiesta que “El día viernes tengo un conversatorio con los directores de medios y estamos promoviendo…un evento internacional para poner en el tapete de discusión nacional e internacional el caso de Honduras con una pregunta: ¿libertad de expresión o medios en defensa de intereses económicos?”

El problema es que la demagogia de Porfirio Lobo sale a traslucir en la defensa de un contrato para una nueva empresa mientras al pueblo se le sigue cobrando el precio de la crisis del Golpe de Estado. En la noticia se termina con el siguiente párrafo “El mandatario no ha ocultado su insatisfacción por el desempeño de los medios de comunicación que han puesto al descubierto la corrupción en la policía y los vicios en la aprobación de contratos”.

Durante el día de ayer martes el gerente Roberto Martínez en cadena de radio también manifestó que el contrato a SEMEH no le sería renovado, la empresa SEMEH es la encargada de realizar las lecturas de los medidores de energía eléctrica, uno de los socios principales es Arturo Corrales, actualmente Ministro de Relaciones Exteriores y negociador del gobierno espurio de Michelletti, esta compañía también resultó como pacto de las medidas neoliberales tendientes a privatizar los servicios que administraba el Estado.

El “gobierno de Unidad” protege a los ricos

El otro frente abierto al régimen heredero del golpe de Estado es por el mismo presidente del Comité del Partido Nacional, Ricardo Álvarez. Recordemos que Porfirio Lobo ganó unas elecciones espurias bajo la dictadura de Michelletti, Porfirio Lobo fue tan golpista como lo son las “térmicas”, los “ministros de otros partidos” o lo es el mismo Ricardo Álvarez. Como premio por dar el Golpe de Estado y de reprimir y asesinar a los miembros de la resistencia se repartieron el poder entre todos los partidos políticos e incluyeron en la fiesta a los militares.

Ricardo Álvarez nuevamente manifiesta que los ministros que pertenecen a otros partido deben salir del gobierno para dar paso a los nacionalistas, declaró que “…en la medida en que se acerquen los comicios, ellos van a querer que el gobierno nacionalista fracase por que no sienten cariño a la bandera azul con la estrella solitaria…Como presidente del comité central estoy en la obligación de ser el defensor y la voz de los nacionalistas. Ya es hora que el nacionalismo ocupe todos los cargos del gobierno”.

Todos sabemos que el Alcalde de Tegucigalpa lo único que hace es demagogia ya que aspira a ser el próximo presidente de la República, lo que menos le importa son los millones de pobres que existen en el país. Y para que quede constancia de la repartición del pastel producto del golpe de Estado. El secretario general del Partido Demócrata Cristiano Hondureño (PDCH), Arnold Amaya, manifestó “ que los ministros Felícito Ávila (del Trabajo) y Arturo Corrales (Relaciones Exteriores) deben continuar en el gobierno por que el 28 de junio de 2009 se ganaron esos cargos al defender la democracia…Trabajamos fuerte para que en Honduras imperara la democracia. No se nos olvide que en el caso de Mel Zelaya su intención era quedarse en el poder y todos nos hicimos un nudo”. (EH 23/11/2011).

Los sindicatos deben ponerse al frente

Las Centrales Obreras, las comunidades, sindicatos, gremios y el FNRP tenemos la obligación de convocar a una movilización nacional para frenar los altos costos de los servicios públicos y de la canasta básica. El salario mínimo debe estar acorde al costo de la vida, no es posible que mientras el salario se estanca todos los precios de los productos y los servicios públicos que pagan los pobres aumenten exageradamente. Los servicios públicos deben pasar a control del Estado y administrados por las comunidades.

En esta lucha, el STENEE y la plataforma de sindicatos del sector público, deben jugar un papel clave en la lucha contra las privatizaciones, por imponer el control de los trabajadores sobre los servicios públicos e impulsar la administración obrera en las industrias o sector servicios que pertenecen al Estado.

La Doctrina Obama: haciendo de la necesidad virtud

Rebelión

Por James Petras

El gobierno de Obama, tras proseguir durante 3 años con las guerras coloniales iniciadas por el ex presidente Bush, finalmente ha tenido que reconocer las dramáticas consecuencias de las políticas llevadas a cabo, tanto en EEUU como en el exterior. En consecuencia se ha impuesto el “principio de realidad”: el mantenimiento del imperio estadounidense requiere modificar las estrategias actuales, con el objetivo de reducir los impactos negativos en el campo militar, político y diplomático [1] .

La Casa Blanca está modelando una nueva doctrina exterior en respuesta a los reveses políticos y militares. Esta, estaría basada en los bombardeos masivos, en una mayor intervención exterior en las zonas en conflicto, y cuando las circunstancias lo permitan, en las alianzas con fuerzas afines. Esto incluiría el apoyo armamentístico y financiero de los regímenes despóticos de los pequeños estados del Golfo Pérsico, de fundamentalistas, de mercenarios, de desertores oportunistas, de gangsters y básicamente de toda la chusma dispuesta a servir al imperio por dinero.

Todavía esta por ver si los cambios hasta el momento acaecidos son resultado de una nueva política post-colonial, la “Doctrina Obama”, o simplemente constituyen una serie de medidas improvisadas en vista de los reveses recibidos (“haciendo de la necesidad una virtud”).

Empezaré por trazar los fallos estratégicos que indujeron al rediseño de la política Bush-Obama a mediados del 2011. A continuación mostraré el “principio de realidad”, ĺa crisis profunda y las presiones crecientes que han empujado al gobierno de Obama a cambiar la metodología de la guerra imperialista . Los cambios tienen como objetivo mantener el poder en una situación de recursos escasos y con aliados más que dudosos. La tercera parte muestra los cambios en las estrategias tal y como han ido sucediendo, enfatizando como éstos responden al desarrollo de circunstancias desfavorables y al surgimiento de nuevas oportunidades.

En la sección final evalúo críticamente las nuevas políticas imperiales de Obama, el impacto sobre ciertos países y sus habitantes, así como sus consecuencias sobre los EEUU.

El continuo Bush-Obama: 2009-2011
Obama tomó el testigo del gobierno Bush, y continuó su carrera, expandiendo el presupuesto de guerra por encima de los 750.000 millones de dólares, incrementando en 30.000 las tropas en Afganistán, aumentando el gasto en bases militares y en mercenarios en Irak, e incrementando las incursiones aéreas en Yemen, Pakistán, Somalia y Libia. Todas estas políticas han conducido a la profundización de la crisis económica, al incrementarse el déficit comercial y el déficit público hasta 1,6 billones de dólares. La popularidad del gobierno y del partido Demócrata han bajado considerablemente. Paralelamente al incremento del gasto externo, se ha de añadir el gasto de miles de millones de dólares en decenas de nuevas agencias gubernamentales encargadas de la seguridad en el interior de los EEUU. El crecimiento de la deuda externa y del déficit interior se da al mismo tiempo que el rescate financiero por valor de 1 billón de dólares a Wall Street. Todo ésto mientras 10 millones de familias perdían sus viviendas y el paro se disparaba hasta las dos dígitos.

Obama ha expandido las guerras iniciadas por Bush, los rescates bancarios y los recortes millonarios de impuestos a las clases más pudientes. Además ha propuesto ingentes recortes en el gasto federal en medicina y educación. Por otra parte a pesar del creciente gasto en defensa no se ha conseguido ni una sola victoria militar trascendente. A principios del tercer año de su gobierno se vislumbra, entre la dañada economía interna y la pérdida de varios aliados importantes, que el imperio estadounidense está en quiebra.

El principio de realidad
Después de tres años de gobierno incluso los más intransigentes y dogmáticos ideólogos del gobierno Obama han percibido el fracaso de la política exterior y el decreciente apoyo doméstico y exterior a sus políticas. Los islamistas constituyen un gobierno en la “sombra” por todo Afganistán, infligiendo cada vez más bajas a las tropas aliadas de la OTAN, incluso en la capital, Kabul. En Irak, incluso el gobierno títere se ha opuesto al establecimiento permanente de tropas estadounidenses, mientras las diferentes facciones se preparan para el conflicto post-colonial: los colaboradores del régimen, la resistencia, los diferentes clanes y tribus, etnias separatistas, paramilitares y mercenarios. Irán ha incrementado su influencia en la región frente a los EEUU, especialmente en Irak, Siria, el oeste de Afganistán, los estados del Golfo, Líbano y Palestina (Gaza), pese a las amenazas estadounidenses y las sanciones económicas diseñadas por los sionistas.

Ante la caída de los gobiernos pro-estadounidenses en Egipto y Túnez (Mubarak y Alí), y de los levantamientos populares que amenazan los gobiernos títeres del Yemen, Somalia y Bahrein, el gobierno de Obama se ha visto obligado a admitir que el “modelo” de guerra israelí, basado en la ocupación y colonización mediante un gobierno títere, no es viable. El principio de realidad se ha impuesto: Obama y Clinton ya no son los guardianes de un imperio en expansión sino de un imperio en decadencia. El proyecto imperial de la época post-soviética, iniciado por Bush padre, se basó en la acción unilateral y la supremacía militar. Tras Clinton, que mantuvo el modelo, Bush hijo lo expandió y Obama lo ha multiplicado. El modelo se ha revelado desastroso: guerras interminables que han culminado en un gran movimiento pro democrático que ha generando la caída de varios gobiernos afines a los EEUU.

Las guerras coloniales han vaciado la tesorería imperial, han empobrecido a los estadounidenses y han socavado el apoyo del proyecto imperialista. El estado de opinión en los EEUU se ha visto muy afectado por el coste del imperio, pero también por la influencia económica cada vez mayor de las economías emergentes: China, India... En ningún lugar ha sido tan evidente el declive de los EEUU como en Latinoamérica, donde nuevos gobiernos nacionalistas tienen políticas exteriores divergentes con los EEUU. Estos países han alcanzando un gran crecimiento económico empezando a colaborar con nuevos socios comerciales, mientras rechazaban varios golpes de estado apoyados por EEUU y repudiaban el neoliberalismo reciclado impuesto por Geithner. No ha habido ningún lugar en el planeta en el cuál el gobierno Obama pudiese mostrar una victoria militar, éxito económico o una mayor influencia política.

A medida que las derrotas militares, los problemas económicos y el descontento se hacían patentes, se iba desarrollando una nueva política imperial. No es una política totalmente consolidada, sino que se va moldeando con las nuevas circunstancias.

El proceso de formación de la “Doctrina obama”
Lo primero que ha tenido que reconocer el gobierno Obama, es que las guerras coloniales basadas en la ocupación militar territorial, no son viables en un mundo de estados soberanos. Generan una resistencia prolongada, problemas presupuestarios, un goteo de bajas y desde luego no se autofinancian, como afirmaban los genios sionistas del Pentágono. Es preciso diseñar nuevas formas de guerra para mantener el imperio y destruir a los adversarios.

La decisión más difícil del gobierno de Obama ha sido si admitir la derrota en Irak y retirar las tropas, o si declarar la “victoria”. Derrota, en el sentido de que los EEUU no pueden mantener un ejercito de ocupación y han tenido que dejar Irak en manos de un gobierno que expandirá los lazos con Irán y será hostil a Israel o victoria, en el sentido de haber derrocado a Saddam Hussein y haber debilitado la influencia de Irak en la zona. La derrota y la retirada finalmente suponen mantener 20.000 soldados en los pequeños estados del Golfo, gobernados por monarquías despóticas, y posicionar una flota de guerra en el Golfo Pérsico. Obama-Clinton aseguran que las tropas y la flota de guerra naval y aérea servirán para reocupar Irak en caso de que caiga el gobierno actual y sea sustituido por un gobierno nacionalista. Es un escenario “cuestionable”, ya que reocupar Irak conduciría a una guerra larga y costosa. El principal objetivo del realojamiento de tropas es proteger a los gobiernos de los pequeños estados del Golfo de los movimientos internos pro-democráticos y lanzar un ataque aéreo y marítimo, conjunto con Israel, contra Irán. O sea, la reducción de tropas en Irak se sustituye por la acumulación de fuerzas aéreas y marítimas que permitan atacar y destruir bases militares y puntos económicos neurálgicos en Irán.

La retirada de los EEUU es el resultado de la derrota ; es una retirada obligada . La reubicación de tropas en los pequeños estados despóticos del Golfo, supone una disminución de la presencia estdounidense en la zona, y el apoyo a unos gobiernos despóticos muy frágiles. El trasvase de tropas desde Irak a los estados del Golfo, tiene como objetivo sacar las tropas de un Estado grande, con una larga historia de resistencia e independencia, poniéndolas a salvo en pequeños santuarios. Los EEUU no pueden permitirse un conflicto interminable, ni tampoco pueden garantizar la seguridad de un pequeño contingente en Irak. La retirada hacia los Estados del Golfo, es hacer de la necesidad una virtud, manteniendo una posición en la retirada, desde la cuál poder lanzar la próxima guerra aérea.

