miércoles, 31 de mayo de 2017

EE.UU mintió a las víctimas y nos mintió a todos



El Comité de Familiares de Detenidos – Desaparecidos en Honduras, COFADEH, a la opinión pública nacional e internacional, comunica:

1. Reconocemos como un gesto de honestidad y reinvindicación parcial de las víctimas de Ahuas, en la Mosquitia hondureña, el informe público del Departamento de Justicia de Estados Unidos difundido en las últimas horas sobre aquella masacre del 12 de mayo 2012. https://oig.justice.gov/reports/all.htm

2. El documento – aunque con tachaduras en negro, similar a los clasificados de la CIA — confirma que la Agencia Antidrogas mintió al Congreso y a la población general sobre las circunstancias, los protagonistas y móviles del ataque con equipos y armamentos de guerra sobre un grupo de personas indígenas que fueron muertos y heridos.

3. La DEA trató siempre de atribuir toda la responsabilidad a las autoridades hondureñas para encubrir el rol activo de los militares estadounidenses y de los mercenarios del Equipo de Apoyo de Asesoramiento en Relaciones Exteriores (FAST, por su sigla en inglés), que fue entrenado en operativos antidrogas de estilo militar.

4. Existen pruebas – incluido un video – que inculpan a los actores militares estadounidenses y subcontratistas en el ataque que dejó como saldo trágico 4 personas muertas, incluyendo dos mujeres embarazadas, y 4 heridas, incluyendo, dos niños.

5. También la DEA utilizó a la embajada de EEUU en Tegucigalpa para mentir sobre la condición de las víctimas, relacionándolas a operaciones de narcotráfico en la zona.

6. Y lo más grave, la DEA utilizó medios ilegales para pretender obtener testimonios falsos de las víctimas sobrevivientes y no colaboró en forma asertiva con el Ministerio Público que ha dilatado y manipulado al máximo el proceso de justicia.

7. El COFADEH, que ha permanecido en apoyo legal, humanitario y logístico al lado de las víctimas, ha sufrido igualmente campañas de odio urdidas por personas y organizaciones instrumentalizadas por esa lógica de mentira oficial respecto de los hechos.

8. En consecuencia, este Comité recibe el informe del Departamento de Justicia como el reconocimiento público de la responsabilidad de la DEA en la comisión de violaciones a los derechos humanos e  infracciones al Derecho Internacional Humanitario en territorio nacional.

9. Celebramos que a la luz pública el informe impugna las  versiones justificadoras y farsantes de ambos gobiernos en 2012 y repara, en general, las humillaciones sistemáticas que las víctimas y sus representantes hemos sufrido en forma injustificable, especialmente sobre niños.

10. Como ha expresado el senador de Vermont Patrick Leahy, “el informe desenmascara acontecimientos y conductas atroces, así como las medidas posteriores para ocultar la verdad sobre lo sucedido”. Y eso no debe continuar.

De los hechos y de los hechores, ni olvido ni perdón
COFADEH

El COFADEH sacó a luz la verdad sobre Ahuás que la DEA no pudo ocultar


Por Marvin Palacios

“Los responsables de los disparos y los que truncaron las investigaciones deben rendir cuentas. Estados Unidos tiene la responsabilidad de proporcionar una compensación adecuada a las víctimas”

En este lugar se produjo el ataque

La Agencia Estadounidense Antidrogas (DEA) mintió sobre una operación antidroga que se desarrolló en Honduras en 2012 y que se saldó con la muerte de cuatro aborígenes misquitos, entre ellos dos mujeres embarazadas, según un informe publicado el 24 de mayo de este año, por un órgano de control del Gobierno de EE.UU.

Con esta revelación se confirma que el COFADEH en representación de las víctimas sacó a luz pública la verdad de los hechos ocurridos, así como la versión irrefutable de los testimonios expuestos por los sobrevivientes de la masacre en la que participaron efectivos de la DEA, militares y policías hondureños.

Hasked Brook WoodHasked Brook Wood en vida, hijo de Clara Wood

La agencia estadounidense que reveló este nuevo informe,  destacó que la DEA  le mintió al Congreso, a funcionarios del Departamento de Justicia y al público en general acerca de una estrategia agresiva pero mal planeada contra el narcotráfico practicada en Honduras.

El informe concluye que la DEA no investigó “adecuadamente” lo ocurrido el 11 de mayo de 2012 durante una operación en Honduras y, como consecuencia, dio información “inexacta o incompleta” al liderazgo del Departamento de Justicia, al Congreso y al pueblo estadounidense.

El documento, de 424 páginas, detalla cómo agentes de Honduras y de Estados Unidos abrieron fuego contra un bote que llevaba civiles y viajaba por el río (Patuca) de La Mosquitia, cuya costa estaba considerada entonces por EE.UU. como un enclave estratégico en el que aterrizaban aviones que traían cocaína de América del Sur.

Frente a la versión sostenida por agentes de la DEA que señala que desde el pipante que transportaba a los pobladores miskitos les habrían disparado, el informe revela que imágenes captadas desde un avión de la patrulla fronteriza estadounidense, muestra que no hubo disparos desde dicho pipante, donde ni siquiera había personas armadas.

El documento recomienda que los agentes de la DEA que operen en otros países sean mejor entrenados para actuar con fuerzas locales, y que haya procedimientos más claros para investigar la conducta de esos agentes en casos de incidentes con decesos.

Los Gobiernos de Estados Unidos y de Honduras han defendido durante años que la DEA sólo apoyó a los agentes hondureños, encargados de liderar la operación.

La presencia en el área de un equipo de defensoras de derechos humanos y personal de prensa del COFADEH permitió que sus medios informativos como el programa radial “Voces contra el Olvido” y el periódico digital www.defensoresenlinea.com, hicieran trascender el hecho con mayor impacto a nivel nacional e internacional. También la cobertura periodística de dos reporteros de la agencia The Associated Press (AP) fue determinante para que el mundo conociera del hecho.

El 11 de mayo de 2012, mientras navegaban por el  río Patuca  y se acercaban al atracadero o landín en la comunidad de Paptalaya, municipio de Ahuás, a unos 700 metros,  hacia las 2:00 de la madrugada (porque en esta zona se viaja de noche por el intenso calor que se experimenta durante el día), la mayoría de los pasajeros de la pequeña embarcación, dormían.

Lucio Nelson fue atendido en un centro hospitalario de la zona atlántica del país

De pronto  fueron despertados por el ruido de helicópteros militares que desarrollaban una operación para incautar drogas que se transportaba en un pipante que se desplazaba muy cercana a la pequeña embarcación donde viajaban los miskitos.

Efectivos militares y policiales del Estado hondureño y agentes de la DEA de Estados Unidos, participaban desde la 1:00 a.m., en un operativo. En la jerga militar se trataba de un operativo de requisición  de drogas, que según el portavoz de la policía de fronteras en Tegucigalpa,  Kelsin Arteaga,  ascendía de 750 a 900 kilos de cocaína transportados por una avioneta de supuesta matrícula venezolana que aterrizó minutos antes cerca de Paptalaya.

A pesar de que ambos pipantes se encontraron en posiciones opuestas cerca del landín, se cree que los efectivos militares asumieron que las dos embarcaciones estaban involucradas en el transporte ilícito de drogas.

Resulta intrigante que los supuestos narcotraficantes que cargaron uno de los pipantes con narcóticos no fueran capturados y que solo se incautara la droga.

También no se explica cómo a pesar de contar con visores nocturnos y reflectores en los helicópteros,  los efectivos hayan atacado una embarcación que transportaba a indígenas miskitos civiles y desarmados.

Producto del ataque, 4 personas murieron en el acto : Candelaria Pratt Nelson (48), con 5 meses de embarazo,  Emerson Martínez Henríquez (21), padre de 2 niñas,  Hasked Bbrooks Wood (14) y Juana Jackson Ambrocio (28), en estado de embarazo, madre de dos niños.

“Los responsables de los disparos y los que truncaron las investigaciones deben rendir cuentas. Estados Unidos tiene la responsabilidad de proporcionar una compensación adecuada a las víctimas”

En cuanto a los demás hechos en torno al ataque, los testimonios de las víctimas del pipante, describen que  asustados por el ruido,  pudieron observar que de 4 helicópteros color gris, al menos uno de doble hélice, sobrevolaban a baja altura y daban vueltas a su alrededor, y que de pronto fueron atacados desde el aire con disparos de armas de grueso calibre, sin que hubiera advertencias ni señales de detenerse.

La mayoría de pasajeros se lanzaron al agua, pero el ataque militar continuaba, los indefensos se sumergían en las aguas profundas del río Patuca, intentando salvar sus vidas, algunos lograron llegar a la orilla del río, otros fueron alcanzados por las balas que les quitaron la vida.

“Ibamos a bordo de un pipante, entre ellos niños, mujeres , era de noche pero iba dormido ya que el camino era largo, pero escuché la bulla del helicóptero ,pero con los ojos cerrados de repente escuché la balacera y me tiré el agua. En el trayecto sentía que algo me pegaba y eran disparos que se hicieron desde el helicóptero”, declaró el joven Lucio Nelson, sobreviviente del ataque pero herido gravemente en un brazo y la espalda.

Cuatro  personas resultaron gravemente heridas, 3 personas fueron víctimas de tratos crueles inhumanos y degradantes, 3 personas detenidas y tres viviendas allanadas. Después del ataque, un testigo narró que varios efectivos militares descendieron a tierra de los helicópteros y que cometieron vejámenes en contra de pobladores de Paptalaya, entre ellos el ciudadano Dolly Wood, dueño de una bodega y vendedor de gasolina para lanchas.

Clara Wood, sobreviviente de la masacre y madre del niño Hasked Brook Wood de 14 años, que murió en el ataque,  narró que “cuando veníamos cerca del landín (pequeño embarcadero) el pipante venía despacio porque estaba alta la marea,  vi cuatro helicópteros, uno de los cuatro disparó al motor donde nosotros íbamos , y yo gritaba y llamaba y llamaba a Dios , a mi no me tocó ningún tiro , entonces me tiré bajo el agua y salí nadando y subí a un barranco… miré que el helicóptero bajó al landín, yo salí gritando  salió un montón de militares y me agarraron y me revisaron porque andaba mojada  y me preguntaron que de donde venía, entonces les conteste que del cayuco (o pipante)… ¡al que disparaste y mataste a mi hijo Hasked Tom Brooks Wood!.

