Radio Progreso
En un país tan atiborrado de problemas, conflictos y violencias, no deja de ser paradójico que haya tanta gente que busque un puesto ya sea como candidato a alcalde, diputado, designado a la presidencia o como presidente de la República. ¿Dónde está el encanto de buscar un cargo público en un Estado con una institucionalidad damnificada? ¿Es porque es honrado el discurso de servir a la patria o es porque en un Estado degradado los corruptos sacan mucho más provecho personal?
Si fuese por los discursos de los precandidatos, la motivación predominante es la de servir a la patria. Todos los precandidatos de las corrientes de los tres partidos contendientes dicen aspirar a un puesto de elección popular porque tienen amor por Honduras y porque se consideran servidores del pueblo.
Una vez que pasen estas primarias, además de los candidatos que sean elegidos, se sumarán los que esperan agazapados en los otros partidos políticos que participarán en las elecciones generales de finales de noviembre de 2013. Todos dirán que se lanzan en sus candidaturas porque buscan la transformación de Honduras. Y así lo hemos escuchado desde hace treinta años que llevamos de procesos electorales y de alternancia en la administración pública por parte de los dos partidos más tradicionales.
Unos más, otros menos, pero tanto los candidatos y partidos que tienen ideas progresistas o de izquierda como los que se definen de centro y los que son de derecha y de extrema derecha, coinciden en decir que son distintos a los demás, porque mientras los demás buscan aprovecharse del Estado y abusar del pueblo, ellos sí están comprometidos con los cambios que el país está necesitando.
Si de verdad las personas fuesen sinceras y honestas en sus planteamientos al aspirar a un puesto en el gobierno, serían muy contadas las que se atreverían a lanzarse a serlo en un país con tantos problemas como el nuestro. Los candidatos que salgan electos de estas elecciones primarias han de tener muy en claro que se van llenar de problemas, si es que de verdad buscan servir a la sociedad como lo han vociferado en su campaña política.
Los candidatos que salgan electos este domingo tienen delante de sí la realidad de un país que no acepta discursos vacíos, medias tintas, cancioncitas, remiendos y discursos. Tampoco estamos para candidatos redentores y paternalistas, que ofrecen resolver todo y darle todo a la gente. Los candidatos que salgan electos deberán prepararse para hacer propuestas serias y realistas, situadas en la búsqueda de consensos mínimos en el marco de un pacto social con contenidos que representen las demandas de los diversos sectores de la sociedad.
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