jueves, 31 de diciembre de 2020

CCC realizó plantón frente a la CSJ exigiendo liberación de los defensores de Guapinol


Defensores en Línea

Por Riccy Ponce 

La Convergencia Contra el Continuismo (CCC) realizó hoy un  plantón  frente a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) para exigir la liberación de los defensores del agua y de la vida de Guapinol, encarcelados desde hace 15 meses, por defender los ríos Guapinol  y San Pedro en el municipio de Tocoa, Colón.

En dicho plantón la CCC condenó la decisión que se adoptó en la revisión de medidas de los ocho defensores  por parte de la jueza  Zoe Guifarro, de mantenerlos en prisión,  aún cuando carecen de argumento jurídico.

Agregó que la corrupción está tan desmedida y que cada vez uno ha visto como han ido sellando ese pacto de impunidad en Honduras, que nos han llevado hacia donde estamos ahorita.La coordinadora General del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) e Integrante de la Coordinación Nacional de la CCC, Berta Oliva, expresó que “esto solo refleja la dictadura feroz que tenemos y que aquí el sistema de justicia no está funcionado, lo que refleja es que funciona para la dictadura, y sus secuaces, y para la mayoría de la población hacen un linchamiento brutal y nos someten a través del sistema de justicia”.

Asimismo añadió que a los delincuentes, a los asesinos, a los corruptos, a los saqueadores, todas las acciones que han hecho sus abogados, las han aplicado ese Código de la Impunidad, y están fuera, sirviéndose porque a ninguno les quitaron los fondos extraídos del erario público.

“Están allí con poder, con mucha plata y riéndose de la población, pero mire a los que están defendiendo la casa común, los que están defendiendo el agua, los que están defendiendo el territorio, los están atacando permanentemente con cárceles, y no importa lo que en el juzgado se pueda sustentar, porque la orden ya está, no hay asidero, en ninguno de los casos tiene asidero legal y jurídico para tomar la decisión  arbitraria, como la que se tomó el sábado reciente en contra de los compañeros de Guapinol”.

Otro de los asistentes al plantón para exigir la libertad de los defensores del agua y de la vida  fue el líder sindical  y miembro de la Coordinación General de la  CCC,  Carlos H Reyes, quien expresó que “tanto el día de hoy como ayer en El Progreso y en otras ciudades del país, ha habido eventos significativos en cuanto a que se denuncia la acción de los tribunales de justicia en lo que se refiere a seguir haciendo actos para contribuir a la impunidad de los que roban, de los que matan, de los que comente crímenes políticos como son los golpes de estado”.Al consultarle sobre  la respuesta que se está esperando sobre si se declara favorable o no el recurso presentado por los abogados de los defensores, Oliva agregó que “yo creo que  la orden está dada, que ellos continúen privadas de libertad,  pero debemos de pesar que tal vez se equivoca y resuelve lo contrario por las prisas navideñas, debemos pensar que nos pueden sorprender y si eso es así, si va a favor de la liberación de ellos, que  se equivoque mil veces porque ellos  no deben estar privados de libertad, porque no deben nada, lo que han hecho es tratar de salvar parte de la casa común y los recursos naturales y el líquido tan vital como es el agua”.

“Hoy pues estamos aquí frente a la Corte Suprema de Justicia exigiendo que liberen a estos compañeros, que les quiten todos los puntos de los que los tiene acusados, porque no se puede acusar a nadie  de ladrón, de delincuente etc, solamente porque defiende la vida, porque defiende  los ríos, los bosques, y su territorios”.

Por su parte Tomas Andino, también integrante de la CCC en Francisco Morazán, dijo que “estamos demandando que el Poder Judicial apruebe el recurso de reposición que  ha sido interpuesto por el grupo de abogados de los compañeros de Guapinol, de los ocho detenidos, en vista que consideramos que han sido víctimas de un fallo  injusto  e injustificado, porque no hay razón alguna para que estos compañeros, que no ha  cometido ningún delito, estén detenidos de la forma como están”.Señaló que “esa mujer (la jueza) no se va a echar para atrás si no le ordenan desde arriba, porque eso no es una posición de una simple muchacha que esta de jueza,  esa es una mujer ordenada, a ella le ordena haga esto y lo hace, ella no es la culpable,  quien tiene que resolverlo al mas alto nivel político, así como al más  alto nivel político se defiende a los corruptos y se emiten leyes para que salgan libres”.

“Es un fallo que se ha ensañado con ellos, consideramos que no hay razón y así como se están liberando y sobreseyendo a corruptos reconocidos internacionalmente, así como se ha favorecido a narcotraficantes en este gobierno, creemos que ya es hora  de que este pueblo hondureño goce de un gramo de justicia en este Palacio de Justicia, que no merece el nombre que tiene; por eso estamos acá para exigir que no se aplique una doble justicia, una para los ricos, corruptos, narcotraficantes, y otras para los  luchadores sociales”, expresó Andino a defensoresenlinea.com.

Añadió que es un mensaje a todos los que defienden el agua y la vida para intimidarnos,  para hacer que detengamos la lucha para que los grupos de privilegio de las mineras de las hidroeléctricas y otras empresas transnacionales se salgan con la suya.

“Es una tremenda injusticia, condenable desde todo punto de vista lo que el Sistema de Justicia está cometiendo con los compañeros de Guapinol que no han asesinado a nadie, no tiene delito de lavado de activos, no tiene delitos por actos de corrupción, su único delito es defender el agua, defender la tierra, defender su recursos naturales y las del pueblo hondureño”, sostuvo el dirigente Rafael Alegría.

Añadió que “se ensañan en contra de los campesinos y sin embargo son extremadamente benevolente, son  justos entre los que roban el erario publico y los que cometen delitos atroces, como  lo que pasa con estos  grupos de poder político en la nación”.

Cabe mencionar que en el parque central de Tocoa los familiares y compañeros de los defensores de los ríos  Guapinol y San Pedro también están exigiendo su liberación.

Los defensores que están presos en la cárcel de Olanchito, departamento de Yoro,  desde  hace 15 meses son: Ewer Alexander Cedillo Cruz, José Abelino Cedillo Cantarero, José Daniel Márquez Márquez, Kevin Alejandro Romero Martínez, Porfirio Sorto Cedillo, Orbin Nahúm Hernández y Arnold Javier Alemán.

Mientras que el defensor del agua y de la vida, Jeremías Martínez, cumplió  dos años de estar privado de su libertad en la cárcel de La Ceiba departamento de Atlántida.


El juzgado de Tocoa no dará trámite a recurso de apelación


Radio Progreso

Según los abogados defensores de los ambientalistas de Guapinol en Tocoa, Colón, no se le dará trámite al recurso de apelación presentando ante la Corte de Apelaciones debido a las vacaciones de navidad y fin de año de los empleados del Poder Judicial.

Anunciaron, en conferencia de prensa, que todo indica que será hasta el 6 de enero de 2021 que se conocerá si la Corte se pronuncia a favor de los ambientalistas para que recuperen su libertad o ratifica la decisión de la jueza Zoé Guifarro y se mantiene la medida de prisión preventiva.

La defensa de los ambientalistas rechaza la resolución de la jueza por considerar que no está apegada a derecho. “Es una decisión política que reafirma el pacto de impunidad entre la empresa Inversiones Los Pinares, el Ministerio Público y el Poder Judicial”, dijo en conferencia de prensa el abogado Edy Tábora, asegurando que no cabía otra decisión jurídica que no fuera la libertad de los ambientalistas, por eso se presentó de inmediato un recurso de apelación. 

Sin embargo, el abogado defensor Efraín Ramírez, quien hizo de forma presencial la presentación del recurso en los juzgados de Tocoa, informó que en opinión de la jueza Zoé Guifarro, se conoció que debido a las vacaciones no dará trámite al recurso de apelación, a pesar que el Código Procesal Penal, en el artículo 190, habla de la celeridad de estos recursos ordenando a la Corte a dar respuesta en un plazo no mayor de 3 días.

“Nunca me había encontrado con una situación tan irregular y tan sesgada, donde el poder Judicial ha menospreciado el derecho y se ha parcializado hacia el Ministerio Público y la acusación privada. Es impresionante como una resolución, ausente de elementos jurídicos y reales, puede determinar la permanencia en la cárcel para los ocho compañeros defensores del agua”, dijo Ramírez.

Aprovechó para hacer un llamado urgente a las organizaciones nacionales e internaciones, porque no sólo se están violentando los derechos a los ambientalistas y la comunidad de Guapinol, sino que es algo que se extiende a la generalidad de la sociedad hondureña.

Los ocho defensores son acusados de dos delitos de incendio agravado, uno en perjuicio de Inversiones Los Pinares y otro en perjuicio del señor Santos Hernández Corea que también aparece como supuesta víctima del delito de privación injusta de la libertad.

Los defensores privados de libertad son Porfirio Sorto Cedillo, José Avelino Cedillo, Orbin Nahún Hernández, Kevin Alejandro Romero, Arnold Javier Aleman, Ever Alexander Cedillo y Daniel Márquez. El ambientalista Jeremías Martínez Díaz, lleva dos años en prisión tras ser capturado en diciembre de 2018.

Resolución ilegal y arbitraria

La defensa presentó recurso de apelación contra la resolución que dictó la juez Guifarro en la audiencia de revisión de medidas, porque considera que hay ausencia de motivación e incumplimiento de las normativas. La juez hizo, en siete numerales, una aproximación de lo que se podría llamar motivación, pero no atendió a los alegatos de la defensa, según denuncian los abogados de los ambientalistas.

Hay hechos que se concatenan con el derecho que por sí mismos son suficientes para que los ambientalistas se defiendan en libertad. El primer hecho que debe tomarse en cuenta es que ellos se presentaron voluntariamente al proceso en agosto de 2019.

“Eso en cualquier país civilizado es suficiente para que las personas nos defendamos en libertad, pero en Honduras la prisión preventiva se volvió la regla cuando debe ser la excepción.  La prisión preventiva es el último recurso que debe usar la judicatura para poder mantener a los imputados presentes en el proceso”, explicó el abogado Efraín Ramírez.

