sábado, 30 de agosto de 2014

¿Qué les hizo mi hermano para que lo desparecieran?



Por Sandra Rodríguez

El 27 de agosto hubiese festejado sus 52 años de edad junto a su familia, pero eso cambió desde hace tres años, cuando tipos con indumentaria de agentes de investigación, bajaron de un autobús y se llevaron ilegalmente a José Reynaldo Cruz Palma, presidente patronal de la Colonia Planeta de San Pedro Sula.
Con palabras entre cortadas y lágrimas en sus ojos, Isaura Cruz Palma, hermana menor de Reynaldo, dijo que  desde el 30 de agosto del 2011, todo ha cambiado.

“El 30 de agosto es una fecha muy triste con un mal recuerdo para mí y la familia, como que, quienes los desaparecieron, enviaron un mensaje, justo el día del detenido desaparecido”, reflexionó Isaura.

Ni lo dejaron festejar su cumpleaños número 49, que era el 27 de agosto del 2011, porque desde ese día le dieron persecución.

Estamos seguros que los responsables son policías, porque mandaron un mensaje al desaparecerlo esa fecha reiteró Isaura.

“Rey” como lo recuerda su familia tenía el sueño de cambiar el barrio donde vivía, deseaba que hubiera áreas de recreación para los jóvenes, pero no le dieron la oportunidad de hacer eso por la comunidad.

La desaparición forzada, no sólo afecta a la víctima directa, sino a toda la familia. Estamos dañados emocionalmente. Mi papá, quien ya estaba enfermo, cayó en depresión y murió en octubre del 2012, por la tristeza, apena un año después de la desaparición, y dijo que jamás olvidaría a mi hermano. En noviembre de ese mismo año, mi mamá, pese a la fortaleza que mostraba también falleció. Ambos se fueron tristes sin saber que sucedió con mi hermano.

Hemos perdido la esperanza a que se haga justicia, y la única institución que nos ha apoyado y nos ha mostrado solidaridad y trato familiar es el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Honduras, COFADEH, de hecho mi cuñada, Nubia Carvajal, la esposa de mi hermano se fue del país con la tristeza en su corazón, ella tuvo que salir porque la inseguridad contra su persona aumentó tras intensificar las denuncias.

Han pasado tres años y nos seguimos preguntando ¿Qué les hizo mi hermano para que lo desparecieran? Si el cómo presidente del patronato de la colonia Planeta, de San Pedro Sula, era muy solidario.

“Reicito”  era muy sonriente, y siempre de buen ánimo, como hermano mayor, desde siempre me cuidaba mucho. Él, estando en SPS pidió a mi mamá que me enviara desde Comayagua a Pimienta, Cortés, a vivir con él, y estudiábamos en el Instituto Tridentino.

En ese entonces, él era el telegrafista de Pimienta, y cuando yo le decía “Reicito”, él me decía “no me digas así, no ves soy muy grande” (recuerda entre sonrisas Isaura), mi hermano era muy alto, muy simpático, y muy protector.  

Cuando nos reunimos como familia en la casa de mis papás, nos reímos, hacemos chistes, y de repente se siente un vacío, una tristeza, hace falta mi mamá, mi papá, mi hermano que nunca se encontró ni vivo ni muerto, del cual no sabemos nada.

Junto a la tumba de su padre y madre, hay un espacio para cuando lo encontremos

Junto a las tumbas de mi mamá y papá, está un espacio por si se encuentra a mi hermano,  ellos no se cansaron de esperar, aunque este gobierno no ha hecho nada, y hemos hecho denuncias públicas, notificado incluso a Juan Orlando Hernández, siendo presidente del Congreso Nacional, el 2 de septiembre del 2011, le llevé una nota y fotografía de mi hermano.

Juan Orlando Hernández –actual presidente del poder Ejecutivo- lo conocía, porque lo vio en el barrio unos días antes de su desaparición, y tuvieron una entrevista en el programa televisivo Frente a Frente, y el presentador Renato Álvarez, de canal 5, pidió a mi hermano que hiciera una radiografía de la problemática social de la colonia Planeta.

Se estaba hablado del tema “barrio seguro” y la ayuda de alumbrado público que se haría en la zona. Reynaldo denunció las injusticias sociales y cobros ilegales que hacia la policía, y a él le llegaban muchas denuncias de parte de los pobladores.

Por Juan Orlando Hernández, mi familia también está destruida, porque no se nos olvida que todo fue a razón de esa entrevista, la desaparición de mi hermano nos ha desintegrado, mi cuñada ha tenido que dejar a sus hijos, su casa, cambiado totalmente su modo de vida.

Ni a la esposa ni a mi familia, se le olvida que a partir de esas declaraciones empezó el plan de seguimiento para su desaparición forzada, que se ejecutó el 30 de agosto, cuando iba al centro de la ciudad a hacer un mandado, relató la hermana de Cruz Palma.

Recuerda que Reynaldo era tan transparente, que momentos antes que lo desaparecieran fue alertado por el taxista que lo conducía, dijo que iba  sacar su cabeza porque él no le debía nada a nadie.

Siguió haciendo sus diligencias, pero al regreso fue bajado de una unidad de transporte, eran hombres como agentes de investigación, mi cuñada también se bajó y le dijeron “no es con vos, es con este jodidito”, le pusieron una capucha, lo metieron un carro gris, tipo paila, y de ahí no volvimos a saber nada.

No se hizo justicia ni espero que se haga porque se denunció a la fiscalía de DH se denunció a la fiscalía y no se le dio seguimiento.

Hemos hecho acciones de protesta, movilizaciones, vigilias, pero no hemos tenido resultado alguno, las autoridades no hacen nada por esclarecer el hecho.

Al darnos cuenta de su desaparición, fue muy duro, desesperante, al saber lo que habían hecho con mi hermano, que se lo habían llevado hombres encapuchados, desde ese día hasta hoy no tenemos paz, lamentó Cruz Palma.

Pese a que el Estado de Honduras ha ratificado leyes y tratados internacionales como la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, CIDFP, que es uno de los principales tratados internacionales en materia de derechos humanos; y que la figura de Desaparición Forzada, está tipificada como delito en una de las reformas del Código Penal hondureño, nuevamente se registra más de 12 casos de desapariciones forzadas tras el golpe de Estado del 2009.

La CIDFP, fue adoptada por la Organización de Estados Americanos (OEA) el 9 de junio de 1994, y entró en vigor el 28 de marzo de 1996, luego de alcanzar la segunda ratificación como está establecido en la Convención, y fue aprobada por el Estado de Honduras, según decreto número 110-96, en vigencia desde el 11 de julio de 2005, fecha del depósito de su ratificación.

Pero está evidenciado, que tener muchas leyes o convenios, no quiere decir que este sea un estado de Derecho, aquí no hay justicia, denunció Nubia, quien declaró que dos de sus hijos fueron víctimas de atentados y secuestros y aunque se interpusieron las denuncias respectivas, lo que sobresale es la negligencia de parte de las autoridades correspondientes para desmantelar la estructura de inseguridad, que ha afectado a muchas familias, entre ellas la de Reynaldo Cruz Palma, detenido desaparecido en el 2011.

Cada desaparición forzada viola una serie de derechos humanos, entre ellos:
•    el derecho a la seguridad y la dignidad de la persona;
•    el derecho a no sufrir tortura o trato o pena cruel, inhumano o degradante;
•    el derecho a unas condiciones humanas de reclusión;
•    el derecho a una personalidad jurídica;
•    el derecho a un juicio justo;
•    el derecho a la vida familiar;
•    cuando la persona desaparecida es asesinada, el derecho a la vida.

Encuentro entre redes de defensores de Derechos Humanos, en el marco del Día Nacional del Detenido Desaparecido



Por Sandra Rodríguez

Comenzó el encuentro entre redes de defensores y defensoras de derechos humanos organizadas por el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, COAFDEH.
La coordinadora General del COFADEH, Bertha Oliva, será la encargada de inaugurar el encuentro, en el marco de las actividades del 30 de agosto, Día Nacional del Detenido Desaparecido.
El encuentro tiene el objeto de propiciar un diálogo e intercambio de buenas prácticas y experiencias exitosas en materia de promoción y protección de los derechos humanos en sus zonas de acción.
Durante la jornada de dos días, 27 y 28 de agosto, se materializarán iniciativas de intercambio técnico y transferencia de conocimientos que contribuyan al fortalecimiento de las prácticas de procuración e incidencia.
Se han reunido representantes de las redes de defensores de derechos humanos de los departamentos de El Paraíso, Choluteca y Valle (REDEHSUR), Ocotepeque, Lempira, Francisco Morazán, y Colón (Bajo Aguán), entre otros, siendo al menos 30 participantes.
Cada red tendrá la oportunidad de hacer una presentación sobre el trabajo que realizan, de modo que sus experiencias puedan servir a los demás compañeros y compañeras, sobre todo si viven en un contexto socio-político similar.  Así mismo se realizaran ruedas de discusión dela declaración conjunta.
Con este encuentro se facilitará el intercambio regional de experiencias sobre la implementación de trabajo de las Redes en la defensa de los Derechos Humanos en los distintos municipios y acompañar un dialogo regional de los principales desafíos identificados, y las oportunidades que plantea la realización de los DDHH.
Además de facilitar el proceso para la elaboración de recomendaciones y acciones a seguir entre redes. Y la redacción de una declaratoria conjunta.

