Radio Progreso
El contexto internacional se mantiene invariable y los desafíos para el pueblo hondureño también. Las reelecciones de Obama en Estados Unidos y de Hugo Chávez en Venezuela lo confirman. Estos pueblos en procesos separados en tiempo y espacio han decidido confiar una administración más a sus presidentes.
Las elecciones de estos países han sido muy vigiladas, y curiosamente ponen muy nerviosas a las elites empresariales y políticas hondureñas. Para estos grupos lo mejor debió haber sido que los dos presidentes no hubiesen sido reelectos. Y esto les incomoda dentro de sus comodidades. No obstante que Obama es la mejor carta que el imperio tiene para sostener la crisis del capitalismo, nuestra oligarquía criolla no tiene más mirada que la que apunta hacia sus propias narices. Con tener todas las riquezas acumuladas ahora, no sabe ver que así está sacando punta a la estaca que ellos mismos se clavarán.
A pesar de la preocupación del reducido grupo de familias adineradas, en los hechos esas elecciones para el pueblo hondureño confirman varias cosas: primera, que la cúpula bipartidista se hará un nudo para mantenerse en el poder a cualquier precio, aunque este precio signifique poner el país entero de cabeza, como ya lo viene haciendo.
Segunda, que a pesar de los aires de cambio que se están viviendo en América Latina en la presente década, en Honduras el alto empresariado con el respaldo de las transnacionales, lucharán por mantener el actual modelo económico centrado en la extracción de los bienes naturales de nuestro país con el fin de convertirlos en dinero, y para mantener ese modelo usarán las armas de todo tipo y calibre. Y en esa apuesta buscarán poner al presidente y gobierno más dócil y que represente genuinamente y sin ambages sus intereses.
Una tercera cosa, y quizá la más importante, es que ningún presidente de ningún país va a venir hacer nuestro trabajo. Todo está en nuestro terreno. De nosotros depende si nos organizamos y luchamos por recuperar la institucionalidad y hacerla funcionar para las mayorías. De la población depende impulsar procesos de lucha en defensa de los bienes naturales y el medio ambiente. En nuestras manos está el luchar por el país que queremos y nos merecemos.
En esa búsqueda de construirnos como pueblo, las organizaciones populares de Honduras han dado un paso importante: se van poniendo de acuerdo en la definición de una estrategia de lucha a partir de unos consensos mínimos en temas estratégicos como los territorios, los bienes naturales, la tierra, la justicia, el tema fiscal, la educación y la salud, los derechos laborales y gremiales. En tiempos electorales donde todo se mueve a partir de cálculos de votos, es esperanzador que las organizaciones populares propongan al pueblo hondureño un camino de salida a la conflictividad actual. Y esta es la mejor manera para saber situarnos en el contexto internacional.
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