Aunque se haya minimizado la acción de presentación voluntaria, hay otros elementos a favor de los ambientalistas. El hecho que se hayan sobreseído la mayoría de los delitos, incluido el de asociación ilícita, ha generado un pensamiento lógico, “si con el montón de delitos que fueron acusados se presentaron voluntariamente y fueron sobreseídos, no hay razón para pensar que no van a estar a disposición del Tribunal para concluir el proceso” sostuvo Ramírez.

Para dictar una medida de prisión preventiva se debe tomar en cuenta varios elementos, entre ellos el peligro de fuga, obstrucción de la investigación o si el imputado en libertad regresa a la organización criminal que pertenece. “En el caso de Guapinol no existen esos elementos legitimadores de la prisión preventiva, porque ellos se presentaron voluntariamente y está claro que no existe una organización criminal”, concluyó.

Dolor e indignación

En la conferencia de prensa Juana Zúñiga, en representación de las familias de los ambientalistas presos dijo que, están convencidas de la relación íntima que existe entre el poder judicial, gobierno y empresa minera, quienes les niegan el derecho de pasar la navidad con sus seres querido, pero quienes también les niegan el derecho al agua y la vida.

“Las familias no nos quedaremos en casa, porque nos han quitado la alegría de pasar una navidad en familia, pero no las fuerzas de seguir luchando. No nos han desbaratado porque seguimos de pie”, dijo enviando un mensaje directo a los operadores de justicia en el departamento de Colón, quienes son beneficiarios de la lucha de las comunidades porque consumen el agua que actualmente ellos y ellas están defendiendo.


La demanda por la libertad de los ambientalistas de Guapinol


Radio Progreso

Luego de conocer la decisión de la Juez Zoe Guifarro en la que determinó dejar en prisión a los defensores de Guapinol, la lucha debe continuar en demanda de la libertad de los defensores del gua y la vida dijo en Radio Progreso Juan López del Comité Municipal de los Bienes Comunes y Públicos de Tocoa, Colón.

El fin de semana se conoció la decisión de la justicia hondureña de mantener privados de libertad a los ocho defensores de los ríos Guapinol y San Pedro en Colón, luego que el viernes se celebrara una audiencia con el fin de revisar la medida cautelar.

Juan López también pidió  que siga el acompañamiento que la comunidad internacional le está dando a este caso ya que sólo presionando se podrá conseguir justicia para las comunidades que defienden los bienes comunes.

Los ocho defensores son acusados de dos delitos de incendio agravado, uno en perjuicio de Inversiones Los Pinares y otro en perjuicio del señor Santos Hernández Corea que también aparece como supuesta víctima del delito de privación injusta de la libertad.

Los defensores privados de libertad son Porfirio Sorto Cedillo, José Avelino Cedillo, Orbin Nahún Hernández, Kevin Alejandro Romero, Arnold Javier Aleman, Ever Alexander Cedillo y Daniel Márquez. El ambientalista Jeremías Martínez Díaz, lleva dos años preso tras ser capturado en diciembre de 2018.

Los ambientalistas junto a las comunidades se oponen a que se instale la empresa minera Inversiones Los Pinares en el Parque Nacional Carlos Escaleras.


Las mujeres son el germen del movimiento popular argelino


Mientras Tanto

Por Houria Benaziza

Argelia está agitada desde el 22 de febrero de 2019 por un movimiento insurreccional de una amplitud y una índole inéditas, un movimiento transgeneracional que moviliza a millones de personas de todas las categorías sociales.

Uno de los rasgos característicos del movimiento es la participación significativa de mujeres que no se contentan solo con manifestarse sino que toman la palabra, se expresan en los foros organizados al margen de las manifestaciones para alimentar los debates con reflexión e iniciativas, son miembros en toda regla de los comités de estudiantes —punta de lanza de la protesta—, están activamente presentes en las redes de apoyo a los presos políticos y de opinión, entre los cuales también hay mujeres: la portavoz del Partido de los Trabajadores (PT), Louisa Hanoun, condenada a 15 años de reclusión; Samira Messouci, representante de la Agrupación por la Cultura y la Democracia (Rassemblement pour la culture et la démocratie) elegida como miembro de la asamblea popular de la wilaya de Tizi-Ouzu; la estudiante Nour el Houda Dahmani y una ex ministra de Cultura.

Es una mujer ex muyahida [1], Zohra Drif-Bitat, quien preside el comité nacional para la liberación de la portavoz del PT y de todos los presos políticos y de opinión. En un llamamiento a la población firmado el 21 de octubre de 2019, los miembros denunciaron arrestos arbitrarios y exigieron la liberación de todos los presos políticos y de opinión, así como que se pararan las políticas liberticidas y todas las medidas represivas.

Esta presencia de mujeres en los espacios públicos, esta vía recuperada, constituye un hecho nuevo que no puede pasar inadvertido cuando se sabe que el terror instalado durante una guerra civil de diez años y después la losa de silencio que han impuesto sobre el país los 20 largos años del reinado Bouteflika y su camarilla, si bien han alcanzado a toda la población, han afectado particularmente las mujeres.  

Dejando a un lado la lucha feroz y valiente de las mujeres de las familias víctimas de los abusos perpetrados por los terroristas y los agentes del estado, en particular de las víctimas de desapariciones forzosas durante la década negra, que causó un cuarto de millón de muertes y miles de desaparecidos, la resistencia de las mujeres, tanto individualmente como en las asociaciones femeninas, redujo sus dimensiones y sus capacidades de movilización, constreñida como estaba a adaptarse al clima de hostilidad y terror.

El combate de las mujeres y la guerra de liberación

¿Por qué recordar este episodio?

La movilización en el seno del movimiento popular ha alcanzado un pico con ocasión de la celebración del 1º de noviembre, fecha del aniversario del estallido de la guerra de liberación, de la cual Louisa Dris-Aït Hamadouche, profesora de ciencia política con contribuciones de una gran lucidez y pertinencia, dirá que ha fecundado el Hirak.

El peso y los sacrificios exigidos por esta larga y dura lucha armada contra el colonialismo fueron ampliamente asumidos por las mujeres, formaran parte de la guerrilla urbana, se hubieran unido al maquis o –hecho raramente mencionado por la historiografía oficial– hubieran opuesto una resistencia a las estrategias coloniales de desestructuración masiva del tejido social y dislocación de las estructuras de vida, sobre todo en el campo.

Mujeres de la resistencia fueron torturadas y violadas en las prisiones del ejército de ocupación. Este horror impuesto a las mujeres será durante mucho tiempo silenciado por ambas partes y hubo que esperar hasta los años 2000 para que las mujeres osaran hablar y reclamar justicia. En su testimonio estremecedor de 2001 [2] y después en su libro recientemente publicado, Louisa Ighilahriz habla de una vida rota y dice que 45 años después no puede dormir.

A pesar de la glorificación de ciertas figuras simbólicas –utilizada, entre otros, en el marco de la legitimidad histórica para justificar la toma de poder por el “ejército de las fronteras”–, el discurso oficial da muy poco espacio a la memoria del combate y del compromiso de las mujeres, y su silencio sobre las sevicias padecidas, en particular la violación como arma de guerra, es tanto más culpable cuanto que los mismos métodos criminales fueron utilizados contra las mujeres en los centros clandestinos terroristas.

La adhesión de las mujeres a la lucha para la independencia habría podido, habría tenido que alterar el lugar y el rol que les eran asignados y sacudido los arcaísmos de todo tipo que consagran su estatus de inferioridad. No hubo nada o apenas nada de eso, incluso para la élite cuyos miembros eran consideradas ex muyahidas, que se desencantaron rápidamente después de una breve y limitada participación de algunas de ellas en la vida política. «Lo que se quebró, fue la esperanza de una redefinición de sus posiciones familiares, sociales, culturales y políticas después de la independencia» (Christiane Chaulet Achour, en Ecos literarios de una guerra, 2019).

La gran poeta y militante del movimiento de liberación Anna Greki (1931-1966) fue la primera en celebrar la libertad encontrada:

Nuestros muertos que te han soñado se cuentan por millares

Uno solo habría bastado para que yo recuerde

El trazado de los caminos que llevan a la felicidad

[…]

El cielo independiente solo habla al futuro

Nos queda en el presente la energía de la esperanza [3]

Y, a continuación, puso en verso el desencanto:

La independencia con su canto de gallo ¿dónde la has puesto?

Quieres desangrar la granada con un cuchillo

Sumergir cada cerebro en un baño de sal

Que la hierba que allí crece quede a ras de piel

¿Quién es este pueblo rey este perro que es amordazado?

La miseria que aúlla tiene todavía talento.

¿Cómo comprender y explicar esta realidad?

En una reciente entrevista, Mohamed Harbi, actor de la lucha de liberación y conocido historiador, vuelve sobre la génesis del movimiento de liberación, respecto de la cual señala «que los dirigentes que pertenecían a las capas privilegiadas pequeñoburguesas y burguesas se apoyaron en las masas populares de una manera que obstaculizó la formación de una conciencia popular, que habría permitido a la intervención popular tener peso sobre los objetivos del movimiento».

Además, la primacía impuesta de lo militar sobre lo político asfixió las veleidades de dotar a la resistencia de un proyecto de sociedad que se hiciera eco de las expectativas, aspiraciones e intereses de la gran masa que lo sostenía.

Privadas del ejercicio político en un clima democrático, se impidió a las masas populares de las que las mujeres formaban parte imprimir a la resistencia la expresión de sus reivindicaciones propias y de género, no pudiendo de esta manera forjar los medios organizativos para tener peso sobre las decisiones que se tomaron después de la independencia.

En estas condiciones, se dejaba a un lado la cuestión de la igualdad hombre/mujer, de la necesaria liberación de las mujeres del sistema del patriarcado y de las prohibiciones que les ponen trabas desde siempre.

Entre los autores argelinos que han escrito sobre las mujeres, es la talentosa escritora y cineasta de fama mundial Assia Djebbar (1936-2015) quien mejor ha descrito la condición impuesta a las mujeres, su reclusión —«cada  morada es el fondo de un callejón»—, «su silencio revuelto de susurros», «la queja ululante de las sombras veladas flotando en el horizonte», y será a las mujeres a quienes dedicará sus novelas y sus películas para darles visibilidad y prestarles voz.

