sábado, 31 de octubre de 2020

Mujeres en peligro


Rel UITA

Por Giorgio Trucchi

En Honduras hay un repunte preocupante de la violencia de género, una tragedia que se ha profundizado durante los meses de confinamiento por la pandemia y ante la ausencia crónica de políticas públicas.

El Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH) calcula en 6.137 las mujeres que han perdido la vida de forma violenta y las víctimas de femicidios en los últimos 15 años (2005-2019), con un fuerte repunte a partir del golpe de 2009.

Más del 63 por ciento de los asesinatos (3.891) ocurrieron a partir de 2012, el 60 por ciento de los cuales fueron femicidios, en su mayoría cometidos a manos de la pareja o ex pareja.

Entre enero y agosto de 2020, el Observatorio de la Violencia registró 218 entre muertes violentas y femicidios, 138 de los cuales durante los meses de confinamiento por la pandemia.

Con el agregado del mes de septiembre las víctimas se elevan a 245, es decir una cada 26 horas. El 66,5 por ciento de los crímenes ocurridos este año fue ejecutado con arma de fuego.

El Centro de Derechos de Mujeres (CDM) lanzó un grito de alarma ante el aumento de los ataques contra mujeres en septiembre último. La organización feminista registró 30 femicidios, 17 casos de violaciones sexual, 9 de estas contra niñas menores de 15 años.

Durante el foro virtual “Situación de violencia contra las mujeres y su manejo en el contexto del Covid-19”, organizado por la plataforma Tribuna de Mujeres contra los Femicidios ‘Gladys Lanza”, se exigió al estado hondureño “acciones urgentes ante el impacto negativo que enfrentan las mujeres como resultado de la violencia domestica e intrafamiliar, agravada por la pandemia”.

Las organizaciones que integran la Tribuna de Mujeres expresaron profunda preocupación por “la imparable ola de violencia contra las mujeres que es reportada a la línea de emergencia 911”.

De acuerdo con datos del Movimiento de Mujeres por la Paz ‘Visitación Padilla’, de enero a septiembre de este año el Sistema Nacional de Emergencias recibió 76.520 llamadas de auxilio por violencia doméstica (43.590) e intrafamiliar (32.930), es decir unas 283 llamadas al día (en el último trimestre el promedio alcanzó las 301 llamadas diarias).

Estos datos evidencian un aumento del 8 por ciento con respecto al 2019. Lamentablemente, la respuesta estatal sigue siendo muy débil. En este mismo período, el Ministerio Público reportó solamente 2.454 denuncias y los juzgados emitieron 467 sentencias que desembocaron en tan sólo 247 detenciones.

Tribuna de Mujeres contra los Feminicidios

“¿Qué pasó con el resto de mujeres que sintieron que su vida estaba en riesgo y llamaron al 911? ¿Algunas serán parte de las 245 mujeres víctimas de femicidios en lo que va del año?”, pregunta la Tribuna de Mujeres contra los Femicidios.

Para las organizaciones que integran la plataforma “ser mujer en Honduras implica un alto riesgo, ya que la desprotección que enfrentamos inicia en la casa y trasciende al ámbito público”.

“En nuestra labor como defensoras de los derechos humanos de las mujeres -advierten- nos toca conocer en carne propia los traspiés que deben sortear las mujeres en su búsqueda de justicia”.

Ante la inercia estatal y el repunte de la violencia de género en tiempos de confinamiento por la pandemia, la Tribuna de Mujeres contra los Femicidios exigieron al gobierno central “políticas públicas con medidas concretas que permitan erradicar la violencia”.

También demandaron a los gobiernos locales “fortalecer los mecanismos de apoyo a las mujeres para que puedan romper el silencio y denunciar la violencia”, y al Ministerio Público “fortalecer las unidades de investigación de muerte violenta de mujeres y femicidio”.

Finalmente pidieron la creación de más juzgados de violencia y la capacitación del personal en violencia de género.

“No nos vamos a cansar de exigir una respuesta estatal que considere a las mujeres como ciudadanas con derechos, sobre todo a vivir una vida libre de violencia y no como meras votantes en los procesos electorales”, dijo Merly Eguigure, coordinadora del Movimiento ‘Visitación Padilla’.


Presentan solicitud de antejuicio contra el Alcalde de Tegucigalpa

Radio Progreso


Solicitud de antejuicio contra alcalde capitalino

El director de la Unidad Fiscal Especializada Contra Redes de Corrupción (UFERCO), Luis Javier Santos, presentó, ante el Juzgado de Letras Penal Anticorrupción, una solicitud de antejuicio contra el alcalde del Distrito Central, Nasry “Tito” Asfura, y la regidora Nilvia Castillo por la comisión de delitos contra la administración pública.

Tito Asfura, quien además es pre candidato a la presidencia por el Partido Nacional, y su regidora Nilvia Castillo son acusados de Abuso de Autoridad, Fraude, Malversación de Caudales Públicos, Falsificación de Documentos y Lavado de Activos.

En su cuenta de Twitter, el fiscal Luis Javier Santos publicó la solicitud de antejuicio y dijo que adjuntaron los elementos de prueba que acreditan, fehacientemente y de manera contundente, el desvió de más de 28 millones de lempiras de las arcas municipales, utilizados para beneficio personal y de terceros no relacionados con la comuna capitalina.

Por su parte, el portavoz de los Juzgados Anticorrupción, Carlos Silva, confirmó la solicitud de antejuicio contra el alcalde capitalino Tito Asfura, asimismo dijo el juez de letras tiene un plazo de tres días hábiles para dar su resolución a la petición de la UFERCO.


Banca privada administrará por 30 años cobro por servicio de agua en Tegucigalpa


Radio Progreso

Organizaciones ambientalistas del Distrito Central, Tegucigalpa y Comayagüela, denuncian que el alcalde capitalino, Nasry “Tito” Asfura, avanza el proceso de privatización del agua, al otorgar un contrato a Banco FICOHSA para el manejo financiero de los ingresos de la Tesorería de la Unidad Municipal de Agua Potable y Saneamiento (UMAPS).

De acuerdo a la información de la Comisión Pro Defensa de las Comunidades de La Tigra, la Alternativa de Reivindicación Comunitaria y Ambientalista de Honduras (ARCAH) y el Instituto de Derecho Ambiental de Honduras (IDAMHO), durante un periodo de 30 años, Banco FICOHSA recibirá el 0.500% de los ingresos, recaudados por la UMAPS, es decir 700 millones de lempiras anuales.

“En atención a la recomendación del Comité Evaluador, la Alcaldía Municipal del Distrito Central, a través de la presente, le adjudicará el contrato del proceso del concurso público que se indica en la referencia, por un costo total negociado del servicio en cero puntos quinientos por ciento (0.500%), con un plazo de servicio de treinta (30) años”, comunicó el alcalde Asfura, a través de una nota con fecha 19 de agosto de 2020, al representante legal de Banco FICOHSA, Abel García Castañeda.

Las organizaciones ambientalistas manifiestan que “proyecciones conservadoras indican que FICOHSA recibiría ingresos no menores a cuatro (4) millones de lempiras anuales que, sin duda, se verán reflejados en el aumento a las tarifas al consumidor y son producto de una acción ilegal, incurriendo en responsabilidad civil y penal constitutiva de abuso de autoridad”.

IDAMHO, ARCAH y las Comunidades de La Tigra indican que la pandemia ha profundizado la corrupción “y es utilizada no sólo para el saqueo y venta del territorio, sino que, acelera los procesos de privatización, como el derecho al agua potable y saneamiento, condición básica para una vida digna y de calidad”.

Christopher Castillo, coordinador de ARCAH, señala que el proceso de privatización del agua en capital comenzó sin antes realizarse el traspaso de administración el Servicio Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA) al Municipalidad del Distrito Central: “no estamos legitimando que se municipalice el agua, una de nuestras demandas es que se fortalezca el SANAA como una institución descentralizada y que se coordine con las municipalidades”.

Castillo recuerda que, en enero de 2020, presentaron una denuncia contra el alcalde Asfura, ante la Fiscalía Especial para la Transparencia y Combate a la Corrupción Pública, por supuestas irregularidades en el contrato suscrito entre la Municipalidad del Distrito Central y la compañía ecuatoriana Hidalgo e Hidalgo, para el mantenimiento de tuberías y acueductos. Hasta la fecha no hay información del estado de la denuncia, dijo Castillo.

Ante los señalamientos de privatización, la Alcaldía Municipal del Distrito Central, a través de su página web, publicó que han completado los procesos de licitación y recepción de ofertas públicas de dos micro embalses en el río Guacerique, un reservorio en la zona de Rancho Viejo en El Picacho y la represa San José en el río Sabacuante, donde en conjunto se podrán almacenar más de 25 millones de metros cúbicos de agua, manifestando que “la municipalización del agua en la capital hondureña, no es, ni será sinónimo de privatización, sino la mejora continua y administración pública del suministro desde la AMDC”.


“El éxito del fascismo se explica por la avaricia capitalista, el desarraigo, las mentiras y la equidistancia”


Rebelión

Por Enric Llopis 

Proud Boys (Chicos orgullosos) son una organización neofascista, violenta y supremacista estadounidense, surgida en 2016. En el primer debate electoral con el candidato del Partido Demócrata, Joe Biden, el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó: “Proud Boys, retrocedan y estén alerta” (los ataques terroristas de extrema derecha causaron 335 muertos en Estados Unidos entre 1994 y 2020, según el Center for Strategic International Studies).

En marzo de 2019 el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, promovió la conmemoración del golpe militar que derrocó –en 1964- al Gobierno democrático de Joao Goulart. La amenaza se extiende. Tras las elecciones regionales del pasado 21 de septiembre, el candidato del partido ultraderechista Hermanos de Italia accedió a la presidencia en la región de Las Marcas. En las municipales francesas de junio, Reagrupamiento Nacional (antiguo Frente Nacional) se hizo con la alcaldía de Perpiñán, ciudad de 120.000 habitantes. En las elecciones a los parlamentos de Sajonia y Brandemburgo –septiembre de 2019-, Alternativa para Alemania resultó el segundo partido más votado.  

Para entender el crecimiento global del fascismo, el periodista e historiador Carles Senso ha publicado el libro Fascismo mainstream. Periodismo, conspiraciones, algoritmos y bots al servicio de la extrema derecha(Autoed., septiembre 2020). Concluye que el éxito actual de la extrema derecha se explica por factores como la avaricia capitalista, el desarraigo social, el proceso deshumanizador, la equidistancia, la falta de empatía, las mentiras o la crisis del periodismo. “El neofascismo no es un peligro para el capital”, afirma. La extrema derecha ha utilizado la tecnología digital y las redes sociales para conquistar el poder. Sobre el uso irreflexivo y acrítico de estas  por parte de la izquierda, “hace falta más calle, más coordinación social y formación”, defiende Senso, autor de tres libros sobre la deportación de españoles a campos nazis. La entrevista en torno a su último ensayo se realizó por correo electrónico.

