lunes, 26 de noviembre de 2012

¿Triunfo de LibRe?




Por Aníbal Delgado Fiallos

Sí, un triunfo del partido LibRe, no sólo por la cuantía de sus votos, sino por la experiencia adquirida, por los aprendizajes de los dirigentes sindicales horros en estos menesteres y por su proyección nacional.
Es tonto desestimar este despegue; he oído por allí que LibRe va llegar hasta aquí porque toda su membresía votó, como si no quedara todo por delante: una ciudadanía en crecimiento y voluntades abiertas para incrementar la militancia y expandir la simpatía. ¡Cómo ciega el sectarismo! Por la forma a matacaballo cómo fue creado este partido es por lo que le costará consolidarse como institución de izquierda, por mucho tiempo aparecerá con los vicios del oportunismo, el apego casi romántico a los caudillos y la oscuridad política de los partidos del ayer: fueron oleadas de personas las que migraron del Partido Liberal, la gran mayoría sin la formación política necesaria, más bien como una respuesta espontánea e indignada a la conducta ingrata de la dirigencia frente al golpe de Estado. La formación de este Partido no fue un trabajo metódico de reclutamiento, capacitación política mínima, establecimiento de una disciplina partidaria; indudablemente que si hubiera sido así no hubiera habido participación electoral, pero para muchos era preferible esto porque tras cinco años de trabajo organizativo e ideológico se hubiera participado en 2016 como un partido nuevo, limpio de deformaciones organizativas y de mando, capaz de asumir el gobierno de la nación con un programa avanzado y cuadros experimentados.
En esa oleada del Partido Liberal a LibRe iba de todo, desde personalidades cuya presencia le confiere estatura e imagen, militantes honestamente sublevados, personas que vieron agotadas definitivamente las posibilidades democratizadoras del Partido Liberal, pero también iba mucho oportunismo: personas que no pudieron lograr candidaturas en el Partido Liberal, viejos liberales expertos en la maniobra atrevida que lograron la venia del jefe supremo, saltaron las asambleas de nominación y se ubicaron en las planillas.
Veo en LibRe, no obstante esto y más, una institución de gran potencialidad con posibilidades de convertirse en gobierno en el corto plazo. Pero esa posibilidad sólo se convertirá en realidad, si, por una parte, liquida el caudillismo que ata sus alas, la aquiescencia servil que silencia la crítica y todo lo aplaude, si educa correctamente y evita el ataque grosero a quienes piensen distinto y estructura un pensamiento propio y un modelo factible de sociedad que el pueblo lo haga suyo, lo impulse y lo defienda.

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