Y no era la UNFA [Union nationale des femmes algériennes (Unión nacional de mujeres argelinas)] —mero apéndice del partido único FLN [Frente de Liberación Nacional], aparato de estado y encarnación de la traición a las promesas democráticas, una asociación conducida por una élite privilegiada en ruptura total con las preocupaciones y dificultades de las mujeres—la que podía ofrecerles un marco para expresarse, organizarse y reivindicar sus derechos tras la independencia.

A las mujeres que reivindicaban un cambio concreto de su condición, el poder establecido les replicaba que no era el momento de su emancipación, sino de la realización de tareas bastante mayores y más urgentes: «las tareas de construcción nacional».

La educación de las hijas y su acceso al mercado del trabajo

Las mujeres no han bajado los brazos y han aprovechado las oportunidades ofrecidas por la política de democratización de la enseñanza para mejorar su situación. Hoy, el 60% del alumnado que termina el bachillerato son mujeres, y han tomado al asalto las carreras hasta entonces reservadas a sus camaradas hombres, sobre todo las tecnológicas.

La formación adquirida les ha permitido acceder al mundo del trabajo —aunque su porcentaje continúe siendo marginal—, beneficiarse de una relativa autonomía financiera y acceder, aunque sea de manera reducida, al espacio público.

¿Qué incidencia tiene este dato sobre su estatus?

Si bien predominan en dos sectores importantes de actividad (la educación y la salud), la mayoría de mujeres de las mujeres directivas —quienes constituyen por tanto la base de los sindicatos autónomos de su sector, supuestamente opuestos a las prácticas de la central sindical UGTA, sometida por completo al poder— están prácticamente ausentes de los centros de toma de decisiones de sus sindicatos. Se encuentran de hecho privadas del derecho legítimo a participar en la construcción de un marco para la expresión democrática y el ejercicio de la ciudadanía, de modo que no pueden influir sobre la naturaleza de las reivindicaciones y las formas de organización ni desarrollar una conciencia política para forjar las herramientas de una emancipación verdadera.

La hidra islámica y el combate de las mujeres

La ideología oscurantista que ha contaminado las mentes y ensombrecido el cielo de Argelia fue insidiosamente difundida por todos los canales oficiales del poder para controlar a la población, y luego decididamente alentada para aniquilar la esperanza democrática nacida gracias al alzamiento de 1988, salvajemente reprimido. 

El partido islamista entonces reconocido oficialmente, el tristemente célebre HICE, tomó como blanco privilegiado a las mujeres, que mujeres fueron vilipendiadas, agredidas, amenazadas, y el velo que debían llevar para poder continuar estudiando y trabajando fue, en realidad, un velo lanzado sobre toda la sociedad.

Las asociaciones femeninas, la mayoría de las cuales nacieron después de los mismos acontecimientos de 1988, constituyeron sin duda alguna, a través de su lucha para defender los derechos de las mujeres y contra la amenaza integrista que no solo ponía en peligro su porvenir, sino el de toda la nación, la parte más activa del frente social y democrático. Entre sus reivindicaciones insignia se encontraba la abrogación del todavía vigente código de familia, calificado con toda la razón de «código de la infamia», que mantiene a las mujeres en un estatus de menores de edad de por vida.

Incapaces de llegar a un consenso, ambas fuerzas protagonistas de la crisis —la que apuntalaba el poder y la que lo disputaba— impusieron a la población una guerra civil en la que las mujeres pagaron un precio muy alto.

Más de un centenar de mujeres de todas edades, medios sociales y profesiones fueron asesinadas, y la memoria colectiva retendrá el doloroso recuerdo de las 12 profesoras asesinadas el 27 de septiembre de 1997, cuando iban a trabajar, en una emboscada tendida por los terroristas. Se cuentan asimismo por centenares las mujeres secuestradas y violadas en los centros clandestinos terroristas, y miles vieron sus vidas destrozadas por el asesinato terrorista o la desaparición forzosa de miembros de sus familias.

En relación con la violación de mujeres en los centros clandestinos, arma de guerra practicada por los terroristas, el poder adoptará la misma actitud que tras la independencia, y las mujeres víctimas del horror, a menudo con hijos, no solo padecerán un silencio vergonzoso y negador de su tragedia, sino que su drama será tabú y no encontrarán refugio más que en ciertas asociaciones femeninas.

En la era de Buteflika, caracterizada por el cerrojazo de los campos mediáticos y políticos, con la población pudiendo expresarse solo mediante el recurso a las revueltas —12.000 de media cada año, según las cifras oficiales—, las asociaciones femeninas se encontraron —al igual que las demás asociaciones, los sindicatos y los partidos políticos— ante un poder que no toleraba ninguna veleidad de empoderamiento y ahogaba toda voz discordante.

Y entre las voces discordantes está la de las familias de víctimas de desaparición forzosa que, en una lucha conducida principalmente por las mujeres organizadas en asociaciones (de las cuales la más conocida es «SOS Disparues»), desafiaron la represión para sacar a la luz del día su causa y reclamar verdad y justicia. Estas madres coraje, con sus sentadas semanales ante los edificios, sedes y símbolos del poder, al oponer el imperativo de la verdad y la justicia frente a la voluntad de amnesia del poder, han contribuido a mantener con sus medios la llama de la resistencia a la arbitrariedad y a la impunidad.

El movimiento de las mujeres en el Hirak [5]

Es innegable que el movimiento popular ha vuelto a dar aliento al movimiento de mujeres y sus asociaciones. En Bejaïa y después en Orán, en octubre de 2019, un total de 23 asociaciones de mujeres y militantes feministas han mantenido encuentros nacionales. En el comunicado del movimiento MNFA [Movimiento Nacional de Feministas Argelinas] que siguió al último encuentro, reafirman su compromiso con el surgimiento de una Argelia democrática basada en la justicia social y la igualdad ciudadana, indisociables de su lucha contra los textos normativos que minorizan a las mujeres y las prácticas sociales que bloquean su emancipación.


El ocaso de la verdad y el populismo digital


The Conversation

Por Mario García de Castro *

El trumpismo, a través del populismo autoritario, ha sido el mejor paradigma de lo que hoy se ha denominado la era de la posverdad: el predominio político de la verdad subjetiva. La hegemonía del subjetivismo cultural ha sido la base de la nueva autocracia digital que desde la autoridad emocional desprecia el conocimiento científico e intelectual.

La resistencia del trumpismo a abandonar el poder y reconocer la mayoría social de su rival demócrata en las pasadas elecciones de los Estados Unidos ha sido la última revelación de la naturaleza autocrática y dictatorial de esa estrategia de movilización política populista.

El nacimiento de la posverdad

Suele situarse el nacimiento de esta nueva cultura política en el entorno anglosajón, en el 2016, con el triunfo electoral de Donald Trump, el triunfo del Brexit en el referéndum de Gran Bretaña y la posterior victoria del exalcalde de Londres, Boris Johnson en 2019. Trump, un magnate empresario antipolítico, sociópata y cómico del espectáculo televisivo, partidario de las redes sociales y denostador de los medios de comunicación tradicionales, se convirtió en presidente de los Estados Unidos. Su influencia se había sustentado en tratar a sus electores como si fueran la audiencia de un programa televisivo de entretenimiento.

El artífice de su campaña electoral, Steve Bannon, un exbanquero de inversiones del Partido Republicano, también lo fue de la campaña del referéndum del Brexit. Junto con otros protagonistas como Karl Rove, poderoso consejero de George W Bush, Roger Ailes, fundador de Fox News, o Dominic Cummings, autor de los mensajes de la campaña de los eurófobos, que asumieron por primera vez que la percepción emocional era lo único importante.

Hoy todos ellos, fundadores del nuevo populismo derechista, están ya en sus horas más bajas, aunque fueron los primeros en llevar a la práctica política que los hechos no son hechos, ni existen los datos, solo las interpretaciones sobre un vaso de agua medio lleno. Lo que importa ya no es la verdad sino el impacto. El triunfo de lo visceral o de lo más simple sobre la complejidad de lo real.

Fueron los asesores de Trump los que inventaron la existencia de la “verdad alternativa”. No existe una realidad verificable, solo una controversia entre los hechos y “los hechos alternativos”, por eso en esta nueva lógica política se impuso la confrontación y la polarización de posiciones.

La versión europea fueron los nuevos nacionalismos de la órbita rusa o los populismos autoritarios en Polonia o en la Hungría de Viktor Orban. Basado en otro tipo de populismo autoritario, la Federación Rusa, en manos de exagentes secretos de la KGB convertidos en oligarcas de grandes empresas que trabajan para el Kremlin, se ha convertido en uno de los mayores polos de interferencias internacionales.

Son celebres los ataques del hackeo ruso. Sus ideólogos, jefes del estado mayor de sus fuerzas armadas o lideres ultranacionalistas de la estrategia euroasiática, fueron pioneros en muchas de estas técnicas actuales de desinformación y manipulación informativa a través de la red.

Pero además hay otro precursor del nuevo populismo audiovisual, un pionero del negocio televisivo que fue mito del posmodernismo: Silvio Berlusconi. Aunque el magnate de la televisión privada italiana que llegó a la Presidencia de su país no tenía rasgos fascistas pronunciados, era un granuja enriquecido, un pillo liberal que confundía con facilidad los intereses públicos y los privados, y que después fue destronado por otro cómico aún más histriónico como Beppe Grillo, defensor de la democracia digital a través de las redes sociales.

En la casta anglosajona, sin embargo, radicaba por primera vez el marketing deliberado de la desinformación sistemática, la práctica autocrática y la mayor degradación posible de la democracia.

Silvio Berlusconi con una tarjeta de crédito en la mano en Turín en mayo de 2019. Shutterstock / Stefano Guidi

El valor del periodismo objetivo y la indiferencia ante la mentira

El germen de esta nueva era hay que buscarlo en la crisis mundial del 2008, que suscitó una gran hostilidad política a la economía globalizada y hacia los políticos de izquierda y derecha que, sin distinción, fueron percibidos bajo sospecha. La corrupción había corrompido todo el estado de derecho y la crisis de credibilidad también se había llevado por delante a los medios de comunicación tradicionales que se habían basado en el objetivismo.