-¿Qué es el fascismo mainstream (tendencia mayoritaria)? ¿Cuáles son los rasgos principales?

El fascismo mainstream es una tendencia mundial mediante la cual la extrema derecha ha usado las nuevas posibilidades de las tecnologías digitales de la información para expandirse de forma desconocida, albergando espacios de poder inimaginables hace unos años, gracias a una mayor digestión ciudadana de sus planteamientos extremistas que basan su política en la exclusión de parte de la sociedad. Aceptando, eso sí, que la ideología de extrema derecha se expone fragmentada y nacionalizada, es decir, que cuenta con particularidades muy específicas en función del país en el que se desarrolla.

Sin embargo, les une las políticas de odio que favorecen un tipo de análisis social y una respuesta ante dicho examen que señala como enemigo del pueblo a las clases subalternas y a los grupos históricamente marginadas, a favor de una clase dirigente y de un sistema capitalista que nunca es puesto en cuestión.  Eso y algunas intentonas de coordinación canalizadas por personajes como Bannon y su Movimiento o Internacional de la Nueva Derecha. El antiguo (aunque ahora renacido) antisemitismo se ve complementado con nuevos enemigos como son el Islam a nivel exterior y las comunidades LGTBI o feministas a nivel interno, por su supuesta voluntad de cargar contra la esencia intachable de la patria, observada ya como una nación intocable e irreductible.

-¿El neofascismo supone un repliegue identitario contra el efecto desestabilizador de la globalización?

Sí, ya que ha destruido las concepciones unitarias para favorecer una uniformización que diluye las particularidades, los fundamentos propios que justifican la exclusión. También lo hace, en el caso de Europa, la unificación continental, por lo que existía una voluntad primigenia de acabar con la unión y, posteriormente, de transformarla en una herramienta institucional más favorable al fortalecimiento de las particularidades nacionales a través de los Estados, sobre todo tras los éxitos electorales que han permitido crear un potente núcleo reaccionario en el Parlamento Europeo. El fascismo mainstream no se entiende sin la época de la posverdad, la crisis del periodismo, el desmembramiento de las redes sociales analógicas, la deslegitimación institucional o la avaricia capitalista de las plataformas tecnológicas.

-El libro recuerda los seguidores en Instagram de Trump (actualmente 22 millones), Bolsonaro (17,7 millones), Salvini (2,2 millones), Boris Johnson (1,2 millones) o Netanyahu (873.000). ¿Han sido las redes sociales una herramienta importante para que accedieran a los gobiernos?

Las emociones (alentadas con mayor facilidad en los extremos políticos) incitan a la acción mucho más que el raciocinio. “El odio motiva más que el amor”, pronunció el asesor político ultraderechista Roger Stone. Polarizando a la sociedad, las nuevas plataformas tecnológicas (redes sociales) consiguen más interacciones y, por tanto, más beneficios. La nueva política digitalizada que tanto atrae a las plataformas tecnológicas por su capacidad de crear beneficios económicos está basada en el conflicto. Es una guerra para conseguir la atención de los usuarios. Para obtener más réditos económicos Facebook, Google o Youtube necesitan enfrentar a la sociedad. Cabrearlos para hacerlos reaccionar.

Y la solución pasa por la creación de globos artificiales en los que la retroalimentación consigue activar un proceso de afianzamiento que lleva a las posiciones más radicales del espectro ideológico. De ahí que la extrema derecha (que a dicho proceso ha unido ingentes cantidades de dinero y la complicidad del mundo conservador) ha visto en las redes sociales un auténtico filón. Y las tecnológicas lo han observado en el fascismo mainstream, que ha sido bendecido por los medios de comunicación, otorgándoles el privilegio de marcar la agenda política gracias a sus soflamas mediáticas con un “producto” atractivo para las redes y la televisión por su capacidad de enfrentamiento. Antiinmigración, tradicionalismo, nativismo, euroescepticismo y antiislam en Europa; todo ello y un poco más de supremacismo y chovinismo occidental en Estados Unidos. La víctima, la salud de la sociedad.

-¿Tiene relación el ensayo con el caso de Cambridge Analytica, consultora que obtenía datos –sin autorización- sobre millones de usuarios de Facebook-, para desarrollar campañas como la de Trump en 2016 o a favor del Brexit?

Según expresó Brittany Kaiser, una de las responsables de la empresa: “Creo que en este momento es difícil pensar que la democracia está suficientemente protegida, que las elecciones son libres y justas. El uso de los datos personales ha cambiado las reglas del juego. Por su parte Christopher Wylie, el antiguo analista de datos, aduce: “Era un experimento tremendamente inmoral. Jugábamos con la psicología de toda una nación sin su consentimiento o conocimiento. Y no solo jugamos con la psicología de toda una nación, sino que lo hacíamos en un contexto de un proceso democrático”. Cambridge Analytica adquirió relevancia destacada gracias a los beneficios que reportó a las fuerzas de extrema derecha en el acceso a elementos de poder.

La información se consiguió a través de un test de personalidad que se difundió en Facebook. Contestaban preguntas a medida. De hecho, formulaban preguntas y respuestas de forma casi personalizada. Sabían dónde debían expandir el odio contra los extranjeros, dónde debían cargar contra el establishment o dónde fortalecer los mensajes contra la izquierda. La publicidad personalizada la complementaron con la elaboración de miles de noticias falsas que se expandieron como la espuma. La percepción de los votantes de los Estados Unidos de América cambió radicalmente, como también los que votaron en el Brexit. De forma artificial y por lo tanto sometiendo la libertad ciudadana. Se habla de prácticas similares en México, Malasia, Brasil, China o Australia. Y todo ello a través del robo de la información (de la identidad) de la ciudadanía y su puesta al servicio de la política sin escrúpulos.

-En Estados Unidos, los informativos del canal ultraconservador Fox News tienen una audiencia masiva. ¿Qué influencia tiene la televisión en la expansión planetaria del fascismo mainstream?

Donald Trump señaló a la prensa “discrepante” poco después de llegar al cargo, situándolos en el ojo del huracán de la ira de sus fanáticos seguidores. Llegó a tuitear “Los medios de las fake news no son mi enemigo, son el enemigo del pueblo americano”.  La televisión es un espacio que, por la inmediatez, adolece de capacidad de análisis pormenorizados. Eso a nivel genérico. Es por ello que en ella un producto superfluo como Trump o cualquier dirigente del fascismo mainstream funciona tan bien. Son mensajes simples, directos, emocionales.

Según expuso Pierre Bourdieu en “Sobre la televisión”: “Este mundo lleno de guerras étnicas y de odios raciales, de violencia y de delincuencia, no es más que un entorno de amenazas incomprensible y preocupante ante el cual lo mejor que se puede hacer es retirarse y protegerse. Y, cuando va unida a expresiones de desprecio etnocéntrico o racista (como ocurre a menudo, particularmente en el caso de África o de los ‘barrios periféricos’), la evocación periodística del mundo no está hecha para movilizar y politizar; al contrario, sólo puede contribuir a aumentar los temores xenófobos, del mismo modo que la ilusión de que la delincuencia y la violencia no paran de crecer propicia las ansiedades y las fobias de quienes temen por su seguridad”.

¿Y en cuanto a la influencia, en términos generales, de los medios de comunicación?

Los medios, ante el auge del neofascismo, no pueden servir de altavoz para los mensajes de odio. Si pretenden jugar dicho papel para ganar viralidad, mejor que no cubran la actualidad política porque flaco favor hacen a la convivencia con la distribución masiva (y descontrolada) de posicionamientos que enfrentan y polarizan. Es lo que han conseguido programas televisivos de gran audiencia como los de Susana Griso o Ana Rosa Quintana que, buscando subir los índices, invitaron a dar su opinión a dirigentes de Vox cuando no contaban con representación parlamentaria (y por lo tanto no tenían la legitimidad del apoyo social) y además no para tratar temas eminentemente políticos, sino sucesos. Dicho periodismo es cómplice del ascenso de la extrema derecha por estar centrado en el beneficio económico y no en el fortalecimiento de la democracia.

-“Los movimientos de extrema derecha que se propagan por el mundo en el siglo XXI son fascismo. Con todas las comas que se quiera poner, pero sólo a nivel académico. En la calle, son fascismo”, escribes. ¿Se corre el riesgo de confundir partidos neonazis, como Amanecer Dorado en Grecia, con el gobierno nacionalista y ultracatólico de Polonia?

La caracterización o conceptualización debe servir para movilizar a las fuerzas opositoras, más que para homogeneizar o simplificar el elemento de análisis. La Historia es una confluencia inesperada de elementos que se encaminan hacia una dirección desconocida. Es clave entender el momento en su conjunto. Embadurnarse de la filosofía de dicho espacio temporal, comprender la cultura, la mentalidad de época. De cada lugar. Esta aseveración es clave también para saber diferenciar los diferentes neofascismos que se han desarrollado en el mundo del siglo veintiuno, con sus particularidades inigualables. El factor religioso en Brasil es esencial, por ejemplo, en el ascenso de Bolsonaro, con el innegable apoyo del lobby de las iglesias evangélicas. Nada se entendería sin él. Nuevos lazos de unión entre ciudadanos que, en anteriores elecciones, eligieron opciones políticas diferentes porque se dirigieron a las urnas movilizados por otros elementos en lucha. Seguramente la desigualdad social. Pero Brasil cambió y el ocupante del trono fue en este caso la consecuencia y no la causa.

-¿Y en cuanto al auge de la extrema derecha en el estado español? ¿Difiere del modo en que se ha producido el ascenso en Italia, Hungría o Polonia?                                                                                                      

El resurgir del lazo españolista, tradicionalista y conservador ha supuesto una respuesta al Procés catalán, la consolidación de un partido a la izquierda del PSOE y el avance del feminismo. Se ha canalizado a través de un nacionalismo que también representa una contestación a los procesos de globalización que desarraigaron a las comunidades occidentales durante décadas a través de un doble factor (contradictorio) como la homogeneización bajo los parámetros culturales de los Estados Unidos de América y la mezcolanza gracias a los contactos (tanto económicos como migratorios) con múltiples comunidades mundiales.