Otro testigo dijo que escuchó hablar en inglés a varios  efectivos de la DEA que estuvieron en tierra en la comunidad de Paptalaya durante el operativo de incautación de la droga, posterior a la masacre.

También  en las declaraciones de Dolly Wood, éste manifestó que el  11 de mayo de 2012, alrededor de las 2:00 de la madrugada “yo estaba dormido en mi casa que está a la orilla del Río Patuca en el landín (pequeño embarcadero), escuché ruido de helicópteros entonces me levanté, yo nunca había visto tantos helicópteros dando vueltas por arriba.

Después  de dar tantas vueltas, aterrizó uno de los helicópteros  en el mero Landín, abrí la persiana y miré a unas personas saliendo del helicóptero, se dirigió a mi predio que está a unos cien metros, entonces vinieron a forcejear mi portón, entonces yo le dije: más respeto, ellos siguieron forcejeando y quebraron el portón, entraron y me encañonaron y me dijeron ¡manos arriba!, les dije ¿quiénes son? Identifíquense, la respuesta de ellos fue: nosotros somos militares y no entendemos razones, yo les explique que era un enfermizo cardíaco con marcapaso, en eso les sugerí que yo no podía levantar la mano, porque especialmente en el brazo izquierdo tengo el marcapaso, detalló Wood
Añadió que, “yo les dije que cualquier cosa que me pasara los culparía a ellos, acaté las órdenes, me tuvieron tres horas boca abajo con las manos para arriba, me robaron combustible, yo acaté las ordenes hasta que se fueron, luego empecé a escuchar voces de alarma y  el llanto de la gente, empecé a ayudar a los heridos y llevarlos al hospital.

En marzo de 2014, Clara Wood fue inducida por un dirigente miskito al que sólo identificó como Edy, para que asistiera a la sede de la embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa.  Ahí se le presentó un hombre el que se identificó como Don Andrés que  junto a otros estadounidenses, le aplicaron el polígrafo.

El propósito era para obligarla a que cambiara su versión de los hechos del 11 de mayo de 2012 y  que declarara que tanto Melanio Olopio, piloto del pipante y su ayudante Emerson Martínez (muerto en el ataque), portaban armas y que habrían disparado contra uno de los 4 helicópteros que se incautaron de un cargamento de drogas sobre el Río Patuca a la altura de la comunidad de Paptalaya, municipio de Ahuás, en el departamento de Gracias a Dios.

En el momento del incidente, la DEA insistió en que las personas a bordo del barco eran narcotraficantes que dispararon primero, lo que obligó a los agentes estadounidenses y hondureños a defenderse.

COFADEH desarrolló una intensa labor de divulgación e incidencia sobre el caso Ahuás

Sin embargo, el informe recientemente revelado por una agencia del Departamento de Justicia de Estados Unidos aseguró que el personal de la DEA tenía “un control sustancial sobre el rumbo de la operación”, y afirmó que no se encontró ningún tipo de droga en el barco y que, además, no han podido encontrarse evidencias de disparos por parte de los pasajeros.

Adriana Beltrán, coordinadora del programa sobre seguridad ciudadana de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), consideró que “el incidente y el encubrimiento subsiguiente revelan una cultura peligrosa dentro de la DEA”.

“Los responsables de los disparos y los que truncaron las investigaciones deben rendir cuentas. Estados Unidos tiene la responsabilidad de proporcionar una compensación adecuada a las víctimas”, subrayó Beltrán en un comunicado.

La investigación sobre esta y otras dos operaciones de la DEA, llevadas a cabo en junio y julio de 2012, en Honduras comenzó en 2014 y ha sido llevada a cabo por dos órganos de supervisión del Departamento de Justicia y del Departamento de Estado.

Tras conocer de la grave situación en Ahuás, la Coordinadora General del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), Bertha Oliva, gestionó fondos para desplazar  a 4 defensoras de derechos humanos (entre ellas 2 internacionales procedentes de Inglaterra y Estados Unidos) y un periodista del periódico digital www.defensoresenlinea.com.

El equipo de COFADEH permaneció en la zona de la masacre entre el 20 y el 24 mayo de 2012. La misión fue entrevistar a las víctimas sobrevivientes, recabar testimonios, documentar el caso, tomar fotografías, hacer un informe público preliminar y preparar el acompañamiento legal.

Bertha Oliva, coordinadora General del COFADEH realizó una intensa labor de incidencia tanto nacional como internacional para mantener la atención sobre este caso. En Honduras en 2013 se reunió con el Zar Antidrogas de Estados Unidos y oficiales de Alto Rango de la delegación diplomática estadounidense acreditada en el país, para expresarle su preocupación en torno a la masacre de Ahuás. En aquella oportunidad, Oliva expresó que el Zar William R. Brownfield le dijo que ella no estaba bien informada.

Durante comparecencias en reuniones con organismos de derechos humanos realizadas en Washington con motivo de audiencias en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Bertha Oliva aprovechó en muchas ocasiones para compartir la demanda de justicia en el caso de Ahuás a congresistas y senadores de Estados Unidos.

Hoy, con el informe recientemente publicado, se confirma que el COFADEH siempre habló con  la verdad en torno a lo ocurrido con las víctimas de Ahuás.

En su condición de acusador privado, en marzo de 2014,  el COFADEH acompañó el juicio (bajo el expediente número 90-2013) que se ventiló inicialmente en los juzgados de Puerto Lempira, departamento de Gracias a Dios, en el que se acusó a 3 agentes hondureños, dos de ellos de la Unidad Elite de la DEA, adscrita a la Embajada de Estados Unidos en Honduras.

El juzgado de primera instancia dictó sobreseimiento definitivo a favor de los militares, por lo que COFADEH presentó un recurso ante la Corte de Apelaciones de La Ceiba, departamento de Atlántida.

El juez de Primera Instancia en su resolución estableció que los agentes de la DEA y los efectivos militares y policiales de Honduras “desarrollaban su actividad legítima de decomisar drogas utilizando sus armas de reglamento, legitimada  la referida acción por su superior jerárquico, con lo cual se acredita el legitimo ejercicio de su oficio o cargo en legítima defensa”.

El COFADEH apuntó que el Juez  obvió  los mandatos  establecidos en el  Manual  del Uso de la Fuerza  para Instituciones Policiales, que manda  según el artículo 15 párrafo segundo, y el  artículo 25  que los funcionarios deben de haber agotado todos los medios razonables para aprehender y controlar al sospechoso, antes de utilizar niveles de fuerza letal.

En mayo de ese mismo año (2014) el tribunal de alzada dictó sobreseimiento definitivo a favor de Noel Andrade Hernández de la Unidad Elite de la DEA, adscrita a la Embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa, e Iván Neptaly Gonzáles Herrera, pero dictó auto de prisión contra el otro agente de la DEA en Honduras, el hondureño Alexander Ramón Robelo Salgado por el delito de homicidio en perjuicio de Emerson Martínez (víctima mortal del ataque) y contra la administración pública.

En el dictamen del  caso 6506-2235-2012 BAL, se acredita que la ojiva encontrada en el cuerpo del joven Emerson Martínez, fue disparada por el arma asignada al policía Alexander Ramón Robelo Salgado.

El recurso de apelación presentado por el Área de acceso a Justicia del COFADEH señala que la motivación de la resolución emitida  por el juzgado de primera instancia, no estuvo apegada a derecho, porque  en la  audiencia se acreditó la participación de los señalados  en el ilícito a los que se les imputa a títulos de autores, pues participaron y tomaron acción directa en la  ejecución del hecho, como se acreditó con las pruebas ofertadas en audiencia inicial.

De tres agentes de la Unidad Elite de la DEA, sólo uno enfrentará la endeble justicia hondureña

“El Poder Judicial está en la obligación de restituir y reparar los derechos violados a nuestros representados, expuso el COFADEH y añade que  el Juez de Primera Instancia, no valoró los reiterados testimonios que escuchó de las victimas que relataron los hechos ocurridos, los cinco testigos aseguraron que los disparos provinieron de los helicópteros”, manifestó el COFADEH en el escrito presentado en aquella oportunidad.

A dichos efectivos policiales y militares se les acusó de los delitos de homicidio, homicidio en su grado de ejecución de tentativa, detención ilegal y  tortura tratos crueles, inhumanos y degradantes,  en perjuicio de Juana Jackson Ambrosio, Candelaria Prats Nelson, Emerson Martínez, Hasked  Brook Wood (14),  Hilda Rosa Lezama (propietaria del pipante), Lucio Adán Nelson,  Wilmer Morgan Lucas Walter (15),  Melanio Olopio,  Dolly Wood e Hilder Olopio Lezama.

A los efectivos de la DEA estadounidenses no se les acusó en el juicio, pues existe un tratado bilateral entre Honduras y Estados Unidos en el que se señala que militares estadounidenses que cometan crímenes en Honduras, serán juzgados en su país de origen.

Al respecto  el documento sobre Acuerdos Bilaterales de Inmunidad celebrados entre Estados Unidos y países miembros de la Organización de los Estados Americanos, y otro estado parte o no, del  Estatuto de Roma (que crea la Corte Penal Internacional), expresa que “Dichos acuerdos tienen el propósito de evitar que los estados que forman parte de la Corte Penal Internacional detengan y entreguen a personal militar o político de Estados Unidos a la Corte. No obstante, dicha protección no versa sólo sobre personal militar o político, sino es más general, por lo que éste protege a todo ciudadano estadounidense.

La mayoría de estos acuerdos han sido firmados por países debido a la amenaza proveniente de Estados Unidos de suspender el apoyo económico o militar que recibe, por ejemplo el acuerdo celebrado entre Estados Unidos y Colombia.

Hasta mayo de 2015 existían ya 100 estados que habían celebrado acuerdos bilaterales de inmunidad, según el Departamento de Estado de Estados Unidos.