La indignación de los activistas que reclamaban más democracia directa dio paso inmediatamente a la indiferencia de grandes capas sociales ante la mentira política. La mentira ya no solo era patrimonio de los regímenes autoritarios, sino que se afianzaba en las democracias para devaluarlas. Esta era la base social de la posverdad sustentada en el desplome de la confianza de los ciudadanos cuando estos decidieron recompensar con el éxito político a los mentirosos.

Si los activistas predicaban más democracia directa, el resultado era el inverso, el relativismo posmoderno con el que la derecha populista se había rearmado infectó el estado de derecho convirtiendo en un enfermo terminal al sistema democrático representativo.

Hay un nexo directo entre posverdad y medios de comunicación: la evidencia de presenciar los hechos de la actualidad en tiempo real también ha conducido progresivamente a los medios hacia el primado de las emociones y los sentimientos. La información se valora por su celeridad e impacto frente a su objetividad. Si la televisión había amplificado lo espectacular, la tecnología digital ha sido el auténtico motor de la posverdad porque fomentó la inflación de información y el gregarismo. Internet provocó el desprecio de la complejidad intelectual para poder revelar lo más simple.

¿Pero cómo hemos llegado tan lejos?

Todavía palpitan los valores del periodismo objetivo que emergió a principios del siglo XX, cuando Walter Lippmann describió ese ideal en su libro Public Opinion. Después Philip Meyer popularizó el periodismo de precisión como la necesidad de incorporar las poderosas herramientas de recopilación de datos y de análisis de la ciencia y su búsqueda disciplinada de la verdad verificable.

A comienzos del siglo XX surgió la prensa de calidad, que, tras las guerras y los regímenes autoritarios, se consolidó como reacción independiente a la propaganda bélica y política desde sus valores de culto a la objetividad.

El director del Manchester Guardian afirmó entonces la vieja leyenda de que “los comentarios son libres, pero los hechos son sagrados”. Este objetivismo tenía su germen en el siglo XVII, cuando la filosofía de Descartes o Hobbes persigue la regulación de los sentimientos y las sensaciones y el enaltecimiento de la razón, y que tendría su punto álgido en la Ilustración. Ahí encontramos el origen del positivismo, y las nociones contemporáneas de verdad, conocimiento científico, empirismo y progresismo.

Pero ese paradigma sobre la razón moderna o el conocimiento experto empezó a perder toda credibilidad en la reciente década de los años 90, cuando el sentimiento se va a adueñar del mundo individual y colectivo. Los científicos habían representado como nadie la capacidad de diferenciar aquello que tenía que ver con los hechos de lo que estaba vinculado a la opinión o la emoción. Para entonces los nuevos líderes televisivos y las audiencias masivas ya iban a disponer de herramientas tecnológicas de comunicación en tiempo real. Las tecnologías de los medios de comunicación, internet, los teléfonos móviles y las redes eran inmensos amplificadores audiovisuales.

Prensa internacional expuesta en un quiosco de Londres en 2015. Shutterstock / Lawrey

La verdad en Orwell y Arendt

La filósofa Hannah Arendt, perseguida por el nazismo, fue otra estudiosa del objetivismo y la verdad: una sociedad que reconoce la autoridad de los hechos tiene que crear instituciones que estén por encima de la política, los sentimientos y las opiniones. El sustento de la democracia. Arendt reflexionó sobre el poder de la mentira como instrumento de los totalitarismos para reescribir la historia y adaptar el pasado a sus intereses políticos.

En 1971 escribió que “la falsedad deliberada” y la mentira como medios para la obtención de fines políticos venía históricamente de lejos. Aunque los antropólogos han podido confirmar que, desde que el hombre primitivo se organizó en tribus, la mentira fue siempre un arma política.

Pero hay un arco contemporáneo que va desde que emergió el ideal de veracidad política, cuando George Washington afirmó su incapacidad para la mentira, hasta que Richard Nixon lo desmintió en 1973. Pero por entonces Nixon sabía lo que le esperaba a cualquier político que fuera descubierto en la mentira. Y sus asesores le recriminaban: “Si vas a mentir iras a la cárcel por mentir, más que por el delito. Así que no mientas nunca”.

Con el asunto Watergate todo entró en crisis. Por entonces, la sociedad aún penalizaba electoralmente al que pillaba en una mentira. Hoy en día ya no es así. Fue con la administración de G.W. Bush cuando comenzó la política que no se basaba en la “anticuada” realidad sino en la creación de una nueva, precisamente la que ideo su propio asesor, Karl Rove.

Esa otra realidad que los asesores de Trump llamarían más tarde “hechos alternativos” y que estaba basada en el estudio de los espectadores de televisión, aquellos que consideran que realidad y espectáculo viene a ser lo mismo.

Durante estos cuatro años de resistencia, el antitrumpismo cultural ha recuperado a dos autores del pasado siglo para convertirlos en profetas del presente: el periodista y escritor inglés, George Orwell, y la escritora Hanna Arendt.

Desde el triunfo de Trump, 1984 y Los orígenes del totalitarismo se convirtieron en sus libros icono. Orwell, que presintió la posmodernidad en la revolución informática, escribió 1984 como su testamento publicado seis meses antes de su muerte, en enero de 1950.

Inspirado por el estalinismo, el nazismo y el imperialismo capitalista, Orwell dibujó el futuro del totalitarismo. Los protagonistas eran el abuso del poder, la manipulación de la realidad por los medios de comunicación y la expansión de la tecnología: el Gran Hermano. Los medios, y especialmente la televisión, son los grandes protagonistas del libro.

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Las telepantallas omnipresentes que emiten y vigilan. Con los medios de comunicación, el poder manipula y reprime la realidad. El Ministerio de la Verdad es el que usa los medios para difundir su propaganda y satisfacer a esta sociedad moderna ignorante, que no tiene el más mínimo interés por el conocimiento y que considera los libros como una mercancía.

La permanente obsesión de Orwell por la verdad de los hechos y por desenmascarar la perversión de la propaganda política procede de su experiencia en la guerra civil española que rememoró en Homenaje a Cataluña, un extraordinario testimonio sobre los enfrentamientos entre estalinistas y anarquistas que el mismo vivió trágicamente en la Barcelona del 36. Ya en ese documento se asombra del menosprecio de los hechos demostrables, de aquella decadencia de la verdad objetiva. Lo que le llevó a reflexionar sobre los mecanismos de los sistemas totalitarios que describiría luego en la novela 1984.

Algo parecido hizo la escritora judía al escribir Los orígenes del totalitarismo, quien coincidió con Orwell en identificar los mecanismos de control: si todos aceptan la mentira impuesta por el Partido, la mentira pasará a la historia y se convertirá en verdad. Lo llamaron “control de la realidad” o el “doblepiensa”.

Posmodernidad y talk show

La base intelectual de la era de la posverdad está en la filosofía posmoderna de finales del XX, que estudiaron los filósofos franceses del grupo de Foucault, Lyotard, Derrida, o Braudillard. Sus ideas partían de la consideración de una sociedad más pluralista que tenía que reconocer a múltiples agentes de género, de minorías étnicas, etc. Ahí se empieza a cuestionar el concepto mismo de realidad objetiva con lo que también se cuestiona la noción de verdad, porque su terreno natural del final del siglo era la ironía, las apariencias, el distanciamiento y la fragmentación, como reacción a las verdades absolutas que habían arrojado tanta violencia en el sangriento siglo XX.

La física cuántica revolucionó el pensamiento filosófico y el show business la posibilidad de “divertirse hasta morir”. Basado en el paradigma de Nietzsche de que la verdad puede ser un mal y la ilusión un bien, el paradigma de que “los hechos no existen, solo las interpretaciones”, ha acabado propiciando que la razón la tienen los más fuertes.

Braudillard descubrió en 1981, en Cultura y Simulacro, que en el mundo contemporáneo cada vez había más información, pero también menos significado. Las tecnologías de la información subvertían los conceptos heredados de lo real. La idea de Nietzsche era muy simple, pero terriblemente provocativa, ya que si no hay hechos “objetivos” no existe nada irrefutable ni verdadero. Cambiar el mundo a mejor no era más que otra de las ilusiones de masas controladas por el poder.

El desengaño político era el brazo armado de la posverdad, un disolvente de la confianza y un reclamo para el reagrupamiento tribal y antisocial. El posmodernismo fue una filosofía que fue muy atractiva para la izquierda desencantada, que necesitaba dar sentido a un siglo en el que las antiguas certezas de la vanguardia marxista se habían derrumbado. Suponía una nueva política de emancipación social entre los restos del naufragio. El posmodernismo invadió los medios de comunicación, las universidades y la vida cultural y acabó convirtiéndose en un estado de ánimo, al conferir prestigio intelectual al cinismo y al nuevo relativismo político.

No hay hechos, solo opiniones

La inflación de la oferta informativa, la liberalización de la televisión y sus contenidos que imitan la realidad han acabado convirtiendo el mundo en una ficción. A través de los talks shows y del infotainment se ha consolidado el nuevo paradigma de que no hay hechos solo opiniones. Steve Bannon y los ideólogos del populismo derechista reconstruyeron la deconstrucción de dogmas y religiones conservadoras que los posmodernos se habían propuesto, y así Trump acabó como principal beneficiario electoral a través de las redes sociales y sin ningún prejuicio sobre la verdad, lo que ha constituido uno de los momentos históricos “posverdaderos” por antonomasia.

Si todo es un constructo, quién va a denunciar lo falso, quién va a impedir a los creadores de fake news luchar contra la poderosa hegemonía de los viejos medios de comunicación. Entre tanto adicto a las telepantallas, la posverdad constata que cualquier punto de vista es legítimo y carece de sentido buscar la verdad porque la realidad se ha difuminado.

Nadie nunca pudo imaginar un ejemplo más preclaro de la volatilidad de los límites entre realidad e imaginación, y el filósofo italiano, Mauricio Ferraris, autor del Manifiesto del nuevo realismo, concluyó que en este nuevo populismo fascista había un salto histórico, el que iba del posmodernismo televisivo a la posverdad digital de las redes. De este modo, mientras que el posmodernismo se había extendido a través de la televisión, la posverdad lo hacía a través de las redes digitales.