La intervención en Libia indica la fórmula escogida por el gobierno Obama para mantener el imperio. La justificación de la intervención es tan falsa como la usada en Irak: en vez de armas de destrucción masiva, se ha maquinado la excusa del genocidio y la violación. Se ha improvisado una resolución de la ONU que permite la intervención para “proteger a la población”, pudiendo así la OTAN, lanzar en 8 meses, 30.000 ataques aéreos destinados a derrocar al gobierno y destruir la economía del país. La política de Obama en Libia se ha basado en una triple estrategia: 1. bombardeos aéreos , marítimos y el apoyo de asesores de las Fuerzas Especiales. 2. Un ejército de mercenarios y el uso de expatriados como “nuevos líderes”. 3. Una coalición multilateral imperialista de países europeos (la OTAN) y de las petro-oligarquías del Golfo. A diferencia de Afganistán o Irak, los bombardeos masivos han sustituido a la invasión por parte de un gran ejército. Los estrategas del gobierno Obama ya han catalogado la experiencia de Libia como la “doctrina Obama”, al permitir recuperar el control de un gobierno Árabe independiente. Pese a la propaganda masiva de apoyo al rol de los mercenarios “rebeldes”, la verdad es que las fuerzas leales a Gadafi han sido vencidas únicamente gracias al poder militar aéreo de la OTAN.

La celebración por parte de Obama y Clinton de la victoria es prematura. Ha supuesto la destrucción de la economía , desde los puertos a los sistemas de irrigación, pasando por las carreteras y los hospitales, y el hundimiento del mercado laboral, al deportar a cientos de miles de trabajadores subsaharianos y profesionales del Norte de África. En otras palabras, ha sido una victoria pírrica: Washington ha vencido al adversario, pero no ha conquistado un estado viable económicamente.

Lo que es peor aún, las fuerzas terrestres mercenarias apoyadas por Washington, incluyen una amalgama de fundamentalistas, gánsteres, jefes de clanes oportunistas y neoliberales con pocos intereses en común. De hecho están todos armados y listos para repartirse el territorio. La situación es parecida a la creada en Afganistán tras la lucha contra el régimen pro-soviético, cuando los EEUU armaron a grupos fundamentalistas, bandas de narcotraficantes, jefes de clanes y señores de la guerra de todo tipo. Tras la derrota del gobierno, las mismos grupos armados por los EEUU, se volvieron contra éste, alimentando un movimiento pan-islámico por el sur y centro de Asia, los estados del Golfo, Oriente Medio y el Norte de África.

La fórmula Obama en Libia: usar mercenarios de todo tipo con el objetivo de conseguir resultados a corto plazo, se está volviendo ya en contra de los intereses de los EEUU. Las milicias fundamentalistas y los contrabandistas están enviando desde Libia toneladas de misiles tierra-aire, metralletas y fusiles automáticos, obtenidos del arsenal de Gadafi, a Egipto, Siria, Somalia, Sudán y a un sinfín de países.

En pocas palabras, las débiles relaciones entre los diferentes componentes del “gobierno” Libio, tiene toda la apariencia de conducir a Libia a un estado fallido. En estas condiciones, ni la OTAN, ni las petroleras van a poder establecer bases firmes de operación.

EEUU ha recurrido a ataques aéreos con misiles y con drones para debilitar a la resistencia, llegando a matar a algunos líderes insurgentes locales. Estos ataques han generado la repulsa de clanes enteros y en general de la opinión pública de los estados atacados. Los ataques con drones han matado a cientos de civiles, fomentando que sus parientes y otros habitantes de pueblos y ciudades se incorporen a la resistencia. Después de 3 años de intensos ataques aéreos con misiles, el gobierno de Obama no ha conseguido ni una sola victoria decisiva sobre los insurgentes. De hecho, los datos disponibles apuntan más bien hacia la situación opuesta. Las tribus del noroeste de Pakistán se han incorporado masivamente a la resistencia y la mayoría de los paquistaníes (80%) ve con malos ojos los ataques aéreos con drones que violan la soberanía de Pakistán, obligando hasta ahora al gobierno aliado a cuestionar sus conexiones militares con los EEUU. Tampoco en Somalia o Yemen, los ataques con drones y con las Fuerzas Especiales, han conseguido debilitar las protestas masivas de la población contra los gobiernos en cuestión. La guerra de alta tecnología se ha revelado como un pobre sustituto de la también fallida intervención terrestre en gran escala.

El tercer elemento de la “Doctrina Obama” consiste en intervenir de forma conjunta con una “tercera parte” o intervenir de forma multilateral. Este tercer elemento no ha resultado ni en Afganistán ni en Irak, y sólo ha funcionado de forma parcial en Libia. La fuerza multilateral en Irak se retiró relativamente pronto, incapaz de sostener los gastos de una guerra interminable que además gozaba de poco apoyo en los países de origen. Lo mismo ha ocurrido en Afganistán: la mayor parte de los soldados de la OTAN abandonaran el país antes de la retirada de los EEUU. La intervención multilateral en Libia ha destrozado el país para las próximas décadas. La intervención multilateral se ha basado en la estrategia de entrar, bombardear y salir corriendo, dejando sobre el terreno a mercenarios conocidos por la brutalidad con la que actúan: violaciones, pillaje, tortura y ejecuciones sumarias. Sólo una descerebrada y depravada moral como Hillary Clinton ha podido cantar alabanzas y bailar una giga ante el acto de un sádico, cuchillo en mano, torturando a un presidente cautivo y convertirlo en una "victoria de la democracia".

El cuarto elemento de la “Doctrina Obama” es el uso de mercenarios. Estos han participado sin éxito en varias invasiones cuyo objetivo era proteger a gobiernos aliados de la insurgencia. Los EEUU financiaron la fallida invasión de Somalia por parte de la dictadura etíope. Invasión cuyo objetivo era mantener en el poder a un corrupto e impopular gobierno atrincherado en la capital del país. Le siguió la invasión de Somalia por parte del ejército de Kenia, apoyado por los EEUU. La intervención ha conllevado la masacre y hambruna de cientos de miles de refugiados somalíes de los campos del norte de Kenia y el sur de Somalia y a numerosas emboscadas mortales por parte de la resistencia islámica nacional. La intervención militar por parte de mercenarios no ha ayudado a mantener al gobierno somalí en el poder, sino que ha generado aún más oposición nacionalista.

En Bahrein la invasión del país por el ejercito de Arabia Saudí, con apoyo de los EEUU, ha permitido mantener temporalmente la monarquía despótica en el poder, pero sin acallar las demandas del movimiento pro democrático.

El quinto elemento de la “Doctrina Obama” consiste en el uso de Fuerzas Especiales, grupos de hasta 500 soldados o más, altamente entrenados y fuertemente armados, cuyo objetivo es asesinar líderes insurgentes, aterrorizar a la población civil que les apoya, o actuar de columna vertebral de las fuerzas locales aliadas de los EEUU. Un buen ejemplo es el envió de Fuerzas Especiales a Uganda. Hasta ahora no hay noticias de ninguna victoria decisiva, incluso en este pequeño país. Probablemente en el futuro el uso de las Fuerzas Especiales se limite a zonas geopolíticas de interés económico especial, que tengan movimientos de resistencias relativamente débiles, y sólo de forma “complementaria” a los ejércitos locales.

El elemento final, y a su vez el mas importante de la “Doctrina Obama”, es la promoción de levantamientos civiles o militares, y la creación de lideres locales que puedan “cooptar” movimientos populares, evitando que éstos asuman posiciones antiestadounidenses.

En Siria, Washington y la Unión Europea han incitado un levantamiento armado sectario y regional, cuyo objetivo es derrocar al gobierno nacionalista autoritario de Assad. Jugando al juego de las demandas democráticas y apoyados en la hostilidad de los fundamentalistas contra el gobierno secular, los EEUU y la UE han urdido, con la colaboración de los Estados del Golfo y Turquía, una triple estrategia. Las estrategias son: el uso de sanciones externas, los levantamientos populares y la resistencia armada contra la mayoría secular de ciudadanos y el ejército que apoyan a Bashar Assad. La política de Obama se apoya en la propaganda de los medios de comunicación y en los agravios de ciertas regiones, para generar una fuerza suficiente como para “cambiar el régimen”.

Paralelamente a la política “desde el exterior” llevada a cabo en Siria, en Egipto y en Túnez, en estos dos últimos países se ha optado por una estrategia aplicada desde el interior. Enfrentándose a las protestas obreras, nacionalistas y pro democráticas en Egipto, Washington ha financiado y apoyado el golpe de una junta militar. Esta promueve las mismas políticas interiores y exteriores usadas anteriormente por Mubarak para preservar la estructura económica del régimen. Obama y Clinton han apoyado, mientras evocaban cínicamente el espíritu de la Primavera Árabe, a los tribunales militares que juzgan, torturan y encarcelan a miles de activistas pro-democráticos.

A corto plazo, la doctrina Obama apoyada en la subversión civil-militar, promovida tanto desde el exterior como desde el interior de los propios países, ha conseguido acallar los prometedores levantamientos antiimperialistas surgidos a principios de 2011. Sin embargo, las grandes diferencias surgidas entre los nuevos líderes “reciclados” y los movimientos pro-democráticos, han generado llamadas a un segundo levantamiento, para deponer a los oportunistas que “han subvertido las protestas”, traicionando los principios democráticos de aquellos que se esforzaron en derrocar a las dictaduras clientes de EEUU.

Conclusión: La “Doctrina Obama ”
La “Doctrina Obama” puede catalogarse como un conjunto de políticas improvisadas que no parece que hayan podido revertir el declive del imperio estadounidense. Sin embargo el deterioro de la influencia de los EEUU en los países árabes no deja de carecer de ciertos “avances tácticos”, especialmente a raíz de la cooptación de varios líderes islámicos en Libia, Síria, Túnez y en el reacomodamiento de los generales de Mubarak en Egipto.

El gobierno de Obama esconde, tras los eufemismos, la escala y la relevancia de las derrotas políticas y diplomáticas sufridas: la retirada de tropas de Irak se presenta como una “misión de cambio de gobierno exitosa”, menospreciando la creciente violencia civil y gubernamental entre facciones rivales. La “retirada” de Afganistán, es en realidad una derrota militar. Los talibanes y sus fuerzas aliadas, constituyen ya un gobierno paralelo en la sombra por todo el país, y el ejército mercenario financiado por el Pentágono con miles de millones de dólares, está infiltrado por militantes nacionalistas e islámicos.

El gobierno presenta los “bombardeos con drones” como una exitosa arma contra insurgente, y se publicita a bombo y platillo como la alternativa viable a la invasión armada por parte de un ejército de tierra. Sin embargo los “drones” y los asesinatos perpetrados desde éstos, no son más que éxitos publicitarios, ya que tienen un impacto reducido sobre la decadente situación política.

A nivel diplomático el declive de los EEUU es aún más notorio. La Asamblea General de las Naciones Unidas ha votado en contra de las propuestas estadounidenses concernientes a Cuba. Por otra parte la admisión del Estado de Palestina en la Unesco ha supuesto una gran contrariedad a la política del gobierno Obama. Los EEUU han recortado en represalia el apoyo financiero de las Naciones Unidas, reduciendo aún más la influencia diplomática de los EEUU.

Incluso la OTAN se niega a seguir a Obama en su próxima aventura militar. El gobierno Obama, sometiéndose servilmente al brazo político de Israel en los EEUU: los 52 “Presidentes de las Mayores Organizaciones Judías-Estadounidenses”, prepara con Israel un ataque conjunto a Irán.

El gran peligro de la “Doctrina Obama” es que se concentra en los efectos “locales” a corto plazo. El bombardeo aéreo y marítimo de las instalaciones nucleares y militares de Irán, complacerá al presidente de Israel y garantizará el apoyo de las organizaciones sionistas-estadounidenses a la reelección de Obama. Sin embargo no tiene en cuenta la capacidad de Irán de cerrar el paso petrolero más importante del mundo, el estrecho de Ormuz.

La victoria aérea sobre Irán, no podrá evitar los ataques terrestres contra las fuerzas estadounidenses por todo el Golfo. Todos los Estados petroleros aliados de los EEUU son susceptibles de ataque. Los misiles iraníes de largo alcance provocaran el terror en Israel, antes incluso de que los consejeros sionistas de Obama puedan descorchar una botella de champán para celebrar la “victoria aérea” sobre Teherán.

La “Doctrina Obama” de ataques aéreos desde el exterior, aplicada al caso de Irán, generaría un conflicto monumental. Conflicto que superaría fácilmente las terribles consecuencias de las intervenciones terrestres en Irak y Afganistán. La “Doctrina Obama” consiste en un conjunto de políticas improvisadas en respuesta a un problema común: cómo mantener la dominación imperial ante la ineficacia de las políticas de ocupación colonial. La victoria táctica alcanzada en Libia, y las oportunidades generadas por las revueltas en Siria, han generado la necesidad de formular una nueva estrategia global. La colaboración desde en interior de los Estados es básica, especialmente si goza de poder institucional (como los militares en Egipto), o de influencias sobre la sociedad civil (en el caso de los movimientos islámicos en Siria).