Por su parte, en Italia, Hungría o Polonia, el factor de la migración es transversal, como se pudo observar con el rechazo, durante el mandato de Salvini al frente del ministerio, de los inmigrantes del barco Aquarius (que finalmente acogió España) y otras embarcaciones, situando al país transalpino como un ejemplo de deshumanización galopante. Evidentemente que cada movimiento de la extrema derecha cuenta con particularidades en cada país, pero suponen distintas caras de un elemento común poliédrico que coincide en su respuesta a los nuevos tiempos, con su apelación a los sentimientos primarios, las emociones y la irracionalidad a través de las identidades nacionales y religiosas. Mientras la segunda (la identificación basada en la fe) es mayormente un modelo vital bastante inamovible, el primero está sometido a interpretaciones, dada la flexibilidad de términos como nación, país o pueblo. Es por ello que dichos movimientos extremistas no dudan en moldear el “producto” en conflicto a la medida de sus intereses.

-¿Qué responsabilidad tiene la izquierda? Si tiene alguna, ¿cuáles son, a tu juicio, los principales errores?

Corría por las redes un diseño que exponía un claro “Tacha al facha”. Creó en un grupo anarquista de Facebook un amplio debate sobre si es conveniente o no plantar cara en el mundo digital a los múltiples perfiles que lanzan mensajes de odio y que provocan la polarización social. Algunos defendían la conveniencia al considerar que no se puede dejar en manos de los neofascistas una plataforma tan importante en la creación del relato en la actualidad, sobre todo entre los jóvenes. Sin embargo, dicho argumento queda en entredicho si se considera que dicha confrontación no se produce con personas con capacidad de reaccionar y cambiar de opinión, sino que chocan con bots automatizados para lanzar los mismos mensajes. De forma repetitiva y machacona. No hay debate. Como reflejo y analizo en el libro, hay partidos políticos subvencionando que se vuelquen camiones de mierda a través de las redes sociales para controlar el debate gracias al dominio del tema en discusión.

Ni que decir tiene que buena parte de las fuerzas progresistas han caído en el macabro juego, ayudando a amplificar mucho más (las redes sociales premian los contenidos con más interacción) los mensajes de odio escupidos contra migrantes pobres, mujeres, homosexuales o izquierdistas. Por Internet corría un meme en el que se veían a dos personas con un perro y ella decía: “Que bonito ¿Cómo se llama?”, a lo que contestaba el propietario: “Revolucionario de Facebook”. La chica insistía: “¿Puedo acariciarlo?” y el remataba: “Sí, claro, no hace nada”. Pues eso.  Hace falta más calle, más coordinación social y más formación.

-¿Qué relación hay entre el crecimiento del fascismo a escala global con lo que calificas de “seres frustrados, hiperactivos e irreflexivos?

La identidad pública depende hoy más de la imagen que se traslada a través del ficticio mundo de las redes sociales que de la vida analógica. Las redes sociales permiten al individuo verse reflejado a modo de creación artística, no tal cómo es, sino cómo le gustaría ser. O más bien, cómo le gustaría que le viesen los demás. El comportamiento primigenio en dicha acción es la autocensura, la feroz crítica sobre una representación del yo que se cree débil. La búsqueda de la reciprocidad se inicia con la pretensión de la homogeneización para encauzar en el grupo, en la comunidad. Porque la identidad nace de la interacción. Es necesario el retorno. Pensamos que la irrelevancia social está vinculada a la falta de éxito.

El proceso reidentitario vivido en las últimas décadas como respuesta a la insensible globalización ha provocado una pretensión casi enfermiza por formar parte de algo. Pero dicho anhelo sólo responde al pavor que se experimenta cuando se piensa en la posibilidad de quedar socialmente expulsado. Es por eso que se siguen prácticas de moda para contar con argumentos en la integración en el colectivo. La última APP la observamos como una llave a la aceptación. Al reconocimiento de los otros. Las redes sociales permiten un mitin en el que cada persona presente puede subir al estrado y opinar. Es un baño de multitudes regado de la satisfacción del aplauso fácil y el elogio interesado. Vacío pero efectivo en el mecanismo de unir a los ya convencidos y fortalecer las razones de combate frente a los disidentes. Sugestión de masas sin salir de la comodidad de la cama.

-De nuevo la importancia de las redes sociales…

Las redes sociales permiten fortalecer permanentemente los vínculos afectivos con el simple objetivo de asegurar la existencia de los seres. El éxito social se mide en Likes. De forma artificial, se establecen vínculos que, a través de acciones de reconocimiento, se utilizan (sin que sirvan en el largo recorrido) para aliviar la incertidumbre de un tiempo fugaz y fragmentado. Al trasladarse las comunidades de afecto al teléfono móvil, apagarlo produce angustia. Perderlo, pavor.  Sin el móvil, vuelve la soledad en una sociedad individualizada y sin bisagras. Un desamparo agravado por el anonimato en un tiempo en el que nada puede ser peor que ser un elemento insignificante diluido en la masa. Tu amigo en Facebook sustituye a tu vecino, pero el primero nunca tiene sal y mucho menos te ayuda cuando sufres un repentino soponcio al subir por la escalera. La ansiedad de la soledad, a la larga (cuando la reflexión pausada y compleja se impone) no desaparece con las comunidades imaginadas de protección creadas a nivel digital.

-¿Y respecto a la “crisis del periodismo”? ¿Qué casos concretos destacarías?

Se podrían citar miles, prácticamente coincidentes con cada redacción, emisora o plató. Todos los medios viven sus crisis en la actualidad porque las nuevas plataformas tecnológicas han eliminado las intermediaciones y la verdad vive una época de depresión, acechada por aquellos que se benefician cuando todo va mal. Por supuesto, en dicha crisis han tenido buena parte de culpa un sector del periodismo, que interpretó su aproximación a la política y los sectores económicos como magníficas oportunidades para configurarse una vida de lujo, como bien recoge David Jiménez en su libro sobre su paso por la dirección de El Mundo.

Ha habido periodistas y medios ganando mucho dinero gracias a vender el código deontológico. Cuando la tormenta perfecta ha acechado a la profesión, no ha existido red de seguridad porque la ciudadanía ya no ha estado para sostener a unos medios que se interpretan como parciales e interesados. Sólo las propuestas originales y sinceras se abren paso. Aquellas que basan su interpretación del periodismo en la búsqueda de la verdad, sin venderse al mejor postor. Esas que cuentan con el apoyo de la ciudadanía, que las sostiene con sus aportaciones porque a través de ellas obtienen información, no una cámara de eco para escuchar lo que quieren oír.

-Citas en el libro movimientos relevantes, aunque posiblemente poco conocidos por el gran público, como Generación Identitaria. ¿Podrías caracterizarlo?

Generación Identitaria es un nuevo intento de limpieza de cara a los viejos parámetros extremistas que se venían desarrollando. Originario de Francia, se ha expandido a más de veinte países y abogan por reafirmar la identidad patria, protagonizando ataques a migrantes, cadenas humanas contra refugiados o incluso fletando barcos para vilipendiar a las ONG que intentan salvar vidas en el Mediterráneo. Austria se ha definido en las últimas décadas como uno de los centros neurálgicos del neonazismo, con su cénit con el gobierno entre el joven conservador del Partido Popular, Sebastian Kurz, en coalición con la formación ultraderechista Partido de la Libertad, que duró más bien poco por el escándalo de corrupción que se desveló en una discoteca en Ibiza. Sin embargo, el país ha resultado la cuna de nuevos movimientos que han ayudado a vestir de Prada a los nuevos fascistas. Son los nazis hípsters.

Es el caso de Martin Sellner, líder de Generación Identitaria en el país, que ha conseguido situarse en el centro del debate político. Con indumentaria impropia del fascismo clásico y un modo de vida más “cercano” al ciudadano medio, Sellner y sus afines han logrado introducir mensajes de odio en la discrepancia política de Austria, lateralizando hacia la derecha la opción electoral. En los numerosos videos que durante meses ha estado subiendo a la plataforma Youtube, se ha acompañado de la influencer ultraderechista americana Brittany Pettibone, con gran capacidad para canalizar teorías de la conspiración. Sellner defendió su militancia neonazi pura durante su juventud porque defiende que “no había alternativa”. Un joven que mantuvo en su momento contacto con Brenton Tarrant, el neonazi que asesinó a más de cincuenta personas en varias mezquitas de Nueva Zelanda y que en los meses anteriores había financiado a los grupúsculos de la formación tanto en Francia como en Austria.

 Generación Identitaria se creó en Francia en 2012 y desde entonces se ha expandido por decenas de países como Alemania, Italia o Reino Unido, con la propagación de las teorías del gran reemplazo. Se le han encontrado vinculaciones directas con las formaciones de extrema derecha clásicas y con actos violentos y terroristas.

-¿Es posible establecer una relación entre la extrema derecha y los programas económicos ultraliberales, como el que elevó a Bolsonaro a la presidencia de Brasil?

Como afirmaba Pauwels: “Para la Elite del Poder americana e internacional el neofascismo no es sin embargo una amenaza, sino más bien una bendición, porque impide un diagnóstico de las causas de los problemas socioeconómicos, diagnóstico que podría deteriorar los privilegios de que disfrutan dentro del sistema y que amenazan al sistema mismo (…) Hoy los neofascistas están esperando impacientes a que las Elites del Poder necesiten sus servicios, y no hay garantía de que su momento no llegue nunca. Si esto ocurre, la historia no sólo no tendría final, sino que se repetiría”. El proteccionismo comercial que proclaman los fascistas mainstream intenta revertir la deslocalización sufrida durante décadas pero sin llegar a cuestionar el neoliberalismo y el capitalismo financiero, con una protección de las élites empresariales.

-Por último, ¿puede el fascismo mainstream representar en algún caso una amenaza para el sistema?

El neofascismo no es un peligro para el capital. El modelo económico no es inherente al fascismo. Antes bien, el fascismo se caracteriza por una adaptación camaleónica a las circunstancias para perpetuarse en el poder. Modelo económico y fascismo se exponen como elementos plásticos y adaptables a las circunstancias. La extrema derecha nunca ha dudado en proteger los derechos de las élites empresariales y financieras y los privilegios de las clases más altas. Nunca han protestado por el hecho de que personas de nacionalidad ajena adquieran automáticamente el derecho a pedir el permiso de estancia o el de residencia en España cuando compran un piso de más de medio millón de euros. En 2019 se batió por séptimo año consecutivo la concesión de dichos visados dorados, según la terminología coloquial. Se concedieron 681, un 14% más que en 2018. El visado que soliciten, además, es de dos años renovables por periodos de cinco. China, Brasil, India o Rusia son los principales países de procedencia de los demandantes. Simplemente es un ejemplo.