En 2015, el joven profeta posmoderno de moda, Matt Taibbi, de la revista Rolling Stone, escribió un artículo de opinión en The New York Times titulado «El periodismo objetivo es una ilusión». Taibbi escribía con motivo de la jubilación del aclamado presentador John Stewart de The Daily Show para sostener que parte de su popularidad se explicaba por el hecho de que Stewart no pretendía ser un periodista objetivo.

A diferencia de la mayoría de los periodistas que se esconden detrás de una fachada de objetividad, Stewart iba directo apelando a sus prejuicios.

Muñecos de Donald Trump a la venta en una tienda de Nueva York en febrero de 2020. Shutterstock / pio3

Trump, el producto mediático perfecto

Según Taibbi, Trump ha sido el producto mediático perfecto. En la era de la posverdad o de la subjetividad, los medios y sus compañías han aprendido el negocio de las redes sociales: hay que identificar a tu audiencia y luego alimentarla con historias que refuercen su sistema de creenciaslink text .

Pero sin embargo hay algo más. Según otro joven científico informático y teórico de la desinformación, Tristan Harris, hay tres consecuencias de la posverdad, el negocio de las fake news, la polarización política tribal y el auge de las teorías de la conspiración, y ante la cada vez mayor dificultad de establecer un consenso basado en los hechos, termina advirtiendo que si no podemos ponernos de acuerdo en lo que es verdad no hay posibilidades de encontrar ningún tipo de solución política para nuestros problemas.

Pero de momento la historia no se ha acabado. En la misma noche electoral de las elecciones del 3 de noviembre, las principales cadenas informativas de televisión, ABC, CBS o NBC optaron por cortar la emisión de la intervención de Donald Trump por verter afirmaciones falsas, cuando denunciaba, sin aportar pruebas, que se estaba produciendo un robo en las elecciones, que el sistema electoral estaba corrupto, y que el voto por correo era ilegal, y a continuación se declaraba vencedor.

Meses antes de iniciarse la campaña electoral, Twitter, la red preferida del presidente, había optado por la verificación de hechos en los mensajes del presidente de Estados Unidos al considerarlos engañosos. Durante los días del recuento de votaciones, uno de cada dos mensajes de Trump ya contenía el mensaje: “Alguna parte o todo el contenido compartido en este Tweet ha sido objetado y puede ser engañoso”.

Ante las acusaciones y el descrédito creciente de la red, Twitter había optado por alertar de que Trump mentía. La red social creó unas advertencias con las que redireccionaba a sus usuarios a una página web para que se informaran como es debido de los avances del proceso electoral. Esa misma noche electoral, Twitter no daba por válida la publicación en la que se declaraba vencedor de las elecciones.

El viejo conflicto entre verdad y opinión

El trumpismo ha devuelto el viejo conflicto platónico entre la verdad y la opinión, que regresa con gran hostilidad cuando la verdad factual se opone a los intereses políticos de cualquier colectividad. Es entonces cuando las verdades incómodas son automáticamente transformadas en opiniones, tal y como estudió Hannah Arendt.

Quizá la caída de Trump permita superar la hegemonía de esta cultura de la posverdad, pero permanecerá más o menos mitigada la permanente voluntad política de la desinformación como manipulación interesada de la realidad.

Si la extrema fragilidad de los ciudadanos bajo la actual pandemia puede llegar a minar el poder populista debido a la inexorable objetividad de las víctimas, quizá las próximas catástrofes medioambientales, por la misma razón, se encarguen del ocaso definitivo de este nuevo episodio de autocracia mundial.

* Mario García de Castro. Pofesor titular de Información Audiovisual, Universidad Rey Juan Carlos


miércoles, 30 de diciembre de 2020

Cientos de miles de personas siguen sin atención médica mes y medio después del paso de los huracanes


Rebelión

El catastrófico escenario de crisis humanitaria que han dejado los huracanes se suma a las múltiples emergencias olvidadas e invisibles que vive el país, como la violencia sexual, la falta de servicios de salud mental o el impacto de la COVID-19.

El paso de los huracanes Eta e Iota por Honduras ha dejado a más de 250.000 personas sin acceso a servicios médicos u hospitales. Alrededor del 50% de los centros de salud del país están actualmente cerrados, dañados o presentan dificultades para brindar sus servicios. Para hacerse una idea de la magnitud del daño causado por estos desastres naturales, basta decir que en 1998 el tristemente famoso y devastador huracán Mitch dejó a un total de 100.000 personas sin acceso a los servicios de salud, lo cual representa 2,5 veces menos afectados que en la actualidad.

“La crisis humanitaria que Honduras vive hoy se suma, además, a la de varias emergencias olvidadas e invisibles, como la violencia sexual, que requiere una respuesta médica prioritaria, o la atención en salud mental, que en muchos lugares es simplemente inexistente y en otros claramente insuficiente”, afirma Juan Carlos Arteaga, coordinador de Médicos Sin Fronteras en Choloma.

MSF ha ofrecido durante el último mes y medio atención médica integral a los afectados por los huracanes Eta e Iota en Choloma, en el departamento de Cortés. Sus equipos han atendido durante este tiempo a más de 4.000 personas y han brindado más de 2.000 consultas médicas generales, en las que se han identificado enfermedades de la piel, traumatismos físicos, infecciones respiratorias, así como pacientes con enfermedades crónicas que habían visto suspendidos sus tratamientos por falta de acceso a los hospitales y centros de salud. Muchas de las personas atendidas presentaban también síntomas relacionados con el estrés agudo, la ansiedad y el duelo, según se detalla en el informe “Honduras: Un llamado para una crisis humanitaria”,publicado esta semana por la organización médica.

INFORME MSF: “Honduras: un llamado para una crisis humanitaria”

InformeMSF_EmergenciaHonduras_21dic2020.pdf – 1 MB

Tras el paso de los huracanes, los equipos de MSF han llevado a cabo actividades médicas, psicológicas y de promoción de la salud en más de 190 albergues, ubicados en algunas de las zonas más afectadas. En este periodo de tiempo han atendido además a 13 supervivientes de violencia sexual, 11 de los cuales habían sufrido las agresiones antes de los huracanes. Los otros dos casos corresponden a agresiones ocurridas dentro de los albergues de acogida.

“Estas cifras son sólo la punta del iceberg del grave problema que experimenta el país en cuanto a la violencia de género. En un contexto de doble emergencia sanitaria como el que estamos, por las consecuencias del paso de los huracanes y por la pandemia de COVID-19, hacemos un llamamiento a las autoridades para que la violencia sexual sea tratada como una emergencia médica. Es necesario que se apruebe el Protocolo de Atención Integral a Víctimas y Sobrevivientes de Violencia Sexual para que los y las sobrevivientes puedan recibir la atención médica adecuada”, afirma Arteaga.

En el mismo sentido, ante las agudas y urgentes necesidades humanitarias que MSF ha constatado en Honduras, la organización pide a la comunidad internacional que incremente las actividades de respuesta a la emergencia causada por los huracanes, que se refuerce la coordinación de los distintos actores de cara a mejorar las condiciones de agua y saneamiento de los albergues, que se garantice que los recursos asignados a la respuesta contemplen la reestructuración del sistema de salud y que se lleven a cabo actividades de vigilancia sanitaria frente a los brotes de enfermedades vectoriales y enfermedades causadas por la falta de acceso a agua potable.

Médicos Sin Fronteras brinda apoyo médico humanitario a la población hondureña desde hace 46 años. La primera intervención de MSF en Honduras fue en 1974, en el contexto del huracán Fifí, y desde aquel año sus equipos han estado siempre presentes en las variadas crisis que han afectado al país. Actualmente MSF brinda atención médica integral (médica, psicológica y de trabajo social) en Tegucigalpa a supervivientes de violencia y violencia sexual. En Choloma brinda atención en salud sexual y reproductiva en la Clínica Materno Infantil de la ciudad. 


Los jueces desarticulan casos de corrupción


Radio Progreso

Citando el nuevo Código Penal, el Tribunal de Sentencia en Materia de Corrupción, ha dictado libertad condicional a varios actores políticos vinculados a los grandes casos de corrupción que fueron presentados por la desaparecida Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras, Maccih, y la Unidad Fiscal Especializada contra la Corrupción, Ufecic.

Lo que hay detrás es todo un proceso en el que los jueces están desarticulando todos los casos de corrupción presentados por la Maccih-Ufecic, dijo en Radio Progreso el abogado Eddy Tábora.

“La prisión preventiva, en todos los casos, tiene un principio básico que es la excepcionalidad, no la regla, es decir que los jueces deben analizar exhaustivamente si corresponde o no, en cada caso, una prisión preventiva. Pero hay unos elementos importantes sobre este requisito y es, por ejemplo, la gravedad de la pena, y todos los procesos de los corruptos son graves”, manifestó Tábora.

El abogado señaló que los corruptos tienen la capacidad para manipular las fuentes de prueba convirtiéndose en mafias de la corrupción, y entre ellos se garantizan la impunidad.


Nos han quitado la alegría de una navidad en familia


Defensores en Línea

Por Sandra Rodríguez 

Familiares de los presos políticos de Guapinol, afirmaron que los operadores de justicia les han quitado la alegría de pasar una navidad en familia.

Juana Zúniga, a nombre de las familias de los presos políticos por defender el agua del río Guapinol y río San Pedro en Tocoa, Colón, expresó que la resolución de la jueza Zoe Guifarro, de mantener en prisión a sus parientes, aunque les ha quitado la alegría de celebra en familia y en casa, no detendrá la lucha hasta obtener justicia.

En conferencia de prensa, desde el parque central de Tacoa “Carlos Escaleras”, agregó que, la desicion del Juzgado de Tocoa confirma la vinculación de Guifarro con la empresa extractuvista. Y lamentó que en Tocoa se criminalice a quienes defienden los bienes comunes de la localidad.

Tomás Andino en representación de la Convergencia Contra el Continuismo (CCC), expresó la indignación que los embarga ante el fallo de la jueza Zoe Guifarro, como parte de las acciones del régimen de Juan Orlando Hernández, quien no se permitirá quedar en vergüenza.

Hemos iniciado acciones para exigir la liberación de los ocho presos políticos de Guapinol. Hoy realizamos un plantón frente a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) en Tegucigalpa y emitimos un comunicado público, agregó Andino.