El intento de transformar los éxitos obtenidos hasta el momento en una estrategia general, caerían en una falacia. Irán no es Libia: tiene poder militar y se halla lo suficientemente cerca como para arrasar las débiles dictaduras del golfo. Israel puede lanzar una guerra contra el mundo islámico, pero sería una batalla perdida. Las derrotas diplomáticas de Israel en la ONU no se deben a que haya 193 países “antisemitas”. La troika sionista, israelí y Estadounidense se está masturbando mutuamente en un cuarto de baño. Pueden despotricar y morirse de rabia e incluso precipitar una guerra apocalíptica, pero Obama y Netanyahu se hallan al margen de las dinámicas globales. Sus políticas son reacciones impotentes ante los movimientos populares que sueñan con transformaciones históricas, las cuales han comenzado ya ha penetrar el centro del imperio: Wall Street y Tel Aviv. La “Doctrina Obama” está condenada al fracaso porque no es capaz de reconocer que el declive del imperio no es un simple problema táctico, sino que nos hallamos ante el colapso sistémico del edificio imperial . Las grietas en el exterior han comenzado ha generar revueltas en el interior.
[1] Thomas Shanker and Steven Lee Myers “US Planning Troop Buildup in Gulf After Exit from Iraq”, New York Times , Oct. 29, 2011.

Así fue la jornada latinoamericana por la Educación Pública


Miles de estudiantes de Latinoamérica salieron a esta primera movilización continental por una educación pública gratuita y de calidad. En Santiago, Bogotá, Buenos Aires, Guayaquil, São Paulo o Costa Rica se exige el fin de las recetas neoliberales de educación promovidas por el Banco Mundial. 
Si en las calles de Bogotá (Colombia) poco después de salir el sol se escuchaba “lo que el pueblo necesita es educación gratuita” en la boca de miles de estudiantes colombianos; al caer la tarde de este 24 de noviembre miles de kilómetros al sur, en Santiago de Chile, los estudiantes culminaban la frase gritando “porque el pueblo está cansado de las leyes de mercado”.

Entre medio, en 14 países del continente y en ciudades europeas los estudiantes salieron por primera vez a la calle en una acción coordinada contra el neoliberalismo y por una educación pública gratuita y de calidad.

Al correr las horas miles de estudiantes de la Universidad de São Paulo, Brasil, recorrían la Avenida Paulista sumando a la demanda continental el fin de la Policía Militar en el campus de estudio; en Costa Rica los universitarios exigen la transparencia en los acuerdos entre los rectores de las universidades y el Banco Mundial; y en Guayaquil, Ecuador, la Federación de Estudiantes Universitarios FEUE-DN mostraba su fuerza por las calles de la ciudad sacando a más de 5 mil estudiantes.

La iniciativa surgió de los movimientos estudiantiles colombiano y chileno quienes al ir avanzando sus protestas, articulando sus demandas y difundiéndose a través de la web se dieron cuenta que tenían ante sí el mismo enemigo: las políticas neoliberales que en las últimas décadas han desmantelado el aparato público a la vez que han ido dando cimientos a un horizonte de educación pagada, segregada y de cuestionable calidad. Al correr los días, federaciones estudiantiles y colectivos universitarios de otros países latinoamericanos comenzaron a sumarse, generar redes y caminos de comunicación.

Mientras en Chile los estudiantes gritan en las calles “y va a caer la educación de Pinochet”, instalada por el dictador y bancarizada por los gobiernos concertacionistas; en Colombia los estudiantes están dando un gallito como hace tiempo no se veía a las políticas de privatización del gobierno de Juan Manuel Santos, expresadas en la reforma a la Ley 30 de Educación.

Lo que viene
Hubo jornadas de solidaridad y marchas en Perú, Argentina, México, Ecuador, Venezuela, Costa Rica, Paraguay, El Salvador, Bolivia, Uruguay y Guatemala. Al mes de noviembre los estudiantes de Colombia, Chile, República Dominicana y Puerto Rico están en diversas formas de movilización. El enemigo es el mismo: las políticas neoliberales y privatizadoras de la educación.

Además colectivos y organizaciones estudiantiles de Canadá, España, Francia y Alemania realizaron protestas similares en sus países.

La coordinación es a través de las redes sociales e Internet y se reúnen los estudiantes dos veces al año en la UCLADE, cuyo último congreso se realizó en Montevideo este año.

El secretario internacional de la Confech, Paul Flor, analiza la protesta continental así: “estamos satisfechos con la jornada, creo que es el comienzo de una lucha en común en que los estudiantes por fin podemos visibilizar la demanda por la educación pública en Latinoamérica”. “Hoy la privatización de la educación a nivel continental es impulsada por el Banco Mundial y la OCDE. Nosotros creemos que el sistema capitalista está en crisis, por lo que debemos recuperar lo público en nuestras universidades y en la vida”.

Para marzo del 2012 se agenda realizar una jornada continental que dure un mes por la educación pública con la participación de artistas y la comunidad educativa completa.

martes, 29 de noviembre de 2011

No a la caza de jóvenes del pueblo. No al servicio militar obligatorio.

Vos el Soberano

UNAH: Policía es la banda criminal más peligrosa de Honduras


Tiempo


La Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) justificó su propuesta de intervenir la Policía Nacional porque esta institución se transformó en una organización delictiva, y por el aumento acelerado de la inseguridad ciudadana.

Según el documento elaborado por el Alma Máter, el asesinato de los dos estudiantes universitarios Rafael Alejandro Vargas Castellanos (22); y su amigo Carlos David Pineda Rodríguez (24), acontecido en la capital el sábado 22 de octubre del presente año y perpetrado por miembros de la Policía Nacional, fue el detonante que precipitó la caída del telón que encubría las actividades delictivas de la Policía.

"Este asesinato se constituyó en un caso emblemático, pues ha sintetizado la indignación nacional ante miles y miles de muertes violentas que quedan sin investigar y por ello en absoluta impunidad", puntualiza la propuesta que se gestó a iniciativa de la rectora, Julieta Castellanos, madre de uno de los universitarios asesinados.

El documento también establece que la acción de los fiscales y medios de comunicación evidenciaron que más allá del apoyo de algunos policías a bandas delincuenciales, la propia Policía ha actuado como una banda que ejecuta graves acciones ilícitas. El documento establece que la Policía se ha constituido en la organización delictiva que con mayor eficacia está destruyendo la convivencia en la nación, volviéndose por ello la más peligrosa.

La UNAH afirma que la Policía actúa bajo la protección de las leyes del Estado; es financiada con el dinero público, recursos que aportan los contribuyentes a través de impuestos y tasas.

Además indica que cada uno de sus miembros es una autoridad ante la ciudadanía, facultada y entrenada para el uso de la fuerza, para detener y capturar ciudadanos; que porta legalmente armas de fuego y otro tipo de armas; usa uniformes que simbolizan su autoridad y tiene a su disposición para usar a su entera voluntad y discreción las patrullas, equipos de comunicación, postas, celdas y toda una logística muy útil a la hora de delinquir.

Dirección Nacional 
La UNAH asegura que la Policía tiene adscrita como parte de sí misma a la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC), y dice que con ello los propios policías deciden sobre los casos que se investigarán, los que no se investigarán y la celeridad o lentitud con que debe ser tratado cada caso.

Además, agrega, pueden manipular las investigaciones para implantar "pruebas", decidir sospechosos, ocultar a verdaderos hechores, dar falsas explicaciones y alterar de múltiples formas la investigación criminal a su propia conveniencia. Otra de las aseveraciones de la UNAH indica que en la gran mayoría de casos delincuenciales la Policía es, en la práctica, quien dirige la investigación criminal, aunque por ley esta es función del Ministerio Público a través de los fiscales.

Según el instrumento de la UNAH, la Policía controla totalmente sin limitaciones legales ni transparencia y en forma exclusiva los servicios de inteligencia, decidiendo así qué o a quiénes analizar y disponiendo de la información de inteligencia para los usos que ellos mismos dispongan.

También afirma que la Policía recibe denuncias ciudadanas de todo tipo y las maneja y gestiona sin la menor transparencia y sin acceso de los ciudadanos a la información real que les permita el seguimiento de sus casos. Ello permite que la misma Policía descarte o deje de considerar las denuncias en que están involucrados sus propios miembros, añade.

Apreciaciones 
Según la UNAH, la ineficacia deliberada de la Policía ha conducido a la creciente pérdida de soberanía del Estado sobre territorios en todo el país. Con la complicidad de la Policía son cada vez más las áreas gobernadas por el crimen organizado, en las que no imperan las leyes de la República sino el mandato de los delincuentes. En dichos territorios la Policía opera al servicio de ellos.

Nuevos Actores
Otra de la justificaciones para que se dé la depuración policial, dice la UNAH, es que la delincuencia común ha quedado relegada ante nuevos delincuentes que agreden en mucho mayor escala a la ciudadanía, y cuya característica central es que operan con un alto grado de organización.

Confirman la desaparición de archivos del Congreso dirigido por Micheletti y Saavedra



Revistazo

El Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP) confirmó a través de resolución 460-2011, que en el Congreso Nacional desaparecieron los registros correspondientes a los subsidios que durante los años 2008 y 2009 ese poder del Estado entregó a distintas organizaciones no gubernamentales, iglesias, fundaciones y patronatos comunales, afines a Roberto Micheletti.

“En fecha 13 de octubre de 2011 se rindió informe de inspección que reporta que de acuerdo al Pagador Especial del Congreso Nacional, la información solicitada de los años 2008 y 2009, no existe en los archivos de dicha dependencia y que en fecha 20 de septiembre del año en curso se entregó al peticionario, parcialmente la información solicitada, es decir, únicamente la del 2010”, afirma el IAIP en uno de los considerandos previos a resolver.

La resolución de fecha 16 de noviembre de 2011, corresponde a un recurso de revisión presentado por Revistazo.com, contra el Congreso Nacional, por la denegación parcial de una petición de información pública.

Modificaciones presupuestarias
Una investigación sobre el manejo del presupuesto nacional realizada por la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) a inicios del presente año, revela que iglesias de distintas denominaciones y organizaciones no gubernamentales, fueron beneficiadas con millonarias cantidades de dinero de parte del Congreso Nacional.

De acuerdo al estudio, a través de decretos legislativos el Congreso Nacional dirigido por Roberto Micheletti y José Alfredo Saavedra, modificó partidas presupuestarias para beneficiar a múltiples ONG´s, de las cuales algunas no contaban con personería jurídica.

En declaraciones a varios medios de comunicación, la directora de la Fundación Luz, Luz Ernestina Mejía, aceptó el 27 de abril, horas después de haberse presentado la investigación, que en el ejercicio fiscal de 2009, recibió dos millones de lempiras. Sin embargo, el informe confirma que en el 2010, esta fundación recibió 2 millones más de la Secretaría de Gobernación y Justicia a través del programa de apoyo al sector privado.

“En el gobierno constitucional de Micheletti se me dieron esos fondos, que como les digo no hay manera de que puedan llegar al bolsillo personal, como han llegado los 48 millones de otras ongs”, dijo en su momento la directora de la referida fundación..

“No contamos con la información”
A raíz de la investigación de ASJ, en agosto pasado este medio digital solicitó ante la Unidad de Transparencia del Congreso Nacional, un listado de todas las organizaciones no gubernamentales, iglesias, fundaciones y patronatos comunales que entre enero de 2008 y diciembre de 2010, recibieron apoyo económico de ese poder del Estado.
Con fecha 19 de septiembre sin argumento válido y convincente, a través de una nota oficial, el pagador especial del Congreso Nacional, Pedro Alexander Pineda, manifiesta: “Se le informa que no contamos con la información de los años 2008 y 2009, pero si le proporcionaremos la información de febrero a diciembre de 2010”.

A través del oficial de Transparencia, el Congreso Nacional entregó a este medio de comunicación, un listado de 65 organizaciones beneficiadas en el año 2010 con montos que oscilan entre 5 mil y 200 mil lempiras, contrastando con los recursos millonarios que según la investigación se desviaron de la gestión pública, para ser manejados por organizaciones privadas.

Siendo el Congreso Nacional uno de los poderes del Estado donde se toman las decisiones más importantes del país, no es creíble que los archivos desaparezcan de la noche a la mañana. La información requerida por este medio digital, corresponde a fondos públicos, que deben contar con el respaldo y las liquidaciones requeridas. No obstante, sin explicación alguna, los funcionarios se limitan a decir que no cuentan con la documentación.

Corresponde a los órganos contralores del Estado verificar si en realidad en el Congreso Nacional, no existen los correspondientes registros, pues, la resolución del IAIP se limita a manifestar, que según pagador especial del Congreso, la referida información no existe en los archivos.

De acuerdo a esta afirmación, la inspección ordenada al departamento legal del IAIP, se limitó a preguntar si existía o no la información y cabe mencionar, que éste medio digital, ya contaba con la respuesta del pagador especial.