Tras amenazas fue asesinada la dirigente campesina Margarita Muril



Tras amenazas por conflicto de tierra es asesinada dirigente campesina Margarita Murillo

Hoy a las diez de la mañana le habrían dado muerte a Margarita Murillo, dirigente campesina y del movimiento popular en el sector La Esperanza a 15 Km de Villanueva Cortés.

Su familia aún consternada asegura que Murillo recibió una notificación que se convertiría en su sentencia de muerte.

Al ser encontrado su cuerpo sin vida, con vestimenta de trabajo en el campo, en esta zona montañosa, miembros de la Policía Nacional hallaron una carta en su bolsillo, que la convocaba a una reunión en el INA (Instituto Nacional Agrario) pero que al final le pedía que dejara las cosas en paz si  quería evitar un derramamiento de sangre. Esto lo aseguró una de sus hijas quien llegó al lugar de los hechos.

La carta está en posesión de las autoridades de investigación, según Kenia Salinas Murillo, su hija.

Murillo tenía 7 años de dirigir un movimiento campesino en el sector y habían recuperado unas tierras en las que se disponían a sembrar granos básicos. Hace alrededor de 4 meses otro de los miembros de este grupo fue asesinado.

El cuerpo de Murillo fue trasladado a la morgue judicial de San Pedro Sula a eso de la cinco de la tarde, la familia espera realizar su entierro el viernes para que la gente que la apreciaba pueda darle el último adiós.

Margarita Murillo fue nombrada Patriota del Año en 2010 por el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC) y Radio Progreso y tenía una larga trayectoria de lucha en el movimiento campesino y popular de Honduras. 

Calentamiento global y paradojas ideológicas


Rebelión

Por Carlos Riba García

Hace dos días discutí con mi vecino. Era 21 de agosto, en el hemisferio sur aún quedaba un mes entero de invierno, y mi vecino y yo llevábamos ropa veraniega. Comentamos el calor que estaba haciendo e, inmediatamente, empezamos a recordar situaciones de mucho frío que ambos habíamos vivido en otros años, cuando éramos jóvenes. 
Naturalmente, le mencioné la cuestión del calentamiento del planeta. Mi vecino, olvidando por completo aquellos fríos de otros tiempos, me dijo que él no creía en ese tema tan meneado desde hace algunos años; yo le dije “Bueno, eso es lo que sostiene la derecha”. Y él dijo lo que dicen todos los que tienen pensamientos de derecha y apoyan las políticas de la derecha: que él no es de derecha; lo típico. Mi vecino me dijo que él no está informado sobre la cuestión, aun así sostenía con vehemencia y muchos argumentos su incredulidad sobre el calentamiento global. La discusión se fue haciendo un poco más áspera, aunque dentro de unos límites civilizados. Eso sí: imposibilidad absoluta de acercamiento de posiciones.

Esta discusión me hizo reflexionar. Llamamos conservadores a los de derecha; sin embargo, yo, que me considero de izquierda desde hace muchos años, en relación con lo discutido con mi vecino soy un conservador. Conservador en cuanto a que quiero conservar, proteger la salud de la Tierra y de la vida en el planeta. Mientras que mi vecino puede muy bien pretenderse progresista ya que a él le mueve y persigue el desarrollo ilimitado de las posibilidades de progreso del género humano, es decir, del progreso, sin más. Aunque, es cierto, tengamos que ponerle comillas a esa noción y llamarla “progreso”.

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Cortázar, tres paradas (y un sótano)


El viejo topo

Por Higinio Polo

Para Elionor Sellés

1 . París. Hace ahora un siglo que nació Julio Cortázar, y cincuenta años de la publicación de Rayuela. Su primer libro fue para la poesía, sonetos que ilustraron sus poco más de veinte años, y, hoy, cuando se cumplen cien años de Cortázar, no puede evitarse sentir la injusticia del destino, que parece enterrarle un poco más, aunque se organicen seminarios, y aparezcan artículos, y se celebren sesiones, como la que se hizo con Aurora Bernárdez, su primera mujer, que cedió a la Fundación Juan March la biblioteca del escritor que guardaba en su casa de la rue Martel. Cortázar vivió en París durante muchos años, hasta su muerte, viajando también por otros países, aunque nunca se olvidó de Buenos Aires. Se había establecido en la capital francesa en 1951; consiguió trabajo como traductor de la UNESCO, y allí fue pasando estrechez, y llegaron los éxitos, mientras iba construyendo puertas para pasar al otro lado, husmeando los bulevares parisinos y los pasajes por dónde pasaban sombras, desventuras y soledades, sabiendo que París destruye despacio.

Vivió en el 9 de la place du général Beuret (donde escribió Rayuela), y en la rue d’Alésia, y en la rue Broca, y en el 4 de la rue Martel, donde ahora se ve una placa que recuerda al autor de Marelle (muy cerca, qué casualidad, de la casa donde vivió Juan Goytisolo, en el 33 de la rue Poissonière), esa rayuela que hace saltar de un capítulo a otro a sus lectores, yendo y viniendo por la matemática de los atolones y los sueños hostiles y desterrados de la humanidad. París representó la libertad para Cortázar, y, más allá, resumió su mundo, el universo posible encerrado en un título o en una risa perversa. Una libertad que estaba en el centro de su indagación del hecho literario, de su búsqueda fatigosa e inquieta de la trascendencia vital. “Así es como París nos destruye despacio, deliciosamente, triturándonos entre flores viejas y manteles de papel con manchas de vino, con su fuego sin color que corre al anochecer saliendo de los portales carcomidos”. París resume muchas páginas de Cortázar, los merodeos por el barrio latino, los paseos por el Canal Saint-Martin que tanto gustaban al escritor, convertido en paseante, en el flâneur de Baudelaire o en el ciudadano que mira, rastrea, indaga, de Benjamin; las galerías y pasadizos llenos de discursos a deshoras, las salidas del metro que imponían destinos a sus personajes. París era el paraíso fértil de las mañanas soleadas, el territorio desbordado de la noche americana y la geografía gris del trasterrado, aunque Cortázar también se iba muchas veces a Saignon, un pequeño pueblo del sur, encima de Marsella.

Cortázar murió en febrero de 1984, y fue enterrado muy cerca de los escenarios de Rayuela. Si se entra en el cementerio de Montparnasse por la puerta del bulevar Edgar Quinet, sólo hay que subir por la avenida principal para llegar a la sección número 3: allí está la tumba del escritor. Fisgando el mapa numerado que la municipalidad pone al alcance de los curiosos, puede verse que otros autores célebres, como Simone de Beauvoir, Baudelaire, Maupassant, Samuel Beckett, Jean-Paul Sartre o César Vallejo, están también allí, compartiendo destino con Cortázar, así como su última mujer, Carol Dunlop, con quien se casó en 1981 y que murió un año después. Los dos reposan en la misma sepultura. En la tumba, junto al cronopio que hicieron sus amigos Silva y Tomasello para que le acompañase, se ve ahora un guante, billetes del metro de París, flores, un par de libros, piedrecitas, mensajes escritos en la lápida, unos labios rojos estampados en la O de Cortázar, mensajes traídos desde la Argentina, una bombilla, la llavecita de un candado, cigarrillos, bolitas de papel, como la que Oliveira tiró por la tapia del cementerio para que fuera a parar a la tumba de Baudelaire o de Maupassant.

2. Buenos Aires. Cortázar volvió a la capital argentina a finales de 1983. Hacía diez años que no la visitaba, y, en ese año, tenía una buena razón para hacerlo: iba a ver a su madre, que tenía ya noventa años, presintiendo que, tal vez, no volvería a verla nunca más. Su anterior visita a Buenos Aires fue en el momento de las elecciones que ganó Cámpora, cuando ya el siniestro Videla y los milicos matarifes empezaban a preparar los recorridos por las calles porteñas con los Ford Falcon para hacer desaparecer a decenas de miles de argentinos. Diez años después, en esos días finales de 1983, Cortázar vuelve, aunque no podía saber que a él mismo apenas le quedaban tres meses de vida.

Aquel joven profesor de veinticinco años que había empezado a dar clases en una pequeña población, Chivilcoy, a ciento cincuenta kilómetros de Buenos Aires, capital del miedo, se marchó cinco años después, en 1944. Recaló en Mendoza, y otra vez en Buenos Aires, a vueltas con los poemas y los cuentos. Siete años después había abandonado la Argentina, aunque nunca dejaría de hurgar en su recuerdo, jugando con nostalgias, recuperando un lenguaje porteño que ya había cambiado, aunque eso no importase gran cosa, hilando la vida cotidiana de París con las tardes de mate y esperanzas de Buenos Aires, haciendo los asados argentinos en el Midi francés. Allí, en Buenos Aires, publicó sus primeros papeles, y su cuento “Casa tomada”, gracias a Borges. Rayuela es París, pero también es Buenos Aires. Y Luis Tomasello, amigo de Cortázar, que llegó de La Plata, pasó por la avenida de Mayo, y acabó en París haciendo la tumba del escritor, junto con otro amigo, Julio Silva.