La justicia solo es aplicable para pocos, el mundo debe saber cómo prevalece el sistema judicial en Honduras, agregó Alba López, integrante de la CCC y el Comité Nacional por la Liberación de los Presos Políticos en Honduras.

La CCC denunció la decisión judicial que no aceptó el cambio de medida que mantiene en prisión preventiva a: Ewer Alexander Cedillo Cruz, José Abelino Cedillo Cantarero, José Daniel Márquez Márquez, Kevin Alejandro Romero Martínez, Porfirio Sorto Cedillo, Orbin Nahúm Hernández, Arnold Javier Alemán en la cárcel de Olanchito, departamento de Yoro y Jeremías Martínez de 65 años y enfermo en la cárcel de La Ceiba, departamento de Atlántida.

Exige que sea admitido en Recurso de Apelación que presentó ayer el equipo de defensa legal de los ambientalistas de Guapinol, exigiendo que una Corte superior conozca dicho fallo.

CSJ notificó que por vacaciones, hasta el 6 de enero recibirá el recurso de Apelación presentado ayer en La Ceiba, Atlántida. 

Carlos Jiménez, abogado del equipo de defensa, sobre las acciones futuras tras este fallo arbitrario e ilegal, dijo que no es válido que digan las autoridades que por estar de vacaciones no van a dar trámite al proceso, sino, hasta el 6 de enero. Sabiendo que todos los días son hábiles.

Esta situación de prolongar el proceso y sufrimiento de los compañeros presos políticos y sus familias, es dar paz y seguridad a la empresa minera que acusa a los defensores e integrantes del Comité Municipal de Defensa de los Bienes Comunes de Guapinol.

No cabía otra decisión jurídica que no fuera la libertad, es una decisión política que reafirma el pacto de impunidad entre la Empresa Inversiones Los Pinares, el Ministerio Público y el Poder Judicial, por lo que vamos a seguir exigiendo la libertad de los compañeros de Guapinol, declaró Edy Tábora, abogado del equipo de defensa.

El Recurso de Apelación refiere a que el fallo de la Jueza Zoe Guifarro, tiene ausencia de legalidad, no atendió a lo que alegó la defensa, los compañeros se presentaron voluntariamente al proceso por lo que no hay peligro de fuga.

La prisión preventiva se convirtió en regla cuando debe ser la excepción, ejemplificó el abogado defensor Efraín Ramírez.

Este juicio es una situación tan irregular y sesgada, donde el Juzgado se ha parcializado hacia el Ministerio Público y acusación privada, – agregó Ramírez- hace un momento me notificaron que el término se suspende, pregunté sí era por la pandemia del Covid-19, pero me dijo que es por vacaciones.

No podemos esperar hasta el 6 de enero para que el Recurso de Apelación sea admitido, debe ser de manera inmediata por que el Código Procesal Penal establece que todos los días son hábiles en la etapa intermedia de un proceso.

No podemos permitir que se siga violentando y vulnerando el derecho a que los compañeros se defiendan en libertad desde sus casas, concluyó el defensor.


América Latina ante la pandemia de la desigualdad y la nueva década perdida


Rebelión

Por Isaac Enríquez Pérez *

América Latina es la sociedad que de manera más acabada, a lo largo de su historia, simboliza la desigualdad que drena el sistema económico capitalista. Las múltiples crisis que se traslapan con la pandemia del Covid-19, profundizan esas asimetrías y postran a la región ante lo que ya se perfila como una nueva década perdida.

Todo ello no está exento de las contradicciones e intereses facciosos propios de las élites y oligarquías, que más que un péndulo político lo que dibujan es un laberinto político en la región (https://bit.ly/3mb6zi2). 

Al 30 de octubre del presente año, el hemisferio americano continúa como el epicentro de la pandemia con 20 377 717 de contagiados confirmados y con 637 552 muertes atribuidas a la misma enfermedad del Covid-19. América Latina, por su parte, alcanzó en esta misma fecha 10 948 588 infectados por el nuevo coronavirus; en tanto que las defunciones se elevaron a 393 780 (tres de cada diez muertes ocurren en la región y de esa cantidad, los tres primeros países más afectados son Brasil, México y Perú). No solo es una pandemia fruto de la desigualdad y la pobreza, sino que también lo es del desmantelamiento (por privatización de facto y desinversión pública) de los sistemas de salud y de la erosión sistemática del Estado; situaciones que en América Latina asumen rasgos inéditos con el advenimiento de la crisis económica y de desempleo más pronunciada de la historia.  

Cabe aclarar que esta crisis económica no se incuba en la región con la pandemia, sino que se lastra desde principios de la segunda década del siglo XXI con la ralentización del crecimiento económico; el ensanchamiento de las brechas de la desigualdad social; el desvanecimiento de los mínimos de bienestar social promovidos por los gobiernos progresistas sudamericanos –especialmente las políticas de combate a la pobreza–; y la re-primarización de los aparatos productivos y la dependencia de la exportación de materias primas, con el consecuente deterioro del medio natural. 

Más aún, con la pandemia queda al descubierto –una vez más, aunque esta ocasión de manera lacerante– el hecho de que las estructuras de poder y riqueza no fueron trastocadas con la oleada de gobiernos progresistas en la región, sino que éstos apuntalaron los procesos de acumulación de capital y fungieron como un mecanismo contenedor del descontento popular y de los movimientos sociales de las décadas previas que se activaron con las estrategias del fundamentalismo de mercado.            

La crisis inmobiliario/financiera del 2008-2009 incidió en la bonanza latinoamericana cosechada en los años previos. La caída en los precios internacionales de las commodities frenó de golpe el crecimiento económico de la región. De tal modo que entre el 2010 y el 2019, la tasa de crecimiento cayó del 6 al 0,2% anual. Mientras que la concentración del ingreso y de la riqueza es una constante que hacia el 2018 posiciona al quintil más pobre –el 20’% de la población– de la región con solo un 4% de la riqueza, en tanto que el quintil más rico acaparó el 56% de la riqueza regional –algo así como una proporción de catorce veces el ingreso adquirido por los más pobres entre los pobres. Con la pandemia del Covid-19, los 73 multimillonarios de la región se hicieron más ricos al aumentar sus fortunas en 48 200 millones de dólares (mdd); al tiempo que un nuevo rico se sumó a estas filas cada dos semanas desde el mes de marzo de 2020. 413 mdd es el monto acumulado diariamente por los acaudalados desde que arreció la crisis sanitaria en la región en marzo pasado (https://bit.ly/3mCOadZ).  

Al persistir sistemas fiscales que otorgan privilegios y eximen de obligaciones tributarias a los patrimonios personales, las herencias y las ganancias empresariales, esas desigualdades seguirán latentes y profundizarán sus efectos. OXFAM calcula que a lo largo del 2020 estos sistemas tributarios dejarán de recabar en la región impuestos por el orden 113 400 mdd. De entrada, la recaudación tributaria alcanza en la región un 23,1% del PIB regional –muy por debajo del 34,3% que promedian los países miembros de la Organización para la cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Estas diferencias, en buena parte, estriban en la evasión y elusión fiscal en América Latina –que alcanzan hasta el 6,1% del PIB. 

La misma pandemia restregó a nuestras conciencias el hecho de que 140 millones de latinoamericanos ganan su sustento diario en la economía informal; un número que equivale al 55% de la Población Económicamente Activa. La fragilidad y precarización laboral de este amplio espectro de la población de la región hace que los impactos de la pandemia sean mayores por tratarse de sectores carentes de un salario fijo, de redes de seguridad social y de mínimas certidumbres laborales. Entonces, se calcula que 52 millones de nuevos pobres se sumarán en la región como consecuencia de los confinamientos. 

Los bolsones de migrantes latinoamericanos que deambulan en ciudades y países distintos a los suyos, en el contexto de la pandemia, no solo les expone al hambre, sino a la falta de acceso a los servicios sanitarios y a las transferencias monetarias. Presos de su condición indocumentada, los migrantes son los primeros náufragos del hiperdesempleo y de la pauperización social a la cual ingresan por partida doble (en su país de origen y en la sociedad receptora). 

Las estimaciones más halagadoras alegan que el PIB de la región se contraerá, durante el año 2020, 7,2% (https://bit.ly/3f4luqX); otras estimaciones auguran una caída del 9,1%. La caída de la demanda externa –conjuntamente con la reducción de los precios de las materias primas–, reducirá el potencial exportador de la región en productos como la soja, el cobre, el gas natural, el petróleo, la celulosa y –en el caso de México y algunas naciones centroamericanas– los bienes manufacturados. No menos importante será la reducción de los flujos turísticos hacia la región ante las restricciones de la movilidad. A la contracción del PIB, se suman la caída del ingreso y gasto de los hogares, y la reducción de la inversión privada.   

Esta contracción del PIB no solo agravará el desempleo (para octubre la cifra alcanzó a 44 millones de latinoamericanos) y la pobreza (45 millones de habitantes engrosaron sus filas y 28 millones no logran cubrir sus necesidades básicas) en la región, sino que al combinarse con posibles rebrotes del coronavirus  en las semanas y meses por venir, puede colocar a América Latina ante hambrunas y crisis humanitarias de amplias proporciones y difíciles de revertir en el corto y mediano plazos.   

Si se llega a esos 230,9 millones de pobres latinoamericanos en el 2020, estaríamos hablando del 37,3% de la población de la región, en tanto que 15,5% estará en la franja de la pobreza extrema. El panorama se agrava con la reducción de la productividad, la baja recaudación fiscal, las movilizaciones sociales de finales de 2019, y la crisis de legitimidad y desconfianza que los ciudadanos le endilgan a sus gobiernos, pese al balón de oxígeno que representan los regímenes progresistas en naciones como Argentina, México y Venezuela. 

Otro de los retrocesos se suscitará en el sistema educativo latinoamericano con la enseñanza telemática obligada por la pandemia. Una buena cantidad de niños y jóvenes desertarán de las escuelas y universidades ante la falta de condiciones para continuar su formación escolar. Ello, en sí, será una catástrofe civilizatoria y generacional para la región a medida que se obstaculice la formación de recursos humanos, se dilapiden recursos públicos y se inserten estos grupos etarios de manera prematura al campo laboral.  