Según el filósofo Augusto Klappenbach: “El mal se esconde. Y sus causas nunca se presentan como el resultado de decisiones tomadas por seres humanos de carne y hueso, sino como subproductos de una situación económica de la que nadie es responsable. Además de banal, el mal de hoy es impersonal. Y así como los ejecutivos diluyen su responsabilidad en otros, los poderes públicos justifican sus políticas en las exigencias de anónimos mercados y en instituciones que están fuera de sus competencias”.


¿Por qué el mundo está yéndose al infierno?


CounterPunch.org

Por Jonathan Cook 

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Foto de Portada: Instantánea de The Social Dilemma (Sundance Institute)

Si se están preguntando qué diablos está pasando en este momento -el pensamiento de “¿por qué el mundo se está yendo a la mierda?-, puede que el nuevo documental de Netflix The Social Dilemma sea un buen punto de partida para aclarar su pensamiento. Digo “punto de partida” porque, como veremos, la película adolece de dos grandes limitaciones: una en su análisis y otra en su conclusión.

No obstante, el documental es adecuado para explorar los contornos de las principales crisis sociales a que nos enfrentamos actualmente, personificadas tanto por nuestra adicción al teléfono móvil como por su capacidad para reconfigurar nuestra conciencia y nuestra personalidad.

El film presenta un caso convincente de que esto no es simplemente un ejemplo de vino viejo en botellas nuevas. No es el equivalente de la Generación Z, con los padres diciendo a sus hijos que dejen de ver tanta televisión y jueguen afuera. Las redes sociales no son simplemente una plataforma más sofisticada para la publicidad inspirada en Edward Bernays. Es un nuevo tipo de ataque a lo que somos, no solo a lo que pensamos.

Según The Social Dilemma, estamos alcanzando rápidamente una especie de “horizonte de sucesos” humano con nuestras sociedades al borde del colapso. Nos enfrentamos a lo que varios entrevistados denominan “amenaza existencial” por la forma en que Internet, y en particular las redes sociales, se están desarrollando rápidamente.

No creo que estén siendo alarmistas. O mejor dicho, creo que tienen razón en ser alarmistas, incluso si su alarma no se debe exclusivamente a razones correctas. Llegaremos enseguida a las limitaciones en su pensamiento.

Como muchos documentales de este tipo, The Social Dilemma está profundamente ligado a la perspectiva compartida de sus numerosos participantes. En la mayoría de los casos se sienten muy desilusionados, son exejecutivos e ingenieros de software senior de Silicon Valley. Entienden que sus creaciones, una vez apreciadas, Google, Facebook, Twitter, Youtube, Instagram, Snapchat (WhatsApp parece extrañamente subrepresentada en la lista) se han convertido en una galería de monstruos estilo Frankenstein.

Esto se pone de manifiesto en la lamentable historia del tipo que ayudó a inventar el botón de “Like” para Facebook. Pensó que su creación inundaría el mundo con el cálido resplandor del hermano y la hermandad, difundiendo el amor como un anuncio de Coca Cola. En realidad terminó enardeciendo nuestras inseguridades y necesidad de aprobación social y aumentó drásticamente las tasas de suicidio entre los adolescentes.

Si el número de reproducciones del documental es una medida, la desilusión con las redes sociales se está extendiendo mucho más allá de sus inventores.

Niños como conejillos de indias

Aunque no se señala, The Social Dilemma se divide en tres capítulos:

El primero aborda un argumento con el que ya estamos más familiarizados: que las redes sociales son un experimento global para alterar nuestra psicología e interacciones sociales, y que nuestros hijos son sus principales conejillos de indias. Los milenials (aquellos que alcanzaron la mayoría de edad en la década de 2000) son la primera generación que pasó sus años de formación con Facebook y MySpace como sus mejores amigos. Sus sucesores, la Generación Z, apenas conocen un mundo sin las redes sociales como algo prioritario.

El film presenta un caso relativamente fácil de manera contundente: que nuestros hijos no solo son adictos a sus brillantes teléfonos y a lo que hay dentro del  envoltorio, sino que sus mentes están siendo reconfiguradas agresivamente para mantener su atención y después domesticarlos para que las corporaciones les vendan cosas.

Cada niño no solo está inmerso en una batalla solitaria para mantener el control de su mente contra las habilidades de cientos de los mejores ingenieros de software del mundo. La lucha por cambiar su perspectiva y la nuestra -el sentido de quiénes somos- está ahora en manos de algoritmos que la inteligencia artificial (IA) va refinando cada segundo de cada día. Como observa un entrevistado, las redes sociales no van a volverse menos expertas en manipular nuestros pensamientos y emociones, sino que seguirán mejorando mucho, mucho más.

Jaron Lanier, uno de los pioneros en computación de la realidad virtual, explica lo que Google y el resto de estas corporaciones digitales están realmente vendiendo: “El cambio gradual, leve e imperceptible de la propia conducta y percepción: ese es el producto”. Así es también como estas corporaciones ganan dinero: “cambiando lo que haces, lo que piensas, lo que  eres”.

Obtienen ganancias, grandes ganancias, del negocio de las predicciones -prediciendo lo que van a pensar y cómo se comportarán para que puedan persuadirles más fácilmente de comprar lo que sus anunciantes quieran venderles. Para poder conseguir esas grandes predicciones, estas corporaciones han tenido que acumular grandes cantidades de datos sobre cada uno de nosotros, lo que a veces se denomina “capitalismo de vigilancia”.

Y, aunque el documental no lo explica del todo, hay otra implicación. La mejor fórmula para que los gigantes tecnológicos maximicen sus predicciones es la siguiente: además de procesar muchos datos sobre nosotros, deben debilitar gradualmente nuestro carácter distintivo, nuestra individualidad, nuestras excentricidades para convertirnos en una serie de arquetipos. Entonces, nuestras emociones, nuestros miedos, inseguridades, deseos, antojos, pueden ser más fácilmente calibrados, explotados y saqueados por los anunciantes.

Estas nuevas corporaciones comercian con los futuros humanos, al igual que otras corporaciones han negociado durante mucho tiempo con los futuros de petróleo y los futuros sobre la tripa de cerdo, señala Shoshana Zuboff, profesora emérita de la escuela de gestión empresarial de Harvard. Esos mercados “han convertido a las empresas de Internet en las empresas más ricas de la historia de la humanidad”.

Los terraplanistas y el Pizzagate

El segundo capítulo explica que, a medida que nos apiñamos en nuestras cámaras de resonancia de información que se refuerza a sí misma, perdemos cada vez más sentido del mundo real y de los demás. Con ello, nuestra capacidad para sentir empatía y compromiso se erosiona. Vivimos en universos diferentes de información, elegidos para nosotros por algoritmos cuyo único criterio es cómo conseguir maximizar nuestra atención hacia los productos de los anunciantes a fin de generar mayores ganancias para los gigantes de Internet.

Cualquiera que haya pasado algún tiempo en las redes sociales, especialmente en una plataforma combativa como Twitter, sentirá que hay verdad en esta afirmación. La cohesión social, la empatía, el juego limpio, la moralidad no están en el algoritmo. Nuestros separados universos de información hacen que cada vez seamos más propensos a los malentendidos y a la confrontación.

Y hay otro problema, como afirma un entrevistado: “La verdad es aburrida”. Es más fácil comprender ideas simples o fantasiosas y además son más divertidas. La gente prefiere compartir lo que es emocionante, lo que es novedoso, lo que es inesperado, lo que es impactante. “Es un modelo de desinformación con fines de lucro”, observa otro entrevistado, y afirma que la investigación muestra que la información falsa tiene seis veces más probabilidades de difundirse en las plataformas de redes sociales que la información verdadera.

Y a medida que los gobiernos y los políticos trabajan más estrechamente con estas empresas de tecnología -un hecho bien documentado que el documental no acierta a explorar-, nuestros gobernantes están mejor posicionados que nunca para manipular nuestro pensamiento y controlar cuanto hacemos. Pueden dictar el discurso político de manera más rápida, más completa y más barata que nunca.

Esta sección del documental es, sin embargo, la menos afortunada. Es cierto que nuestras sociedades están divididas por la creciente polarización y los conflictos, y que se sienten más tribales. Pero la película implica que todas las formas de tensión social -desde la teoría de la conspiración de los pedófilos paranoicos de Pizzagate hasta las protestas de Black Lives Matter- son el resultado de la influencia dañina de las redes sociales.

Y aunque es fácil saber que los terraplanistas están difundiendo información errónea, es mucho más difícil estar seguro de qué es verdadero y qué es falso en muchas otras áreas de la vida. La historia reciente sugiere que nuestros criterios no pueden basarse simplemente en lo que los gobiernos dicen que es cierto, o en lo que diga Mark Zuckerberg, o incluso los “expertos”. Puede que haya pasado ya bastante tiempo desde que los médicos nos decían que los cigarrillos eran seguros, pero a millones de estadounidenses se les dijo hace solo unos años que los opiáceos los ayudarían, hasta que estalló una crisis de adicción a los opiáceos en todo Estados Unidos.

En esta sección se comete un error de categoría como el que describió uno de los entrevistados al principio de la película. A pesar de todos los inconvenientes, Internet y las redes sociales tienen una indudable ventaja cuando se usan simplemente como  herramienta, argumenta Tristan Harris, exespecialista en ética del diseño de Google y el alma de la película. Ofrece el ejemplo de cómo se puede disponer de un taxi casi instantáneamente con solo presionar un botón del teléfono. Eso pone, por supuesto, un tanto de relieve cuáles son las prioridades materialistas de la mayoría de las almas de Silicon Valley.

Pero la caja de herramientas colocada en nuestros teléfonos, llena de aplicaciones, no solo satisface nuestro anhelo de comodidad y seguridad materiales. También ha alimentado el anhelo de comprender el mundo y nuestro lugar en él, y nos ha ofrecido herramientas para ayudarnos a hacerlo.

Los teléfonos móviles han hecho posible que la gente común filme y comparta escenas que en otros momentos solo eran presenciadas por un puñado de transeúntes incrédulos. Todos podemos ver por nosotros mismos a un policía blanco arrodillado desapasionadamente sobre el cuello de un hombre negro durante nueve minutos, mientras la víctima grita que no puede respirar hasta que expira. Y luego podemos juzgar los valores y prioridades de nuestros líderes cuando deciden hacer lo menos posible para evitar que tales incidentes vuelvan a suceder.