La Argentina conservadora no le perdonó nunca su interés por las cuestiones políticas, que fue de la mano de su identificación con la revolución cubana, y de su aprecio por Fidel Castro y el Che Guevara, aprecio que pasará después por el Chile de Allende y la Unidad Popular, y por el destino de una América Latina que pronto sería aplastada por dictaduras militares, hijas de la voracidad de las burguesías criollas y del temor de Washington al estallido de nuevas revoluciones. Cortázar estaba ahí, siempre a la izquierda, aunque escribiese “trotzkista”; viviendo, como si fuera posible, en París y en Buenos Aires al mismo tiempo.

A quienes ahora conocemos su fin, su último retorno a París se nos antoja desolador, como si fuera una triste despedida de las calles que recorrió como flâneur, y por donde hizo transitar a sus personajes. En la rue Monsieur Le Prince, se encuentra el restaurante Polidor, favorito de Cortázar. La Cremerie Restaurant Polidor está casi en la esquina con Racine, y conserva los viejos letreros pintados en la madera: Vins fins, liqueurs. Se fundó en 1845, y enseña en la puerta una fotografía de Woody Allen del verano de 2010, pero ninguna de Cortázar. Conocía al director norteamericano: tenía en su biblioteca la vieja edición de Tusquets, Cómo acabar de una vez por todas con la cultura. Dentro, siguen las largas mesas de madera, para que los comensales coman juntos, al azar, y grandes espejos. No sólo Cortázar lo frecuentó, a veces, llevó a sus personajes novelescos. “Por qué después de entrar en el restaurante Polidor fui a sentarme en la mesa del fondo, de frente al gran espejo que duplicaba precariamente la desteñida desolación de la sala?”, arranca en 62 Modelo para armar, enredado con Frau Marta y la casa del basilisco.

Hoy, la calle está llena de restaurantes japoneses, aunque subsisten comercios antiguos. Cortázar bajaría por la calle desde el boulevard Saint-Michelle, y pasaría por la librería le flâneur des deux rives, pensando en Apollinaire y en Cocteau, claro, y después ante el antiguo hotel Médicis, que había alojado a Verlaine y donde estuvo Antonio Machado durante su primer viaje a París, y llegaría a la librería oriental Samuelian, fundada en 1930, especializada en arqueologías, orientalismo e historia, con libros, es inevitable, de Armenia, de Persépolis, de la India. Como si fuera una librería porteña, enseña ahora el Diario de un viejo copto, de Christian Boghos, y un viaje a Etiopía, donde se detendría Cortázar, como se pararía en una librería en la rue du Cherche-Midi o entraría en un café en Sèvres-Babylone, pensando en la Maga, que se llama Lucía, como si fuera Horacio, y que un día le contó que la había violado un negro en un conventillo de Montevideo, y que tenía la costumbre de cantar Les Amants du Havre cuando se apoderaba de ella la tristeza. O, saltando entre Buenos Aires y París, Cortázar haría como sus personajes, como cuando Oliveira acompaña hasta su casa a una decrépita pianista, Berthe Trépat, que vive en el 4 de la rue de l’Estrapade, pasando por el jardín de Luxemburgo: la vieja ha tocado Pavana para el General Leclerc, y tal vez Cortázar quiere recordarnos esa danza, y hasta a los republicanos españoles que lucharon con Leclerc contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial.

La inclinación por los fragmentos, que tanto juego da en Rayuela, o en 62 Modelo para armar, las páginas que Cortázar construye uniendo textos, pegando trocitos de literatura o de la vida, inventando collages cubistas para ofrecer distintas perspectivas del mundo que funcionan como una totalidad, parece también su forma de recoger pedazos de Buenos Aires y de París y mezclarlos, para regalarnos los días abrumados y el vertiginoso paso del tiempo. Aquella intuición de Picasso la encontramos también en El libro de Manuel, donde Cortázar trata de intervenir en la torturada vida política de América Latina, en los movimientos guerrilleros, y mezcla materiales diversos que rompen la convención de la novela, en un pasticcio que muchas veces dificulta la narración. O recuerda el horror de la tortura, y el asesinato de tantos seres humanos dignos a manos de los militares fascistas, como en Buenos Aires y en la Escuela de la Armada, o como cuando vislumbra al poeta Roque Dalton, a quien ve morir en sus páginas de “Apocalipsis de Solentiname”, asesinado por Joaquín Villalobos y Jorge Meléndez, Jonás, dos dirigentes de la guerrilla salvadoreña reconvertidos hoy en infame vocero del liberalismo, el primero, y dirigente de una hipócrita y olvidadiza socialdemocracia, el segundo.

También en 62 Modelo para armar mezcla lenguajes, territorios, intuiciones, contrastes, en un caos complejo que parece carecer de sentido. Esa experimentación, que ahora se antoja prescindible, innecesaria, rasgo de una época que parecía transparente y sin embargo se reveló confusa, a juzgar por la evolución de algunos, con orgías asesinas dirigidas por dictaduras militares y por Washington que harían palidecer a las de la condesa ninfómana Erzsébet Bathory que Cortázar utiliza en 62 Modelo para armar, es uno de los rasgos definitorios del escritor. Cortázar era París, pero dentro se encontraba siempre al porteño expatriado, el argentino que vive recordando los cafés de Corrientes, los paseos por la calle Florida, las riberas del río de la Plata. No pudo volver, porque, al final, el exilio le duró media vida, aunque fuera, al principio, un exilio impuesto, y aunque estuviese seguro de que, al final, volvería, sabiendo que “[…] el exilio enriquece a quien mantiene los ojos abiertos y la guardia en alto. Volveremos a nuestras tierras siendo menos insulares, menos nacionalistas, menos egoístas”.

3. Literatura y revolución. Todo mezclado, París y Buenos Aires, la literatura y la revolución, el humo del tabaco y las noches de jazz. En la rue Martel vivió Cortázar, y allí terminó su obra más célebre. Rayuela se publicó en 1963, una novela pasticcio que supuso una revelación. Sus inicios no fueron fáciles: baste recordar que no pudo publicar su segunda novela, El examen, que data de 1950, ni tampoco Divertimento, que aparecieron tras su muerte. Publicó cuatro novelas, y libros de relatos (Octaedro, Queremos tanto a Glenda, y otros), así como otros de difícil clasificación, desde La vuelta al día en ochenta mundos hasta las Historias de cronopios y de famas. La composición fragmentaria de muchos libros de Cortázar, notablemente en Rayuela, es la propia fragmentación del autor, incluso de la contemporaneidad, donde la vieja escritura automática de Breton y los surrealistas se condensa para encarnarse en una literatura que corre desbocada sin que sepamos hacia dónde nos lleva, por mucho que transite territorios conocidos, familiares, recortes de periódicos, líneas de Musil o de Lowry, recuerdos de Hugo, Butor, Borges o Huxley, que tiene lazos con el jazz porque recurre al impulso, a la casualidad, a la improvisación, como si Breton tomara de la mano a Charlie Parker, a Louis Armstrong, o a la Billie Holiday de Último round, y nos dejase los relatos y cuentos, frecuente territorio de la literatura fantástica, las novelas fragmentarias, la carrera luminosa y sombría de la existencia, el destello de una luz lejana, familiar e incomprensible, como en el capítulo 7 de Rayuela, leído por el propio Cortázar, o el capítulo 68, tantas veces citado, porque “él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias”. Cortázar fijó capítulos prescindibles en su más conocida novela, que a veces parecen escaparse, como el capítulo 55, que no aparece en el mapa que nos facilita al principio, como si fuera un signo, una señal, o tal vez un irrelevante olvido.

La rue Monge, donde se trasladó Lucía, la Maga, después de que muriera su hijito, el tierno Rocamadour del capítulo 68 de Rayuela, está muy cerca de donde vivió Hemingway, cuando era joven y feliz, en la rue du Cardinal Lemoine, un novelista que seguro leían también los personajes de Cortázar, como leían a Miller o a Raymond Queneau. Todo en su vida era literatura, aunque, a veces, estuviese esperando la duda y el desconcierto. “Cuántas veces me pregunto si esto no es más que escritura, en un tiempo en que corremos al engaño entre ecuaciones infalibles y máquinas de conocimiento.”

En el arco que se encuentra en el inicio de la rue du Seine y que atraviesa el Institut de France, comienza la aventura de Rayuela. Traspasar ese arco y salir al quai de Conti, para llegar al Pont des Arts donde Horacio iba a buscar a la Maga, y flotaba sobre el Sena “la luz de ceniza y olivo”, cierran ahora miles de candaditos para asegurar los amores precarios y fugitivos, como si fueran los miembros de la resistencia al nazismo que se citaban aquí; salir allí es entrar en el universo donde sus personajes se buscaban al azar, siempre, y correr después con ella, con la Maga, para hablar sin detenerse o para comer una salchicha caliente en el boulevard Sebastopol. Horacio y la Maga que van a la plaza de la Republique para ganar una caja de caramelos malos y ver los saltimbanquis, como los de Pavese en el Torino de El bello verano.