La otra crisis por venir en la región será la propia de los sistemas bancario/financieros. Con el hiperdesempleo y la caída de los ingresos familiares, la situación de insolvencia de los deudores –tarde o temprano– hará explotar a los bancos comerciales que otorgaron créditos al consumo en condiciones de laxitud e irresponsabilidad. Si bien las utilidades bancarias tendieron a disminuir en los últimos meses, ello no se compara con la sangría sufrida en la caída de los ingresos familiares. La pregunta que esta situación suscita estriba en quién o quienes asumirán los costes de esta crisis que en el mediano plazo comprometerá a las economías nacionales de la región. En otros momentos de la historia reciente los costes de estas bancarrotas los asumieron los Estados y los trasmutaron en deuda pública intergeneracional, como en el caso de México y su FOBAPROA-IPAB. 

El desdoblamiento de las múltiples crisis que se aceleran con la pandemia en América Latina, obliga a pensar en un nuevo pacto social. Obliga a ir más allá del Consenso de Washington, del Consenso Post-Washington y del consenso pandémico. Reestructurar a los Estados latinoamericanos sobre bases sociales es solo una parte de los imperativos. El grueso del problema atraviesa por resolver el gran conflicto social zanjado con las estrategias de fundamentalismo de mercado adoptadas en los últimos cuarenta años; y ello supone erosionar los privilegios entronizados con las políticas desnacionalizadoras, aperturistas y luego neo-extractivistas y re-primarizadoras. 

Salir de estas crisis entrelazadas en la región implica ampliar la mirada y asumir que la pandemia no se reduce a una crisis sanitaria, que si bien algunos consideran que fue inesperada e imprevisible, no será transitoria ni efímera, sino que sus efectos y consecuencias serán prolongados, de largo plazo y con implicaciones profundas en la vida social de la región. Implica también redefinir las estructuras de poder, riqueza y dominación afianzadas durante las últimas cuatro décadas; y ello supone ir más allá de la falsa disyuntiva de más mercado o más Estado. Implica pensar el desarrollo con cabeza propia para salir de los cánones establecidos y que históricamente asfixiaron a América Latina o la hundieron en laberintos de distinta índole. 

Incentivar la recuperación económica es un primer paso necesario, pero no suficiente; recuperar los empleos perdidos y crear otros nuevos, es un paso indispensable, y para ello es fundamental canalizar a ese fin la inversión pública y renegociar las condiciones de la deuda para que este grillete sea condonado en el caso de aquellas naciones con economías frágiles. No solo bastan políticas económicas expansivas y reformas fiscales progresivas. Es imperativo ir más allá en un contexto crecientemente adverso signado por la lejanía de la recuperación económica y el deterioro de los principales indicadores de bienestar. Pero si ello omite asumir a la salud y al desarrollo como derechos humanos fundamentales, esos objetivos estratégicos serán en vano. De ahí la importancia de una sociedad latinoamericana organizada, activa y en movimiento que atempere y revierta la tiranía del mercado y del Estado. 

* Isaac Enríquez Pérez  es investigador, escritor y autor del libro La gran reclusión y los vericuetos sociohistóricos del coronavirus. Miedo, dispositivos de poder, tergiversación semántica y escenarios prospectivos. 

@info@linealaser.com.ar

Que opinen todos “libremente” (sólo si hay negocio)


Rebelión

Por Fernando Buen Abad Domínguez 


“No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu erecho a decirlo” , 

es la frase se atribuye erróneamente a Voltaire pero en realidad es de su biógrafa Evelyn Beatrice Hall.

Ahora resulta que lo “neutral”es “progre”, que puede decirse cualquier cosa como homenaje al “derecho” (aparentemente democrático) de permitir que cualquiera diga lo que se le antoje, en cualquier lugar y a cualquier hora. Que bajo el argumento, siempre en abstracto, de la “libre expresión” (¿de quiénes?) hay que darle palestra a los dichos (y hechos) que le salgan de las amígdalas a quien consiga, gratis o pagado, un altavoz. En suma, parece muy “pluralista”, ser copartícipe de la neo-colonización ideológica que habíamos acordado no volver a permitir en nuestras vidas. Resulta que ahora es de gente “abierta”, reducir la democracia al oficio -rentable- de quedar bien con todos. Los sirvientes de los medios profesan su voltreanismo con aire mesiánico.

En auxilio de semejante mascarada, “ni tardos ni perezosos” los mercenarios disfrazados de periodistas se procuran un “punto medio” (inexistente por otra parte) para granjearse “audiencias plurales” y no exactamente porque respeten las diferencias tanto como adoran los puntos del rating. Ya aprendimos lo suficiente del mercado de la “opinión pública” como para creer en la buena voluntad pluralista esos que, en realidad, inclinan todas las balanzas de sus intereses al lado del negocio, sea éste mercantil o político… o todas sus combinaciones. No compremos emboscadas del liberalismo mediático de comerciantes equilibristas.

Convencidos de que pontifican argumentos incontestables, algunos pícaros de los “mass media” han encontrado un camino “verosímil” para garantizarse amplitud de clientelas. Dan lugar a unos y otros por “igual” con un zopenco “sentido común” hijo del desparpajo y disfrazado de “librepensador”: “todos pueden decir lo que se les dé la gana”; que se es “libre de opinar” y que, al amparo del subjetivismo y el individualismo (“todo es según el color del cristal con que se mire”). Sueltan la lengua bajo el capricho de conspiraciones o compulsiones. Vivimos bajo el imperio de un verdadero torneo de irresponsabilidades lenguaraces. En especial cuando de detecta que, en una controversia asimétrica, el “más fuerte” procede de manera feroz, grosera y ultrajante, que se pasa de una discusión al ataque -e insulto- personal. Aunque parezca muy “educadito”, haciéndose pasar por democrático el oficio de vender publicidades o propagandas, a tiros y troyanos. 

Es inaceptable que, sea quien fuere, convoque al asesinato de personas o de grupos, lo disfracen como lo disfracen. Es inaceptable la burla, el linchamiento o la calumnia. Es inaceptable la apología del hambre, la pobreza o la explotación de las personas bajo el interés de unos cuantos magnates. Es inaceptable la violencia verbal o física, la tortura, la persecución y el espionaje. Es intolerable la destrucción de los ecosistemas, el dispendio de los recursos naturales y el tráfico de especies. Es inaceptable la trata de personas, la esclavitud de los pueblos frente a las narco-dependencias y los narco-negocios. Es inaceptable todo aquello que denigre a la especie humana, omita sus derechos fundamentales y pretenda frenar el desarrollo colectivo para, a cambio, privilegiar el lujo y el monopolio de unos cuantos. Semejante in-aceptabilidad es histórica y recorre las entrañas de las más cruciales luchas en el ascenso humano aún incompleto y demorado. No es aceptable que le pongan micrófonos a los paladines de lo anti-humano. Aunque tengan discursos muy bien enmascarados y mucho dinero. 

Crece la humanidad cuando fija posiciones firmes e irreconciliables como lo hicimos contra el nazi-fascismo. Crece cuando abraza la democracia participativa y se ocupa de garantizar lugar a las razones que piensan e incluyen a todos. Crece la especie humana cuando se compromete, y no transige, en defender la vida y el buen vivir, no cuando se traiciona todo para entregar negocios a cofradías de mafiosos. Lleven el apellido que lleven. Nuestra historia es la de una especie que asume decisiones y las desarrolla de manera dialéctica… superadora. No habría civilizaciones sin una estructura y superestructura, enormes, descansadas en compromisos irrenunciables. 

Algunos ahora (no sin hacerse sospechosos) vociferan la defensa de espacios para escuchar lo “diferente” que, ya desenmascarando, no es sino dar micrófono a criminales imperdonables aunque algunos gocen de libertades arropados por el jet set de la impunidad y la impudicia. Son corifeos retrógradas que en nombre de un liberalismo (de los negocios) pavimentan la libre circulación de ofensivas ideológicas contra la especie humana toda y contra sectores específicos víctimas de las canalladas del sistema. Y ganan fortunas con eso. Hay ejemplos a raudales. Tal estrategia, que no es nueva, se renueva según las urgencias de las derechas que no encuentran cuadros nuevos y se ven obligadas a resucitar a sus muertos vivientes envueltos en celofanes demagógicos. Levantan a sus cadáveres ideológicos para que den conferencias, seminarios y ruedas de prensa. Los insertan en todo tipo de programaciones televisivas o radiofónicas, de prensa escrita o de “redes sociales”. Sacan a pasear a sus difuntos intelectuales para que esparzan las pestes (que creímos superadas) como si fuesen baluartes filosóficos o “tesoro de la juventud”. Y hay charlatanes mercenarios, que limosnean rating a cualquier precio, muy prestos a bajarse los pantalones para hacer de “patiños” ideales al portavoz de las canalladas que lavaran la cara de sus crímenes… ante públicos “pluralistas”. Dicen que tienen “todo el derecho”. Y no lo tienen. Que lo decidan las víctimas. 

No es aceptable decir cualquier sandez y menos aceptable es su defensa desvergonzada. Aunque se tengan títulos o licencias. Aunque se digan en tono “culto” o con histrionismo de erudito. Es imperativo sostener mucha firmeza en este terreno. Nos han asfixiado con su verborrea estiércol. No se trata de prohibir las ideas ni el derecho a sostenerlas libremente, de lo que se trata es de asegurarse de que, tales ideas, no trafiquen impúdicamente para infligir más penurias a los más débiles, ni más opresión a los históricamente oprimidos. Ofende la inteligencia de los pueblos que han debido fumarse, hasta el hartazgo, las justificaciones más obscenas del capitalismo en todas sus variedades. Hay que dejar en el mausoleo de la manipulación la “buena voluntad” volteriana y, a cambio, “con los pobres de la tierra la suerte echar”. Y más que ocuparse de dar micrófono a los canallas, hay que expropiarlo desde las luchas sociales que realmente tienen cosas nuevas para decirle a la Historia toda. Hay que democratizar las herramientas de comunicación y de producción de sentido. No más emboscadas plañideras defensoras de la libertad burguesa. Hay que democratizar la palabra. Ponerle a los micrófonos la semántica emancipadora de pueblos en combate contra la dictadura eterna del discurso de los mismos. Los de siempre.