Internet ha creado una plataforma desde la cual no solo los exejecutivos desilusionados de Silicon Valley pueden denunciar lo que los Mark Zuckerberg están haciendo, sino también un soldado raso del ejército estadounidense como Chelsea Manning, al exponer crímenes de guerra en Iraq y Afganistán, y de esa forma también un experto en tecnología de seguridad nacional, como era Edward Snowden, puede revelar la forma en que nuestros propios gobiernos nos vigilan de forma secreta.

Los avances tecnológicos digitales permitieron que alguien como Julian Assange pudiera crear un sitio, Wikileaks, que nos ofreció una ventana al mundo político real, una ventana a través de la cual podíamos ver a nuestros líderes comportándose más como psicópatas que como seres con humanidad. Una ventana que ahora esos mismos líderes están tratando de cerrar con uñas y dientes procesándole.

Una pequeña ventana a la realidad

The Social Dilemma ignora todo esto para centrarse en los peligros de las llamadas “noticias falsas”. Dramatiza una escena que sugiere que solo los succionados hacia agujeros negros de información y sitios de conspiración terminan saliendo a la calle para protestar, y cuando lo hacen, insinúa el film, las cosas no van a acabar bien para ellos.

Las aplicaciones que nos permiten coger un taxi o navegar hasta un destino son, sin duda, herramientas útiles. Pero poder averiguar qué están haciendo realmente nuestros líderes -ya  estén cometiendo delitos contra otros o contra nosotros- es una herramienta aún más útil. De hecho, es vital si queremos detener el tipo de comportamientos autodestructivos que preocupan aThe Social Dilemma, entre otros, la destrucción de los sistemas de vida del planeta (un tema que, salvo el comentario final de un entrevistado, la película no aborda en absoluto).

El uso de las redes sociales no significa que uno pierda necesariamente el contacto con el mundo real. Para una minoría, las redes sociales han profundizado su comprensión de la realidad. Para quienes están cansados de tener el mundo real mediado para ellos por un grupo de multimillonarios y corporaciones de medios tradicionales, las caóticas plataformas de las redes sociales les han brindado la oportunidad de obtener información sobre una realidad que antes estaba oculta.

La paradoja es, por supuesto, que estas nuevas corporaciones de redes sociales siguen siendo propiedad de multimillonarios que no están menos ávidos de poder, ni son menos manipuladores que las viejas corporaciones de los medios. Los algoritmos de inteligencia artificial que están perfeccionando rápidamente se están utilizando, bajo la rúbrica de “noticias falsas”, para expulsar de este nuevo mercado las denuncias, el periodismo ciudadano, las ideas disidentes.

Las corporaciones de redes sociales están mejorando rápidamente para distinguir el bebé del  agua del baño y así no no tirar al bebé junto al agua. Después de todo, al igual que sus antepasados, las nuevas plataformas de los medios están en el negocio de los negocios y no tienen interés en que despertemos al hecho de que están incrustadas en un mundo corporativo que ha saqueado el planeta con fines de lucro.

Gran parte de nuestra polarización y conflicto social actual no es, como sugiere The Social Dilemma, entre quienes están influenciados por las “noticias falsas” de las redes sociales y los influenciados por las “noticias reales” de los medios corporativos. Está entre quienes, por un lado, han logrado encontrar oasis de pensamiento crítico y transparencia en los nuevos medios y, por otro, los atrapados en el viejo modelo mediático o los que, incapaces de pensar críticamente después de toda una vida de consumir medios corporativos, han sido absorbidos fácil y rentablemente por  conspiraciones nihilistas online.

Nuestras cajas negras mentales

El tercer capítulo llega al fondo del asunto sin indicar exactamente de qué se trata. Esto se debe a que The Social Dilemma no puede extraer adecuadamente de sus premisas ya incorrectas las conclusiones necesarias para acusar a un sistema en el que fue precisamente la corporación Netflix la que financió el documental y se ha implicado profundamente en pasarlo por televisión.

A pesar de todas sus ansiedades a flor de piel sobre la “amenaza existencial” a que nos enfrentamos como especie, The Social Dilemma guarda un extraño silencio sobre lo que hay que cambiar, aparte de limitar la exposición de nuestros hijos a Youtube y Facebook. Es un final desalentador para el viaje en montaña rusa que lo precedió.

Aquí quiero retroceder un poco. El primer capítulo del documental hace que parezca que el recableado de nuestros cerebros en las redes sociales para vendernos publicidad es algo completamente nuevo. El segundo capítulo trata la creciente pérdida de empatía de nuestra sociedad y el rápido aumento del narcisismo individualista como algo completamente nuevo. Pero es muy obvio que ninguna de las dos proposiciones es cierta.

Los anunciantes llevan al menos un siglo jugando con nuestros cerebros con formas sofisticadas. Y la atomización social -individualismo, egoísmo y consumismo- ha sido una característica de la vida occidental al menos durante todo ese tiempo. No son fenómenos nuevos. Lo que sucede es que estos aspectos negativos tan prolongados de la sociedad occidental están creciendo exponencialmente, a un ritmo aparentemente imparable.

Llevamos décadas yendo de cabeza hacia la distopía, algo que debería ser obvio para cualquiera que haya estado rastreando la falta de urgencia política para lidiar con el cambio climático desde que el problema se volvió obvio para los científicos en la década de 1970.

Las múltiples formas en que estamos dañando el planeta -destruyendo bosques y hábitats naturales, empujando a las especies a la extinción, contaminando el aire y el agua, derritiendo los casquetes polares, generando una crisis climática- han sido cada vez más evidentes desde que nuestras sociedades lo convirtieron todo en un mercancía que se puede comprar y vender en el mercado. Comenzamos por la pendiente resbaladiza hacia los problemas resaltados por The Social Dilemma en el momento en que colectivamente decidimos que nada era sagrado, que nada era más sacrosanto que nuestro deseo de hacer dinero fácil.

Es cierto que las redes sociales nos empujan hacia un horizonte de sucesos. Pero también el cambio climático, y también nuestra insostenible economía global, basada en el crecimiento infinito en un planeta finito. Y, lo que es más importante, estas profundas crisis están surgiendo al mismo tiempo.

Hay una conspiración, pero no de la variedad Pizzagate. Es una conspiración ideológica, de al menos dos siglos de duración, de una élite minúscula y cada vez más fabulosamente rica, para enriquecerse aún más y mantener su poder y su dominio a toda costa.

Existe una razón por la cual, como señala la profesora de gestión empresarial de Harvard Shoshana Zuboff, las corporaciones de las redes sociales son las más fantásticamente ricas en la historia de la humanidad. Y esa es también la razón por la que estamos alcanzando el “horizonte de sucesos” humano que todas estas luminarias de Silicon Valley temen, uno en el que nuestras sociedades, nuestras economías, los sistemas de soporte vital del planeta están todos al borde del colapso.

La causa de esa crisis sistémica de espectro completo no se nombra, pero tiene un nombre. Su nombre es la ideología que se ha convertido en una caja negra, una prisión mental, en la que nos hemos vuelto incapaces de imaginar otra forma de organizar nuestra vida, cualquier otro futuro que al que estamos destinados en este momento. El nombre de esa ideología es capitalismo.

Despertando de Matrix

Las redes sociales y la inteligencia artificial detrás de ellas conforman una de las múltiples crisis que ya no podemos ignorar a medida que el capitalismo llega al final de una trayectoria en la que lleva mucho tiempo inmerso. Las semillas de la naturaleza destructiva actual del neoliberalismo, algo demasiado obvio, se plantaron hace mucho tiempo, cuando el Occidente “civilizado e industrializado” decidió que su misión era conquistar y someter el mundo natural al adoptar una ideología que fetichizaba el dinero y convertía a la gente en objetos a explotar.

Algunos de los participantes de The Social Dilemma aluden a esto en los últimos momentos del capítulo final. La dificultad que tienen para expresar todo el significado de las conclusiones que han extraído de las dos décadas pasadas en las corporaciones más depredadoras que el mundo haya conocido podría deberse a que sus mentes siguen siendo cajas negras, lo que les impide permanecer fuera del sistema ideológico en el que ellos, al igual que nosotros, han nacido. O podría deberse a que el lenguaje codificado es lo mejor que se puede manejar cuando una plataforma corporativa como Netflix permite que un documental como este llegue a una audiencia masiva.

Tristan Harris trata de articular la dificultad aludiendo a una película: “¿Cómo te despiertas de Matrix cuando no sabes que estás en Matrix?” Más tarde, observa: “Lo que veo es un grupo de personas atrapadas por un modelo de negocio, un incentivo económico, la presión de los accionistas que hace que sea casi imposible hacer otra cosa”.

Aunque en la mente de Harris todavía parece enmarcado como una crítica específica a las corporaciones de las redes sociales, este punto es obviamente cierto respecto a todas las corporaciones y al sistema ideológico -el capitalismo- que empodera a todas estas corporaciones.

Otro entrevistado señala: “No creo que estos tipos [los gigantes tecnológicos] se propusieran ser malvados, es solo el modelo de negocio”.

Está en lo correcto. Pero la “maldad” -la búsqueda psicópatica de la ganancia por encima de todos los demás valores- es el modelo de negocio de todas las corporaciones, no solo de las digitales.

El entrevistado que logra, o al que se le permite, conectar los puntos es Justin Rosenstein, un exingeniero de Twitter y Google. Observa de forma elocuente:

“Vivimos en un mundo en el que un árbol vale más, financieramente, muerto que vivo. Un mundo en el que una ballena vale más muerta que viva. Mientras nuestra economía funcione de esa manera y las corporaciones no estén reguladas, continuarán destruyendo árboles, matando ballenas, minando la tierra y extrayendo petróleo del suelo, aunque sepamos que se está destruyendo el planeta y que a las generaciones futuras va a quedarles un mundo peor.

“Se trata de un pensamiento a corto plazo basado en esta religión del lucro a toda costa. Como si de alguna manera, mágicamente, cada corporación que actúa impulsada por sus intereses egoístas fuera a producir el mejor resultado… Lo que resulta aterrador -y lo que, con suerte, puede que sea la gota que colme el vaso para hacernos despertar como civilización, y ante todo comprender cuán defectuosa es esta teoría-, es ver que ahora nosotros somos el árbol, nosotros somos la ballena. Nuestra atención se puede minar. Somos más rentables para una empresa si pasamos nuestro tiempo mirando una pantalla, mirando un anuncio, que si lo pasamos viviendo nuestra vida de una manera rica”.

