miércoles, 28 de noviembre de 2012
Luchas internas en el sistema bipartidista
Radio Progreso
Toda la semana va a estar dominada por el tema de las elecciones internas y el interrogante por saber quién será el triunfador. Ha habido ganadores y perdedores de manera extraoficial. El problema es que no se reconocen como tales entre ellos mismos y se ha iniciado un proceso de contestación, recuento, acusaciones y prolongación sin fin del conteo definitivo. Los “perdedores” acusan al Tribunal Supremo Electoral de fracaso, ineptitud, fraude, manipulación de datos y adulteración de actas.
Y el Tribunal Supremo Electoral hace una contra-acusación diciendo que son los miembros de los partidos quienes alteraron las urnas y no el organismo electoral. Los magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) defendieron la administración del proceso electoral, sus respectivos mecanismos para difundir los resultados y, en un campo pagado, el apego irrestricto a la ley.
El problema es que la confrontación se da entre los grandes líderes del bipartidismo y dado que controlan, tienen acceso o son cercanos a los medios de comunicación, las acusaciones y réplicas no se hacen esperar llenando las páginas de los diarios nacionales. El mismo presidente hablaba de que Ricardo Álvarez ha estado apoyado por los banqueros y los medios de comunicación. Carlos Flores Facussé se ha unido a esta batalla defendiendo a su hija Lizzy Flores explicando en campos pagados y editoriales el por qué no aparecerá en la lista oficial de diputados liberales por Francisco Morazán.
Como es bueno hacer memoria histórica de lo que ha vivido y vive el país las declaraciones del ex presidente de facto Roberto Micheletti son pertinentes. No tenemos que olvidar que la crisis del 2009 fue iniciada y causada por el partido liberal, una especie de “autogolpe liberal”, a la que se unieron después el resto del bipartidismo y otras corrientes políticas. Rompiendo su silencio y anonimato político nos dice Micheletti que “solo los ignorantes creen que pueden destruir 120 años de historia, lucha y esfuerzo del PL; solo un ignorante puede decir que se va encargar de destruir un partido con tanta tradición, amor al pueblo y con tanto respeto a las leyes”.
Y, anticipando el clima de confrontación que se avecina para las elecciones generales del año próximo, considera como el enemigo a derrotar al partido LibRe, con el cual ironiza, desprecia y ridiculiza por no haber llegado al millón de votos como pretendían. Es más, atribuyéndose dotes de “adivino y santero”, sabe que los cuatrocientos mil “comunistas” que hay en el país no asustan a nadie. Pero, por si acaso los “comunistas” siguen aumentando, se dedica a recuperar los liberales que abandonaron el partido a raíz del golpe de Estado, a luchar por la unidad liberal y a promover el liderazgo en el departamento de Yoro de sus dos hijos, el biológico y el político.
Parece, pues, que la “memoria histórica” es chiquita, reducida y sufre de Alzheimer cuando la pasión por el poder está en juego. Vuelven a repetir la historia que se dio hace poco más de tres años pues, no solo están rememorando las “elecciones estilo Honduras”, sino que nuevamente la confrontación entre candidatos y corrientes liberales ponen en crisis todo el sistema político-electoral hondureño. No son, por lo tanto, los comunistas, los miembros de LibRe o las nuevas tecnologías electorales quienes quieren destruir al partido liberal: son las propias luchas internas por el poder, que además hace suyas todo el sistema bipartidista nacional.
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