Dr. Fernando Buen Abad Domínguez. Director del Instituto de Cultura y Comunicación y Centro Sean MacBride, Universidad Nacional de Lanús. Miembro de la Red en Defensa de la Humanidad. Miembro de la Red Verdad. Miembro de la Internacional Progresista. Miembro de REDS (Red de Estudios para el Desarrollo Social)



martes, 29 de diciembre de 2020

La CCC condena decisión adoptada por tribunal de Tocoa sobre caso Guapinol y anuncia realización de mítin


Defensores en Línea

Por Marc Allas 

La Convergencia contra el Continuismo (CCC), realizará un mítin este lunes 21 de diciembre a partir de las 10:00 am, frente al Ministerio Público (MP), en protesta por la decisión de la jueza Zoe Guifarro del Juzgado de Letras Seccional de Tocoa, departamento de Colón, quien descartó la revisión de medidas solicitadas por los apoderados legales de los defensores del agua y del territorio de Guapinol y que decidió mantenerlos “en privación de su la libertad en cárceles de Olanchito y La Ceiba”.

“La CCC condena y repudia la determinación que tomó la jueza en el caso de los defensores del agua y del medio ambiente de la comunidad de Guapinol, en el municipio de Tocoa, departamento de Colón, afirmó Bertha Oliva; Coordinadora General del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) y miembra de la Coordinación Nacional de la Convergencia contra el Continuismo (CCC).

La Coordinadora General del COFADEH indicó que la jueza no aceptó la revisión de medidas sobre el caso Guapinol, requerida por la defensa al cumplirse casi 2 años de mantenerlos en las cárceles de Olanchito y La Ceiba, Atlántida, respectivamente.Oliva añadió que “exigimos que no se lleve a cabo el juicio, porque es ilegal y arbitrario, así que por lo tanto lo que procede es la liberación de los 8 ambientalistas de Guapinol”.

La jueza no aceptó que los ambientalistas y por lo tanto defensores de derechos humanos, se defendieran en libertad, “y la justificación de la determinación de la jueza fue mandarlos de regreso a la cárcel bajo el argumento que no es legal; que la defensa no había aportado nada nuevo sobre el caso”, dijo Oliva a www.defensoresenlinea.com

Lo que se está alegando es que ha habido una violación a los derechos humanos a los defensores de la Montaña Botaderos y de los ríos San Pedro y Guapinol frente a la destrucción que está produciendo el extractivismo provocado por la empresa minera Los Pinares, propiedad de Lenir Pérez, ligado a la familia Facussé, que explota amplias plantaciones de palma africana en la zona norte de Honduras y gran parte de territorios en la Península de Zacate Grande frente al Gofo de Fonseca.

Para Bertha Oliva, para la CCC y para el movimiento social hondureño, los ambientalistas de Guapinol que guardan prisión en las cárceles hondureñas, “son presos políticos del régimen de Juan Orlando Hernández”.

“La determinación de la jueza es totalmente arbitraria, e ilegal, como ilegal es todo lo que se ha venido gestando durante el régimen inconstitucional de Juan Orlando Hernández es ilegal e ilegítimo”, sostuvo Bertha Oliva.

Consultada sobre lo que hay detrás de la decisión de la jueza Zoe Guifarro, Bertha Oliva señaló que lo que “hay detrás es la orden y la determinación de mandar un mensaje claro y que; lo que ratifica, es que no hay sistema de justicia en el país”.

Y también que esa decisión representa un apoyo a las empresas transnacionales para que sigan extrayendo recursos naturales en nuestro territorio, sostuvo la reconocida defensora de derechos humanos.Por otro lado, Bertha Oliva sostuvo que la decisión  del tribunal de Tocoa, ratifica una vez más que los defensores del agua y del ambiente de Guapinol, son “en efecto, presos políticos del régimen, porque no hay ninguna argumentación legal que justifique la privación de libertad por casi dos años de los defensores de Guapinol”.

Bertha Oliva insistió en que el régimen de Juan Orlando Hernández mantiene cooptados todos los poderes del estado.

Y señaló que mientras el régimen está liberando a políticos y empresarios involucrados en sonados casos de corrupción en Honduras, aplicando el nuevo Código Penal, por otro lado, se está ensañando contra defensores y defensoras de derechos humanos, citando como ejemplo; el caso Guapinol.

Como señaló el editorial del COFADEH en la emisión de su programa radial “Voces contra el Olvido “ del sábado 19 de diciembre en Radio Globo: “Mientras tanto, en Tocoa, Colón, el juzgado de letras fue rodeado con militares y policías, impidió la difusión pública de la audiencia y limitó el acceso al juicio contra ocho defensores del agua de Guapinol injustamente privados de su libertad desde hace dos años. Y cuando llegó el mediodía del viernes, la jueza Zoe Guifarro anunció que su fallo sería hasta el sábado 19 de diciembre”.

“El fallo, efectivamente llegó el sábado, pero dictado al revés, a la medida del crimen organizado que presiona y controla la justicia, que utiliza el derecho penal para criminalizar la lucha social. La jueza Guifarro mantiene en prisión a ocho defensores de la vida bajo el argumento que no hubo elementos nuevos para dejarles en libertad. Y así, otra vez, ese retrato perverso de la injusticia está frente a nosotros”, señaló el editorial del COFADEH.

Más adelante el editorial sostuvo que: “Este doble rasero de la injusticia hondureña, uno que se muestra manso frente al crimen organizado de las élites cachurecas y liberales, y el otro hostil frente a los defensores sociales del medio ambiente, sólo es posible entenderlo en el marco de una dictadura”.

La dictadura Hernández se deshizo en principio de las competencias de Callejas, de Maduro, de Ricardo Álvarez, de Pastor y del tal Papi, que eran ruidosos en el círculo cachureco pero estaban agarrados del cuello y con la bota puesta encima, por sus actos corruptos. Igual que Oliva.

Después la sociedad de Hernández con el dueño del partido liberal le ha permitido el control de la otra banda de magistrados con la cual el poder judicial está a su disposición para castigar a unos, premiar a otros y controlar a los demás.

Con este juego de poderes dentro de las elites, el crimen organizado está con las manos libres para operar en los territorios. En la costa atlántica se juegan millonarios intereses para pedacear el territorio y en la costa sur, igualmente.

El interés geoestratégico del capital transnacional apunta hacia esas zonas en perjuicio de la población local, que sin embargo resiste a ese modelo extractivo, militarista y salvaje contra los bienes naturales.

“En Colón, por ejemplo, la jueza que condenó a la población de Guapinol a dormir anoche en las afueras del tribunal a la espera de su fallo, sabía muy bien que las inversiones Pinares han estado libres operando en la montaña, sin las restricciones de circulación que impone la pandemia. Pero la población es consciente y valiente”.

“Durante la vigilia, la esposa de Jeremías Martínez – uno de los ocho hombres encarcelados hace 15 meses en Olanchito – decía que es ridículo ese argumento policial que ha resistido la liberación de los acusados porque van a regresar a integrar la banda”, sostuvo el editorial de COFADEH sobre este tema, en su emisión del programa “Voces contra el Olvido”, del sábado 19 de diciembre por la cadena Radio Globo.

Entretanto, la alianza Centroamericana Frente a la Minería presentó el sábado 12 de septiembre de 2020, el reporte denominado “Guapinol Resiste: Orígenes del Conflicto Minero en el Bajo Aguán”.

El reporte establece que en en la ciudad de Tocoa, el estado hondureño se ha enfrentado a comunidades organizadas que se oponen a las actividades extractivas de la empresa Inversiones los Pinares con prácticas sistemáticas de criminalización, persecución y agresión física contra los habitantes que buscan defender el territorio donde habitan y sus fuentes hídricas.

En dicho informe respaldado por tres universidades internacionales (Western University de Canadá, Ferris State University de los Estados Unidos y la Universidad de Londres, (Inglaterra), se indica que las víctimas y los testigos entrevistados identificaron a los cuerpos militares, la policía y grupos armados locales, empleados como guardias de seguridad por la empresa, como los principales responsables de estas acciones.

“Estas violaciones de derechos humanos son un ejemplo claro de la violencia generalizada que sufren los defensores de derechos, líderes indígenas y sociales, y pequeños agricultores en Honduras cuando resisten la legalidad de megaproyectos corporativos y las industrias extractivas”, resaltó el reporte.

Los defensores del agua, del medio ambiente y de los territorios, que son presos políticos del régimen y que permanecen en cárceles hondureñas, son: Ewer Alexander Cedillo Cruz, José Abelino Cedillo Cantarero, José Daniel Márquez Márquez, Kevin Alejandro Romero Martínez, Porfirio Sorto Cedillo, Orbin Nahúm Hernández, Arnold Javier Alemán que están presos en la cárcel de Olanchito, departamento de Yoro y Jeremías Martínez que se encuentra privado de su libertad en la cárcel de La Ceiba, departamento de Atlántida.

Mientras tanto y para resaltar la criminalización que existe de parte del régimen de Juan Orlando Hernández en contra de defensores, es preciso citar el caso de 2 defensores del ambiente y los territorios indígenas lencas del departamento de La Paz.

El pasado 17 de diciembre de 2020 y luego de más de seis horas en audiencia inicial en contra de Víctor Vásquez, miembro de la Coordinación General de Movimiento Indígena Lenca Independiente de La Paz Honduras (MILPA-H) y Santos Vigil, socio de la Base Campesina Nueva Esperanza, se les dictó prisión preventiva por el delito de desplazamiento forzado.

Víctor, como defensor de la tierra y el territorio, dio acompañamiento a los campesinos de la Base Nueva Esperanza, donde Santos Vigil es miembro, pero fueron acusados injustamente por los supuestos dueños de tres delitos, de los que la juez desestimó dos, pero quedan privados de libertad por el delito de desplazamiento forzado.

Luego de conocer el fallo, el abogado Roger Medina expresó  que “los compañeros Víctor Vásquez y José Santos Vigil fueron procesados por los delitos de robo, desplazamiento forzado y daños, ellos son líderes ambientalistas, defensores del agua, del medio ambiente, del  bosque y de los derechos humanos, y lastimosamente se les ha venido haciendo de parte de la Fiscalía un ataque sistemático, porque hace dos semanas aproximadamente, por otros dos delitos, se les  decretó sobreseimiento definitivo”.