Volviendo al proceso judicial en el caso de Ahuás, en un recurso de amparo presentado el año pasado por el COFADEH ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ), contra la resolución del tribunal de alzada, fue desestimado por el máximo órgano de justicia, dejando a los familiares de las víctimas mortales y a las víctimas sobrevivientes, sin acceso a encontrar justicia en Honduras.

En relación a las víctimas sobrevivientes, el niño Wilmer Morgan Lucas Walter (15) quedó lisiado de su mano derecha producto del impacto de un proyectil de calibre desconocido. Asimismo la señora Elmina Olopio recibió varias perforaciones que se cree fueron de calibre 50 mm, municiones que utilizan los militares en las ametralladoras montadas en los helicópteros. A Elmina Olopio tuvo que practicársele injertos de piel en sus piernas.

También está el caso de Lucio Nelson que quedó lisiado de su brazo izquierdo y con heridas que le dificultaron caminar durante largo tiempo, puesto que recibió impactos de proyectiles en la parte baja de su espalda.

Como parte del acompañamiento que el COFADEH brindó a las víctimas sobrevivientes, el comité gestionó fondos con la comunidad internacional para poder apoyar con los gastos médicos, hospitalización e intervenciones quirúrgicas tanto del niño Wilmer Morgan Lucas Walter (15) y del joven Lucio Nelson.

Fueron varias las ocasiones que éstos jóvenes junto a un acompañante de la familia tuvieron que viajar desde La Mosquitia o desde La Ceiba para recibir atención médica y monitoreo de su estado de salud en Tegucigalpa.

Después de varios meses de recuperación en la sede del COFADEH, Lucio Nelson logró caminar y mover uno de sus brazos, mientras que Wilmer Morgan Lucas Walter, paulatinamente se recuperó (aunque no totalmente de las heridas en una de sus manos). Tanta fue la empatía y solidaridad mostrada hacia el niño Wilmer Morgan, que una de las defensoras de derechos humanos del COFADEH, lo acogió en su casa y ha asumido la responsabilidad de apoyarlo en sus estudios y  calidad de vida.

Extraoficialmente se conoció que el viernes 26 de mayo de este año, se llevaría a cabo en el Tribunal de Sentencias de la ciudad de La Ceiba, la audiencia de proposición de medios de prueba en el juicio oral y público sobre la masacre de Ahuás.

Tras 26 años de búsqueda, una madre nunca olvida



Doña Rosa lleva 26 años en la pesadilla de buscar a un hijo desaparecido. El único niño entre 5 niñas que tuvo con un matrimonio que terminó mal. Nery Noel Ribera Argueta debería tener 31 años ya, pero para ella es un niño de 5 años, la edad que tenía cuando lo vio por última vez cuando lo dejó en custodia de Eduardo Rivera Martinez, el padre. 

Con unos lempiras que pudo acumular de la remesa que le envía una de sus hijas desde Estados Unidos y unas cuantas lavadas de ropa ajena, doña Rosa se movió desde la aldea de San José en El Negrito, Yoro hacia El Progreso. En esa ciudad, le habían dicho, existe un comité de madres que también buscan a hijos desaparecidos, el Comité de Familiares de Migrantes desaparecidos de El Progreso (Cofamipro). De allí la remitieron a seguir en los medios de comunicación contando a la gente su historia, talvez alguien ha visto a su hijo. Así llegó doña Rosa a la cabina de Radio Progreso.

Doña Rosa nació en Ezequias, una pequeña comunidad en La Libertad, Comayagua en el centro de Honduras. Su madre solo la dejó estudiar hasta el tercer grado y a los 16 años ya estaba pariendo la primera hija de Eduardo. Así, seguidos se vinieron 4 niñas más y Nery. La pobreza estaba asfixiándola a ella y sus hijas, por eso decidió migrar a San Pedro Sula. Muchas mujeres lo hacían, allá al menos había trabajo para lavar y planchar. En Ezequias solo había hambre. 

El padre decidió que se dividieran los niños, tres y tres. Él se quedaría con los menores y ella con las mayores. 

“Cuando nos separamos él me dijo que se quería quedar con los pequeños, el agarró 3 y yo 3 las más grandes por mientras yo hacía un dinerito para ir por ellos. Lo hice y fui a traerlos, pero mi madre me dijo que no me llevara los últimos dos, que le dejara obligación a ese haragán, que yo no tenía quien me apoyara, entonces solo me traje a la chiquita y dejé a los dos, yo tenía el pensamiento de traerme los tres, pero dejé a los dos”, lamenta doña Rosa. Ella no sabe que en Honduras hay leyes que castigan la paternidad irresponsable, solo sabe que si un hombre decide abandonar sus responsabilidades lo hace, impunemente. Ha sido su desgracia.

Eduardo se quedó con los dos menores, pero antes de irse a San Pedro Sula, regaló a la niña a una señora de Comayagua y la niña se terminó criando en Tegucigalpa, años después doña Rosa la encontró, ella ahora vive en España y tiene comunicación con su madre y hermanas. 

Al niño se lo llevó a San Pedro Sula y es allá donde desapareció. 

- El padre solo sabe decir que el niño se perdió cuando robaban niños en San Pedro Sula, no sabe nada y no le sacan más palabra las hijas. Él ahora está enfermo de la mente, es como hablar con un niño.

- ¿Acudió a las autoridades?

- No fui a ningún lado, carezco de información, de fotos del niño. Con grandes esfuerzos fui a Ezequias, Comayagua a sacar la partida de nacimiento para pedir ayuda en tiempo de elecciones, pero no he encontrado nada. No he ido a la policía, ni al Ministerio Público. Hasta hoy he logrado unos centavitos para dar vueltas por mi niño porque para mí sigue siendo niño.

Siento una cosa horrible en mi corazón al saber que él podría estar sufriendo, mi criatura, siento el dolor de su sufrimiento. Aunque al encontrarme él me diga cosas que me molesten mi conciencia, que lastimen mi corazón, no me importa porque al menos lo volvería a ver. 



Es una pesadilla, dice doña Rosa. Se siente sola en un país donde solo ha sabido sobrevivir. Para ella no existe el Estado, la institucionalidad. 

En Honduras, la desaparición de niños, ya sea por robo, migración indocumentada o trata de personas no está registrada. Sin embargo, según un estudio de UNICEF reporteado por la BBC de Londres, sobre la desaparición de menores en Centroamérica, realizado en 2011, existe un grave problema de tráfico de niños por la existencia de 'puntos ciegos' en las fronteras y el aumento de la migración ilegal en toda la región.

Entre 250.000 y 800.000 niños procedentes de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua viven a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México como migrantes ilegales -dice el organismo- lo cual hace que sea más difícil estimar el número exacto de niños que podrían ser víctimas de trata.

También están las fugas del hogar, que se dan a partir de factores como la violencia sexual, agresiones físicas, engaño, coacciones, etc. O está la pérdida de conocimiento: simplemente un niño no recuerda dónde vive, cómo se llama, etc. "Asimismo el caso en que padres o madres se llevan a sus hijos lejos del otro progenitor, en lo que se conoce como secuestro (o sustracción) parental.

“He batallado, los recursos no han sido buenos, he pasado tiempos de gran tristeza, no he tenido recursos de dinero, de viajar. Recuerdo una vez tenía saldito y llamé a HRN (emisora radial hondureña) y me contestaron que no estaban en eso y que esperara. Salir a buscarlo requiere dinero para viajar, ir a los medios, se ocupa. Ahorita lo que hago es que siempre lavo, plancho, sembrando cositas en el campo, cosechamos cosas como verduras y así hago para moverme”, dice doña Rosa. 

Quienes tengan pistas de Nery Noel Ribera Argueta, un joven de 30 años, hijo de Rosa, pueden llamar al (504) 96458110 o (504) 96430953.

“Siempre está en mi corazón de sentir que me falta ese niño, es una pesadilla, deseo despertarme, sufro mucho por la ausencia, espero en dios que me va a dar e milagro de encontrarlo”. Doña Rosa lo sigue buscando, lo sigue esperando. 

The Guardian revela el reglamento de Facebook para censurar publicaciones sobre sexo, terrorismo y violencia



No está permitido decir "que alguien dispare a Trump", pero sí "para partirle el cuello a una zorra, asegúrate de aplicar toda la presión en el centro de su garganta"

El diario británico The Guardian ha publicado The Facebook Files, un análisis de cómo los moderadores de la compañía determinan qué publicaciones deben ser eliminadas de la red social, unas decisiones para las que, en muchas ocasiones, solo tienen 10 segundos debido al gran volumen de trabajo al que tienen que hacer frente.
En su reglamento, Facebook reconoce que "no todos los contenidos desagradables o perturbadores" violan los "estándares de la comunidad" y que "la gente usa lenguaje violento para expresar su frustración" y se "sienten seguros de hacerlo" en su página. 
Establecen que "que alguien dispare a Trump" debería ser eliminado porque, como jefe de Estado, se encuentra en una categoría protegida. Sin embargo, es permisible decir "para partirle el cuello a una zorra, asegúrate de aplicar toda la presión en el centro de su garganta" o "vete a la mierda y muérete" porque no son considerados amenazas creíbles. 
Los vídeos de muertes violentas, mientras estén clasificados como perturbadores, no siempre han de ser eliminados porque pueden ayudar a crear conciencia sobre temas como enfermedades mentales.
Algunas fotos de abuso no-sexual y acoso escolar a niños tampoco tienen que ser eliminadas a no ser que contengan elementos sádicos o "de celebración" de los hechos. Es decir, igual que en el caso anterior, las publicaciones pueden mantenerse para crear conciencia. Al mismo criterio responde el permiso de compartir imágenes de animales torturados, si están marcadas como "perturbadoras".
Cualquier tipo de arte "hecho a mano" –dibujos, cuadros, grafitis...– que muestre desnudos o actividad sexual está permitido, al contrario del "arte digital". De la misma forma, se pueden publicar vídeos de abortos siempre y cuando no muestren desnudos.
Facebook permite que la gente emita en directo intentos de autolesión porque la empresa "no quiere censurar o castigar a personas con ansiedad".
The Guardian recoge las declaraciones de Monika Bickert, jefa de gestión de política global de Facebook, que dice que "es un nuevo tipo de compañía. No es una compañía tecnológica tradicional. Construimos tecnología y nos sentimos responsables de cómo se usa. No escribimos las noticias que la gente lee en la plataforma".