Y llegan después al Pont Neuf, dejando la flecha solitaria de la place du Vert-Galant, donde se inicia la calle que lleva ese nombre, y aún a la Rue du Pont Neuf. Aquí, al lado de Les Halles, en el número 33, está el restaurante Au chien que fume. Es un local con una gran terraza, anticuado y con espantosos cuadros de perros y figuritas en el interior. En el capítulo 132 deRayuela, Cortázar cita una serie de establecimientos de todo el mundo, entre ellos éste, además del Sacher y el Mozart de Viena, el Gijón de Madrid, el Greco de Roma, el Florian de Venecia, el Pedrocchi de Padova, y, claro, el Capoulade, Les Deux Magots y la Closerie des Lilas. En la calle Babylone, donde Cortázar sitúa el “club de la serpiente” de Rayuela, vivió André Gide, que también se llamaba Guillaume, como Apollinaire. Y la calle donde Cortázar sitúa el apartamento de Horacio Oliveira, la rue du Sommerard, se encuentra bajando por la rueSaint-Jacques, a apenas doscientos metros, debajo del boulevard Saint-Germain. Ya no sabemos si era Cortázar, o era Horacio, o la Maga, o una sombra que surge de repente de los subterráneos del metro.

En esas idas y venidas, la revolución y el compromiso con América Latina estaban muy presentes en la actividad de Cortázar. Fue un defensor de la revolución cubana, enemigo de las dictaduras chilena y argentina, un hombre solidario con la revolución sandinista, con las causas justas que recorrían América y el mundo, y participó en el Tribunal Russell. Para Cortázar, el escritor debía hacer todo lo que estuviera en su mano para extender la libertad, para conquistar el socialismo. Lo dijo, en una visita a España, a Sitges, en septiembre de 1982, donde propuso ideas sobre lo que puede hacer un escritor para participar en las luchas populares de América Latina, aunque sea desde la distancia de Europa: grabando cassettes y videos, como él hizo para El Salvador, recurriendo a la televisión (y citaba la cubana y la nicaragüense), incluso a las fotonovelas de la época. Trabajó, infatigablemente, para combatir las agresiones que sufren los pequeños países, como cuando denunció que los bombardeos sobre la Nicaragua sandinista eran organizados por la CIA norteamericana desde Honduras, con militares hondureños y asesores argentinos.

Fue uno de los firmantes de la primera carta a Fidel Castro sobre el caso Padilla, que fue seguida por una segunda dirigida también a Castro, que Cortázar juzgó después “paternalista” e “insolente”, aunque no dejó de recordar que no hubiera sido enviada si la primera hubiera tenido una respuesta “en un plazo razonable”. Simone de Beauvoir, Marguerite Duras, Jean-Paul Sartre, Juan Goytisolo, Alberto Moravia, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Juan Rulfo, Mario Vargas Llosa, figuraban en ella. Cortázar escribió, años después, que “la definición del homosexual como un enfermo, que se formuló alguna vez en Cuba, es una aberración y una ingenuidad simultáneas.” Creía en la honradez revolucionaria, en la honestidad como instrumento para revisar el camino recorrido. Poco antes de su muerte, escribió: “Hay dos críticas igualmente necesarias: la que hagamos del Moloch norteamericano como exponente imperial de la dominación capitalista, y la que hagamos del socialismo cuando creemos que yerra el camino.” Era consciente de lo que arriesgaba el amplio movimiento que postula un mundo nuevo: “[…] sólo creo en el socialismo como posibilidad humana; pero ese socialismo debe ser un fénix permanente, dejarse atrás a sí mismo en un proceso de renovación y de invención constantes; y eso sólo puede lograrse a través de su propia crítica”.

El sótano. El jazz. “Sí, pero quién nos curará del fuego sordo, del fuego sin color que corre al anochecer por la rue de la Huchette […]”, escribe Cortázar, citando esa vía cuando Horacio reflexiona, una calle donde sonaba el jazz a todas horas, y que él recorrería muchas veces, yendo y viniendo hacia el Luxemburgo, el Panteón o el Boul ' Mich ' . El jazz, la única música universal del siglo XX, según nos dice, tal vez siguiendo a Boris Vian que afirmaba que lo mejor de la vida eran el jazz y las mujeres bonitas. Muchedumbres de turistas pasan hoy ante las puertas de la Caveau de la Huchette, que se encuentra allí, porque saben que “el jazz es como un pájaro que migra”. Es un establecimiento notable, lugar de encuentro de los templarios y los miembros de la Rose-Croix en el siglo XVI. En 1772, fue una logia secreta de la masonería, y, con la revolución, en 1789, se encontraban aquí Danton, Marat, Robespierre, Saint-Just. Después de la ocupación nazi, a partir de 1945, se tocaba swing y be-bop. Actuaron Count Basie, Art Blakey, Memphis Slim, Lionel Hampton, Bill Coleman, Sidney Bechet, y tantos otros intérpretes de jazz. Es muy probable que fuese allí Cortázar, aunque tuviese tendencia a escuchar jazz en sus discos, encerrado en su casa. “¿Seguiría tocando el piano Berthe Trépat?”

Escribió un relato, El perseguidor, donde encontramos a Johnny Carter, un saxofonista que nos recuerda de inmediato a Charlie Parker, porque, aunque Cortázar nunca conoció al músico, utilizó su vida (la escena del café de Flore, el incendio del hotel donde Parker vivía, cambiando Nueva York por París, etc) para construir a Carter. Incluso hizo que muriese igual, aunque la heroína que toma Parker se convirtió en marihuana con Carter, un error del que el mismo Cortázar se reiría después. Las improvisaciones jazzísticas, tan cercanas a la idea de una literatura que se construye con fragmentos, que acumula visiones, paseos, costumbres domésticas, obsesiones, en un gigantesco collage que bebe de muchas fuentes. Apollinaire, claro, que también, antes que Cortázar, utilizó el recurso del collage en la literatura, del fragmento, de la intuición ocasional, del caligrama bastardo, de la visión fugaz que ayuda a comprender una totalidad, en una Babel refugio como París.

Cortázar escuchaba música a todas horas, jazz y la que se define como “clásica”, y, pese a su devoción por esa música de negros, estimaba todavía más los cuartetos de Beethoven o de Bartók, las piezas de cámara de Mozart, Stravinski en sus primeras obras, nos dice, aunque a veces lo dudemos. Pero junto a él, estaban siempre Louis Armstrong, Jelly Roll Morton, Charlie Parker y Duke Ellington, sus músicos de jazz preferidos, aunque no olvidase a Dizzy Gillespie, Miles Davis, Earl Fatha Hines y John Coltrane. “¿Quién puede olvidar a Charlie Parker en Lady, be goog ?”, nos decía Cortázar. En ese sótano de la rue de la Huchette estaba la libertad, como en la literatura de Cortázar, el tiempo que corre y que intentamos atrapar en vano con itinerarios confusos, con marañas de recuerdos, con el empeño por romper el ronco destierro de los que se fueron para siempre, con las manos cautivas de quienes nos han acompañado hasta aquí. “Hay una cosa que se llama tiempo, Rocamadour, es como un bicho que anda y anda”, le dice la Maga a su niño ausente. Cualquiera diría que en ese sótano sigue Cortázar, escuchando jazz, recordando la vida, dispuesto como siempre a subirse el cuello de la canadiense y salir a la calle, al canal Saint-Martin o la calle Corrientes, porque hay una cosa que se llama tiempo; pero él sigue ahí, encerrado, y no podemos saber si volverá a salir.

viernes, 29 de agosto de 2014

Mártires tolupanes por la dignidad y la justicia a un año de impunidad



Se cumple un año del asesinato y martirio de los indígenas tolupanes Ricardo Soto Fúnez, Armando Fúnez Medina y María Enriqueta Matute, cobardemente asesinados la tarde del domingo 25 de agosto del año pasado en la tribu San Francisco de Locomapa. Sus vidas les fueron arrancadas por atreverse a defender el derecho del pueblo Tolupán a que se les respeten sus bienes forestales, hídricos y minerales; y a utilizarlos en beneficio, no de los saqueadores disfrazados de empresarios, sino en provecho de sus mismos hermanos y hermanas indígenas. Fueron asesinados por los sicarios Selvin Matute y Carlos Matute, matones al servicio de los que extraen Antimonio de minas clandestinas ubicadas en la tribu San Francisco de Locomapa.

Denunciamos la conducta pasiva del Estado hondureño en su compromiso por capturar a los asesinos de tolupanes. El pueblo Tolupán y el Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justicia no queremos vendetas, ni propiciamos más muertes; pero SÍ pedimos justicia. Negar justicia en este caso implica que más tolupanes seguirán muriendo porque en Yoro y Francisco Morazán  es más fácil matar un Tolupán que un zopilote.