La respuesta del pagador especial del Congreso Nacional a la petición formulada por Revistazo.com y el argumento del IAIP para declarar sin lugar, el correspondiente recurso de Revisión, no despierta más que el interés en conocer, si ¿En realidad este Congreso Nacional es moderno, cercano y transparente, como lo pregona su presidente, Juan Orlando Hernández?, - la pregunta queda en el aire.

La Enne y el Cohep


Vos el Soberano 

Por Gustavo Zelaya

Los datos que publica la Empresa Nacional de Energía Eléctrica apenas sirven para dar una idea de lo que se oculta tras las pencadas que intercambian Armando Urtecho y Roberto Martínez Lozano. Urtecho, que no tiene ninguna significación como empresario, sirve de vocero y perro guardián del COHEP, continúa con el rol que desempeñó durante el gobierno golpista de cabeza de ajo y se cree mucho más fortalecido con el respaldo del presidente de los empresarios Santiago Ruiz, uno de los más activos y duros golpistas, y de su hermano Roy Urtecho, el fiscal adjunto, el representante de los cachos en la Fiscalía y fuerte aspirante a dirigir el desprestigiado colegio de abogados; todos ellos amigazos de Luis Rubí, rodeados de guardaespaldas y carros blindados al mejor estilo de los jefes de bandas mafiosas, intercambian estoques y sablazos con Pepe Lobo. Pero utilizan espadas de madera y plástico, sin filo. Y lo hacen de tal modo que ni chimados salen, no hay heridos en ese falso combate y terminarán abrazados y dándose cálidos apretones de mano. Es decir, se van a repartir el mercado energético y colorín colorado que el cuento no ha acabado ni acabará a menos que cachos y colorados sean desplazados alguna vez del poder. Al menos nos queda la ilusión de esperar que no sea ni el panti del “hombrón de la televisión” ni el paph de los golpistas los que suplanten a cheles y azules, sino que sea la institución política que contribuirá a que todo el pueblo pueda ser más Libre.

Estos son algunos de los altos consumidores morosos de la ENEE al 20 de noviembre de 2011, y explica un poco la discusión y supuesto enfrentamiento entre el gobierno y el COHEP. Hay un dato que maliciosamente esta empresa mantiene en secreto, es el nombre de los propietarios de esos negocios, así que nos queda deducir un poco de quiénes se trata. La fuente es oficial y el documento puede ser visto en la página web de la ENEE. Para no hacer tan extenso este escrito aquí sólo verán una pequeña muestra de “clientes” (!!) cuyo saldo total es de cantidades de al menos seis dígitos.

Toda la mora acumulada es cuantiosa pero no representa nada fundamental para los implicados en el negocio, sus mandaderos en el congreso nacional sólo están esperando una discreta señal de los capos que han secuestrado nuestra Honduras para decretar la respectiva amnistía tributaria, el perdón por pecados cometidos a la sombra de la permisividad del estado hacia los millonarios del país. Lo de siempre, el juego acostumbrado en donde Pepe Lobo bien sabe de qué se trata ya que cierta vez legisló a favor de la condonación de deudas a favor de algunos agroindustriales. Ya ha sido beneficiado por esas medidas y le entiende al trámite. Todo ese molote en los medios de comunicación no es más que algunos desacuerdos entre dos grupos oligárquicos disputando el control de la generación privada de energía eléctrica. Son los viejos operadores térmicos peleando el mercado con los recién llegados al negocio.

Nombre Sector Región -  Saldo Total

Maderas de Oriente Industrial Centro-Sur: 735,768.65

Telesistema Hondureño Comercial Centro-Sur: 269,468.53

DERIMASA Industrial Centro-Sur: 539,393.69

Suministros y Equipos Comercial Centro-Sur: 985,754.40

Turicentro y hoteles Comercial Centro-Sur: 120,603.26

Chef del Aire Comercial Norte: 110,462.83

Cía. Azucarera Hondureña Industrial Norte: 2.528,525.49

Planta Tratadora de Madera Industrial Norte: 1.087,095.25

Textiles Rio Lindo Industrial Centro-Sur: 10.588,457.81

Plásticos de Honduras Industrial Norte: 1.283,289.90

Textiles de Honduras Industrial Norte: 7.149,306.33

American Pacific Honduras Industrial Norte: 26.264,840.72

Orion Industrial Industrial Norte: 1.917,126.54

PAYHSA Industrial Norte: 503,503.13

Rio Nance Agroindustria Industrial Norte: 1.720,646.71

Caobas de Honduras Industrial Norte: 653,353.45

Plásticos La Estrella Industrial Centro-Sur: 236,046.51

EXMIRA Industrial Centro-Sur: 471,656.21

Molino Fransen Comercial Norte: 389,245.29

INDECO Industrial Norte: 594,293.25

Industrias Gala Industrial Norte: 677,908.33

Maderas de Oriente Industrial Centro-Sur: 669,452.05

EXPOPLAST Industrial Norte: 1.171,167.75

EXPOPESCA Industrial Centro-Sur: 915,075.35

Industrias de Madera TUCANUJM Industrial Centro-Sur: 6.480,687.83

Industrias Nacionales de Escobas Industrial Norte: 2.177,879.60

Aqua Corporación Industrial Norte: 1.219,536.65

Palmas Centroamericanas Industrial Norte: 4.973,914.84

GERSA Hidroeléctrica Industrial Norte: 1.346,942.06

Corporación Dinant Comercial Litoral: 248,933.75

Desarrollos Corporativos DeCe Centro-Sur: 1.156,280.22

Hacia un totalitarismo rampante

Le Grand Soir

Por Patrick Mignard

La última peripecia griega, que consiste en ignorar la opinión del pueblo con respecto a las determinaciones de unas políticas de las cuales es el primer concernido, no es un error ni un paso en falso debido a la precipitación impuesta por la crisis financiera.
El episodio irlandés para imponer al pueblo su entrada en Europa y el episodio del Tratado Constitucional Europeo impuesto a los franceses por la vía parlamentaria, cuando lo habían rechazado en referéndum, forman parte de una lógica política que en la actualidad tiende a convertirse en una práctica habitual.

Las nuevas obligaciones del capitalismo

Sabemos desde hace decenios, incluso se podría decir desde su dominación en el siglo XIX, que el imperativo del capital era, y es, prosperar explotando la fuerza laboral y todas las demás técnicas –en especial financieras- que puedan servir a su principal objetivo: hacer dinero.

De tal forma que esta actividad se desarrolla en el centro de los grandes países industriales –incluso en los que no ha llegado el capitalismo-. Bajo su control y con la posibilidad de saquear a conciencia, y sin oposición, las riquezas del planeta, el capital ha podido, y ha sabido, mostrarse relativamente generoso con las personas a las que explotaba.

La lucha entre explotadores y explotados ha sido dura, pero estos últimos consiguieron arrancar ventajas económicas y sociales que constituyen lo que llamamos en la actualidad «derechos sociales». Por su parte el capital tenía interés en ceder, aunque solo fuese para asegurar una paz social favorable a los negocios.

Las circunstancias tras la Segunda Guerra Mundial, y sobre todo después de la descolonización, «volvieron a repartir las cartas». Las condiciones de valorización del capital se internacionalizaron, desbordaron las fronteras protectoras de los «Estados-naciones», abrieron el camino a la desregulación financiera e hicieron oscilar al capital de un «capitalismo industrial» a un «capitalismo financiero», es decir, a las actividades financieras abastecedoras de beneficios nunca antes conocidos. Por lo tanto es lógico que la economía real, la de las empresas y los hogares, se haya convertido, de alguna forma, en la variable de ajuste de la economía financiera, la de los mercados financieros.

Los Estados, cualquiera que sea su color político, han sido cómplices de esta evolución, al optar por garantizar la liberalización de la economía. No solo las finanzas, sino también los servicios públicos, la sanidad, la educación o las jubilaciones.

El papel de árbitro del Estado, tradicional en el Estado-nación de la época del capitalismo industrial casi ha desaparecido. Solo prima el interés del capital, ahora globalizado.

Los asalariados marginados, pulverizados y debilitados en una relación de fuerzas desfavorable, ya están a merced de las exigencias de los actores financieros de la economía. Así, sus derechos sociales, poco a poco, se van recortando.

El Estado recupera su papel tradicional de garante del sistema e impone, sin discusión, el orden al servicio de los intereses del capital.

¿Por qué una tendencia totalitaria?

Esta nueva situación tiene importantes consecuencias en la esfera política.

Eso que llamamos democracia se basa en una situación en la cual la sociedad ofrece condiciones de existencia más o menos aceptables a los trabajadores, pero todavía tienen un empleo, un ingreso, y pueden reivindicar, luchar para mejorar sus condiciones de vida. Esta situación es la que explica, probablemente, que en ningún país capitalista desarrollado la clase obrera nunca haya derrocado el sistema que le oprimía. La situación era soportable y ofrecía perspectivas de mejora.

En la actualidad, el estado de desarrollo del capitalismo pueden prescindir ampliamente, en particular en los viejos países industrializados, de la fuerza laboral disponible en la sociedad. Eso explica el aumento de la exclusión, que ya es más importante de lo que lo era la explotación. Por otra parte la lucha contra la explotación capitalista en la actualidad acarrea el riesgo de exclusión. Los trabajadores ya no tienen enfrente a patrones de carne y hueso, sino a entidades abstractas e inaprensibles: los mercados.

Así, un sistema incapaz de crear vínculos sociales, cohesión social -de los trabajadores- forzosamente se debilita en cuanto al orden que debe reinar. El capital ya no paga, las conquistas sociales desaparecen, se generaliza la regresión social, la exclusión se extiende a todas las capas de la sociedad… solo la fuerza, la prohibición y la represión se convierten en los medios de la estabilidad.

Mientras tanto la ilusión de la «democracia política», mantenida por una clase política parásita y cómplice, con gran refuerzo de medios de comunicación, dará el aspecto de que existe un orden, pero no impedirá la descomposición social: agrupaciones comunitarias, delincuencia, protestas… Pero esa situación no puede durar mucho tiempo.

El poder político cada vez se acomodará más en los principios que proclama: si el pueblo no vota como debe… soslayará la opción de los votantes con la ayuda de la política: por ejemplo el Tratado Constitucional en Francia o la presión de los dirigentes europeos para evitar una consulta popular en Grecia con respecto al programa europeo que le imponen.

Ciertamente se pueden considerar esos casos como hechos aislados, pero si observamos de cerca en realidad es una tendencia que se está estableciendo. Estamos asistiendo a una auténtica desviación de la legitimidad.

Una desviación tanto más simple de justificar en cuanto que siempre se puede explicar que «los representantes del pueblo expresan la voluntad de éste así que realmente no es necesario consultarle». Una desviación tanto más fácil de llevar a cabo en cuanto que los dirigentes saben que el pueblo no tiene ningún medio de presión, ninguna organización, ninguna perspectiva fuera de las instituciones… y que participa, a falta de algo mejor y por miedo a lo desconocido, en la mascarada electoral que bloquea todo.

Las revueltas que se pueden expresar son fácilmente controlables gracias a los mercenarios (ejército, policía) del poder, el cual explica que esas fuerzas son «democráticas» puesto que están dirigidas por los representantes elegidos.

La llegada al gobierno griego de miembros de un partido de extrema derecha (tres secretarios de Estado)… ¿No les recuerda algo? Sin hacer una comparación que podría resultar excesiva, a pesar de todo un acontecimiento de este género tiene un significado político evidente en un país prácticamente en la bancarrota para salvar al sistema.

Así, de unas cosas a otras, en nombre de imperativos económicos y financieros calificados de inevitables y «naturales»… y con la mejor voluntad «democrática» del mundo, se termina instaurando y aceptando un sistema político totalitario.

Ese sistema político aparece entonces al desnudo y desvela lo que es realmente: un instrumento de dominación social.

En las cabezas y en la calle ya es demasiado tarde para dar marcha atrás. La salida de esta pesadilla generalmente cuesta muy cara.

En la historia del siglo XX el fascismo ha sido uno de los medios del capitalismo para superar una situación bloqueada y evitar su cuestionamiento. El fascismo no está fuera del capitalismo, sino que es uno de sus productos y lo utiliza en un momento determinado para superar sus contradicciones. Eso muestra el carácter efímero y frágil de lo que denominamos «democracia», que solo existe cuando el capital la considera acorde con sus intereses, pero puede ignorarla perfectamente. Es el caso de China o Rusia… y la historia del siglo XX nos muestra múltiples ejemplos.

No podremos decir que no estábamos avisados.

Elogio de la tasca

Revista Fusión

Por Leonardo Boff

Me gusta ir a las tascas pues ahí puedo comer sin mala conciencia. Las hay en todo el mundo, también en las comunidades pobres, en las cuales trabajé durante años.