El insoportable hedor del machismo cotidiano

Rebelión

Por Armando B. Ginés

El machismo zafio instalado en el éxito de Risto Mejide y Pablo Motos, las dos perlas recientes de la hombría renovada en España, solo es la punta del iceberg de una cultura bien asentada en el inconsciente colectivo, extremadamente difícil de erradicar de cuajo porque hunde sus raíces en una conducta atávica y tradicional que viene de muy lejos, formando un tejido subliminal en la inmensa mayoría: es la normalidad frente a la excepción de la igualdad y el respeto mutuo de género.
Mejide y Motos conectan con ese humus ramplón de excitación machista a flor de piel de modo inmediato. Las defensas de la mujer vejada en directo, inmersa en un ambiente televisivo distendido y superficial, están disminuidas psicológicamente: el contexto trivial no permite rebeldía crítica ante una afición dispuesta a la chanza y el escarnio de la víctima por parte de la estrella impoluta y divina del presentador de turno que solo busca avivar lo espectacular con el fin de conseguir más audiencia a costa de lo que sea, si es una mujer o un transexual o un travesti o una persona ignorante o un friki, mejor aún. La diferencia tratada a la ligera como mera mercancía de usar y tirar.

No hay más que ver la publicidad para darse cuenta con fidelidad que la mujer sigue siendo un objeto de consumo, un señuelo simbólico de sustitución onírica para vender cualquier producto, a veces mediante historias blandas presuntamente correctas y otras a lo bruto, mostrando su cuerpo como único argumento de su ser.

Mucho ha avanzado el feminismo, sin embargo desterrar las ideas más retrogradas en la convivencia pública y privada diaria resulta un empeño de titanes. A pesar de los mensajes por la igualdad, el sistema continúa propagando una imagen de la mujer sujeta a estereotipos: esa fémina con aditamentos posmodernos bien diseñados crea un estilo de hombre cazador, nuevo en su apariencia, de líneas más sutiles y difusas, pero en definitiva lo que se prima es un binomio guapa mas inteligente-viril pero empático anclado en perspectivas y sustancia clásicas.

La hipersexualización de los ámbitos más recónditos de la vida cotidiana es una jaula donde los ingredientes de siempre exacerban las sublimaciones dictadas por lo políticamente asumible. Jugamos en la piel de lo correcto, dejando dentro el tarro de las esencias reprimidas por la conveniencia y el oportunismo social.

Ni el machismo ni la violencia de género ni la desigualdad desaparecerán así de repente. Están inscritos en nuestros genes culturales a niveles muy profundos de la conciencia colectiva. Los protagonistas e iconos de la vida pública siguen siendo hombres por una abrumadora mayoría: políticos, deportistas, periodistas, economistas, juristas, actores, científicos, cantantes, presentadores de televisión, policías… Si miran la pantalla mediática con atención, el rol de la mujer es secundario: acompañante, antagonista, portavoz, viceloquesea, madre-profesional, la guinda bella de cualquier fiesta o pastel.

Por mucho que se diga, el tacón y la corbata son signos de géneros históricos no intercambiables. En esas rugosidades simbólicas de la mente no se admiten términos medios ni mezclas heterogéneas. Mujer con tacón es correcto; hombre subido a los tacones, maricón. Mujer que se atreve con una corbata: lesbianismo sin más, sospecha estética u osadía artística; hombre con corbata: el poder de lo que de debe ser.

Todas las referidas son imágenes automáticas que, en ocasiones, atizadas por contextos e impulsos emocionales dan paso a actitudes machistas espontáneas o, en la peor de las situaciones, a asesinatos machistas sin vuelta atrás. Y una cosa puede llevar a la otra. Un chiste machista puede ser la antesala de violencias mayores.

Invasión y privatización del espacio público



Por Fredes Luis Castro

En un artículo publicado por The Intercept Ava Kofman denuncia los peligros inherentes al empleo de cámaras corporales por parte de agentes policiales de los Estados Unidos. A través de estos dispositivos las tecnologías de reconocimiento facial en tiempo real permitirían la transferencia de datos concernientes a las personas captadas por sus lentes. Toda la ciudadanía se transforma en objeto de vigilancia y fuente de informaciones que son manipuladas y editadas por las fuerzas de seguridad, y ordenadas y conservadas por servidores privados.
Las cámaras corporales se introdujeron con el objeto declamado de controlar las acciones policiales y restringir ejercicios de autoridad desproporcionados o abusivos. Sin embargo, los agentes que portan estas cámaras no siempre las activan oportunamente, de hecho suelen estar apagadas cuando se producen eventos comprometedores , en particular cuando civiles son heridos de muerte por disparos policiales.

Para peor, las legislaturas de estados como Carolina del Norte, Illinois, Carolina del Sur y Texas, entre otros, han aprobado leyes que restringen el acceso a las imágenes obtenidas y conservadas por las cámaras. Las restricciones se justifican en la necesidad de salvaguardar las existencias privadas captadas, lo que de alguna manera informa la incoherencia de apelar a un instrumento invasivo hacia humanidades distintas a la del portador, toda vez que el control ciudadano no puede ejercerse, vaciando la finalidad pública por la cual se invirtieron decenas de millones de dólares. De hecho, la capacidad de editar los contenidos, habilitan la construcción de narrativas funcionales al interés corporativo.

Resulta emblemática la muerte a balazos de una joven de 19 años, por un miembro de la policía de Albuquerque en abril del 2014. Ni una sola de las cámaras corporales de los 6 agentes involucrados en el hecho, incluso del que hizo fuego, aportó grabaciones relevantes para el esclarecimiento definitivo del hecho. Reynaldo Chávez, responsable de la custodia de las grabaciones, declaró que era normal la alteración, supresión o retención de imágenes por parte del departamento de policía. El sistema diseñado y vendido por la empresa Taser pemite estas manipulaciones. Esta empresa, líder en la comercialización de cámaras corporales, avanza en el desarrollo de aplicaciones susceptibles de realizar análisis en tiempo real de las imágenes obtenidas, para proporcionar informaciones relativas a toda persona que se desplace en las proximidades de sus usuarios. 

Las informaciones y datos recolectados por las cámaras tienen como destino final los servidores pertenecientes a una entidad afiliada de Taser: evidence.com . Registremos que lo que se vendió como tecnología de restricción de violencias institucionales, mutó rápidamente a una privatización del sistema de vigilancia, del espacio público y de la intimidad de decenas de miles de ciudadanos que desconocen la penetración, absorción y almacenamiento de sus historias, registros y acciones privadas. ¿Qué usos darán a este contenido sujetos motivados por intereses lucrativos? ¿Cómo funciona la ingeniería algorítmica que nutre las aplicaciones que están diseñando? ¿Son auditables los usos de la información y los algoritmos aludidos?

La preocupación por el empleo de las cámaras corporales llevó al Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara Baja norteamericana a celebrar una audiencia el 22 de marzo último, para evaluar las implicancias de este tipo de tecnologías. En el encuentro se reveló que la mitad de las fotografías de los ciudadanos americanos adultos son almacenadas en una base de datos del FBI, sin su conocimiento y sin mediar intervención judicial, que la tecnología de reconocimiento facial utilizada por esta agencia carece de supervisión, y que no es evaluada para detectar errores en las identificaciones o sesgos raciales en el diseño del sistema. Sucede que los algoritmos utilizados para detectar coincidencias son inexactos el 15% de las veces, con mayor propensión al error cuando se trata de ciudadanos afroamericanos .

El congresista Elijah Cummings agudamente observó: “Si eres negro es más probable que seas sometido a esta tecnología, y es más probable que esta tecnología esté equivocada”. Por su parte, el presidente del comité legislativo, Jason Chaffetz, alertó sobre un empleo de las cámaras que atente contra la libertad de expresión y de libre asociación, cuando son empleadas en el marco de reuniones políticas y protestas, grabando las respectivas asistencias, para su posterior -o inmediata- identificación.

A riesgo de incurrir en un lugar común, esta nota cierra con las palabras del profesor de historia Melvin Kranzberg: “La tecnología no es buena ni mala, pero tampoco neutra”.

Una versión de este artículo fue publicada por Mi club Tecnológico. Ciencia y tecnología en la vida de los Argentinos.

martes, 30 de mayo de 2017

Universitarios volverán al banquillo de los acusados en junio



Por Sandra Rodríguez

El 7 de junio continúa el juicio oral y público contra tres egresados universitarios acusados de usurpación en el 2015. El 23 de junio 19 estudiantes y un periodista van a audiencia inicial por daños a la UNAH y privación de libertad contra guardias de seguridad.

Dos grupos en total de 23 estudiantes y regresados de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), comparecieron este día ante el Sistema Judicial por ser parte de protestas sociales, observadores del respeto a derechos humanos y el derecho a la información.
Aunque las audiencias fueron en diferentes instancias, se llevaron a cabo al mismo tiempo, y estaban relacionadas entre sí, con respecto a la defensa de la educación pública, no criminalización de la protesta social y la libertad definitiva para Cesario Padilla, Moisés Cáceres y Sergio Ulloa, defensores de Derechos Humanos, acusados de usurpación durante una toma de la UNAH en julio del 2015, hoy en juicio oral y público.

Mientras rendía declaración en los Tribunales de Justicia, el ex militar Roger Aguilar, testigo del Ministerio Público (MP), en el juicio contra los tres egresados universitarios, un grupo de 19 estudiantes y el periodista Ronnie Huete, estaban en audiencia de presentación de imputados en los juzgados de La Granja, Comayagüela.

El grupo de los 19, inició una toma del edificio administrativo denominado “Alma Mater” de la UNAH, la noche del miércoles cómo medida de presión para que se dejará en libertad a Cesario, Moisés y Sergio, mientras Huete transmitía en directo las acciones de protesta, para un medio brasileño a través de redes sociales.