Los tolupanes son el pueblo indígena más martirizado de Honduras. En los últimos años, no menos de 22 tolupanes han sido asesinados en la tribu Agua Caliente de Guadarrama, más de 7 tolupanes van siendo asesinados en la tribu Subirana, otros 9 indígenas han sido asesinados en la tribu La Bolsita, y así se ha quitado la vida violentamente a más de 100 indígenas sin que hasta la fecha se haya hecho justicia a las víctimas y se haya  castigado a los victimarios. Todos han sido asesinados desempeñando cargo como directivos de la Federación de Tribus, directivos de los Consejos de Tribu o Delegados de la Palabra de Dios comprometidos con el bienestar de sus comunidades. Se les arrebata la vida porque se convierten en obstáculos para los poderosos que quieren seguir despojándoles de sus tierras, de sus bosques, de sus ríos, de sus minerales.

El asesinato de Ricardo Soto Fúnez, Armando Fúnez Medina y María Enriqueta Matute es de sobra conocido por los tribunales, la policía, el ministerio Público, el Comisionado Nacional de derechos Humanos, las secretarías de Estado de Etnias y Derechos Humanos y otras; incluso intervino la Comisión Interamericana de derechos humanos de la OEA. Pero a un año nada ha sido suficiente para que se haga justicia.

A los verdugos de los tolupanes, a los empresarios perversos que quieren expulsarles de sus ríos y montañas, y a las autoridades corruptas que se prestan para el despojo del pueblo Tolupán les decimos que ni el pueblo Tolupán ni el MADJ están de rodillas. La sangre derramada de nuestros hermanos y hermana de San Francisco de Locomapa está más viva que nunca y es antorcha que se ha encendido para clamar y llevar justicia a todo el pueblo Tolupán.
¡Dignidad y Justicia para el pueblo Tolupán!

Ataque militar en La Mosquitia no permite que víctimas retomen su vida



Por Sandra Rodríguez

Ante la posibilidad de muerte, por un ataque de desconocidos a la media noche, fue lo que impulsó a Elvia Dolores Suansin, nadar en el frío río Patuca, con su hijo de 15 años, y permanecer en el agua por más de cuatro horas, mientras los que disparaban desde unos helicópteros en la Mosquitia, se iban el lugar.

Ha pasado más de tres años, cuando agentes militares estadounidenses y hondureños dispararon desde dos helicópteros a los pasajeros del pipante que transportaba a 16 de personas desde Barra Patuca a Ahuás, en Gracias a Dios.

En ese ataque, del 11 de mayo del 2012, perpetrado por efectivos de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA)  y militares y policías hondureños, murieron cuatro personas, Candelaria Trapp, Emerson Martínez, Juana Jackson (en estado de embarazo) y el menor Hasked Brook Wood.

Mientras que otros tripulante resultaron con serias heridas por las balas en diferentes partes del cuerpo que los han imposibilitado a retomar su vida normal, y muchos de los daños no se ven a simple vista, porque son de tipo sicológicos que han provocado enfermedades físicas.

Hace unos días, Elvia emprendió un viaje de La Mosquitia rumbo a Tegucigalpa, ruta que no hacía  desde abril del 2011, pese que ella y su familia por motivos de estudios, residían en la capital del país hace varios años, pero habían ido a visitar a sus parientes.

Y es que después del ataque de parte de los militares en Ahuás, es mucho el temor, la inseguridad y desconfianza que manifiesta Elvia Suansin, quien contó su testimonio en el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, COFADEH, situación que hace inevitable las lágrimas por los malos recuerdos y el estar entre mucha gente, ruidos y ver personas con indumentaria militar y armada.

Esa noche, Elvia, venia de despedir a su esposo (ahora buzo lisiado) en Barra Patuca, y se hizo acompañar de uno de sus hijos, “íbamos en el pipante de doña Hilda Lezama, que hace viajes a lo largo del río, desde Barra Patuca hacia Paptalaya, yo iba atrás, pero en la parte delantera habían más personas”.

Al momento de los disparos, la mayoría íbamos durmiendo porque era de noche, y llevábamos como seis horas de viaje. Ya íbamos cerca de Paptalaya, por un landín (pequeño puerto de embarque)  que se llama Crupunta, y vi que había una un avión que siempre sobrevuela la zona, en la noche y tiene una luz que enciende y apaga, y al ratito llegaron dos helicópteros, así teníamos tres naves rodeándonos, el pipante quedó en el medio, de ahí, yo me puse a temblar por los nervios, mi hijo seguía dormido, por lo que lo desperté y lo tomé de la mano, relata Nuvia.

“Escuché un disparo desde arriba, y agarrado de la mano con Noé, nos tiramos al río. Empezamos a nadar rio abajo, llenos de temor. Escuché bastantes disparos desde los helicópteros, eran ráfagas de tiros, el ruido era tan fuerte que se me taparon los oídos”.

Los sobrevivientes se estaban ahogando, el menor no podía nadar, y a la orilla pero dentro del agua, se quedaron hasta el amanecer.


Mi hijo me decía “mamá nademos sino nos van agarrar los tiros” me volvió a decir “mamá nademos, si no, nos van a matar, ya me agarró un tiro, tengo un golpe en la pierna”, eso me puso más nerviosa, y yo le dije que no nos separáramos, que intentaríamos nadar, que yo le ayudaría y que me siguiera.

Y así, cuando salió el eso, y se percataron de que estaban fuera de peligro, salieron del rio, y por el monte caminaron hasta la comunidad más cercana, donde se enteraron que había más personas heridas, y horas después, que había otros compañeros de viaje estaban muertos, entre ellos Haskded, el hijo de Clara Wood, quien lloraba desconsoladamente.

Cerca del landín de Paptalaya, estaba lleno de militares y no dejaban pasar a nadie, los vecinos tampoco comprendía que estaba sucediendo, mas que había sido un hecho muy horrible, en realidad no sabían ni cuanta gente venía en el pipante o como estaban. Ya era como las 7:00 a.m., los militares se fueron en varios helicópteros, antes recogieron las cosas que tenían en la posta (retén) militar, desconocemos que hacían ellos ahí, aunque a veces ahí se ponen y no dejan pasar a nadie.

Hasta que ellos se fueron, nosotros bajamos al landín, era bastante gente del pueblo que quería saber lo sucedido. Al irse los militares, bajamos a la orilla del río, y fue cuando un muchacho a bordo de una lancha recuperaba algunos cadáveres.

Aún estaba a dos horas y media de viaje, para llegar a la casa de mi madre, no podía caminar, ni comer. Esta situación hizo que recibiera atención médica a domicilio, y por dos semanas permanecí con fiebre, dolor de hueso, de espalada, la garganta, me dolía todo.  A mi hijo lo iban a curar por la herida de bala, el sanó más rápido.

Pasó el tiempo, yo no sabía nada de las demás personas que viajaban en el pipante, tampoco tenía explicación de lo que había sucedido, relata la mujer.

Como consecuencia de este ataque por agentes militares estadounidenses y hondureños, en mayo del 2001, en la Mosquitia, Nubia y sus hijos perdieron el año académico, tuvieron que quedarse viviendo en Gracias a Dios,  y sufre de alteración de sus nervios hasta el día de hoy, lo que le impide retomar su vida.

Además tienen incomodidad en sus piernas, no puede caminar mucho, se le inflaman las manos y le duele las articulaciones, “por eso ya no puedo lavar ropa, no puedo dormir bien porque cualquier ruido me despierta”, lamenta la joven mujer.

“Antes yo era una mujer sana, capaz de cuidar a mis hijos e hijas, y ahora ellos me cuidan a mí” dijo a COFADEH.

“Antes yo era Elvia, ahora ya no es Elvia, porque soy más pobre que las otras personas enfermas, es horrible, jamás imaginé que me sentiría así, con la presión baja padezco mucho mareos, vómitos, y antes ni tomaba café, ahora debo hacerlo 8para restablecer la presión), mi esposo vive pendiente de atenderme”.

Pese al tiempo transcurrido, las víctimas sobrevivientes y familiares que son de la comunidad indígena misquita, continúa viviendo las secuelas de este terrible episodio, y continúan pendientes del juicio, el cual tuvo la  audiencia inicial del juicio, el 29 de febrero pasado en Puerto Lempira.

Y el COFADEH solicitó una ampliación del requerimiento fiscal presentado por el Ministerio Público para incluir a otras víctimas sobrevivientes del ataque, que fueron sometidas a lesiones, tratos crueles, inhumados y degradantes.

Luego, tras conocer de la disposición judicial, el COFADEH apeló la resolución emitida por el Juzgado de Puerto Lempira, el cual  sobreseyó provisionalmente a los efectivos militares y policiales que junto a agentes de la DEA perpetraron el ataque, aduciendo que pese a que existió el hecho, según el juez, no existen suficientes argumentos, para imputarlos de los delitos, de los cuales se les acusa.

WalMart: El negocio de la pobreza



Por Alberto Maestre

La segunda empresa con más beneficios de Estados Unidos es conocida por sus abusivas prácticas laborales

En los almacenes, mientras descargaba camiones a las cuatro de la madrugada, podía leer los carteles de “perritos calientes gratis si conseguimos 15 días sin accidentes, pizza si son 30, el sorteo de una Xbox 360 si son 90 días, una tele de plasma si son 120 días”. A pesar de las estratagemas para evitar denuncias por accidente laboral, nunca vi que el contador de “días sin accidentes” pasara de 12.