Debido a mi «gitanismo intelectual», hablando siempre en muchos sitios y ambientes sobre infinidad de temas que van desde la espiritualidad a la responsabilidad socioambiental y hasta sobre la posibilidad del fin de nuestra especie, los organizadores, por deferencia, suelen invitarme a un buen restaurante de la ciudad. Lógicamente, guardo la buena tradición franciscana y celebro los platos con comentarios elogiosos. Pero me queda siempre un mal sabor de boca, que impide que el comer sea una celebración. Me acuerdo de que la mayoría de las personas amigas no pueden disfrutar de estas comidas, y especialmente los millones y millones de hambrientos del mundo. Me parece que les estoy quitando la comida de la boca. ¿Cómo celebrar la generosidad de los amigos y de la Madre Tierra, si, en palabras de Gandhi, «el hambre es un insulto y la forma de violencia más asesina que existe»?

En este contexto me viene a la mente el consuelo de las tascas, o tabernas. Me gusta ir a las tascas pues ahí puedo comer sin mala conciencia. Las hay en todo el mundo, también en las comunidades pobres, en las cuales trabajé durante años. Ahí se vive una real democracia: la tasca (donde van las personas con menor poder adquisitivo) acoge a todo el mundo. Puede estar allí tomando su caña un profesor universitario al lado de un peón de la construcción, un actor de teatro en la misma mesa que un pillo, y hasta un borracho tomando su traguito. Es sólo llegar, ir sentándose y gritar: «póngame una cañita bien fría».
La tasca desempeña una función ciudadana: da a quienes la frecuentan, especialmente a los más asiduos, el sentimiento de pertenencia a la ciudad o al barrio.
La tasca brasileña es más que su visual, con azulejos de colores fuertes, el santo protector en la pared, generalmente un san Antonio con el Niño Jesús en brazos, el símbolo del equipo de futbol aficionado, y los anuncios de colores de las bebidas. La tasca es un estado de espíritu, el lugar de encuentro con los amigos y vecinos, de la conversación hasta las tantas, de la discusión sobre el último partido de futbol, los comentarios sobre la novela preferida, la crítica a los políticos y las palabrotas bien merecidas contra los corruptos. Pronto todo el mundo se hace amigo, dentro de un incipiente espíritu comunitario. Aquí nadie es rico o pobre. Es, simplemente, gente que se expresa como gente, usando el lenguaje del pueblo. Hay mucho humor, chistes y bravatas. A veces, como en el Estado de Minas, se improvisan unos cantares que alguien acompaña con la guitarra.

A nadie le importa la condición general de la barra o de las mesas. Lo importante es que el vaso esté bien limpio y sin grasa; si no, estropea la espuma cremosa de la caña que debe tener unos tres dedos. Nadie se molesta por cómo está el suelo o por el estado del baño.

Los nombres son de lo más variado, dependiendo de la región del país. Puede ser La bodega de la vieja, El bar de Sacha, La tasca de don Gomes, el Bar del Giba, La tasca del Joia, El pavo azul, La cofradía del chivo perfumado, La casa llena, o muchos otros. Belo Horizonte es la ciudad de Brasil que tiene más tascas, y celebra todos los años el concurso de la mejor comida de tasca. Los platos también son variados, elaborados generalmente a base de recetas caseras y regionales: la carne secada al sol del Nordeste, la carne de cerdo y el tutú (pasta de frijoles con harina de mandioca y bananas fritas) de Minas. Los nombres son ingeniosos: mexidoido chapado (mixto de carnes a la plancha), porconóbis de sabugosa (debe su nombre al cerdo y a las hojas de una planta llamada ora pro nobis), costilla de Adán (costillita de cerdo con mandioca), torrezno de barriga. Hay un plato que aprecio sobremanera que ofrecen en el Mercado Central de Belo Horizonte y fue premiado en uno de los concursos: bife de hígado encebollado con jiló (frutillo amargo muy popular). Si de mí dependiera, este plato debería figurar en el menú del banquete del Reino de los cielos que el Padre celestial va a ofrecer a los bienaventurados.

Bien mirado, la tasca desempeña una función ciudadana: da a quienes la frecuentan, especialmente a los más asiduos, el sentimiento de pertenencia a la ciudad o al barrio. No habiendo otros lugares de entretenimiento y de ocio, permite que las personas se encuentren, olviden su estatus social y vivan una igualdad generalmente negada en el día a día.

Para mí la tasca es una metáfora de la comensalidad soñada por Jesús, lugar donde todos pueden sentarse a la mesa, celebrar la convivencia fraterna y hacer del comer una comunión. Y en mi caso, es el lugar donde puedo comer sin mala conciencia.


Dedico este texto a mi amigo Jaguar, dibujante de comics, que aprecia las tascas. 
* El autor es Teólogo de la Liberación. www.leonardoboff.com

lunes, 28 de noviembre de 2011

Los jinetes del desarrollo en tiempos neoliberales (Parte 2)


Segundo jinete: las ONG

Por José Luis Rocha

Centroamérica ha sido terreno fértil para el surgimiento de miles de ONG. Durante las décadas que siguieron a los conflictos armados las ONG han desarrollado innumerables y encomiables tareas. A la par, hay que cuestionar su cortoplacismo, su tendencia a la despolitización, su sumisa dependencia de los fondos del Norte. Y principalmente, su contribución al declive del trabajo asalariado y a la precarización del empleo. Algo muy grave en este reino del desempleo que es hoy Centroamérica.

Hace dos décadas, el periodista argentino Gino Lofredo lazó el artículo-bomba Hágase rico en los 90, cuyo estribillo sonaba así: “¿Usted todavía no tiene su propia OENEGE? ¿No tiene una fundación sin fines de lucro y con personería jurídica? ¿Ni siquiera una consultora privada? ¿No? Entonces usted no está en nada”. Y continuaba: “No se engañe, colega. El negocio de los 90 son las OENEGES. A los que perdieron el tiempo estudiando filosofía, ciencias sociales, historia, relaciones internacionales, letras, pedagogía, economía política, antropología, periodismo, ecología y esas cosas que no sirven para vender un pollo frito, no les queda otra cosa que una buena ONEGE… Para triunfar en los 90 hay que entender el sutil encanto de los proyectos y sus sensuales relaciones con las OENEGES… Ya sabe que el desarrollo es un negocio y no necesita que se lo repita”.

Desde Lofredo a la fecha las ONG han sido la diana para una legión de arqueros que, deseosos de reventar las burbujas de la ayuda internacional, cuestionan con socarrón desparpajo o sentenciosa homilética, desde los pequeños y sórdidos vicios y triquiñuelas asociados a los negocios de las ONG, hasta todo el sistema de cooperación al desarrollo que ha provisto, en estos paisitos centroamericanos, olvidados de la mano de Dios y sostenidos por la del diablo, pitanza a cientos de obesas especies sociales alegremente duchas en la mendicidad internacional.
En Centroamérica: Un fenómeno de la posguerra
La literatura sobre el género es inmensa. La mordaz creatividad con que las ONG son roídas por críticos académicos y comediantes, trotskistas y adalides del laissez faire, oenegenólogos y profanos, se debe en parte a su novedad, o al menos a las novedosas formas adoptadas en los años 90. Es más fácil percibir el lado ridículo de las cosas nuevas y diferentes.

Las ONG en Centroamérica son un fenómeno de la posguerra. Aun cuando podemos identificar algunas pocas en las décadas de los 60 y 70 -eclesiales relacionadas con prósperas diócesis del Norte y académicas enchufadas a la cooperación nórdica-, la mayoría de las ONG actualmente existentes emergieron después de las insurrecciones que anegaron la región en sangre. Echemos un vistazo al caso de Nicaragua: hace pocos años el Ministerio de Gobernación hablaba de 4,360 asociaciones sin fines de lucro en Nicaragua y de muchas más sin personería jurídica. El Directorio de ONG apenas alcanzó a registrar los datos de 322 ONG en el año 2000. De ese limitado conjunto, únicamente el 6% había surgido antes de 1980. La década de los 80 vio nacer el 22%. En los años 90 tuvo lugar la explosión demográfica: 72% de las ONG que existían en el 2000 nacieron en la Nicaragua neoliberal.


Esta proliferación fue posible debido al interés en América Latina de importantes agencias de cooperación internacional. En 2004 -cerca, pero no en la cúspide del pico oenegeizante- las agencias europeas colocaban en América Latina una parte significativa de su cartera total de proyectos: Misereor puso 43.5 de sus casi 100 millones de euros, Cordaid 17.4 de 150, Hivos 16.2 de 65, Intermon 11.6 de 25, Trocaire 9 de 37, Diakonia 10 de 28 e IBIS 7.3 de 20.6. Solamente esas agencias sumaban a 944, 300, 269, 209, 188, 129 y 70 contrapartes latinoamericanas. Guatemala, Nicaragua, El Salvador y Honduras figuraron -junto con Perú y Bolivia- en los seis primeros lugares de los países prioritarios para las ONG europeas en 1995-2005. Nuestros países tuvieron -y quizás aún tienen- más presencia de ONG europeas y mayor asignación de fondos.

En todos los países centroamericanos la emergencia de las ONG corrió paralela a la compactación estatal. La eclosión de las ONG fue posible por una transferencia de recursos -humanos e infraestructurales- del Estado hacia las ONG. Antiguos cuadros medios y de a pie del Instituto Nacional Agrario en Honduras montaron ONG especializadas en desarrollo rural y en toda la gama de temas agrarios y ambientales. Fiscales guatemaltecos hastiados de la corrupción estatal se parapetaron en ONG especializadas en derechos humanos, desde cuyas barricadas impugnan los abusos del sector público.

En Nicaragua los comandantes sandinistas crearon sus propias ONG: el IPADE de Jaime Wheelock y la Asociación Popol Na de Mónica Baltodano son sólo algunos ejemplos. A veces instituciones estatales se convirtieron en ONG: el Centro de Investigaciones y Estudios de la Reforma Agraria (CIERA) fue adjudicado íntegro (terreno, edificios, archivos y personal) a Orlando Núñez para que lo convirtiera en el Centro de Investigación y Promoción para el Desarrollo Rural y Social (CIPRES). Las ONG más destacadas en campos clave fueron fundadas y son conducidas por ex-oficiales del Estado sandinista, que en los años 80 establecieron contactos con futuros cuadros de la cooperación internacional y adquirieron el saber hacer, la pericia en las áreas en que sus ONG se han especializado: ex-funcionarios del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (INETER) crearon el Centro Humboldt, especializado en desastres naturales, una ex-funcionaria de la Defensa Civil creó la sección de prevención de desastres en la Fundación Augusto César Sandino y así podríamos continuar con los temas de educación, salud, agrarismo…
ONG: Sinónimo de Sociedad Civil
Pronto el bien de muchos se convirtió en el consuelo de listos, y otros sectores se sumaron a la ola de las ONG. Las universidades vieron adelgazar su planilla. Indigenólogos en Guatemala y agraristas en Nicaragua fundaron ONG especializadas en sus respectivos campos. En Nicaragua, también las organizaciones de base, como la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG), la Asociación de Mujeres Nicaragüenses Luisa Amanda Espinoza (AMNLAE) y la Asociación Nacional de Educadores de Nicaragua (ANDEN) empezaron a funcionar como ONG: en lugar de sostenerse por medio de las aportaciones de sus afiliados, comenzaron a depender gradual y luego enteramente de donaciones gestionadas por una burocracia casi hereditaria que aniquiló el talante democrático y deliberativo de sus asambleas.

En El Salvador, donde la guerrilla había ido tejiendo un Estado paralelo, la transferencia fue notoria. Los movimientos sociales y las secciones de la guerrilla se transmutaron -a veces no sólo en su manejo gerencial, sino también en su personería jurídica- en fundaciones, colectivos y otras entidades completamente oenegeizadas. Es el caso de COMADRES y FECORACEN. Tanto en el caso nicaragüense como en el salvadoreño, esta nueva dependencia de donaciones de euros y dólares, en lugar de aportaciones de córdobas y colones, no redundó en una independencia del FSLN y el FMLN, excepto en contadas y limitadas ocasiones. La dependencia fue más estrecha porque la gestión de los movimientos sociales oenegeizados requería las dotes administrativas y contactos que tenían los cuadros de las ex-guerrillas transformadas en partidos políticos.

Con la oenegeización de los gremios, sindicatos y movimientos sociales, ONG pasó a ser sinónimo de sociedad civil. En la Centroamérica actual, cuando se habla de sociedad civil casi nadie piensa en la empresa privada, a pocos se les vienen a la cabeza los medios de comunicación y casi nadie menciona a las universidades. Los mismos medios de comunicación y profesores universitarios refuerzan esta percepción, sin duda sintomática del peso político de las ONG.
Oenegeismo y Asociacionismo: Tocqueville le gana la partida a Marx
Karl Marx no vislumbró este protagonismo. Pero Alexis de Tocqueville alentó su desarrollo. En sus dos Memorias sobre el pauperismo (1835 y 1837), Tocqueville buscó una solución a la pobreza más allá de las propuestas desde el imperfecto mercado y desde el atribulado Estado. Tocqueville fue uno de los primeros enemigos declarados del incipiente Estado de bienestar: la ley de pobres en Inglaterra y los hospicios y subvenciones que de ella se derivaban. Tocqueville se oponía a la institucionalización de la caridad: “Toda medida que funda la caridad legal sobre una base permanente y que le da una forma administrativa crea una clase ociosa y perezosa, que vive a costa de la clase industrial y trabajadora… Semejante ley es un germen envenenado y depositado en el seno de la legislación”.