El periodista fue golpeado por guardias de seguridad “encapuchados” que entraron violentamente a la UNAH, supuestamente dirigidos por Aguilar para desalojar a los estudiantes. Sus atacantes le robaron el teléfono celular y creyó que ese sería el fin de su vida, declaró Huete, quien fue capturado y procesado junto a los estudiantes.

Roger Aguilar, dijo que es el encargado de la seguridad privada e interna de la Máxima Casa de Estudio. En el juicio contra el periodista Cesario Padilla, el sociólogo Moisés Cáceres y el Trabajador Social Sergio Ulloa, declaró haber visto a los tres egresados, a quienes un grupo de manifestantes “encapuchados” le expresaron que los tres criminalizados eran los que dirigían las acciones aquella semana de julio del 2015. Los identificó porque tenían el rostro descubierto y ya los conocía desde acciones anteriores, declaró al Tribunal.

Agregó ser agredido verbalmente por Ulloa y Cáceres.

Los defensores criminalizados en su declaración expusieron que, ellos hacían una labor de observación de derechos humanos, durante la protesta social, y no eran parte de la toma.

Antier un grupo de jóvenes se manifestaron afuera del edificio de Salas de Juicios Orales y Públicos de la CSJ, en solidaridad con los tres defensores, gritaron contra Roger Aguilar frases como “asesino” haciéndole memoria de formar parte del escuadrón de la muerte 3-16, a quien se le responsabiliza por detenciones y desapariciones forzadas por persecución política.

Algunos de éstos jóvenes son parte del grupo de detenidos en la madrugada de ayer, y hoy recibieron medidas sustitutivas a la prisión.

Los 20, durante la captura, fueron gaseados y golpeados por la policía y guardias de seguridad privada de la UNAH, según denunciaban sus compañeros. El MP los acusó por los delitos de daños a las instalaciones de la UNAH y privación de libertad en contra de los guardias de la compañía de seguridad.

Ahora deben cumplir con ir a firmar el libro de registro en los juzgados los viernes, no salir del país, no acercarse al edificio administrativo de la UNAH y no acercarse a las autoridades universitarias, mientras van a audiencia inicial el próximo 23 de junio.

Por su parte, los tres defensores de ddhh deberán volver al blanquillo de los acusados en la sala IV de juicios orales y públicos el 7 de junio, dónde comparecerán sus testigos, ya que no habían sido notificados, por no dar con su domicilio.

En este proceso que data del 2015, cabe mencionar que el representante de la Procuraduría General de la República (PGR), consideró si era precisa su presencia como parte acusadora, a lo que el Tribunal le respondió que era decisión de sus superiores, y tras una consulta telefónica, se le dijo al procurador que sólo podía desistir mediante un decreto ejecutivo emitido por el Presidente. Por lo que continuó en el juicio, reservándose el uso de la palabra.

Hoy en las afueras de la CSJ ya no habían estudiantes con pancartas y consignas, en su lugar había una patrulla policial. Dónde si había una muchedumbre era en los juzgados de La Granja, a la espera de la liberación de los 20 jóvenes, por quien se temía su integridad, después de las reformas al Código Penal que criminaliza la protesta social como parte al derecho de Libertad de Expresión.

El año pasado el MP libró requerimientos judicial contra más de 80 estudiantes universitarios a nivel nacional, en medio de dos meses de protestas por las normas académicas universitarias consideradas excluyentes, y nuevamente se libró orden de captura contra Cesario Padilla, Moisés Cáceres y Sergio Ulloa, quienes fueron sobreseídos por un acuerdo de homologación firmado el 20 de julio por autoridades universitarias y representantes estudiantiles. Éste debía aplicarse en el actual proceso, pero el juicio está siguiendo su curso.

El periodismo no dice la verdad a los hondureños



“Creo que no le estamos diciendo toda la verdad a la gente”, dijo el periodista sampedrano Luis Coello, al ser consultado sobre la labor periodística en Honduras. Este 25 de mayo se celebra el día del periodista y la realidad del gremio refleja: inseguridad, precariedad laboral, censura, venta de conciencia y falta de ética.

Como todos los años, el día del periodista se celebra en un ambiente de impunidad y violencia. Desde 2009 más de 45 periodistas han sido asesinados, de estos casos el 95% continúa en la impunidad. Además la profesión periodística es una de las peores pagadas en el país. A pesar de tener estipulado un salario mínimo que ronda los 15 mil lempiras, la mayor parte de medios de comunicación paga por debajo de esa cifra, asimismo la censura, la venta de conciencia y la falta de ética en el ejercicio del periodismo es un debate permanente en la rutina de los medios de comunicación.

“Acá nos enfrentamos a varias realidades: las condiciones en que ejercemos la profesión son precarias en general, los salarios no cumplen con las necesidades básicas de un trabajador, también nos enfrentamos a la censura y condicionamientos que se dan en los medios de comunicación”. Coello se refiere a la censura que se da en los medios corporativos, quienes al responder a los intereses de quien los financie con publicidad condicionan su línea editorial limitando a los periodistas en su trabajo.

En Honduras existe la Ley de Canje Publicitario, normativa que permite a los medios de comunicación brindar publicidad y no pagar impuestos.  “En su mayoría los medios mantienen relaciones con grupos políticos, el trabajador de la comunicación debe respetar esos criterios y tener cuidado con lo que dice para no perder su trabajo”, expresó Coello.

Por su parte Pedro González, también periodista sampedrano habló de la profesión periodística en Honduras. “No hay independencia en realidad. Si no es el gobierno es la empresa privada. Uno busca iniciar procesos personales, pero los criterios periodísticos son limitados, porque si te dan publicidad te dicen que hables bien de ellos, si vos los criticas te la quitan y así es difícil sostener algo diferente”.

La censura no solo viene desde los medios de comunicación, hace más de un mes el Congreso Nacional aprobó reformas al Código Penal, en las que califica de terrorismo las actuaciones de algunos medios alternativos quienes se refieren cotidianamente a los procesos de lucha de la población hondureña.

Censura institucionalizada

Eddie Tábora, director del Comité para la Libertad de Expresión (C-Libre) dice que Honduras vive un proceso complejo para el desarrollo de la libertad de expresión, medidas como estas que se aprueban en el Congreso evidencian el carácter represivo y dictatorial del gobierno al limitar y ahora criminalizar a quienes emitan algunos comentarios frente a los micrófonos.

“Y desde el gobierno no solo se vive la represión a través de la criminalización y censura, también la inseguridad y la falta de políticas de protección es parte del problema”, comentó Tábora. En los últimos 14 años el periodismo hondureño se ha caracterizado por la violencia y la censura. Datos de C- Libre indican que desde el 2003 han sido asesinados 44 periodistas.

“Yo creo que hay dos polos: uno la prensa corporativa, la que no le dice la verdad a la gente por el compromiso comercial y la otra es la prensa alternativa, que arriesga su vida por acompañar los procesos de las comunidades, esa es la realidad del periodismo en Honduras, creo que la verdad tiene un costo, y ese costo es la precariedad, el riesgo y represión. Los comunicadores comprometidos deben tomar una decisión, o nos sometemos a lo tradicional o hacemos algo distinto para cambiar el país”, analizó Tábora.

“Si a la gente que le gusta el periodismo se mete a esto para hacerse rico, mejor que no pierda su tiempo, si es honrado nunca lo logrará”, expresó Pedro González.

“El estilo de vida de la mayor parte de periodistas en Honduras  no da para lujos, cuando uno ve que un comunicador tiene una vida demasiado cómoda uno se imagina que algo anda mal”, expresó Coello.

Y así Honduras celebra el día del periodista, en medio de precariedad, censura y represión.

Estimado Edickson Roberto Lemus, donde putas te encontrés



Por Héctor Flores *

Compañero.

Un día como hoy y probablemente como esta hora yo me inclinaba sobre un bulto de tierra recién removida, hundía mis dedos, recogía un poco y la lanzaba al fondo de una fosa donde una caja de madera albergaba tu cuerpo. 12 años han pasado desde entonces amigo mío, 12 años y cuando lo recuerdo parece que fue justo hoy sin tiempo pasado y futuro. Solo vos y tu memoria, el recuerdo. Quise escribir esta carta para decir que sigo promulgando, mientras puedo, el mensaje de esperanza que llevabas a los compas y a las personas que lo necesitaban. Que intento ser coherente – como me lo pediste aquella vez en una orilla del puente de Quebrada Seca – con el discurso y la forma de vida y que, pese a los miedos y las farsas del mundo este que elegimos para tomar partido sigo creyendo en la esperanza por la que vivías.

Estos días son  de nostalgias por lo vivido y lo irreversible. Por ejemplo recordaba aquel primero de mayo  cuando enfundado en tus pantalones blancos - marcados con consignas contra el Área de Libre Comercio Centro América y el Plan Puebla Panamá – gritas recio contra la privatización del agua, contra los terratenientes y ante la eminente invasión militar gringa en el territorio nacional. Cuanta verdad tenían tus palabras fíjate Edickson. Las mieles del poder de las que hablabas han empalagado a más de alguno y alguna de los que vos conociste y los militares – con el asesoramiento gringo – invaden las calles de nuestros pueblos, si ese mismo pueblo por el que diste la vida.

A menudo me pregunto si ha valido la pena tu martirio  Edickson, tu muerte. Si no sería mejor si estuvieras acá y anduviéramos ahí gritando – como majes – que el mundo puede ser mejor, que Honduras puede ser de todos y todas y que vivir la vida sin dejar un legado es mejor no haber vivido. Sabes me he dado algunas vueltas por las tierras aquellas que fueron la causa de tu muerte y créemelo, que para esas tierras vos eras más importante pero vivo, han perdido el brillo, la capacidad de parir esperanza.

Hay gente dentro del movimiento que te quiere a bien. Yo he hablado con algunos de ellos y te recuerdan con mucha nostalgia, aunque a veces, esa nostalgia es un tanto efímera.  Hablan de tu lucha, de tu entrega, de tu andar coherente y de tu amor sin medida. Pero hablan de vos como muerto y eso me duele mucho por que vos, compañero, no deberías estar muerto, deberías, como dije hace un rato andar en las calles jodiendo al imperio, conmigo, como lo hacíamos aquellos días.

