sábado, 24 de noviembre de 2012
La obra cumbre del Cabro Negro
Por Gustavo Zelaya
20 de noviembre de 2012, tercer día de las urnas infladas.
El proceso electoral también enseña algo diferente y que, por primera vez, después del huracán Mitch, aproxima de forma efectiva a alguien nacido en este país a los niveles superiores de la literatura política de todos los tiempos presentes y futuros. Se trata del Cabro Negro incursionando en el nuevo género literario, creación exclusivamente suya, aunque no lo sepa ni lo acepte nunca en su excelsa vida, incursionando pues en el Realismo-Hiperrealismo Tropical-TREPical, de los llorones y eternos sacrificados por la patria; se lamenta y dice: no me dieron el voto, todos conspiraron sutilmente para no darme el voto...buuu...buuu...buuu... nadie me quiere, nadie reconoce que soy el más bello y el más inteligente, perdón, nadie quiere a Lizzi, ni Pin Pon, ni Cabeza de Ajo, ni Rata Peinada, ni Caja Fuerte, todos son muy malos... ¡ya van a ver!
Ni siquiera mi prima Marcia votó por yo, perdón, por mí, perdón, por Lizzi. No saben que el micro mundo hondureño ha perdido al ejemplar más perfecto de este paraíso, ella, tan completa y absoluta que debe hacer uso de mi pluma para expresar su irremediable dolor y manifestarse en cada una de las aristas mediáticas que se necesiten. Hoy arriamos las banderas pero mañana o más tarde… ¡Ya verán!
Durante mi vida he visto muchas situaciones públicas ridículas, grotescas actuaciones de los políticos nacionales como la de Rata Gorda con sus cervecitas heladas observando con científicos ojos al eclipse total de sol; Suazo Córdova, el brujo rosuco con la panza pelada demostrando que no fueron disparos sino una cirugía la que perforó tan noble abdomen; pajarito Villeda Morales, el verdadero, diciendo que nació en el trifinio, un lugar que existe en la Utopía del occidente catracho y que por razones culturales, decretó que hay que confiscar y quemar todos los libros rojos por subversivos, y en la cuenta estaban la Caperucita Roja pero no la Sagrada Familia de Marx; Oscar Mejía, conocido en el bajo mundo como OMA, ordenó poner en las papeletas electorales, no su cara, sino la efigie de Rodas Alvarado; Carlos Roberto Reina, levantando un machete para cortar la inmoralidad y nunca necesitó utilizar, porque todo fue inmaculado y santo en su gobierno; Ricardo Maduro prometiendo dólares para “Todos”, y ese era el nombre de uno de sus negocios; Rafael Callejas convertido en deportado por orden imperial y aquí los encantadores de serpientes, es decir, los jueces, se encargaron de demostrar que no estaba mojado y que nunca existió el moje en su mandato presidencial, sólo existieron plantaciones de árboles como Norma; Mauricio Villeda, el pajerito, double face, prestando su cara para que la use Elvin Santos en pasadas elecciones internas; Cabeza de Ajo, héroe del pajerito y de casi todos los mencionados, diciendo que la seguridad y la inteligencia militar eran de última generación, que por ello Mel estaba en Managua en un hotel 5 estrellas y en ese mismo momento el olanchano estaba en Tegucigalpa; ridículos mayores como el de Carlos Contra dando un discurso en un pésimo inglés frente a corresponsales internacionales de habla hispana.
Pero esa nota fúnebre recordando el deceso político de Lizzi, redactada brillantemente por el Cabro Negro, es la máxima payasada generada por políticos de esa estirpe golpista; por medio de artes desconocidas se transformó en un ventrílocuo combinado con Pinocho al aceptar y declarar frente al mundo que su hija, la genial oradora en las asambleas de las Naciones Unidas, \no tiene la capacidad de hablar por si misma. “Era muda, era muda, nunca dijo nada”. Pero este tímido individuo, el papá de la muda, al menos tiene el consuelo que, de quedar alguna remota vez sin su fortuna, sin todo ese pisto que ha esquilmado a Honduras, le pueden dar chamba en alguna tradicional funeraria, de plañidero...¡¡¡ a llorar a la Dalia!!!
Y no se va a cansar de exclamar: No me quieren... buuu...buuu... Y fue de los que se hechó a la bolsa jugosos contratos por la impresión del material electoral. Que triste el turco al ver la soledad de su muchachita en la boleta electoral... pobre señor... que inmenso dolor el que lo llena… Pero no deja de ser el lana principal... el pícaro mayor de la mara golpista, el que desde ya prepara artimañas para filtrar su portento de hija o a alguien que le haga los mandados en el gobierno.
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