Tocqueville no se oponía a todo tipo de ayuda. Como los neoliberales de ahora, le repelía la ayuda a los pobres por parte del Estado. Y como los expertos en desarrollo de las ONG, enfilaba contra las limosnas sentimentalonas, no planificadas y de escaso impacto: “Creo que la beneficencia debe ser una virtud enérgica y razonada, y no un gusto débil e irreflexivo; que no hay que hacer el bien que gusta más al que da, sino el más verdaderamente útil al que recibe; no el que alivia por completo las miserias de algunos, sino el que sirve para el bienestar del mayor número”.

Tres soluciones enérgicas y razonadas ofreció Tocqueville al problema de la pobreza. La primera, una mejor distribución de la tierra: no aplicando una subversiva reforma agraria, sino mediante la supresión del principio de primogenitura, que convertía al primer hijo en heredero universal y no dejaba a los segundones otro camino que los conventos, la tonsura, las armas o la miseria. Tocqueville pensaba que los propietarios -aunque sólo fueran pequeños y medianos empresarios- podían adquirir “las cualidades que engendra la riqueza” y “el sentimiento de orden, actividad y ahorro”. Segunda solución: las microfinancieras -huelga decir que no las llamó así-: la fusión de las estatales cajas de ahorro y los usureros montes de piedad en una sola institución que pagara más por los depósitos y requiriera tasas razonables de los prestatarios. Tercer remedio: la creación de asociaciones municipales para la extinción del vagabundeo y la mendicidad: “Estas asociaciones no tendrían ningún carácter político; al ser su propósito abordar un mal que afecta a todos los partidos, los hombres de todos los partidos estarían igualmente invitados. No tendrían nada de hostil al gobierno pero tendrían una existencia independiente de él”.

Ciento cincuenta años después de estas propuestas, los revolucionarios centroamericanos estaban más del lado de las asociaciones de Tocqueville que de la lucha de clases de Marx. Tocqueville acertó, con el toque vil para algunos y la panacea para otros: asociaciones locales contra la pobreza, no gubernamentales, apolíticas, funcionando con fondos privados concedidos de forma voluntaria y no mediante una odiosa carga impositiva estatal.
¡Arriba los Movimientos Sociales, Abajo las ONG!
Quizás por intuir que las ONG hunden sus raíces teóricas en un pensador tan manifiestamente liberal, los pensadores de izquierda más radicales tienen el torozón de las ONG atravesado en mitad de la garganta.

Entre los denostadores de espadas más aceradas hacia las ONG figuran James Petras y Henry Veltmeyer. En su libro Movimientos sociales y poder estatal compendian la médula de las críticas hacia las ONG al sostener que para lidiar con el agudo malestar producido por la aplicación de las medidas neoliberales, “las organizaciones internacionales para el desarrollo y el financiamiento se han vuelto tan decisivamente hacia la democratización y la sociedad civil, contratando asociaciones voluntarias sin fines de lucro (Organizaciones No Gubernamentales, ONG) para convertirlas en sus agentes como ‘socios estratégicos’. La agenda de esta estrategia es conseguir el apoyo de esas ONG para descomprimir brotes revolucionarios en zonas rurales, a los efectos de proporcionar a los campesinos pobres y al sector popular de la sociedad una alternativa a los movimientos sociales y sus políticas antisistémicas radicales”.

El descontento social y la energía de los movimientos populares estarían siendo desviados hacia organizaciones sociales reformistas o al desarrollo local. Por eso, dicen Petras y Veltmeyer, “el canal de asistencia para el desarrollo de las ONG está dedicado más al desarrollo político que al económico, para asegurar transparencia (inhibir o prevenir corrupción y clientelismo en el gobierno), promover la democracia en el proceso de cambio, inculcar valores relevantes y respeto por las normas de comportamiento democrático, alentando la adopción de políticas ‘civilizadas’ (diálogo, consultas, negociaciones) más que políticas confrontativas, propias de los movimientos sociales”.

La Centroamérica post-insurreccional ha sido y aún es un terreno propicio para esa estrategia porque los mismos dirigentes revolucionarios están contemporizando con la democracia representativa y las medidas neoliberales. Dicen Petras y Veltmeyer: “En este proceso de renovación democrática (o ‘redemocratización’), las ONG tienen un rol predominante como organismos de primera línea en una forma participativa y democrática de desarrollo y política, para convencer, de este modo, a los campesinos pobres de las virtudes del desarrollo local comunitario y de la necesidad de rechazar la política confrontativa de los movimientos sociales. En la década de los 80, hubo una auténtica explosión de ONG, muchas de las cuales fueron creadas tras un repliegue del Estado. Se estima que una gran mayoría de las apro-ximadamente 70 mil ONG que operan hoy en los diversos países en vías de desarrollo se formaron en los 80 o los 90”.
Del Enfoque Político al Económico
La transformación y transfusión de recursos del Estado hacia las ONG son eventos que en la visión de Petras y Veltmeyer encajan en una conspiración donde los organismos de base abandonan su carácter contestatario y, en olor de dólares, son cooptados por entidades que apuestan por evadir el conflicto y eliminar el chip político de sus planteamientos y estrategias: “El flujo de fondos externos, combinado con la presión para ocupar los espacios que el Estado dejó vacantes, forzó a muchas ONG, particularmente aquellas que eran de base comunitaria, a reestructurar sus actividades de acuerdo con un nuevo enfoque de asociación con las organizaciones de ayuda exterior... En este marco, las ONG se transformaron, lenta pero seguramente, de organizaciones establecidas para servir a los pobres en lo que el Banco Mundial describe como ‘ONG operacionales’, contratistas privadas de sus políticas, que operan dentro de ‘distritos pobres’ con un enfoque y una dirección más o menos apolíticos (macroproyecto), pero que no están originadas ni forman parte de esas comunidades. Como resultado, ONG tras ONG fueron forzadas a adoptar un enfoque más estrechamente económico y apolítico que antes para trabajar con los pobres. Se limitan a “enfocar programáticamente las capacidades individuales, minimizando el interés por las causas ‘estructurales’ (sociales y políticas) de la pobreza.”

Despolitizados y en procaz coqueteo con las fuerzas del mal, las ONG que trabajamos con migrantes y sus familiares no procuramos denunciar y trabajar sobre las causas estructurales de la migración. Nos limitamos a llenar los agujeros negros de la tramitología estatal o servimos de canal de demandas entre los migrantes y las escurridizas y negligentes entidades estatales. Las ONG-microfinancieras no cuestionan la negativa de la banca a conceder crédito a los pequeños productores. Se contentan con posicionarse en -y posesionarse de- ese nicho de mercado, al que cargan onerosas tasas de interés. Sintetizando: en lugar de estimular las luchas por una redistribución de los recursos nacionales y locales, todas las ONG se han convertido en prestadoras de servicios que no brindan los Estados decrépitos o enanos -si fueran pequeños tendrían algún chance de crecer-. Así, las ONG cumplieron el sueño tocquevilleano de canalización apolítica y no confrontativa de fondos.
Orlando Núñez, Versión 1: ONG, Pioneros de la Economía Popular
A esta visión podemos contraponer la que el nicaragüense Orlando Núñez, director del CIERA-CIPRES, compartió a finales de la década de los 90 en su prólogo al directorio de ONG titulado Los ONGs, 20 años después. Apoyo o resistencia al neoliberalismo: “Decenas de miles de ONGs especializados en crédito, centenas de millones de pobres y miles de millones de dólares se mezclan para celebrar lo que puede ser el despegue de una economía popular o la reedición de la usura a través de la democratización del crédito. Si el crédito productivo se acompaña del crédito comercial y del crédito al procesamiento y a la exportación, los ONGs podrían ser los pioneros de una economía popular, capaz de arrebatarle al mercado los excedentes que hoy por hoy el mercado le arrebata a los pobres. Hasta hace poco el único bloque de poder existente ha sido el bloque dominante, conformado por el gobierno, la iglesia católica y la empresa privada organizada en el COSEP. Sin embargo, en los últimos años se ha venido gestando un nuevo bloque social, compuesto por las alcaldías, los ONGs y los movimientos sociales. El bloque dominante estaría apostando a una economía empresarial y a una democracia representativa o electorera, mientras que el nuevo bloque social estaría apostando a un proyecto de economía popular y democracia participativa o local… Asimismo, encontramos ONGs acompañando a los sectores populares en diversas movilizaciones políticas no partidarias contra la corrupción gubernamental, lo que confiere a los ONGs una identidad progresista y de resistencia contra el neoliberalismo”.

¿Cómo digeriría Petras esa parrafada? Son las palabras de Núñez en 1999, redactadas en su apolítico escritorio de ONG y desde su nada confrontativo entusiasmo por los proyectos de economía campesina asociativa y autogestionaria que le financiaban los agentes imperiales de la cooperación.
Orlando Núñez, Versión 2: ONG, Desmantelando lo Público
En julio de 2007 apareció el segundo Núñez, creador de Hambre Cero, programa insignia del gobierno de Ortega. Tras un semestre del retorno del FSLN al gobierno, esta vez instalado en su cristiano, socialista y solidario escritorio estatal, Núñez II escribió un texto titulado El asalto al Estado nacional, donde se acerca a la posición de Petras: “A lo largo de estas últimas décadas el rol original de los ONGs ha venido disipándose y orientándose y/o reconvirtiéndose en función de los nuevos mandatos. a) El primer mandato que la cooperación internacional confirió a los nuevos sujetos de la sociedad civil fue servir de colchón amortiguador frente a los estragos causados por la privatización de los servicios públicos... Se formaron ONG de educación dedicados a la alfabetización. Acción noble individualmente, pero con poco impacto social. Por ejemplo, se alfabetizaba a cien iletrados, mientras el sistema capitalista generaba mil iletrados en el mismo período y simultáneamente el presupuesto de educación disminuía en un 50%”.

“b) El segundo mandato fue recoger los excedentes de la economía popular a través de lo que se ha dado en llamar el sistema de microcrédito. A partir de un momento, y cuando ya la privatización caminaba por sí sola, se dijo que los ONGs tenían que ser autosostenibles y que la mejor forma de autosostenibilidad era que se dedicaran a incrementar el capital adelantado por la cooperación internacional a través de préstamos de corto plazo. Pocos pudieron resistirse y muchos no sobrevivieron. Los medios de comunicación de la derecha abrieron sus páginas, pantallas y micrófonos a los intelectuales escogidos como notables y representantes de la sociedad civil. La ofensiva contra lo público cabalgaba sobre las críticas al quehacer de los gobiernos. Mientras más se debilitaba el gobierno más se ensañaban en el desmante¬lamiento del Estado Nación. Los principales cuadros profesionales de los ONGs fueron cooptados por los nuevos partidos de la derecha neoliberal, abandonaron su independencia original y algunos de ellos empezaron a militar en las nuevas organizaciones cívico-políticas de corte neoliberal”.
¿Durmiendo con el enemigo?
Las afirmaciones de Petras y Núñez 2 insisten en que las ONG están durmiendo con el enemigo o, al menos, durmiendo por efecto de los narcóticos del enemigo. Pero hay que observar con cautela a quienes alegremente lanzan piedras sobre los frágiles tejados de las ONG desde los cómodos palacetes de la academia de los países industrializados o desde las oficinas del Estado. Y aunque sólo la ceguera interesada podría regatear la mucha razón que hay en el cuestionamiento de Petras a la trayectoria política -con destino apolítico y apolitizante- de las ONG, a su condena sin reservas cabe oponerle un bloque de evidencias y un enfoque histórico divergente. También hay muchos efectos benéficos que la irrupción de las ONG ha tenido en Centroamérica. Otro gallo nos cantaría si no hubiera existido o desapareciera de un plumazo el trabajo de algunas ONG. La condena de Petras ignora deliberadamente esta evidencia porque se decanta hacia un enfoque de la historia maniqueo y contable: una historia con buenos y malos dickensianos, una historia donde los conflictos se resuelven en éxitos o fracasos y donde es posible distinguir entre el “debe” y el “haber” como si fuera posible hacer un corte o cierre contable en los procesos históricos.