Se me hiso lo de la poesía fíjate y te escribí un verso. Una pendejada que no llega ni a la sombra de lo que vos fuiste pero que te sitúa en el valor que mereciste. Y lo leo y con él te nombro, reclamo justicia, condeno tu desaparición. Sigo exigiendo en los espacios que me es posible que tu memoria no se olvide y que, tampoco, se use solo como estandarte de lucha tu martirio. Tenemos con vos una obligación moral y ética que no puede permitirnos la opción del olvido ni el aprovechamiento mal sano de lo que fue tu proyecto de vida. tal vez no se me den mucho lo de los talentos pero, seguro que si, se me da lo de la amistad y me siento honrado de sentir que fui tu amigo.

Un mayo como hoy vos y yo gritamos que queríamos un mejor mundo, caminamos con la lengua de fuera para honrar a los mártires de El Jute, celebramos la vida de los compas de el Astillero y leímos versos de Benedetti y cuentos de Galeano después de una buena sacudida de los chepos por ñangarosos. Pero a vos te jodieron los asesinos y a mi me jode la memoria. A vos Edickson te quitaron la vida y te fuiste digno y yo me consumo en esta vida entre la coherencia necesaria y la politiquería partidaria. Y un mes de Mayo te fuiste hijo de puto y desde entonces te extraño un vergo y la lucha me asusta más.

Yo cierro los ojos y te encuentro. Vos seguís ahí inclaudicable, rebelde y contrapuesto. Yo abro los ojos y sigo acá esperando no defraudarte y que cuando el encuentro se vuelva a dar tengas orgullo por mi y la vida que he vivido. Te abrazo en la distancia compañero, amigo, hermano.

Hasta siempre compita

Chaco de la Pitoreta

Crímenes y delitos de Donald Trump



Por Amy Goodman y Denis Moynihan *

El presunto intento del presidente Donald Trump de socavar la investigación del FBI sobre su ex asesor de seguridad nacional, el teniente general Michael Flynn, y su posterior despido del director del FBI , James Comey, ha inspirado un sin fin de especulaciones en los medios de comunicación hegemónicos sobre la posibilidad de que sea sometido a juicio político. Sin duda, las pruebas presentadas por el periódico The New York Times, junto con todo lo ocurrido durante los primeros meses de gobierno de Trump, amerita una investigación independiente.
Tal vez, como en el escándalo de Watergate de 1974, que forzó al presidente Richard Nixon a renunciar caído en desgracia para evitar el proceso de juicio político y destitución, el encubrimiento del delito termine siendo mayor que el delito mismo. ¿Pero qué pasaría si a Donald Trump se le hiciera rendir cuentas por sus verdaderos delitos, como matar civiles en ataques con aviones no tripulados, causarles sufrimiento o la muerte a los refugiados al negarles asilo y conducir el planeta hacia una catástrofe climática? ¿Qué sucedería si Donald Trump mantuviera sus promesas de campaña, tan indignantes como incendiarias, que, de ser implementadas, en su mayoría constituirían crímenes? Lamentablemente, el poder presidencial excesivo, y a menudo letal, ahora se considera algo normal.

A los pocos días de asumir el cargo, el presidente Trump, durante una cena con su yerno Jared Kushner y otros asesores, aprobó un operativo militar del equipo especial SEAL 6 de la Marina estadounidense en Yemen. El ataque le costó la vida al integrante de los SEAL “Ryan” Owens, así como la pérdida de un helicóptero estadounidense. ¿Pero qué se supo de las bajas civiles? Pese a las declaraciones del gobierno de Trump de que la ofensiva recopiló amplios datos para inteligencia, han surgido informes de al menos 30 muertes de civiles; entre ellos, varios niños. Según Reuters, autoridades militares de Estados Unidos dijeron: “Trump aprobó su primera operación encubierta de antiterrorismo sin suficiente información de inteligencia, apoyo terrestre ni preparativos de respaldo adecuados”. Esto fue solamente un operativo militar en Yemen entre miles, en una devastadora guerra civil exacerbada por el armamento y apoyo de Estados Unidos a Arabia Saudí, que está arrasando Yemen. Trump visitará Arabia Saudí esta semana, el primer país extranjero al que irá como presidente. Donald Trump es el comandante en Jefe, y su orden casual en medio de esa cena condujo a la muerte violenta de decenas de personas inocentes. ¿Acaso no se trata de un crimen?

A mediados de abril, el ejército estadounidense lanzó una bomba sobre un presunto objetivo del autoproclamado Estado Islámico ( ISIS , por su sigla en inglés) en Afganistán, que estos días no atrae la atención de los medios, a pesar de que la guerra más larga en la historia de Estados Unidos ha llegado a su 17º año, con promesas de Trump de extenderla y enviar miles de tropas terrestres más al terreno. Pero esta no era una bomba común. Trump dejó caer sobre territorio afgano lo que el Pentágono ha calificado como “la madre de todas las bombas” ( MOAB , por su sigla en inglés). La bomba GBU -43/B es la mayor bomba no nuclear del mundo. Se encuentra en el arsenal estadounidense desde principios de la guerra en Irak, pero nunca se había usado hasta que el comandante en jefe Donald J. Trump asumió el cargo.

El Dr. “Hakim” es un médico que ha hecho trabajo humanitario en Afganistán durante más de una década. Hakim trabaja en Voluntarios por la Paz en Afganistán, un grupo interétnico de jóvenes afganos dedicados a crear alternativas no violentas a la guerra. Recientemente dio su opinión sobre el primer despliegue de la MOAB en una entrevista con Democracy Now!. En declaraciones desde Kabul, se mantuvo de espaldas a la cámara por temor a sufrir represalias si era identificado:

“Creo que es un insulto llamarla ‘La Madre de Todas las Bombas’. Esta mañana, cuando estaba hablando con un integrante de Voluntarios por la Paz en Afganistán, Ali, él dijo: ‘¿Alguna madre le haría eso a la Madre Tierra? ¿O se lo haría a algún niño?’ El efecto es lo que el ejército estadounidense o lo que los ejércitos de todo el mundo quieren infligirles a los ciudadanos comunes; es decir, miedo, pánico, hambre, ira”.

Los medios de comunicación hegemónicos han asumido un tono más opositor desde que Donald Trump asumió el cargo, sin embargo, vuelven a alinearse cuando Trump se involucra en acciones militares. Entonces, los medios declaran, que Trump está actuando como un “presidente”.

El mismo artículo del periódico The New York Times que sostenía que Trump interfirió en la investigación sobre las relaciones entre Flynn y Rusia contenía otra sorprendente revelación. El medio informó que “según uno de sus asesores, el señor Comey debería considerar encarcelar a los periodistas por publicar información clasificada”. La libertad de prensa es la base de nuestra sociedad democrática. Trump también se ha comprometido a ampliar las leyes de difamación para que sea más fácil perseguir a quienes lo critican.

Rod Rosenstein, vicefiscal general, acaba de nombrar al ex director del FBI Robert Mueller como asesor especial para supervisar la investigación en curso de la presunta influencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016. Mueller debería evaluar los hechos enérgicamente y hacer públicas sus conclusiones. Pero la investigación completa de los crímenes de Donald Trump debería ir mucho más lejos.

© 2017 Amy Goodman

Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

¿Qué significa en realidad una política exterior “Estados Unidos primero”?



Por William Astore ***

Traducción del inglés para Rebelión de Carlos Riba García

¿De la disuasión al fin del mundo?

Introducción de Tom Engelhardt

Salteemos lo obvio. Dejemos a un lado, por ejemplo, que la decisión de Donald Trump de lanzar 59 misiles de crucero Tomahauwk contra una base aérea siria solo es otra demostración de lo que ya sabíamos: que las acciones bélicas son ahora la prerrogativa –y solo la prerrogativa– del presidente (o de los comandantes militares a quienes Trump ha dado más autoridad para actuar por su cuenta). ¿Verificaciones, contrapesos? En estos días, las únicas verificaciones escritas son las del Pentágono y “contrapeso” es un concepto que solo aplica a la gimnasia. 

Mientras tanto, Donald Trump ha aprendido que cada derrota importante en el frente interno, cada intriga palaciega que haría ruborizar a un zar, puede resolverse... bueno, dejando caer 59 misiles de crucero –o su equivalente– en algún sitio remoto para salvar a los “hermosos niños” (olvidémonos de los niños que “sus” generales han estado matando). Dispara los misiles, envía los agresores, despacha los aviones, y conseguirás que todo aquel a quien destrozaste con tus tweets –incluyendo a Hillary, John, Nancy, Marco y Chuck te aplauda y elogie lo que tú haces–. A ellos se unirá la derecha oficial (aunque no la extraoficial), mientras los neocons y sus colegas te saludarán como el Churchill del siglo XXI. O al menos, todo esto será verdad hasta que deje de serlo (conversa sobre esto con George W. Bush y con Barack Obama); hasta el día después; hasta, ya sabes, el momento que hemos vivido tantas veces en los últimos 15 años de guerras estadounidenses, el momento en que de repente se hace patente (una vez más) que las cosas están yendo realmente mal. 

En tanto esperamos, he aquí una sugerencia que viene a mi mente mientras leo las últimas reflexiones del colaborador habitual de TomDispatch, el teniente coronel de la Fuerza Aérea de Estados Unidos William Astore sobre el complejo militar-industrial en la era Trump: ¿no es tiempo acaso de darle el patrocinio corporativo de la guerra? Después de todo, hoy en día es difícil encontrar en la vida civil un objeto, un edificio, un museo, un estadio o un acontecimiento que no exhiba por todas partes –fuera y dentro– el nombre de su patrocinante corporativo. Por ejemplo, en la ciudad donde vivo el equipo de baseball de los New York Mets juega en el campo Citi, y el equipo de fútbol de los Giants y Jets hacen lo propio en el estadio MetLife. Teniendo en cuenta el papel que desempeñan los colosos de lo industria armamentística de Estados Unidos en nuestras guerras y la sorprendentemente exitosa forma de dar a conocer su mercadería en todo el planeta, ¿no es tiempo de que los cada vez más grandes poderes bélicos del comandante en jefe sean traducidos en una versión militar de patrocinio? 