Mis compañeras de trabajo, como la abuela que se abrió la cabeza al caerse de una estantería y sigue trabajando el turno de madrugada con 65 años, la licenciada con máster, pluriempleada para conseguir tres sueldos mínimos con los que pagar su préstamo universitario, también la cajera que era ingeniera ambiental en su país, el casi septuagenario que carga sacos de abono en furgonetas, o la veinteañera en bancarrota que apenas puede pagar las facturas y no tiene para comer, forman parte de los casi dos millones de personas que trabajan para Walmart en Norteamérica.

En los Estados Unidos, el 1% de la población activa, en su mayoría mujeres y minorías raciales, trabaja en este gigante de los grandes almacenes, y los associates (trabajadores, en la jerga interna de la empresa) venden alimentación, ropa, electrodomésticos, muebles, productos de jardinería, óptica, servicios de reparación de automóviles, peluquería, incluso armamento y munición.

Mientras la familia Walton, heredera del fundador de la empresa, acumula un patrimonio de casi 150.000 millones de dólares, Walmart suele despertar reacciones clasistas en el imaginario norteamericano. El 18% de los food stamps (subsidios estadounidenses para alimentación) se gasta allí. La compañía es sinónimo de una pobreza ridiculizable, ya sea de sus trabajadores o sus clientes; no en vano una de las páginas web más populares en Estados Unidos es People Of Walmart, una recopilación de fotografías de clientes “pintorescos” objeto de burla a causa de su sobrepeso o su “falta de clase” al vestir.

La quimera del ‘asociado’
Desde el primer día en el que me convertí en un associate, recibí un continuo torrente de propaganda: se nos intenta convencer para cobrar parte del sueldo en acciones de la empresa, lo que reduce la ya ínfima nómina mientras engorda el valor bursátil de la compañía. Se habla de muchos posibles bonus en caso de cumplir objetivos de productividad inalcanzables en la práctica, pero que crean la ilusión de que el responsable de que su sueldo sea tan bajo es siempre del propio trabajador y no de la compañía.

A pesar de la diversidad de labores que puede realizar un associate, el periodo de formación, que dura casi una semana, apenas entrena para ninguna tarea específica. Unas animaciones de ordenador transmiten mensajes simples, fáciles de entender para aquellos cuyo inglés o sus habilidades lectoras no son fluidas. En el modelo que Walmart ha perfeccionado, en el que se contrata y se despide automáticamente según las ventas suban o bajen, no cabe ningún tipo de especialización del trabajo.

Estas animaciones de ‘formación’, por ejemplo, nos dicen que denunciar accidentes laborales supondría incómodos trámites que no convienen a nadie, y que será mejor para todos si volvemos al trabajo porque así nos seguirán pagando. Los trabajadores, una inmensa mayoría de ellos a tiempo parcial, somos a menudo chantajeados con la promesa de trabajar horas ‘extra’ no declaradas. Gracias a esta estratagema, muy pocos associates tienen los escasos derechos que otorga el estatus de trabajador a tiempo completo en las legislaciones de Estados Unidos o Canadá.

Terreno vedado a la lucha sindical
En Walmart no hay lugar para los sindicatos, y las leyes se lo permiten. La empresa, que gasta millones de dólares en donaciones políticas, mantiene buenas relaciones con cualquier tipo de gobierno; líderes como Barack Obama o Cristina Fernández de Kirchner han hecho declaraciones elogiando a la compañía. Las prácticas antisindicales han hecho que no haya trabajadores sindicados de Walmart en toda Norteamérica. Además, la comunicación interna de la compañía ha sofisticado los canales para la delación entre los propios empleados. El periodista Hamilton Nolan cita el caso de una trabajadora despedida cuando su jefe la oyó hablar de una reunión familiar; la palabra reunión es demasiado similar a union, sindicato en inglés.

Cuando los carniceros de un Walmart de Texas decidieron organizarse en un sindicato, la empresa decidió prescindir de todos sus charcuteros en todo el planeta, y pasar a vender únicamente carne empaquetada en bandejas. Cuando los trabajadores del hipermercado de Jonquiere, en Québec, se organizaron, Walmart no dudó en cerrar, despedir a todos los trabajadores y abandonar ese pueblo.

Documentales como The High Cost of Low Price muestran el efecto devastador sobre la economía de las zonas donde Walmart desembarca. Instalándose en las afueras de las ciudades, con costes laborales mínimos y con una política de precios diseñada para eliminar a su competencia, destruye muchos más puestos de trabajo que los muy precarios empleos que crea.

Walmart es la segunda empresa del mundo con más beneficios, sólo superada por ExxonMobil, y, si se cumplen los pronósticos y Hillary Clinton llega a la Casa Blanca en 2016, la empresa habrá conseguido colocar en la presidencia de los Estados Unidos a una antigua lobbista y miembro de su Consejo de Administración; para entonces, miles de associates seguirán reponiendo los estantes de alimentación mientras no pueden permitirse tres comidas diarias, y para la familia Walton, la creación de pobreza seguirá siendo un excelente negocio.

* Alberto Maestre ha sido trabajador de WalMart.

Julio Cortázar, la otra mirada



Por Edgar Borges

La literatura (como el mundo) está llena de padres. Hacedores de técnicas y fórmulas, diseñadores de modelos. En algunos creadores la propia voz se convierte en un tono (método) de enseñanza. Julio Cortázar nunca se vistió de padre ni de maestro de estilos. Cortázar fue un caminante más que andaba descifrando claves, un aliado de la otra mirada.
Cortázar, en actitud y obra, no diferenciaba lo fantástico de lo real. Para el escritor la realidad era una verdad amplia, jamás uniforme. Escuchar o leer a Cortázar significa aprender a compartir los otros espacios, las otras realidades. Su palabra era el testimonio de quien desde niño convivió con los distintos niveles espacio temporales de la rutina: “Lo fantástico y lo misterioso no son solamente las grandes imaginaciones del cine, de la literatura, los cuentos y las novelas. Está presente en nosotros mismos, en eso que es nuestra psiquis y que ni la ciencia, ni la filosofía consiguen explicar más que de una manera primaria y rudimentaria”.

En Julio Cortázar no había asombro cuando se refería a todo aquello que no registra la educación. Cuando hablaba (como cuando vivía) no asumía pose de un descubridor de imaginarios insólitos, simplemente compartía su mirada (acaso la emoción del niño que nunca deja de aprender), la experiencia de un hombre convencido de que el mundo es un lugar distinto a la trama de repeticiones que nos enseñan. De ahí que el lector, cuando asume un libro de Cortázar, se sienta un aliado de esos otros espacios que en el fondo (de la doctrina social) todos sospechamos que existen. Cien años después de que naciera en Bélgica por “situaciones del turismo y de la diplomacia”, como dijera el creador, el acercamiento a su obra tiene la energía de la novedad y de la participación. Difícil encontrar un escritor menos gurú y más compañero del hecho creativo. “Rayuela” es el punto cumbre de la ruta cortazariana. Como un participante más que sabe que nada está (absolutamente) escrito, el autor invita a armar las piezas de un puzle con diversas opciones de historias.

Hoy, cuando la mirada colectiva ha dejado de ver (para fotografiar y grabar) y ha cedido los espacios (para caer en el no lugar), decir Julio Cortázar es reconocer el otro lenguaje, la otra matemática, la otra lógica, la otra mirada. La otra memoria que construye posibilidades.

jueves, 28 de agosto de 2014

Hay que replantear la familia a un círculo más íntimo, según Jessica Sánchez



Hay que replantear la familia a un círculo más colectivo, según socióloga

El día 5 de septiembre de 1991 los Obispos de Honduras publicaron una carta pastoral sobre “Identidad y misión de la Familia”. En esa carta aconsejaban que se estableciera en el país el mes de agosto como el “mes del Matrimonio y la Familia”. Es por eso que en este tiempo se han consolidado diversas iniciativas y actividades en todas las diócesis del país, de manera que en el ámbito de la Iglesia Católica el mes de agosto es ampliamente conocido, celebrado y vivido como el “mes del Matrimonio y la Familia”. 

Para hablar y reflexionar sobre este tema, A Mecate Corto (AMC) habló con la licenciada Jessica Sánchez (JS), ella es escritora, feminista y catedrática universitaria.

AMC. ¿Cómo definiría la familia usted?
JS. Mire el debate sobre la familia es largo no, y aquí suspiro… porque se ha pensado que la familia ideal es la familia nuclear: papá, mamá, hijitos, perro, gatos y algunas gallinas, pero nuestra familia real, la que tenemos en nuestras casas no corresponde a ese ideario. Tenemos un gran número de hogares “jefeados” por madres. ¿Cuántos de los que nos leen no han sido criados por una madre soltera que los ha sacado adelante con una figura de un padre; y mucho padre migrante que si bien ha aportado económicamente a la familia pues no ha estado presente. Está la figura también de los niños y niñas que crecen solos (o mejor dicho con la abuela) con tíos u otro círculo familiar.