En una acera epistemológica opuesta, la visión histórica de Hannah Arendt postula que toda acción humana tiene un comienzo definido pero un final impredecible. Toda acción cae en una red de relaciones y referencias ya existentes, de modo que siempre alcanza más lejos y pone en relación y movimiento más de lo que el agente podía prever: toda acción es impredecible en sus consecuencias e ilimitada en sus resultados porque activa una cadena. Esa cadena de acontecimientos no puede ser controlada por los agentes causales. Las interacciones son las que determinan el curso de los efectos. Las acciones son parteras de lo inédito. Las categorías de triunfo y fracaso no tienen cabida en esta visión porque los procesos siempre son inconclusos y no determinables por los actores. Las ONG son sólo uno entre muchos actores. El efecto de sus acciones es el resultado de la interacción con los esfuerzos e intereses de los otros personajes de un drama muy complejo que jamás podría titularse “Abajo las ONG, arriba los movimiento sociales”.
¿Confluencia perversa?
En materia de crítica a las ONG resulta preferible la advertencia de la politóloga brasileña Evelina Dagnino sobre la existencia de casos de confluencia perversa, entendida como la coincidencia a nivel del discurso de proyectos antagónicos que se oculta bajo referencias comunes aparentemente inocuas y pocas veces elucidadas. ONG de izquierda y el Banco Mundial hablan de corrupción, de preservar la institucionalidad, de acceso a recursos, de capacitación para el desarrollo… ¿Hablan de lo mismo?

Retomando a Pablo Freire, Dagnino habla de la internalización de elementos neoliberales en los proyectos políticos de organismos que se presentan como alternativos. Ese proceso se lleva a cabo por medio de dislocaciones de sentido de presuntas referencias comunes cuando no se explicitan los proyectos políticos individuales y organizacionales.

La confluencia perversa más frecuente es la promoción de una ciudadanía y democratización reducida al mercado. Esta confluencia perversa es la plaga a la que están expuestas permanentemente las ONG por moverse en el mismo mercado de donativos amarrados a paquetes ideológicos. Identifico dos diferencias entre los planteamientos de Dagnino y de Petras: las ONG que según Petras son piezas ya cooptadas por el proyecto neoliberal, pueden -solamente, aunque no es poca cosa- internalizar elementos neoliberales. Las ONG que para Petras están subsumidas en una estrategia neoliberal, en Dagnino aparecen en medio de una nebulosa de programas de fronteras difusas y conceptos poco o mal definidos. Hay una enorme diferencia entre ser un sulfúrico agente de Satanás y ser alguien que puede caer en la tentación.

El peligro que apunta Dagnino fue expresado en las palabras que Susan George en el Informe Lugano pone en boca de un apócrifo grupo de expertos que buscan salvar al sistema capitalista: “Hay que seguir permitiendo que las ONG tengan ‘estatus consultivo’ dentro de un órgano formal que se reúna a intervalos regulares. Los representantes en este foro permanente de ONG podrían ser elegidos o no, en función de las políticas de cada Estado Miembro. Se ha demostrado que este modelo, ensayado con éxito en la larga serie de conferencias de la ONU celebradas durante la década de los 90, sirve para que las ONG sean más constructivas y responsables, es decir, mucho menos radicales, desafiantes y rebeldes”. Las ONG tienen la palabra. De ellas depende si caen en la trampa o si permanecen fieles o retoman su carácter anti-sistémico. La historia no está escrita y esperamos que surjan muchas novedades bajo el sol.
Las ONG en Centroamérica: Mínimo compendio de sus aportes
Tocqueville sostuvo que la caridad institucionalizada surgió del protestantismo. Karen Armstrong dice que muchos estadounidenses empezaron a trabajar por su país y sus comunidades en “las numerosas asociaciones protestantes que surgieron en los Estados norteños durante la segunda década del siglo XIX, después del Segundo Gran Despertar. Los cristianos empezaron a trabajar para un mundo mejor. Organizaban campañas contra la esclavitud y el alcoholismo y para acabar con la opresión de los grupos marginados. Muchos habían estado comprometidos con organizaciones abolicionistas y feministas”.

De forma semejante a sus antepasados evangelistas en el Norte, las asociaciones actuales -muchas religiosas, otras seculares- han tenido un papel destacado en la promoción de los derechos de distintos grupos. El catálogo es inmenso. Suficiente para dar un mentís a Petras y a Núñez 2. Porque ONG han sido las que se han dedicado a la búsqueda de desaparecidos durante y tras los conflictos bélicos en Centroamérica. Y su trabajo las llevó a interpelar y confrontar a los poderes establecidos de vocación criminal. Miles de dólares fueron canalizados desde ONG para engrasar procesos legales hasta rescatar a guerrilleros que hubieran perecido en las mazmorras y bajo las torturas de los kaibiles en Guatemala, de la tenebrosa policía hondureña o del implacable ejército salvadoreño.

La Asociación Pro-Búsqueda en El Salvador se especializó en la reunificación de familiares separados por la guerra. Betania y COAR -también en El Salvador, una en La Libertad y otra en Zaragoza- rescataron y criaron hijos de padres muertos o extraviados por la guerra. Y cuando el humo de los cañones se empezó a disipar, el proyecto de los lisiados de guerra del Instituto Histórico Centroamericano en Nicaragua enseñó oficios y brindó cientos de recursos a ex-combatientes del ejército sandinista a quienes su acaudalado general dejó varados en la miseria. Un desconsuelo inenarrable sería la guerra sin la misericordia y solidaridad que expresaron tantas ONG.

Ese desconsuelo también fue mitigado por las ONG dedicadas al esclarecimiento de la verdad. El Proyecto Interdiocesano Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI), que culminó en el informe Guatemala: Nunca más, costó la vida a su líder, el obispo Juan Gerardi, asesinado de forma atroz por los remanentes de los aparatos represivos parapetados en el Estado Mayor Presidencial. Los cuatro tomos del informe se enfrentaron al mismo tiempo a la Guatemala neoliberal, ansiosa de olvidar para sumergirse en el dulce encanto del mercado, y a la Guatemala autoritaria, que no tolera denuncias ni está dispuesta a resarcir a las víctimas.

Andando el tiempo, las ONG han sido fuente de empleo e información y una barricada desde la que confrontar a gobiernos autoritarios. La lucha por la despenalización del aborto terapéutico en Nicaragua, enfrentando a diputados insensibles a la vida y la salud de las mujeres, se lleva a cabo desde las ONG. Se trata de una lucha eminentemente política: se trata de normar los valores públicos y de cuestionar a partidos políticos específicos. También desde las ONG se han levantado voces en defensa de los Códigos de la Niñez y contra los embates de las leyes anti-mara de Honduras y El Salvador, contra los operativos Mano Dura en El Salvador, contra el Plan Escoba de Guatemala y contra las recientes iniciativas para adoptar en Nicaragua una justicia juvenil decididamente punitiva. De modo que, tanto en su fase embrionaria como en su adolescencia, madurez o senectud actual, no pocas ONG han mostrado un talante político y politizador, polémico y confrontativo, que aunque no caracteriza a todo el gremio, tiene tantos pespunteos que bastan para invalidar la ley de hierro contra las ONG formulada por Petras.

Las ONG han sido un contrapoder a los abusos de los gobiernos centroamericanos: al golpe de estado de Miche¬letti, al autoritarismo de Funes y al despotismo de Daniel Ortega. Por poco que rasquemos las entretelas de la historia reciente, encontraremos que directores y funcionarios de ONG han invertido energías y arriesgado bolsa y pellejo denunciando la corrupción de Portillo en Guatemala, de Alemán en Nicaragua, de Cristiani en El Salvador, de Callejas en Honduras y de Rodríguez en Costa Rica, un listado que está lejos de ser exhaustivo y que sólo es un tenue reflejo de las innumerables marchas, análisis, recolectas de firmas, charlas, talleres, folletos y cabildeo diseñados, liderados y ejecutados por las ONG.

Las ONG están sirviendo de puente a derechos interna¬cio¬¬nalizados en el ámbito del feminismo, de los pueblos indígenas, del medio ambiente… Leyes nacionales -como la del empleo doméstico en Costa Rica, la de participación ciudadana en Nicaragua y las del desarrollo integral de la juventud en casi todos los países de la región- hacen eco a iniciativas mundializadas. Detrás, abajo, a un lado y al otro de la aprobación de estas leyes estuvo y sigue estando el brazo de las ONG. Gracias a sus gestiones, muchos líderes comunales, campesinos, jóvenes, indígenas logran que su palabra sea difundida: los programas de radio, boletines e informes de investigación participativa plasman y proyectan la voz de quienes siempre han tenido voz, pero poco auditorio y un micrófono con sordina.
El consumo: Un lugar para pensar
Son muchas las asociaciones comprometidas con distintas manifestaciones del mercado y el consumo. Unas han apostado por el comercio justo, otras se circunscriben a ámbitos más convencionales, pero apostando por un mejor acceso a recursos y a espacios donde se juegan los recursos. Quizás sean a éstas a las que más les cae el guante de Petras: la acusación de replegarse hacia la economía y claudicar en la política. Pero el siguiente texto del antropólogo argentino Néstor García Canclini nos coloca en una perspectiva diferente al repolitizar el consumo: “Para muchos hombres y mujeres, sobre todo jóvenes, las preguntas propias de los ciudadanos sobre cómo informarnos y quién representa nuestros intereses son respondidas más por el consumo privado de bienes y de medios de comunicación que por las reglas abstractas de la democracia o por la participación en organizaciones políticas desacreditadas. Este proceso puede ser entendido como pérdida y despolitización respecto de los ideales de la democracia liberal o ilustrada, pero también puede pensarse que la noción política de ciudadanía se expande al incluir derechos a la vivienda, la salud, la educación y la apropiación de otros bienes en procesos de consumo. Es en este sentido que propongo reconceptualizar el consumo, no como simple escenario de gastos inútiles e impulsos irracionales sino como lugar que sirve para pensar, donde se organiza gran parte de la racionalidad económica, sociopolítica y psicológica en las sociedades”.
Las ONG son también difusoras de conocimiento
De modo que las ONG más pecaminosas -por enfrascadas o varadas en el pantano del consumo- pueden estar haciendo política: notable, buena, mala o pésima política. Están incidiendo en las manifestaciones de la vida pública que expresan, en el imaginario social y en el plato de cada día, los dilemas y agonías de hombres y mujeres concretos, esos especímenes que pueden lucir alienados, alelados y achicados cuando contrastamos sus figuras con las idealizaciones esbozadas por los plumones más ideologizados de los grandes “ismos”: comunismo, catolicismo, evangelismo, nacionalismo, etc., pero que son quienes definen, desde su pequeñez y falibilidad, el rumbo de la historia.

Las ONG han sido, son y -me encantaría creer- seguirán siendo una plataforma privilegiada para la producción y difusión de conocimiento. El Centro Antonio Valdivieso, la revista Envío y el Centro de Investigaciones para la Comunicación (CINCO) en Nicaragua, Editorial Guaymuras y el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC) en Honduras, el Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI) en Costa Rica y AVANCSO en Guatemala son sólo algunos muy plausibles ejemplos de organismos con dos o más décadas de analizar la realidad centroamericana y difundir el pensamiento anti-hegemónico contra viento y marea. Las ONG contribuyen a la globalización del conocimiento, a la introyección de formas no agresivas de entender y ejercer la masculinidad, a disolver el sentido común diseminado por los dominantes… Quien cambia las mentes, cambia la dirección de los pies y las obras que hacen las manos de esas mentes, aunque desafortunadamente, ésta es una -y no la única- tarea en la que las ONG están pisando hoy un terreno movedizo.
Mecenas de derecha: Más generosos
La politóloga estadounidense y abanderada del movimiento alter-globalización Susan George expuso el contraste entre las estrategias de las fundaciones de la derecha y las progresistas para explicar la abrumadora arremetida del pensamiento de la derecha en su lúcido libro El pensamiento secuestrado. Dice ella: “¿Cómo usan estas fundaciones su dinero estratégicamente para ‘construir un movimiento’? La respuesta breve es que hacen todo lo que los donantes progresistas casi siempre se niegan a hacer. Los neocón (neoconservadores) comprenden que producir ideas inteligentes y bien presentadas puede llevar tiempo. Conceden subvenciones cuantiosas, predecibles y de varios años; algunos de sus protegidos llevan literalmente décadas recibiendo financiación. Los receptores saben que pueden realizar trabajos a largo plazo; saben que sus donantes están dispuestos a esperar sus beneficios ideológicos. ¿Y los donantes progresistas? Les gusta el corto plazo; suelen empezar con una subvención de un año, a veces renovable. En casos extremos podrían prolongarse hasta tres años, pero entonces, incluso si el trabajo ha finalizado con éxito, podrían abandonar al receptor porque es hora de pasar a algo -y a alguien- nuevo. Los neocón identifican a sus futuras estrellas y nutren a sus subvencionados, ayudándoles a pasar de la juventud a la madurez. Los donantes progresistas suelen sentirse incómodos concediendo subvenciones a expertos individuales… Como mucho, pueden financiar un proyecto que permitirán definir al experto, pero también le exigirán que lo gestione y lo coordine, en lugar de dedicarse a investigar, pensar y escribir a tiempo completo”.
Mecenas de derecha: Visión de largo plazo
Sigue George calificando a las fundaciones de la derecha: “No sólo financian magníficamente a expertos individuales, sino que también otorgan un generoso ‘apoyo operativo básico’ a instituciones neocón, porque sin una infraestructura digna, nada funciona. Los donantes progresistas odian dar dinero a presupuestos ‘básicos’; a cosas aburridas como secretarias y computadoras. Sólo financiarán proyectos que incluyan pocos gastos ‘de estructura’, generalmente no más del 10%, que el receptor está autorizado a aportar a la ‘base’”.