¿No debería acaso dársele el debido mérito a Raytheon, el fabricante de los 59 misiles que hace poco utilizó Donald Trump, de modo que la cobertura mediática del ataque pudiera hablar de ‘la molienda siria Raytheon Tomahawk’? ¿No debería acaso el próximo conjunto de ataques con drones en Yemen ser llamado ‘la cosecha del Reaper MQ-9 de General Atomics’? ¿No deberían acaso los futuros ataques con los sistemas de armas más caros de este –y cualquier otro– planeta ser rotulados ‘asalto conjunto del Caza Lockheed F-35 Lightning’? Estamos en una nueva era de realce corporativo. ¿No es tiempo ya de que la guerra se adapte a ella y de que al complejo industrial-militar se le conceda el crédito que tanto merece?

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Las fuerzas armadas de Estados Unidos primero y segundo y  tercero

¿Qué aspecto tiene la política exterior “Estados Unidos primero” bajo el gobierno de Donald Trump? Para empezar, olvidemos el antiguo rótulo del ‘aislacionismo’. Después de los primeros 100 días de Trump, esa política se parece más a una llamada “las fuerzas armadas primero”, cuyo objetivo sería conseguir la hegemonía mundial, lo que significa que se trata de una máquina que quizá precipite la catástrofe total.

El candidato Trump juró que reforzaría de tal manera las fuerzas armadas de Estados Unidos que ya no tendría necesidad de utilizarlas, dado que nadie se atrevería a atacarnos... en una palabra; la disuasión. La realidad sobre el terreno (o en el aire) es muy diferente. Los generales del presidente Trump han comenzado a quitar el freno a esas fuerzas armadas de un modo que la administración Obama, muy poco tímida cuando se trató de bombardear o intervenir, que considera excesivo y arriesgado para los civiles. La semana pasado, 59 misiles de crucero estadounidenses (a un costo de 60 millones de dólares) golpearon una base aérea de Siria, un despilfarro de respuesta a un ataque con armas químicas realizado en ese país que podría llevar a una todavía mayor intensificación bélica. Mientras tanto, están a punto de venderse armas a las monarquías sunníes del golfo Pérsico con total despreocupación por la violación de los derechos humanos; así, se proporcionará a los saudíes aún más apoyo por el que claman para seguir su devastadora guerra contra los civiles de Yemen. Sin duda alguna, una escalada en las intervenciones militares en todo el Gran Oriente Medio está sobre la clásica “mesa” de Washington donde –supuestamente– se tienen en cuenta “todas las opciones”.

La mayoría de los estadounidenses cree que la intención de las fuerzas armadas de Estados Unidos es disuadir e impedir que se produzcan ataques en territorio estadounidense, sobre todo aquellos organizados por el “terrorismo islámico”. De hecho, vendido como disuasivo, de repente el sistema de la seguridad nacional de Washington se ha mostrado como algo que se parece cada vez más a un dispositivo para la guerra permanente. Impulsiva y grandilocuentemente e ignorando lo principios básicos de la estrategia militar, su actual comandante en jefe ha sido habilitado por sus belicosos asesores y el equipo al que él llama “mis generales”, quienes sueñan con una asignación presupuestaria de ilimitado crecimiento (ni siquiera la promesa de Trump de 54.000 millones de dólares para incrementar el gasto del Pentágono en el próximo año fiscal fue suficiente para algunos altos jefes militares).

Las realidades de la nueva era triunfal de Trump

Bienvenidos a la nueva era triunfal de Trump. En realidad no tiene nada que ver con terminar alguna guerra sino con el ejercicio pleno de la situación de “potencia mundial de alcance global” al mismo tiempo que se venden montañas de armamento. Esto promete extender o prolongar el caos en Iraq, Yemen y –posiblemente– Irán, entre otros países. En el Gran Oriente Medio las acciones bélicas conducidas por Estados Unidos han producido a un desmembramiento de Iraq que está rompiendo las costuras. Los ataques estadounidenses con drones y el apoyo a una incesante campaña aérea de Arabia Saudí están poniendo a Yemen al borde de la hambruna. Siria sigue siendo un desastre humanitario, desgarrada por una guerra aunque se han desplegado allí más soldados estadounidenses (el Pentágono no especifica cuántos y en cambio nos dice que está centrado en la “capacidad” antes que en las botas sobre el terreno). Más hacia el este, la eterna guerra de Afganistán está –en la jerga del Pentágono– “paralizada”, lo que quiere decir que en realidad el Talibán está ganando terreno mientras las nuevas acciones de Washington amenazan ser un viaje a ninguna parte. Si miramos hacia el oeste o hacia el sur, África es el último campo de juego de la comunidad de unidades estadounidenses de operaciones especiales mientras la administración Trump se prepara para, entre otras cosas, actuar en Somalia.

Para Trump y sus generales, un enfoque “Estados Unidos primero” a esta suerte de problemas en realidad significa poner a las fuerzas armadas en el primero, segundo y tercer lugar. A esto ayuda el hecho de que son incapaces de imaginar que las acciones de esas fuerzas armadas puedan ser desestabilizadoras (un posible titular futuro: “Para salvarla, Trump destruye Siria”). Por ejemplo, según el general Joseph Votel, jefe del Comando Central de Estados Unidos, el país de Oriente Medio que “plantea la mayor amenaza de desestabilización en el largo plazo” es Irán, una impresión que es compartida por el general retirado James Mattis, secretario de Defensa.

Puede usted disculpar a los iraníes, a los rusos y a los chinos, por pensar diferente. Para ellos, Estados Unidos es claramente la mayor entidad desestabilizadora del mundo. Si usted fuese chino o ruso o un musulmán chií, ¿qué otra percepción podría tener de las actividades de las fuerzas armadas de Estados Unidos?

* ¿Expansionistas? Acertó.

* ¿Consagradas a la dominación mediante un colosal gasto Militar y un intervencionismo a escala global? Acertó.

* ¿Comprometidas en una hegemonía económica e ideológica por medio de poderosos intereses en la banca y las finanzas que tratan de controlar los mercados internacionales invocando su “libertad”? Acertó.

Si bien resulta desagradable, ¿no sería esta una evaluación lógica? Para muchas personas ajenas a la situación, los líderes estadounidenses parecen los principales entrometidos armados (y traficantes de armas), una percepción respaldada por acciones militares en alza y el desplome de la diplomacia bajo Trump. Importantes recortes presupuestarios en el departamento de Estado, al mismo tiempo que se aumenta –una vez más– la asignación de dinero para el Pentágono. Para los observadores de fuera, las ambiciones de Washington son claras: dominación global, lograda y reforzada por esas “tan, tan, poderosas” fuerzas armadas que según el candidato Trump, jamás tendría que utilizar, pero ya está utilizando con entusiasmo, por no decir desenfreno.

Nunca subestimes el poder del complejo militar-industrial

¿Por qué la política “Estados Unidos primero” formulada por Trump desemboca en la de ‘las fuerzas armadas primero’? ¿Por qué el presupuesto del Pentágono, junto con el de las operaciones militares reales, aparece en el momento Trump?

Hace más de medio siglo, el sociólogo C. Wright Mills dio algunas respuestas que siguen siendo tan actuales como las noticias de esta mañana. En su ensayo La elite del poder*, diseccionó el “triángulo de poder” de la sociedad estadounidense. En ella estaban, explicó, los líderes corporativos, los más altos jefes militares y los políticos; todos ellos trabajando de consuno, pero también de un modo que fusionaba las agendas corporativas con los designios de las fuerzas armadas. Esa combinación, sugería Mills, estaba degradando la capacidad de los políticos de moderar y controlar las exigencias corporativo-militares (en el supuesto de que estos siempre quieren intentarlo).

“El orden de las fuerzas armadas [de Estados Unidos]”, escribió Mills, “que una vez había sido un estamento menor [funcionando] en un contexto de desconfianza del sector civil, se ha convertido en la parte más importante y dispendiosa del Estado; detrás de sus sonrientes oficiales de relaciones públicas está la oscura y tosca eficiencia de una enorme y descontrolada burocracia. El sector de mando de las fuerzas armadas ha adquirido una decisiva relevancia política y económica. La amenaza aparentemente permanente de las fuerzas armadas les concede un valor suplementario; en estos momentos, prácticamente todas las acciones políticas y económicas son juzgadas en términos de las definiciones militares de la realidad.”

Para él, el peligro era bastante sencillo: “la relación entre el poder militar y el sector corporativo es del tipo simbiótico: en ella, ambos términos se refuerzan mutuamente. El hombre o mujer meramente políticos acaban subordinados a ellos. No es el político partidario sino el ejecutivo corporativo el que más probablemente se siente con los militares para responder a la pregunta: ¿qué debe hacerse?”.

Pensemos en la composición de la administración Trump, una cuadrilla de milmillonarios y multimillonarios. Su secretario de Estado, el ex jefe ejecutivo de ExxonMovil Rex Tillerson, es posible que no tenga mucho de diplomático. Ciertamente, parece escasamente interesado en los consejos que pueda darle el personal de carrera del departamento de Estado, sin embargo conoce bien los caminos que llevan a las salas de junta corporativas. Tanto el asesor de Trump en materia de seguridad nacional como sus secretarios de Defensa y Seguridad Interior son generales en servicio o retirados hace muy poco tiempo. Por cierto, en el círculo íntimo de Trump, los ejecutivos corporativos se sientan codo a codo con los altos jefes militares para decidir qué es lo que se hará.

Muy pronto después de que Mills publicara su profética crítica de la elite del poder en Estados Unidos, el presidente Dwight D. Eisenhower advirtió del cada vez más peligroso complejo militar-industrial. Desde entonces, el complejo Ike no ha hecho más que extenderse. Con la creación, después del 11-S, del departamento de Seguridad Nacional y algunas agencias de inteligencia más (el último recuento dice que las más importantes ya son 17), el complejo continúa creciendo sin control ciudadano alguno. Su posición dominante en la estructura del Estado es prácticamente incuestionable. Metafóricamente hablando, es quien reina en Capitol Hill.