Estamos ante un proceso de crisis precisamente de estas familias, la misma pobreza obliga a las mujeres y hombres a migrar, pero en el caso de las mujeres, ellas se llevan  a sus hijos e hijas  porque es un deseo humano, ¿qué madre no quiere llevarse a sus hijos a un futuro mejor? En el contexto de violencia que estamos viviendo, entonces yo siento que el ideal que debemos tener de familia debe ser muy acorde con la realidad que estamos viviendo, preguntarnos si en realidad  ese ideal de familia es posible, ese que nos ha vendido los medios de comunicación y hasta el  mismo gobierno.

AMC. ¿Cuáles son los elementos que han influido a que tengamos una familia en esas condiciones?
JS. Pues yo creo que la familia hondureña, centroamericana, nunca fue ese modelo de familia nuclear. Yo me acuerdo de mi familia en Santa Bárbara y otra que tengo en Perú, familia latinoamericana, y era una familia compuesta así, compuesta de mamá, papá de hermanos pero también de todo un círculo familiar, la abuela era muy presente, las tías eran muy presentes, entonces cuando la mamá no podía porque estaba trabajando, la abuela se hacía cargo, es decir era un núcleo familiar que estaba muy conformado alrededor del área rural. Eso se ha ido desintegrando a favor de todo este sistema capitalista que privilegia el área urbana, entonces a nosotros ya no nos gusta vivir en el campo y lógico porque las oportunidades se dan en el área urbana. 
¿Qué nos queda en el campo? Con malas condiciones, pues sembrar milpa. Entonces no hay oportunidades ni hay opciones de vida para la gente del campo, de esta familia que estamos hablando.

AMC. La familia, según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el elemento natural y fundamental de la sociedad, y como tal, tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado, ¿cómo está atendiendo a la familia el Estado?
JS. Para mí y para muchos que nos están leyendo, no la está atendiendo integralmente, no basta con decir o impulsar un programa como “Con chamba vivís mejor” y con eso se le soluciona el problema a la familia; porque el problema de la familia hondureña siendo realista, es el tema de la violencia, y violencia en nuestras casas, violencia de los hombres hacia las mujeres, violencia hacia los niños y niñas y violencia en general, y no es la solución la Policía Militar o más armas.
¿Qué pasa cuando hay más armas o si yo tengo una arma? Corro el riesgo de que al enojarme utilice esa arma que generalmente son armas de fuego. Entonces vemos como los índices de violencia han ido creciendo. El estado debería trabajar en una cultura de no violencia, en una cultura de paz, una cultura de amor. Porque también hay que ver la familia así como una unidad, pero también con sus diferentes componentes que necesitan atenciones diferentes. 
Tengo una crítica sobre ese sistema  de Guardianes de la Patria que es como otra gran familia, la familia del ejército. Nuestra familia también es nuestra patria, pero hay que preguntarnos qué patria queremos, si una patria militarizada, una patria donde no podamos disfrutar de los espacios públicos.

AMC. ¿De qué son expresión los problemas de la familia?
JS. De una sociedad en crisis, estamos en crisis. Hay una corriente que dice “es la falta de valores”, pero la falta de valores está cimentada sobre la inseguridad. Si usted está seguro emocionalmente, afectivamente, financieramente, los valores se cimentan, pero si usted tiene que competir por su sobrevivencia, ahí se pierden los valores porque en este sistema capitalista, neoliberal, patriarcal, es la sobrevivencia del más fuerte, del que mete más el codo, el que avasalla más a los demás, en el sentido no de una fuerza interior, sino de una fuerza violenta, que  antepone  los intereses individuales   a los intereses colectivos.

AMC. ¿Si no es crisis de valores es una crisis política?
JS. Sí, yo creo que es una crisis política; acordémonos que todo es político, y los valores son políticos.  


AMC. ¿Cómo se puede echar hacia atrás todo lo que ha venido atentando contra la existencia de una familia unida?
JS. Yo creo que hay que seguir apostando neciamente hacia la construcción de la paz y el amor, y eso no quiere decir que bajemos la cabeza y que no protestemos, quiere decir, seguir insistiendo en estos espacios colectivos, talvez  no retroceder, sino avanzar. Yo creo que muchos y muchas soñamos con un futuro en el que nuestros hijos e hijas sean libres. 

AMC. ¿Cómo se ha modificado la familia a raíz del fenómeno de la migración?
JS. Yo no sé si puede hablar de familia en este escenario, son familias desintegradas. A mí no me gusta hablar de la familia ideal o de la familia integrada, porque creo que no es un concepto que existe en la realidad. Este tema de la migración lo que ha venido a dejar como visible es la desprotección del propio Estado  hacia esa familia que dice proteger. 

AMC. ¿Por qué cada día vemos a tantas jóvenes adolescentes embarazadas?
JS. Primero decir que no es cierto que las adolescentes embarazadas provienen de hogares desintegrados, es un factor mínimo. Los datos nos dicen que más del 80 % de mujeres que llegan medicina forense por casos de violencia sexual, son niñas, adolescentes, abusadas dentro de sus casas, por familiares. Por otro lado es la educación sexual, porque está casi prohibida la educación sexual en los colegios y escuelas, entonces la niña o joven no se está dando cuenta cuando es víctima de abuso sexual, no tiene capacidad de decidir. 

AMC. ¿Cuál es el papel que actualmente juega la iglesia con respecto a la familia?
JS. La iglesia en Honduras ha tenido una actitud muy conservadora, apoyó la prohibición de la Píldora de anticoncepción de Emergencia, sabiendo que hay violaciones, por ejemplo.  

AMC. ¿Cuál sería el aporte más importante de la iglesia para la familia?
JS. Nosotros aspiramos a una iglesia que comparta, una iglesia que proteja a sus integrantes, una iglesia que no tenga que ver con grandes templos, sino con la práctica comunitaria y del buen vivir. 

AMC. ¿Cómo podemos formar una familia unida y con valores bien cimentados?
JS. Debemos replantearnos el concepto de familia, yo sé que muchas familias en estos momentos estamos en la sobrevivencia, somos una sociedad en crisis, somos una familia en crisis, debemos tener mucha paciencia y humildad porque estamos viviendo tiempos difíciles, lo importante si no desesperarnos. 

En estos momentos el mejor aporte es el tejido solidario, unificarnos con otras familias, compartir el pan, los problemas, las dificultades, pero también la esperanza.

Hay que replantear la familia a un círculo más íntimo, según Jessica Sánchez



Hay que replantear la familia a un círculo más colectivo, según socióloga

El día 5 de septiembre de 1991 los Obispos de Honduras publicaron una carta pastoral sobre “Identidad y misión de la Familia”. En esa carta aconsejaban que se estableciera en el país el mes de agosto como el “mes del Matrimonio y la Familia”. Es por eso que en este tiempo se han consolidado diversas iniciativas y actividades en todas las diócesis del país, de manera que en el ámbito de la Iglesia Católica el mes de agosto es ampliamente conocido, celebrado y vivido como el “mes del Matrimonio y la Familia”. 

Para hablar y reflexionar sobre este tema, A Mecate Corto (AMC) habló con la licenciada Jessica Sánchez (JS), ella es escritora, feminista y catedrática universitaria.

AMC. ¿Cómo definiría la familia usted?
JS. Mire el debate sobre la familia es largo no, y aquí suspiro… porque se ha pensado que la familia ideal es la familia nuclear: papá, mamá, hijitos, perro, gatos y algunas gallinas, pero nuestra familia real, la que tenemos en nuestras casas no corresponde a ese ideario. Tenemos un gran número de hogares “jefeados” por madres. ¿Cuántos de los que nos leen no han sido criados por una madre soltera que los ha sacado adelante con una figura de un padre; y mucho padre migrante que si bien ha aportado económicamente a la familia pues no ha estado presente. Está la figura también de los niños y niñas que crecen solos (o mejor dicho con la abuela) con tíos u otro círculo familiar.

Estamos ante un proceso de crisis precisamente de estas familias, la misma pobreza obliga a las mujeres y hombres a migrar, pero en el caso de las mujeres, ellas se llevan  a sus hijos e hijas  porque es un deseo humano, ¿qué madre no quiere llevarse a sus hijos a un futuro mejor? En el contexto de violencia que estamos viviendo, entonces yo siento que el ideal que debemos tener de familia debe ser muy acorde con la realidad que estamos viviendo, preguntarnos si en realidad  ese ideal de familia es posible, ese que nos ha vendido los medios de comunicación y hasta el  mismo gobierno.

AMC. ¿Cuáles son los elementos que han influido a que tengamos una familia en esas condiciones?
JS. Pues yo creo que la familia hondureña, centroamericana, nunca fue ese modelo de familia nuclear. Yo me acuerdo de mi familia en Santa Bárbara y otra que tengo en Perú, familia latinoamericana, y era una familia compuesta así, compuesta de mamá, papá de hermanos pero también de todo un círculo familiar, la abuela era muy presente, las tías eran muy presentes, entonces cuando la mamá no podía porque estaba trabajando, la abuela se hacía cargo, es decir era un núcleo familiar que estaba muy conformado alrededor del área rural. Eso se ha ido desintegrando a favor de todo este sistema capitalista que privilegia el área urbana, entonces a nosotros ya no nos gusta vivir en el campo y lógico porque las oportunidades se dan en el área urbana. 
¿Qué nos queda en el campo? Con malas condiciones, pues sembrar milpa. Entonces no hay oportunidades ni hay opciones de vida para la gente del campo, de esta familia que estamos hablando.