Aquí es donde el problema se condensa. Esa “teoría defectuosa” que no se nombra es el capitalismo. Los entrevistados en la película llegaron a su alarmante conclusión -que estamos al borde del colapso social, enfrentando una “amenaza existencial”- porque han trabajado dentro de las entrañas de las mayores bestias corporativas del planeta, como Google y Facebook.

Estas experiencias han proporcionado a la mayoría de estos expertos de Silicon Valley una visión profunda, aunque parcial. Si bien la mayoría de nosotros vemos Facebook y Youtube como poco más que lugares para intercambiar noticias con amigos o compartir un video, estos iniciados comprenden mucho más todo ese mundo. Porque han visto de cerca a las corporaciones más poderosas, depredadoras y devoradoras de la historia de la humanidad.

A pesar de todo, la mayoría de ellos ha asumido erróneamente que sus experiencias en su propio sector empresarial se aplican solo a dicho sector. Entienden la “amenaza existencial” que plantean Facebook y Google sin extrapolarla a las mismas amenazas existenciales que plantean Amazon, Exxon, Lockheed Martin, Halliburton, Goldman Sachs y miles más de corporaciones gigantes y desalmadas.

The Social Dilemma nos ofrece la oportunidad de sentir el rostro feo y psicópata que se oculta detrás de la máscara de amabilidad de las redes sociales. Pero para aquellos que miren con atención, el documental ofrece más: una oportunidad de comprender la patología del propio sistema que incrustó a estos destructivos gigantes de las redes sociales en nuestras vidas.

  *Jonathan Cook ganó el Premio Especial de Periodismo Martha Gellhorn. Entre sus libros destacan “Israel and the Clash of Civilisations: Iraq, Iran and the Plan to Remake the Middle East” (Pluto Press) y “Disappearing Palestine: Israel’s Experiments in Human Despair” (Zed Books). Su página web es: www.jonathan-cook.net.


viernes, 30 de octubre de 2020

El Protocolo de Minnesota y el caso Pacheco León


Defensores en Línea

Por Marc Allas 

El derecho a la vida es el lógico pre-requisito para el goce de los otros derechos humanos. La obligación del Estado de respetar, proteger y cumplir este derecho se deriva del artículo 1º de la Declaración Americana de derechos y deberes del Hombre y del artículo 3º de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

“Nadie podrá ser privado de la vida arbitrariamente” así lo señalan los artículos 6º del Pacto internacional de derechos civiles y políticos y artículo 4º de la Convención americana sobre derechos humanos.

Todo incumplimiento de la obligación de investigar es una vulneración del derecho a la vida. Las investigaciones y los enjuiciamientos son esenciales para prevenir futuras vulneraciones y promover la rendición de cuentas, la justicia, el derecho a la reparación y la verdad, así como el estado de derecho.

El estado de Honduras ha sido condenado en varias oportunidades por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte-IDH), por haberse comprobado su responsabilidad en la violación al derecho a la vida de sus ciudadanos.

Aparte de ello, la Corte-IDH ha advertido sobre la gravedad de la impunidad que prevalece en Honduras, que impide que las víctimas de muertes de alto impacto, encuentren justicia. Es decir en Honduras no se investiga la mayoría de asesinatos de personas.

El expediente y la sentencia del caso  Angel Pacheco León versus Honduras, es una muestra del patrón de impunidad que señala la Corte, donde el estado no investigó el crimen que se cometió en 2001 contra el político y empresario nacionalista Angel Pacheco León, candidato a diputado por el partido Nacional, asesinado por sicarios el 23 de noviembre de 2001, previo al desarrollo de las elecciones generales de aquella época.

Si bien, en este caso, las organizaciones peticionarias y representantes de las víctimas de Angel Pacheco León, ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, como el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), así como Abogados Sin Fronteras de Canadá (ASFC), abogaron porque se responsabilizara al estado en el crimen contra Pacheco León, el tribunal determinó que no había suficientes indicios para hacerlo.

Al respecto la Corte-IDH, expresó que: Los representantes también afirmaron que “ha sido probado” que dos diputados y un alcalde “planificaron y coordinaron el homicidio y que fue “presuntamente un policía” quien lo ejecutó. Como surge de los hechos hubo indicios sobre la intervención de tales personas. No obstante también hubo señalamientos sobre otras personas que no eran agentes estatales.

El Tribunal continuó señalando que: “los representantes, al igual que la Comisión (Interamericana de Derechos Humanos), adujeron que el homicidio tuvo un móvil político, la Corte destaca que, en efecto, en el ámbito de la investigación interna, surgieron señalamientos sobre personas que, estando relacionadas con la actividad política del señor Pacheco, habrían proferido amenazas o, de otro modo, mostrado conductas hostiles hacia él”.

Algunas declaraciones aducían la supuesta actuación conjunta de distintas personas, algunos agentes estatales y otras que no lo eran, en la planificación del homicidio. Ello, no obstante, no permite per sé, descartar otras posibilidades. Además, si bien la conexión del homicidio con la actividad política-partidaria resulta plausible, ello no establece de manera automática una relación entre el homicidio y la responsabilidad estatal, explicó el tribunal de derechos humanos.

Al respecto, la Corte advierte el argumento estatal de que los cargos que detentaban las personas supuestamente implicadas no fueron un medio necesario para poder llevar a cabo la muerte de Pacheco León cuestión sobre la cual los representantes y la Comisión no desarrollaron argumentos.

En definitiva, considerando lo expuesto, la Corte concluye que no cuenta con elementos para determinar la responsabilidad estatal a partir de entender que los autores del homicidio fueran agentes estatales que actuaran bajo el amparo del poder estatal.

Pese a lo antes expuesto, vale la pena destacar que en la sentencia emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos el 15 de noviembre de 2017 sobre este caso, se determinó que el estado de Honduras es responsable por la violación de los derechos a las garantías judiciales y a la protección judicial en perjuicio de la madre, esposa, hermanos y hermanas,  hijas e hijos de la víctima.

Asimismo la Corte declaró al estado de Honduras, responsable por la violación del derecho a la integridad personal, en perjuicio de Andrea Pacheco López, Blanca Rosa Herrera Rodríguez, José Pacheco, Marleny Pacheco Posadas y Jimmy Javier Pacheco Ortíz.

COFADEH y ASFC abogaron ante la Corte-IDH porque Honduras implemente el Protocolo

El COFADEH y ASFC  señalaron que el Estado no adoptó los requisitos mínimos establecidos en el Protocolo Modelo para una investigación de las ejecuciones extra-judiciales, arbitrarias y sumarias (Protocolo de Minnesota) e Indicaron que la escena del crimen no fue protegida mediante acordonamientos y que las autoridades no dejaron constancia de la presencia de vehículos en las inmediaciones de la escena del crimen, que pudiesen ser comparadas con las descripciones proporcionadas posteriormente por la familia del señor Pacheco.

El asesinato de Ángel Pacheco León fue motivado debido a su selección como candidato a diputado, y habría sido planeado y ejecutado por distintas personas, incluyendo diputados, un agente policial y un ex militar, señalaron las organizaciones peticionarias.

El Protocolo de Minnesota sobre la Investigación de Muertes Potencialmente Ilícitas (2016), publicado por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Nueva York y Ginebra (2017), se  trata de una actualización de la versión original titulada “Manual de las Naciones Unidas sobre la Prevención e Investigación Eficaces de las Ejecuciones Extralegales, Arbitrarias o Sumarias” de 1991.

Todo incumplimiento de la obligación de investigar es una vulneración del derecho a la vida. Las investigaciones y los enjuiciamientos son esenciales para prevenir futuras vulneraciones y promover la rendición de cuentas, la justicia, el derecho a la reparación y la verdad, así como el estado de derecho.

La versión original del Protocolo de Minnesota se elaboró mediante un proceso de expertos dirigido por el Minnesota Lawyers International Human Rights Committee, cuya motivación fue la toma de conciencia de algunos agentes de la sociedad civil de la inexistencia en esos momentos de una clara referencia internacional que sirviese de guía práctica para los encargados de llevar a cabo la investigación de muertes ocurridas en circunstancias sospechosas o como norma para evaluar ese tipo de investigación.

En la sentencia sobre el caso Pacheco León, la Corte manda que el Estado deba establecer en el plazo de un año, a partir de emitida la sentencia (noviembre 2017) , un “protocolo de investigación diligente”. Aspecto del cual no se tiene conocimiento hasta el momento que el régimen actual, haya informado sobre el cumplimiento de tal disposición, tomando en cuenta que el veredicto se conoció en 2017 y han pasado 3 años sin que se conozca si la medida fue adoptada.

De todo lo anterior se puede deducir que el estado de Honduras debería adoptar el “Protocolo de Minnesota”, para cumplir con el mandato de la sentencia que ordena la adopción de un “protocolo de investigación diligente”.

De acuerdo con expertos el Protocolo se puede aplicar en la “muerte potencialmente ilícita y de toda sospecha de desaparición forzada”.

También prevé otras 3 situaciones, por ejemplo cuando la muerte pudo haber sido causada por actos u omisiones del Estado, de sus órganos o agentes; cuando la muerte sucedió mientras la persona estaba detenida o bajo custodia del Estado, sus órganos o agentes; o cuando la muerte podría ser resultado del incumplimiento del Estado de su obligación de proteger la vida.

La elaboración inicial del Protocolo de Minnesota se dio a finales de la década de 1980 con la determinante participación del Comité Internacional de Derechos Humanos de Abogados de Minnesota (Minnesota Lawyers International Human Rights Committee), una organización no gubernamental de los Estados Unidos.

Los Principios de Minnesota son veinte, y abordan la prevención, investigación y enjuiciamiento de las muertes potencialmente ilícitas, y los recursos para las violaciones de derechos humanos asociadas.

El Protocolo de Minnesota ha sido ampliamente utilizado

De acuerdo con la Comisión Internacional de Juristas (CIJ), desde que se publicó en 1991, el Protocolo de Minnesota ha sido ampliamente utilizado como una guía práctica para la investigación de muertes potencialmente ilícitas y como estándar jurídico en relación con la implementación del derecho a la vida.

Junto con los Principios de Minnesota, el Protocolo ha sido utilizado por tribunales nacionales, regionales e internacionales y otros entes, incluyendo Tribunales Europeos de Derechos Humanos, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos y el Comité de Derechos Humanos. La misma CIJ ha utilizado y aplicado el Protocolo ampliamente en su labor.

Existen al menos cuatro aspectos sobre el carácter de una investigación que deben estar presentes para que se cumplan con los estándares establecidos en el derecho internacional: eficacia, independencia e imparcialidad, prontitud y transparencia.