Es posible que el candidato Trump se haya quejado del despilfarro de billones de dólares en los últimos conflictos bélicos, invasiones y ocupaciones en el extranjero, pero muchas de las corporaciones estadounidenses se beneficiaron de esos “cambios de régimen”. Después de convertir en ruinas a países como Iraq, es posible rearmarlos. Y si no se les vende armas o se reconstruye sus destruidas infraestructuras, es posible explotar sus recursos. Las aparentemente interminables guerras de Iraq y Afganistán son la demostración de lo que acontece cuando los intereses corporativos se mezclan con los imperativos de las fuerzas armadas.

Aunque tanto Mills como Eisenhowr advirtieron acerca de esa evolución, incluso ellos se habrían asustado ante el Estados Unidos de 2017. Hoy por hoy, las fuerzas armadas profesionales posteriores al servicio militar obligatorio, es decir, las integradas exclusivamente por “voluntarios”, se han transformado en algo notablemente alejado –si no divorciado– de la población, una separación que se agrava por el actual culto al guerrero entre los soldados rasos. Los estadounidenses no solo están cada vez más desligados de “sus” soldados sino también de las guerras de Estados Unidos. Esas guerras siguen siendo libradas sin una declaración formal de guerra del Congreso y casi sin su supervisión. Si combinamos esto con la decisión del Tribunal Supremo llamada Citizens United, que traslada dinero directamente de las corporaciones al activismo político, y tenemos cada vez más el sistema de gobierno del 1 por ciento en el que un presidente milmillonario está al frente del gabinete más rico de la historia de este país en la que hoy es la capital de la guerra al mismo tiempo que el nexo corporaciones-fuerzas armadas –en continua expansión– da forma al más funesto de los temores de Mills y Eisenhower.

En estos momentos, la descontrolada maquinaria militar de Estados Unidos tiene muy poco que ver con la disuasión y mucho con la continuación de un estado de guerra permanente. Combinemos todo esto y tenemos la fórmula para el desastre.

Disuadiendo nuestro camino al fin del mundo

¿Quién puso el petróleo de Estados Unidos debajo de esos desiertos de Oriente Medio? Esta era la pregunta que los manifestantes contra la guerra con un poco de humor negro coreaban antes de la invasión de Iraq. Según la muy citada opinión de Trump, Estados Unidos debería haberse hecho con el petróleo iraquí una vez consumada la invasión de 2003. Sencillamente, dijo lo que muchos estadounidenses creían y lo que varias empresas petrolera multinacionales estaban tratando de hacer.

Pensemos en la difícil situación del ex presidente Jimmy Carter. Hace cerca de 40 años, instó a los estadounidenses a que moderaran sus apetitos, empezaran a ahorrar energía y se libraran de una paralizante dependencia del petróleo extranjero y el desenfrenado consumo de bienes materiales. Después de que algunas críticas calificaron su discurso de “enfermizo”, Carter cambió radicalmente de postura, aumentó el gasto militar y estableció la Doctrina Carter para proteger el crudo del golfo Pérsico por constituir un interés nacional vital de Estados Unidos. De todos modos, el pueblo estadounidense respondió eligiendo a Ronald Reagan. Y siguió disfrutando de un estilo de vida basado en el consumismo que devora aproximadamente el 25 por ciento de la producción mundial de combustibles fósiles (cuando apenas representa el 3 por ciento de la población global), y los entendidos de la Casa Blanca están trabajando febrilmente para abrir aun más grifos de combustible en el mundo. Billones de dólares están en juego.

Asombra poco que, al llegar a presidente, Trump se apresurara a urgir la construcción de nuevos oleoductos –que el presidente Obama había retrasado o rechazado– al mismo tiempo que destrozaba las protecciones ambientales relacionadas con la extracción de combustibles fósiles. La aceleración de la producción nacional y la cooperación de los saudíes –la reciente prohibición de entrada de musulmanes al territorio estadounidense se salteó cuidadosamente a un país del que provenían 15 de los 19 terroristas de los ataques del 11-S– harán que continúe el flujo de petróleo, el crecimiento de los beneficios económicos y el aumento del nivel del mar en el mundo.

Aquí va una información puntual: las fuerzas armadas de Estados Unidos, ellas solas, consumen más combustibles fósiles que toda Suecia. En relación con el consumo de energía, nuestras fuerzas armadas están en el segundo lugar de una lista en la que solo están ellas.

Con sus enormes reservas de crudo, Oriente Medio continúa siendo el caldo de cultivo de las actuales guerras por los recursos, como también de los conflictos religiosos y étnicos, todo ello exacerbado por el terrorismo y los desestabilizadores ataques de las fuerzas armadas de Estados Unidos. En estas circunstancias, cuando hablamos de un futuro desastre global es fácil imaginar que el Oriente Medio de hoy podría ser el equivalente de los Balcanes de la infamia que fue la Primera Guerra Mundial.

Si Gavrilo Princip**, el terrorista serbio de la “Mano negra” que actuaba en una muy disputada y desgarrada región, pudo incendiar el mundo en 1914, ¿por qué no podría hacerlo un terrorista del Daesh un siglo después? Pensemos en las innumerables líneas de fractura que hoy existen en esa región y en las potencias en ellas implicadas, entre otras Rusia, Turquía, Irán, Israel, Arabia Saudí y Estados Unidos, todas ellas ostensiblemente trabajando juntas para combatir al terrorismo aunque cada una se posiciona para maximizar su propia ventaja y menoscabar las del resto. En esas circunstancias, una sacudida política seguida de un sismo geopolítico –aunque indeseable– parece posible. Y si no fuera un sismo provocado por el Daesh seguido por un terremoto mayor en Oriente Medio, en un mundo cada vez más tenso no escasean otras posibles líneas de fractura –desde una respuesta a las bravuconadas de una belicosa Corea del Norte hasta un enfrentamiento por la islas artificiales construidas por los chinos en el mar Meridional de China.

Como historiador, he pasado mucho tiempo estudiando las fuerzas armadas de Alemania durante el siglo XX. En los años en los que se preparaba la Primera Guerra Mundial, Alemania estaba emergiendo como la superpotencia de la época, si bien –paradógicamente– se veía a sí misma cada vez más rodeada de enemigos, una nación circundada y oprimida. El temor de sus líderes se centraba especialmente en la emergente Rusia. Este temor les impulsaba a lanzar una ataque preventivo contra ese país (hay que reconocer que en 1914, el primer país atacado por Alemania fue Francia, pero esa es otra historia). Esa increíblemente peligrosa y costosa guerra, desencadenada en los Balcanes, fue un desastroso fracaso; aun así, 25 años más tarde, sería repetida a un nivel horriblemente mayor. Las consecuencias: decenas de millones de muertos en todo el planeta y una derrota total que puso un punto final a las aspiraciones alemanas de dominación mundial. Las fuerzas armadas alemanas, elogiadas por sus jefes como las “mejores del mundo” y vendidas a su pueblo como una fuerza disuasoria, durante esas dos contiendas mundiales se transformaron en una maquinaria para el fin del mundo que desangró a su país al mismo tiempo que procedía a la destrucción de importantes partes del planeta.

Hoy, del mismo modo, las fuerzas armadas de Estados Unidos se elogian ellas mismas como las “mejores del mundo”; incluso se sienten rodeadas de poderosas amenazas (China, Rusia, la nuclearizada Corea del Norte, y el terrorismo mundial, para comenzar la lista). Vendidas –durante la Guerra Fría– al pueblo estadounidense como una fuerza de disuasión, un baluarte de estabilidad frente el efecto dominó del comunismo, hoy en día se han transformado en una fuerza capaz de provocar su propia caída.

Recordemos que la administración Trump ha revalidado el objetivo de Estados Unidos de poseer una abrumadora supremacía nuclear. Esto requiere un “nuevo enfoque” de Corea del Norte y su programa de armas nucleares (más allá de lo que eso pueda significar, nada tiene que ver con la diplomacia). Sin preocuparse por la acumulación ni por lo arriesgado de su política, Washington continúa diseminado armas –es el mayor traficante de armas del siglo XXI por un amplio margen– y caos en todo el mundo como parte de la “guerra contra el terror” y las vende como la única forma de “ganar”.

En mayo de 1945, cuando cayó el telón sobre las últimas boqueadas de la dominación mundial de Alemania, el mundo tenía la fortuna de ser ajeno a las armas nucleares. Ahora es distinto. De ser algo, el mundo de hoy está excesivamente dotado de máquinas que pueden acabar con él; desde los artilugios nucleares hasta las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global.

Por eso es de vital importancia darnos cuenta de que las políticas de “Estados Unidos primero” no son otra cosa que el viejo y conocido aislacionismo del siglo XX; que su discurso de “volver a ganar” es la receta que garantiza guerras prolongadas creadoras de más caos y más países fracasados en el Gran Oriente Medio e incluso más allá; y que una de por sí peligrosa política de disuasión propia de la Guerra Fría, sea contra ataques convencionales o nucleares, podría haberse convertido en una máquina de eternización de la guerra que lograría –dada la belicosidad de Trump– conducirnos hacia algo semejante al fin del mundo.

O, planteada de otra manera, piense el lector en esto: en este momento, ¿es el norcoreano Kim Jong-un el único líder inestable con trastornadas ambiciones nucleares que actúa en el escenario mundial?

* Fondo de Cultura Económica de España, 1957. (N. del T.)

** El 28 de junio de 1914, Gavrilo Princip asesinó en Sarajevo al archiduque Ferdinando de Austria y a su esposa. Este hecho fue el comienzo de una sucesión de acontecimientos que acabarían desencadenando la Primera Guerra Mundial. (N. del T.)

*** William Astore es teniente coronel retirado de la fuerza aérea de Estados Unidos y profesor de historia; colabora habitualmente en TomDispatch. Su blogs es Bracing Views.