AMC. La familia, según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el elemento natural y fundamental de la sociedad, y como tal, tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado, ¿cómo está atendiendo a la familia el Estado?
JS. Para mí y para muchos que nos están leyendo, no la está atendiendo integralmente, no basta con decir o impulsar un programa como “Con chamba vivís mejor” y con eso se le soluciona el problema a la familia; porque el problema de la familia hondureña siendo realista, es el tema de la violencia, y violencia en nuestras casas, violencia de los hombres hacia las mujeres, violencia hacia los niños y niñas y violencia en general, y no es la solución la Policía Militar o más armas.
¿Qué pasa cuando hay más armas o si yo tengo una arma? Corro el riesgo de que al enojarme utilice esa arma que generalmente son armas de fuego. Entonces vemos como los índices de violencia han ido creciendo. El estado debería trabajar en una cultura de no violencia, en una cultura de paz, una cultura de amor. Porque también hay que ver la familia así como una unidad, pero también con sus diferentes componentes que necesitan atenciones diferentes. 
Tengo una crítica sobre ese sistema  de Guardianes de la Patria que es como otra gran familia, la familia del ejército. Nuestra familia también es nuestra patria, pero hay que preguntarnos qué patria queremos, si una patria militarizada, una patria donde no podamos disfrutar de los espacios públicos.

AMC. ¿De qué son expresión los problemas de la familia?
JS. De una sociedad en crisis, estamos en crisis. Hay una corriente que dice “es la falta de valores”, pero la falta de valores está cimentada sobre la inseguridad. Si usted está seguro emocionalmente, afectivamente, financieramente, los valores se cimentan, pero si usted tiene que competir por su sobrevivencia, ahí se pierden los valores porque en este sistema capitalista, neoliberal, patriarcal, es la sobrevivencia del más fuerte, del que mete más el codo, el que avasalla más a los demás, en el sentido no de una fuerza interior, sino de una fuerza violenta, que  antepone  los intereses individuales   a los intereses colectivos.

AMC. ¿Si no es crisis de valores es una crisis política?
JS. Sí, yo creo que es una crisis política; acordémonos que todo es político, y los valores son políticos.  

AMC. ¿Cómo se puede echar hacia atrás todo lo que ha venido atentando contra la existencia de una familia unida?
JS. Yo creo que hay que seguir apostando neciamente hacia la construcción de la paz y el amor, y eso no quiere decir que bajemos la cabeza y que no protestemos, quiere decir, seguir insistiendo en estos espacios colectivos, talvez  no retroceder, sino avanzar. Yo creo que muchos y muchas soñamos con un futuro en el que nuestros hijos e hijas sean libres. 

AMC. ¿Cómo se ha modificado la familia a raíz del fenómeno de la migración?
JS. Yo no sé si puede hablar de familia en este escenario, son familias desintegradas. A mí no me gusta hablar de la familia ideal o de la familia integrada, porque creo que no es un concepto que existe en la realidad. Este tema de la migración lo que ha venido a dejar como visible es la desprotección del propio Estado  hacia esa familia que dice proteger. 

AMC. ¿Por qué cada día vemos a tantas jóvenes adolescentes embarazadas?
JS. Primero decir que no es cierto que las adolescentes embarazadas provienen de hogares desintegrados, es un factor mínimo. Los datos nos dicen que más del 80 % de mujeres que llegan medicina forense por casos de violencia sexual, son niñas, adolescentes, abusadas dentro de sus casas, por familiares. Por otro lado es la educación sexual, porque está casi prohibida la educación sexual en los colegios y escuelas, entonces la niña o joven no se está dando cuenta cuando es víctima de abuso sexual, no tiene capacidad de decidir. 

AMC. ¿Cuál es el papel que actualmente juega la iglesia con respecto a la familia?
JS. La iglesia en Honduras ha tenido una actitud muy conservadora, apoyó la prohibición de la Píldora de anticoncepción de Emergencia, sabiendo que hay violaciones, por ejemplo.  

AMC. ¿Cuál sería el aporte más importante de la iglesia para la familia?
JS. Nosotros aspiramos a una iglesia que comparta, una iglesia que proteja a sus integrantes, una iglesia que no tenga que ver con grandes templos, sino con la práctica comunitaria y del buen vivir. 

AMC. ¿Cómo podemos formar una familia unida y con valores bien cimentados?
JS. Debemos replantearnos el concepto de familia, yo sé que muchas familias en estos momentos estamos en la sobrevivencia, somos una sociedad en crisis, somos una familia en crisis, debemos tener mucha paciencia y humildad porque estamos viviendo tiempos difíciles, lo importante si no desesperarnos. 

En estos momentos el mejor aporte es el tejido solidario, unificarnos con otras familias, compartir el pan, los problemas, las dificultades, pero también la esperanza.

En investigaciones por corrupción ahora se suma Aguas de Choloma



En investigaciones por corrupción ahora se suma Aguas de Choloma 

El municipio de Choloma en el norteño departamento de Cortés en Honduras, sigue siendo el escenario de las intervenciones por parte de los fiscales del Ministerio Público por los delitos de abuso de autoridad y malversación de caudales públicos. 

Hoy como parte del proceso de investigación, la Fiscalía de Lucha contra la Corrupción citó a varios funcionarios de la municipalidad de Choloma y de la empresa Aguas de Choloma, empresa que se suma a las instancias que serán escudriñadas, según las declaraciones del Ministerio Público. 

Intervención 
Fue en horas de la mañana, ayer, que el agente del Ministerio Público junto a miembros de la Policía Militar llegó a las instalaciones de la empresa Aguas de Choloma, con el objetivo de verificar varias irregularidades y anomalías presentes en la administración pública por parte del alcalde, Leopoldo Crivelli. 

La investigación en contra de Crivelli es por los presuntos delitos de abuso de autoridad, malversación de caudales públicos, violación a los deberes de los funcionarios y enriquecimiento ilícito, en el marco de la operación Sindicato. 

Elvis Guzmán, vocero de la Fiscalía dijo que se han decomisado varios elementos que servirán para documentar la investigación, ya que según el Ministerio Público existen delitos cometidos por el edil cholomeño. 

“Para este día hemos citado a varios funcionarios de la empresa Aguas de Choloma, quienes deberán dar respuestas a varios cuestionamientos sobre el funcionamiento de la empresa y cómo esta llegó a ser empresa mixta, de capital público y privado, y bajo qué reglamentos Leopoldo Crivelli es presidente del Consejo Administrativo siendo también alcalde del municipio”, dijo Guzmán. 

Reaparece en público 
Asegurando no tener temor a las acusaciones, el alcalde Leopoldo Crivelli, apareció para encabezar la sesión de Corporación Municipal donde la intervención fue uno de los temas a tratar. 

Al salir de la reunión, el funcionario dijo a los medios de comunicación que “en ningún momento se ha escondido de las autoridades, ya que no debe nada y que por el contrario está dispuesto a colaborar con las investigaciones que se llevan a cabo”.

Crivelli también mencionó que esperan que luego de las investigaciones se desvirtúen todo tipo de acusaciones, ya que no tiene nada que ocultar. 

“Son chismes”
Maira Alfaro vice alcaldesa de Choloma dijo que toda esta situación se presenta por el descontento que existe de varios regidores por la actuación del alcalde. “Esto es producto de los chismes, existe un grupo de regidores que está disconforme con la actuación del ingeniero y por eso están acusándolo, pero ellos deben saber que él es el único responsable de la administración municipal, que deben respetar sus decisiones”. 

“Es importante ver las actuaciones buenas que Leopoldo ha hecho, pero únicamente se fijan en los aspectos malos, cuando él en sus 6 años de estar al frente de la alcaldía ha hecho muchas obras, porque es un hombre de gran sensibilidad humana”, dijo Alfaro para defender al edil. 

Investigación 
Para la próxima semana el Ministerio Público anuncia que seguirá citando a empleados y funcionarios tanto de la alcaldía como de la empresa Aguas de Choloma, ya que las denuncias por malversación de fondos se dan en ambas instancias. 

“Es necesario precisar si el alcalde abusó del poder para invertir en esta empresa que en su mayoría es capital privado, y si utilizó fondos públicos amparados en qué reglamento lo hizo, todas estas dudas deben ser resueltas por los fiscales. Es imposible decir cuándo finalizará este proceso, pero lo importante es saber que se deben esclarecer”, dijo el vocero del Ministerio Público. 

Más intervenciones 
Otras municipalidades correrían la misma suerte que la de Choloma, ya que esta semana la magistrada presidenta del Tribunal Superior de Cuentas, Daisy de Anchecta, aseguró que al menos 27 alcaldías a nivel nacional están siendo intervenidas en los procesos de auditoría que actualmente se les realiza.

Anchecta además dijo que 34 alcaldes no han presentado la declaración jurada de los bienes que poseen, y que estos serán multados con cinco mil lempiras por no presentarla a tiempo.