Sigue George: “La diferencia más notable entre los dos tipos de donantes es el trágico contraste entre sus objetivos. Los donantes progresistas no están dispuestos a aportar lo más mínimo a la producción y difusión de ideas. En el centro de su estrategia está el ‘proyecto’ -un objetivo bien descrito que implica algo en algún lugar que hay que corregir- con resultados claramente mensurables... Los donantes progresistas nunca van a entregar el dinero sin más y decir: ‘ponte a trabajar con esto’, ni siquiera a personas y organizaciones que ya han demostrado su capacidad para utilizarlo eficazmente. No lo harán porque este método llevaría alrededor de cinco minutos. En consecuencia, instituciones e individuos que esperan obtener o renovar su posición con las fuentes de financiación deben dedicar cantidades exorbitantes de tiempo a escribir propuestas, rellenar formularios, responder cuestionarios y a ganarse a sus ‘benefactores’, cuando deberían atenerse a su propio ‘negocio básico’: producir y difundir ideas. La derecha, por el contrario, confía en su gente, mantiene la burocracia al mínimo y sí dice, de hecho: ‘ponte a trabajar en esto’.”

Intentaré pergeñar algunas de las consecuencias de este sistema de financiamiento en la contribución de las ONG al declive del mundo del trabajo asalariado. Y aprovecharé algunas de las consignas-denuncias del movimiento de los indignados para que sea más evidente cómo la solidaridad gubernamental y no gubernamental del Norte está reproduciendo en el Sur, en nuestra Centroamérica, el sistema que los progresistas buscan demoler en el Norte.
“Democracia: ¿Dónde estás?”
Quien da la plata, platica. Y eso quiere decir que tiene la primera, la última y muchas de las palabras de en medio. Las más de las veces los financiadores definen no únicamente los temas, sino también los porcentajes de fondos que pueden destinarse al pago de salarios, a la adquisición de equipos y a la capacitación del personal. Los términos de referencia definen desde el balance de género en un taller hasta los conceptos políticamente correctos que deben ser aplicados en una investigación. De Europa nos vienen las preocupaciones por el medio ambiente, la participación ciudadana y la institucionalidad. Pero el mismo paquete de donativos trae un estilo de mando autoritario, antidemocrático, una actitud neocolonial.

Los directores de ONG aparecen a menudo como los capataces fieles que no cuestionan los dictados del Norte y que tampoco pueden ser cuestionados por sus huestes locales. Se perpetúan en la dirección de una ONG. Por eso vemos con tanta frecuencia que el director-fundador -a menudo un personaje de trayectoria encomiable, pero que ya no hace más que repetir sin resuello las últimas ideas que leyó durante su adolescencia- lleva 30 desgastantes años al frente de un MONGO, siglas con que Sally O’Neill, de Trocaire, bautizó a este extendido género: My Own NGO.

Basándose en esta constatación, Lofredo escribió: “El único personaje de importancia en la creación de la OENEGE es usted. Evítese problemas futuros. No se le ocurra incorporar a compañeros de la universidad o colegas profesionales con necesidades y aspiraciones similares a las suyas. Si lo hace, no podrá dormir tranquilo. Es preferible que los demás sean analfabetos, eunucos, ancianos seniles o votantes fallecidos”. Mediante esta brecha profesional, intelectual y de capital social las nuevas generaciones encuentran que las vías de ingreso y ascenso en las ONG están taponadas por viejos corchos… que siempre salen a flote. Y, si logran ser contratados, deben mantener cerrado el pico para conservar un empleo precario.
“Manos arriba: Esto es un contrato”
La mayoría de las agencias establecen que las ONG locales no pueden invertir más allá de cierta cantidad de fondos en la contratación de personal. Recientemente, una directora de una agencia se escandalizó porque lo presupuestado en planilla de una de sus contrapartes alcanzaba casi el 70% del monto solicitado. “¡Les estamos financiando casi toda la planilla!”, exclamó con inequívocas señales de irritación. Pero, ¿qué esperaba que esa diminuta ONG hiciera en un país donde urge mitigar el desempleo? ¿Destinar los fondos a transporte y fotocopias para que el dinero del Norte retorne al sitio de donde vino por los dollarductos de la Esso, la Toyota y la Xerox? El hecho de que la directora de la agencia gane probablemente más de 3 mil dólares mensuales y los beneficiarios de la planilla promediaban salarios de 200 dólares no debió parecerle digno de mención. El hecho de que su salario superara toda la planilla de la ONG no era motivo de escándalo.

Un beneficio omnipresente de los proyectos es su incidencia directa sobre el empleo. Pero las ONG tienen objetivos que juzgan primordiales. En teoría, las metas y mandatos de muchas ONG no están reñidos con la oferta simultánea de empleo, pero en la práctica las normativas de las agencia están poniendo coto a ese beneficio, que acaso estiman espurio. Debido a las restricciones sobre la colocación de los fondos -no más del 15, 20, 30%... en gastos indirectos-, y debido a la necesidad de aplicar año tras año a determinadas licitaciones de recursos, las ONG locales deben operar con planillas muy reducidas y sólo pueden ofrecer “empleos golondrina”.

Los fondos delegados y sus licitaciones anuales o semes¬trales son engendros del nuevo modelo. El viejo acuerdo se basaba en relaciones estables de largo plazo. El new deal de las agencias consiste en un borrón y cuenta nueva anual. Esta nueva economía institucional de la cooperación externa tiene sin duda muchos beneficios, algunos reales y otros solamente teóricos: evitar el compadrazgo de las relaciones de largo plazo, ofrecer el chance a nuevas entidades, financiar a los mejores -mejores para diseñar POAs, FODAs y Marcos Lógicos-, evaluar el impacto, premiar ciertos temas y enfoques...

Dado que en América Latina siempre aplica el principio de “hecha la ley, hecha la trampa”, podemos conjeturar -y en algunos casos constatar- que el nuevo modelo no logra colar los males a los que -dicen que dicen- el antiguo modelo dejaba la puerta abierta de par en par: compadrazgo, mediocridad perpetuada, imposibilidad de medir el impacto, entre otros. Pero también podemos constatar que el nuevo modelo ha legitimado un mazazo en la nuca del trabajo asalariado, añadiendo otra cohorte de males: precarismo e inestabilidad laboral, bajos salarios, externalización de costos, flexibilidad laboral y otras perversidades comúnmente atribuidas a los implacables demonios de la derecha empresarial, pero que también -quizás con más pericia y menos escrúpulos- ahora aplicamos nosotros, los querubines progresistas de las ONG.

Siguiendo los pasos de las transnacionales, las ONG están aportando su granito de arena y saco de cemento a la solidificación de la victoria del capital sobre el trabajo. No importa si buscan el Desarrollo -con mayúscula, entendido como el efecto inducido por un proyecto sobre una carencia o disfuncionalidad social-, las ONG se han subordinado a las dinámicas del desarrollo -con minúscula, entendido como la reproducción de las desigualdades en el sistema capitalista-.

La contracción forzada de la planilla de las ONG y la volatilidad de las relaciones entre agencias y contrapartes ha introducido a las ONG en un mercado laboral efímero y abusivo: encuestadores que saltan de agencia en agencia, asistentes de investigación que duran una puesta de sol, promotores y evaluadores sin pasión ni convicción en su trabajo, contratos por un mes o por una semana, talleres a destajo, etc. Con los contratos de tres meses a coordinadores de proyectos, las ONG se han situado al nivel de Naciones Unidas, una de las instancias que más globaliza y explota la legitimación del precarismo laboral.
“Se alquila esclavo económico”
Un requisito imprescindible para que el sistema funcione es la existencia de un inagotable ejército de reserva de empleados con diversos niveles y habilidades: contadores, sociólogas, periodistas, filósofos, monjas, curas y ex-curas, campesinos-promotores y todo bípedo implume que pueda deglutir el mercado laboral de las ONG. Son los esclavos económicos dispuestos a realizar las más diversas tareas. Cada uno puede abarcar un abanico variopinto de oficios y ocupaciones: una socióloga puede ser al mismo tiempo contadora, financiera, facilitadora de talleres -de inagotable variedad de temas-, redactora de artículos y boletines, comercializadora de granos básicos, promotora de grupos juveniles, miembro de consejos editoriales de revistas, representante de su ONG en foros nacionales y redes internacionales, profesora, coordinadora de un diplomado y más...

Ninguna de esas labores, por imprescindibles o habituales que sean en el trabajo cotidiano de su ONG, le garantiza una plaza duradera. Ni siquiera la elaboración de propuestas de financiamiento. Eso lo sabía muy bien Lofredo: “Los consultores tienen que redactar la propuesta, inventarse un plan de acción, un cronograma y, por supuesto, lo más importante, el presupuesto. Trabajan duramente día y noche durante semanas elaborando la propuesta, ajustando plazos, razonando la coherencia del proyecto, en fin, todas esas cosas. Para esto, contrate un par de especialistas desempleados, al salario más bajo que pueda imponer desde su posición de fuerza. Dígales que si el proyecto sale, los contratará a tiempo completo y con salarios internacionales. Si le creen y en su desesperación le creerán, trabajarán gratis”.

El esclavo económico trabajará gratis o se le pagará una modesta suma y se irá con su música y sus habilidades de propuestólogo a otra ONG urgida de presentar un proyecto en tiempo récord. Los capitales golondrina son denostados. Los trabajadores golondrina son siempre bienvenidos… y mejor despedidos. Esos trabajadores pendulares -Centroamérica los reconoce por todas partes- dentro de su propia tierra, saltan de un sitio a otro, de ONG en ONG, de una agencia a la venta ambulante, de un boletín subsidiado a un puesto de fritanga, con amplios períodos sin colocación. Cotizan y dejan de cotizar en la seguridad social y por eso difícilmente reunirán, al final de un azaroso ciclo laboral, la cantidad de cotizaciones requeridas para gozar de una pensión de vejez. Nunca podrán sindicalizarse. Jamás se les ocurrirá que las cosas podrían y deberían ser de otra manera. De hecho, hace años, las cosas fueron de otra manera.

Las ONG brindan empleo, pero sobreviven y alcanzan sus metas a costillas del declive del trabajo asalariado. Las agencias financiadoras presionan en esa dirección: en países donde el desempleo aprieta, reducen los porcentajes destinados a salarios y colocan los fondos en el rubro de “actividades” -visitas de seguimiento, talleres, encuestas, foros-, opción que conduce hacia contrataciones puntuales. En esa encrucijada surge la confluencia perversa en la práctica: las ONG refuerzan el precarismo, la informalidad y violan los derechos que deberían defender. El Fondo Común en Nicaragua -conglomerado de fondos de la cooperación europea-, junto con otras experiencias semejantes en la región, deberían replantearse el modelo y explorar vías en que se eviten los antiguos vicios sin añadir nuevas taras.
“Tu botín es mi crisis”
Los obituarios del trabajo asalariado empezaron a proliferar una vez que lo que Susan George denomina “derecha gramsciana” -una avalancha de inversiones y cabildeo bien concertados de los sectores neoconservadores para generar hegemonía- convirtió en sentido común el viejo catecismo capitalista vestido de primera comunión, rindió culto al mercado como supremo juez de inescrutables pero eficaces designios, premió las estrategias para evadir las obligaciones de los empleadores, concedió el estatus de héroes a los gerentes que recortan prestaciones sociales y obreros super e infranumerarios, elevó las técnicas gerenciales al grado de doctrina social y etiquetó el emprendedurismo como la más envidiable de las virtudes.

Pastores y sacerdotes, maestras y profesores universitarios, gerentes y administradores, empresarios y funcionarias de ONG, están oficiando la teoría y la práctica de los funerales del trabajo asalariado que produce el botín de los dominantes y la crisis de los empleados. Las ONG no cuestionan. Reproducen la precariedad laboral. Y no podemos excusarnos diciendo que todos los males provienen de los financiadores. Las ONG estamos cooperando con este sistema. Derribamos con manos y pies lo que erigimos con un dedo.

¿De qué sirve que seamos una ONG que promueve los derechos de los migrantes, si nuestras políticas de contratación seguirán produciendo más migrantes indocumentados? ¿Promovemos la microempresa para que nuestros desempleados busquen el ingreso estable que les negamos? ¿La lucha por los derechos de la mujer no incluye su derecho a un empleo estable ni siquiera en nuestras asociaciones? Junto al enfoque de género, la defensa del derecho de las mujeres a decidir sobre lo que concierne a su propio cuerpo, la lucha por la institucionalidad y la transparencia, y muchas otras causas dignas de rebeldes, las hadas madrinas de las ONG se someten al sistema y aplican las prácticas gerenciales y de manejo de personal que sustituyen al trabajador de acero inoxidable por el empleado de hojalata descartable.

Continuará con el Tercer Jinete: Pandillas y Maras.
Investigador del Servicio Jesuita para migrantes de Centroamérica (SJM). Miembro del Consejo Editorial de Envío.