Cuando los responsables de investigar no consideran más que una hipótesis acerca del desarrollo de los hechos y omiten actos de investigación relevantes, están transgrediendo la obligación de realizar una investigación exhaustiva. La investigación debe cubrir de modo exhaustivo las distintas líneas lógicas o hipótesis.

Para el seguimiento de líneas lógicas de investigación, la Corte IDH ha determinado que deben ser tomadas en cuenta informaciones esenciales como: la complejidad de los hechos, el contexto en que ocurrieron y los patrones que explican su comisión, todo tipo de prueba o la posible estructura de personas involucradas en el planeamiento y ejecución del crimen, sean agentes estatales o particulares

El Protocolo de Minnesota ofrece luces importantes sobre cómo determinar los enfoques del trabajo del investigador de una ejecución extrajudicial por medio de cuestionamientos básicos.

¿Qué pruebas hay de que el homicidio fue premeditado e intencionado, y no accidental?, ¿Cuántas personas participaron en el homicidio?, ¿Cuál era la relación entre los sospechosos de homicidio y la víctima antes del homicidio? ¿Era la víctima miembro de una agrupación política, religiosa, étnica o social y, podría haber sido éste un motivo del homicidio?

En muchos países del orbe hay casos de ejecuciones extralegales, arbitrarias o sumarias que no constan ni se descubren. Entre ellos figuran: asesinatos políticos, muertes resultantes de torturas o malos tratos infligidos en los centros de prisión o detención, muertes debidas a “desapariciones” forzadas,  muertes ocasionadas por uso excesivo de fuerza por los funcionarios encargados del cumplimiento de la ley; ejecuciones sin previo juicio, y actos de genocidio.

La falta de detección y de publicidad de esas ejecuciones ante la comunidad internacional es el principal obstáculo para juzgar ejecuciones pasadas y prevenir ejecuciones futuras.

En los años transcurridos desde su elaboración, el Protocolo de Minnesota ha tenido una amplia resonancia y ha sido muy utilizado como recurso educativo, guía práctica y norma jurídica. Junto con los Principios, ha sido utilizado por tribunales, comisiones y comités nacionales, regionales e internacionales, como el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos y el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Toda muerte en circunstancias sospechosas ocurrida en cualquier parte del mundo es en potencia una vulneración del derecho a la vida, calificado frecuentemente como el derecho humano supremo, por lo que la prontitud, imparcialidad y eficacia de la investigación es fundamental para que no prevalezca la impunidad y se imponga una cultura de rendición de cuentas.

Muerte por razones políticas

En consonancia con sus responsabilidades derivadas del derecho internacional, el Estado también tiene la obligación de investigar toda muerte potencialmente ilícita causada por particulares, aun cuando el Estado no pueda ser considerado responsable por no haberla impedido.

El derecho internacional exige que las investigaciones sean prontas, efectivas y exhaustivas, independientes e imparciales y  transparentes.

Cuando las investigaciones sobre muertes potencialmente ilícitas no se realizan con prontitud se violan el derecho a la vida y el derecho a un recurso efectivo. Las autoridades deben realizar una investigación lo antes posible y proceder sin demoras injustificadas. El hecho de que el Estado no lleve a cabo la investigación con prontitud no lo exime de su obligación de investigar más adelante. La obligación no cesa ni siquiera cuando transcurra mucho tiempo.


Otra vez en la noche profunda


Defensores en Línea

La corrupción es absolutamente una política de Estado, que se hereda de generación tras generación, en el vientre materno del partido nacional y liberal. Y en los últimos años, en el seno de la sociedad hondureña en general. Tenemos que admitirlo. ¡Para qué seguirnos engañando!

La corrupción comenzó a ser notoria  cuando los corruptores fueron obligados a pasar del 10 al 15 por ciento del total de sus costos operativos, a fin de mover los trámites en Honduras.

En 1993 los costos operativos de las movidas ya representaban el 18 por ciento del total de los negocios.

Durante el gobierno de Flores Facussé, después del huracán Mitch, mover un negocio dentro de la esfera del gobierno central y en el ámbito municipal, equivalía al 25 por ciento del valor total del bussines.

En 1999, cuando don Leo Valladares se ocupó del tema de la corrupción tras el paso del huracán Mitch, Flores Facussé, el presidente del huracán, lo regañó. Lo mandó a contar granos solidarios. Se burló de él. Pero el pueblo y la comunidad internacional lo defendieron. Valladares demostró que los ministros de Flores Facussé le jugaron sucio a Honduras en medio de la tragedia.

Con Maduro y hasta llegar al gobierno de Zelaya en 2006, el costo de trámites para operar un negocio en Honduras sobrepasó el 30 por ciento de su valor total. Es decir, pagar la movida a toda la cadena costaba ya muy caro.

Una mafia instalada en Tegucigalpa y otra en Miami, bien encadenadas y bien ancladas en los medios, las iglesias, la policía, el ejército y las fundaciones privadas, operaba para aquellos años “sin que se fuera chancho con mazorca”.

El esfuerzo organizado de la ciudadanía junto al C-Libre impulsó la ley de transparencia y acceso a la información pública para permitirle a la población vigilar su propio dinero en manos de los liberales y nacionalistas.

Pero de nuevo Flores Facussé puso a sus dos abogados, Elizabert Chiuz y Arturo Echenique, como soldados pretorianos de la ley para cambiar su espíritu escrutador y de control de la corrupción pública. Callejas también puso a su propia abogada a dirigir la ley con Carlos Flores. Y así ambos arruinaron un instrumento de control ciudadano.

Con el golpe militar, religioso y pro gringo, los golpistas azules y colorados, arruinaron completamente las instituciones impulsadas por la ciudadanía, todas las del período reformista iniciado por Meme Acosta en 1990. Y entregaron, como sabemos, los escombros del Estado a la mafia narcotraficante.

Actualmente, el Consejo Nacional Anticorrupción ha publicado cuatro informes sobre la corrupción de los golpistas encabezados por Hernández durante la pandemia de la Covid19. Son descarados, malvados. No tienen madre. Han adulterado precios y han mentido mientras la gente se muere por falta de camas, de tratamientos. Son criminales.

Con esa mafia, operar un negocio en Honduras actualmente implica el 45 por ciento de la inversión total. La mara está instalada en las instituciones y tiene sucursal internacional en Miami. ¿Quién desea invertir en un país donde tiene que destinar casi la mitad de sus costos operativos al pago de movidas en todos los niveles?

Los mafiosos en el poder, con la complicidad del corrupto Almagro, destartalaron la Comisión contra la Corrupción y la Impunidad y cambiaron las leyes, incluyendo el Código Penal, y echaron al suelo todos los esfuerzos de una población bien intencionada que encendió en vano las antorchas en 2014. Habría sido mejor quemarlo todo en aquellos años, porque la población se hartó, y se fue en caravanas hacia la noche profunda del desaliento.

El escenario que hoy vive Honduras éticamente hablando no tiene comparación en su historia. Los mismos alcaldes corruptos en casi todo el país van de nuevo buscando su reelección y los llamados poderes del Estado, legislativo, judicial y ejecutivo, no dan ninguna esperanza de renovación. Son el golpismo que quiere el Comando Sur gringo sentado en las mismas sillas por largo tiempo.

La mafia estadounidense lleva 12 años administrando el golpismo, 12 años de drogas y lavado de dinero, de siembra de armas en Centroamérica desde Honduras. Esa mafia que ni embajador tiene en Tegucigalpa, opera a través de la DEA, la CIA, el FBI y el Comando Sur. Son una gigantesca red de lavado y tráfico, utilizando a los miserables partidos liberal y nacional. Y a las iglesias evangélicas y católicas, y a los medios mercenarios. Y al ejército y a las organizaciones sociales corruptas.

Hemos llegado a un punto que hace feliz a los corruptos. Funcionó su técnica del gran ventilador enfrente de la pirámide de mierda. El aire terminó esparciendo el estiércol encima de casi todos y ahora sentimos que a nivel micro y macro, en la aldea y en la ciudad, en la iglesia y en el partido, la dinámica que domina es la movida. La degradación moral de la gente.

Eso tiene que cambiar. No está realmente claro cómo eso va a cambiar. Pero una sociedad no puede sostenerse sobre esas bases de mierda que arruinan la vida de varias generaciones.

Esta noche nos despedimos con pesimismo. Deseando que ocurra lo impensado. Que los miserables seres humanos que tienen las armas, el poder político y el control de la economía nacional corrupta, sean apartadas por alguna eventualidad divina bajada del espacio sideral. Y que, en esa noche profunda, el fuego de las antorchas los calcine. Y que la justicia divina salve a los justos.

Con su permiso.


Hombres encapuchados raptan a mujer embarazada


Defensores en Línea

Erika Valladares fue raptada por hombres con vestimenta policial, la madrugada del 16 de octubre de 2020 en Comayagüela

Se cumple más de doce días desde que hombres con indumentaria policial y fuertemente armados allanaron la vivienda de Erika Marina Valladares Cálix, llevándosela con rumbo desconocido.

La mujer de 37 años, tiene cinco meses de embarazo y fue sacada de su hogar a las dos de la mañana del viernes 16 de octubre, en la colonia Canadá de Comayagüela, en el Distrito Central.

Según información recibida en el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), los hombres que se llevaron a Valladares, se presentaron como policías, vestían pantalón caqui (color beige), usaban pasamontañas y portaban armas de grueso calibre.

Entraron a la vivienda familiar, sometieron a la impotencia a las personas que en ese momento dormían, y registraron toda la casa, donde hay una venta de productos lácteos.

Si tiene alguna información sobre Erika Valladares, por favor comunicarse al tel:8993- 5838

Cuándo los supuestos policías decidieron llevarse a Erika Valladares, vestía  ropa de dormir una calzoneta deportiva color azul del Club Barcelona y camisa rosada. Ella les pidió que la dejaran ponerse zapatos, pero los encapuchados no se lo permitieron agregando “caminá, de todos modos ni andamos carro”.

A eso de las 2:20 de la mañana, cuando los hombres ya se habían ido, la familia con mucho temor salió a buscar a Ericka, con la esperanza que la hayan dejado en un lugar cercano, pero no la encontraron.

Durante el día, procedieron a interponer la denuncia ante la policia, pero los mantuvieron yendo de la Jefatura Policial Metropolitana #1 (Core 7) en el centro de Tegucigalpa a la Dirección Policial de Investigación (DPI) en la colonia Kennedy, alargando el tiempo para actuar eficazmente. Más bien les quitaron la hoja de denuncia. Después una patrulla policial solo fue a ver la casa donde sucedió el allanamiento, pero desde adentro del vehículo.

