jueves, 29 de noviembre de 2012

Otra confesión de Enrique Ortez, el del TSE



Por Gustavo Zelaya

La última confesión de Kikito Ortez es otra demostración completa del cinismo y la inmoralidad de ese TSE; dice que “este modelo es obsoleto, pero no es culpa del Tribunal, nosotros lo advertimos”. Sin ninguna vergüenza reconoce que dirige un aparato electoral que no responde a las exigencias actuales, y posiblemente en el pasado también fue igual. Antes responsabilizó a los miembros de las mesas electorales y ahora dice que es culpa del modelo. Con razón ni Enrique Ortez Colindres lo soportaba en su bufete y se lo sacudió antes que se quedara con todo el pastel. Entre más declaraciones hace, más apesta ese sistema electoral. Sabía que la cosa no podía funcionar como debe ser pero si funciona como quieren los partidos tradicionales. Si dice cosas que no controla y dirige un aparato que no funciona, lo menos que se puede esperar de este individuo es que renuncie al cargo. Sería una ilusión, más bien un demencial alucine esperar que renuncien todos los altos cargos del Tribunal Electoral. Es que para eso los pusieron, para que el sistema fluya de la peor manera. Ese es su rol principal: garantizar la trampa y el fraude.

Así como legitimaron las elecciones en plena barbarie golpista en donde amenazaron con meter presos a los que se opusieran a las elecciones efectuadas a la sombra protectora de Roberto Micheletti, lo mismo harán con ese fenómeno hondureño, con ese elemento nuevo en el folklor político nacional: las urnas infladas. Otro aporte nacional a la cultura política mundial. Si ese tal Kikito afirma que ya sabían de la obsolencia del sistema electoral y pugnaron porque esa trampa fuera más eficiente, no se puede esperar que expliquen cómo es que tres movimientos del partido nacional fueron inscritos y ahora no sacan ni el 2% de los votos. En el caso del partido en el gobierno se ocupaban alrededor de 42 mil firmas para ser inscritos, y esos tres movimientos juntos no suman ni siquiera veinticinco mil voto; es imposible que informe el porqué existen más de 155 mil votos nulos y blancos; cómo es que hay 2000 urnas sin actas de cierre electoral y porque fueron tan eficientes las capacitaciones brindadas por el tribunal a potenciales miembros de las mesas receptoras. Sería un exceso pedirles que den cuenta de todo lo invertido en la tecnología adquirida, quienes fueron las empresas contratadas y que suministraron equipos que no fueron los mejores para estas elecciones internas ¿En qué manos quedaron las comisiones por esas compras?

Después de exhibirse en una cadena nacional con una serie de rabietas distractoras responsabilizando por el fraude a los miembros de las mesas receptoras, no pudo decir que esas personas recibían credenciales que los certificaban como representantes del Tribunal Supremo Electoral. Ahora la culpa es del modelo omitiendo decir que son personas de carne y hueso los que ponen en acción esa maquinaria electoral, como ser los miembros del tribunal. Ese “modelo obsoleto” es la forma perfecta del fraude y no existe de manera casual. Fue diseñado para engañar a la ciudadanía y manipular información al gusto de los grupos de poder. Cualquier lucha que se emprenda por la refundación del país, también debe cambiar esos procesos electorales y por implementar otras formas más sencillas que pueden empezar con el voto electrónico.

26 de noviembre de 2012, a los 8 días de las urnas infladas.

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