Familiares de Erika Valladares temen por su vida. Asimismo lamentan que la policía no ha hecho nada por dar con su paradero.


“Asesinato colateral”. Posdata


Counterpunch.org

Por Joann Wypijewski 

Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo

Antes de acabar con su vida en Dodge Center, Minnesota, el veterano de 30 años de la guerra de Irak Danny Holmes solía sentarse delante de la pantalla de su ordenador a mirar las fotografías guardadas en un archivo llamado “Irak/Imágenes”.

En esas ocasiones, según cuenta su novia, su labio inferior se contraía en un tic nervioso. Las imágenes habían sido tomadas para un informe a posteriori sobre el ataque realizado por un helicóptero Apache, el 12 de julio de 2007. El ataque adquirió una infausta fama en 2010, cuando Julian Assange y Wikileaks publicaron el video de la masacre con el título “Asesinato colateral”.

Como Vijay Prashad escribió en Counterpunch hace unos días, de todos los crímenes cometidos por el gobierno de Estados Unidos que son la auténtica razón de la persecución, encarcelamiento y actual juicio contra Assange, ninguno avergonzó tanto a los apologistas de la guerra como la publicación de dicho video, que registra con despiadado detalle el ataque contra doce hombres y dos niños.

Entre los muertos estaba el fotógrafo de Reuters de 22 años Namir Noor-Elden y su conductor y ayudante de 40 años Saeed Chmagh. Los artilleros del Apache no habrían visto a los niños; iban en el interior de una camioneta conducida por un hombre, su padre, quién con otros dos buenos samaritanos intentaron ayudar al herido Chmagh. Les llamo samaritanos porque no hay ninguna razón para llamarles de otra manera. No devolvieron los disparos y no iban armados. Los artilleros estadounidenses especularon con la idea de que eran insurgentes, igual que especularon que Noor-Eldeen y Chmagh llevaban armas. El informe posterior determinó que todo lo que provocó esta atroz carnicería había estado justificado. Lo mismo hizo David Finkel, un reportero del Washington Post que acompañaba al ejército de EE.UU. y narró este ataque en su libro de 2009 “The Good Soldiers” (Los buenos soldados). Aunque la descripción de los hechos es la de un crimen de guerra, él concluye que los 140 disparos con el cañón de 30 milímetros del Apache son parte de la realidad de una guerra que el resto de nosotros, cómodos con nuestras opiniones, a salvo en nuestras casas y sin poder hacernos cargo del contexto, nunca podremos entender y no deberíamos cuestionar.

Pero el caso de Danny Holmes nos obliga a plantearnos su relato.

También conocemos su historia por Finkel, que siguió a algunos de los miembros del batallón con los que había convivido cuando volvieron a casa, y sobre cuyas tribulaciones escribió en otro libro, publicado en 2013, “Thank You for Your Service” (Gracias por vuestro trabajo).

El pelotón se aproximó orgulloso tras el ataque, y al menos uno de los soldados que acompañaban a Holmes hizo fotos para documentar lo sucedido. Se supone que esas fotografías eran material reservado, pero los soldados suelen llevarse a casa fotografías reservadas de Irak, que en ocasiones muestran como si fueran trofeos de guerra. Finkel describe de este modo las fotos posteriores a la acción que obsesionaron a Danny Holmes:

“Cabezas medio desaparecidas, torsos completamente abiertos derramando sangre, con las entrañas fuera.

Primeros planos, bien enfocados, con la luz perfecta y el color perfecto.

En otras palabras, la guerra tal como la experimentan los soldados que la vivieron”.

Las imágenes granulosas en blanco y negro de “Asesinato colateral”, por muy perturbadoras que sean, no tienen nada que ver con esas fotografías.

Danny se las enseñó a su novia de 19 años, Shawnee, dos años antes de suicidarse. Le dijo que él había matado a “unas cuantas” personas y que eso no le causaba problemas. Pero ella había visto como le temblaba el labio al decirlo. Él no hablaba mucho de la guerra. La historia que contaba más a menudo era la de estar metido en un tiroteo con un hombre que sujetaba a una niña pequeña. Danny decía que disparó al hombre y también a la niña; que no tenía otra opción. Los detalles de la historia has sido narrada algunas veces, una niña de tres años con cabello largo, pero el lugar y el momento de los hechos está poco claro; nadie del batallón podía confirmarla. Pero Danny se despertaba una y otra vez de sus pesadillas diciendo a Shawnee: “veo niños por todas partes”.

La niña pequeña a la que sacaron de la camioneta de su padre tenía 3 o 4 años. Llevaba cristales en los ojos y en el pelo y había sufrido una herida en el vientre. Uno de los soldados que descubrió a los niños en el vehículo volcado vomitó y echó a correr, según el entonces soldado especialista Ethan McCord, quien sacó a la niña y luego volvió a por su hermano, de 7 u 8 años, que tenía una herida en la cabeza. McCord contó años después al sitio web World Socialist que cuando llevaba a la niña en brazos pensó en su propia hija. El jefe de su pelotón le gritó: “¡Deja de preocuparte por esos putos niños!”. De regreso a la base, después de limpiarse la sangre de los niños del uniforme, McCord acudió a su sargento primero y le dijo que necesitaba ver a alguien de salud mental. “No seas mariquita”, dice McCord que le contestó.

Muchos meses más tarde, cuando regresó a Estados Unidos, McCord consideró meterse una bala en la cabeza, “pero cada vez que lo pensaba, miraba las fotos de mis hijos y pensaba en aquel día y en cómo se llevaron al padre de esos niños y lo horrible que debió ser para ellos”.

Cuando Wikileaks publicó el video en 2010, McCord empezó a tener pesadillas otra vez, y “la ira, la sensación de haber sido utilizado volvió de nuevo”. Él y otro miembro de la compañía, el soldado especialista Josh Stieber, que no estuvo en el lugar de los hechos ese día, escribieron una carta abierta de reconciliación y asunción de responsabilidad al pueblo iraquí. En ella reconocían su responsabilidad “por llevar el combate a su barrio” y solicitaban el perdón porque “hicimos con ustedes lo que no querríamos que hicieran con nosotros”.

Danny Holmes tenía una hija con su novia. Tras su nacimiento, según Shawnee, empezó a contar la alucinada historia del asesinato de la niña pequeña en Irak con más frecuencia. En su segundo libro, David Finkel desdeña los “absolutos y las certeza” de quienes observan horrorizados el video de Wikileaks pero él mismo no hace nada por poner en duda su propia certeza, expresada en el primer libro, de que el ataque estuvo justificado. En cualquier caso, de todas las historias de veteranos con secuelas de la guerra que cuenta Finkel en su libro, Danny Holmes es el único a quien vemos obsesionado por las imágenes de personas con los cuerpos reventados por las balas de un cañón de 30 milímetros.

Danny tenía 32 años cuando acabó con su vida. Se había deteriorado mucho desde la época en que Shawnee lo conoció en una fiesta. Se enfadaba con frecuencia y daba miedo. Le pidió a ella que escondiera su colección de cuchillos. Shawnee le sugirió que buscara ayuda, él dijo que lo haría, pero nunca lo hizo. Una historia familiar. El último día de su vida ella había hecho planes para salir por la noche con amigos. “Necesito hablar”, le dijo él esa mañana, pero ella tenía que hacer la colada, luego teñirse el pelo; “Quiero hablar… ¿Serías tan amable de hablar conmigo?”… mientras ella limpiaba la casa, lavaba el coche, se duchaba y se preparaba para salir. Esa noche ella bebió demasiado, la policía le paró el coche y pasó la noche en la cárcel. Cuando llegó a casa de madrugada se encontró a su pareja ahorcada en las escaleras con su cordel del paracaídas militar.

Shawnee se figuró que ató un extremo del cordel en lo alto de la escalera, hizo un lazo en el otro extremo y se lo colocó alrededor del cuello, para luego echar a correr y dar un salto. La operadora del 911 le pidió que lo bajara cortando la cuerda. Según explicó a Finkel, se produjo un sonido, un “boing”, que resuena en su cabeza una y otra vez. El forense dijo que probablemente tardó 10 minutos en morir. Cuando subió a la habitación del bebé encontró una almohada en el suelo, junto a la cuna. Ella se pregunta si Danny lo había dejado allí antes de saltar, al despedirse de su hija.

Ese día lleno de distracciones Shawnee, entonces con 21 años, podría haber sido cualquier estadounidense y Danny cualquier soldado angustiado. Desde entonces, las distracciones en todo el país se han multiplicado muchas veces, lo que solo explica en parte por qué no se ha producido una protesta masiva por Chelsea Manning, la primera que vio y luego filtró el video del Apache, que vuelve a estar en prisión por negarse a colaborar con Estados Unidos para procesar a Assange; tampoco se ha producido ninguna protesta masiva por Assange; ni movimientos de masas contra la guerra; ni una preocupación particular por los muertos y mutilados, incluyendo los 60.000 veteranos de guerra de EE.UU. que se suicidaron entre 2008 y 2017, según un informe del año pasado del Departamento de Asuntos de los Veteranos.

McCord y Stieber hicieron hincapié en su carta abierta en que “lo que se mostraba en el video de Wikileaks solo es una pequeña muestra del sufrimiento que hemos causado”. La enormidad de ese sufrimiento es lo que devoró a Danny Holmes. Eso es lo que querían expresar Manning y Assange al revelar los secretos de la maquinaria bélica de EE.UU, arriesgando su libertad y su vida al hacerlo. Eso es, en realidad, lo que Finkel hace en sus libros, aunque Finkel dice que él no pretende otra cosa que explicar las realidades de la guerra a los estadounidenses. Su labor le valió una “beca para genios” [de la Fundación MacArthur]. Por su parte los soldados, que no recibieron elogios, denunciaban “las políticas destructivas de los líderes de nuestra nación” y hacían un llamamiento a honrar “nuestra humanidad común”.

Eso pasó hace una década. No hemos avanzado nada. Assange es un enemigo público.

De alguna manera, la carta escrita por los soldados llegó hasta Ahlam Abdelhussein Tuman, la viuda del hombre que conducía la camioneta en Irak y la madre de los niños que McCord había llevado en brazos. En 2010 esta mujer declaró al Times de Londres: “Puedo aceptar sus disculpas porque salvaron a mis hijos y, de no ser por ellos, tal vez mis dos pequeños estarían muertos”.

Luego añadió: “Me gustaría que el pueblo estadounidense y el mundo entero comprendieran lo que ha ocurrido aquí, en Irak. Hemos perdido nuestro país y han destrozado nuestras vidas”.