sábado, 13 de diciembre de 2014

Arriba las manos (y ojalá no te asfixien)



Por Amy Goodman, con la colaboración de Denis Moynihan *

Otro afroestadounidense muerto a manos de la policía. Otro gran jurado que decide no presentar cargos contra el policía responsable: ni por asesinato, ni por homicidio culposo, ni por agresión. Ni siquiera por conducta imprudente y temeraria. Vivimos en un país donde reina la impunidad; al menos para quienes están del lado del poder.

El verano pasado, tras cubrir las protestas en Ferguson, Missouri, volví a la ciudad de Nueva York y fui directamente a Staten Island a cubrir la marcha en protesta del asesinato a manos de un policía de Eric Garner, un afroestadounidense de 43 años de edad, padre de seis hijos. El caso fue notablemente similar al asesinato en Ferguson, donde el oficial de policía Darren Wilson disparó y mató al adolescente afroestadounidense desarmado Michael Brown. Ambos casos involucraron oficiales de policía blancos que aplicaron fuerza letal. Ambas víctimas eran afroestadounidenses desarmados. En ambos casos los fiscales locales, con estrechos vínculos con los departamentos de policía locales, pudieron controlar el gran jurado. Pero hubo algunas diferencias entre los casos. La principal es que el asesinato de Eric Garner fue registrado en video.

Si se observa cuidadosamente el video, en el momento en que Daniel Pantaleo, el oficial de la policía de Nueva York, lo somete a una llave de estrangulamiento prohibida, se ve a Eric Garner alzar las manos en señal de rendición, tal como se entiende internacionalmente. Acto seguido, es derribado por un grupo de policías y se lo escucha decir varias veces que no puede respirar. Lo dice un total de once veces antes de dejar de forcejear y morir.

¿De dónde provino este video? Un joven llamado Ramsey Orta se encontraba cerca de Garner en esa tarde del 17 de julio cuando llegó la policía. Orta sacó su celular y filmó todo el hecho. Pantaleo fue atrapado in fraganti y la prueba fue expuesta a la vista de todo el mundo. Pese a ello, el gran jurado decidió no presentar cargos contra él. Solo dos personas fueron arrestadas tras la muerte de Garner: Ramsey Orta, quien filmó el video, y su esposa, Chrissie Ortiz. Chrissie declaró a una estación de televisión local que desde que Ramsey fue identificado como el autor del video, ambos habían sido sometidos a acoso policial. Ramsey fue arrestado al día siguiente de que el médico forense de la ciudad declarara que la muerte de Garner había sido un homicidio. Poco después, Chrissie también fue arrestada. Los vi en la marcha de Staten Island aquel sábado, parados cerca del lugar donde murió Garner. Les pedí comentarios, pero tenían miedo y se refugiaron en la misma escalera donde estaba Ramsey mientras filmaba la muerte de Garner.

En esa marcha de Staten Island del 23 de agosto, si bien Ramsey y Chrissie optaron por no hablar, muchas otras personas lo hicieron. Una de ellas fue Constance Malcolm, madre de otro joven afroestadounidense muerto a manos de la policía: “Mi nombre es Constance Malcolm. Soy la madre de Ramarley Graham. El [procurador general] de Staten Island no debería estar a cargo de este caso. No queremos que ocurran las mismas cosas que en el Bronx cuando nos fallaron en el caso de Ramarley. No podemos permitir que eso pase. Necesitamos que vengan funcionarios federales y se ocupen del caso ahora mismo. Es necesario que se responsabilice a los culpables”,

También entrevisté a Imani Morrias, una niña de tan solo 12 años de edad: “Necesitamos mostrarle a la comunidad que estos oficiales de policía deben ser disciplinados y sentenciados por todo lo que causaron. Ya causaron mucho dolor”.

Cerca de allí, otra joven afroestadounidense que solo dio su nombre propio, Aniya, marchaba solemnemente. Aniya tiene 13 años de edad. Le pregunté qué deseaba lograr con la protesta: “Vivir hasta los 18 años sin que me disparen. Quiero crecer, vivir la vida. No quiero morir en cuestión de segundos por culpa de la policía”.

La noticia sobre la decisión del gran jurado en el caso de Garner fue difundida en Staten Island al mismo tiempo que, a cientos de kilómetros de distancia, en Cleveland, se terminaba de celebrar el funeral de otro afroestadounidense muerto a manos de la policía. Tamir Rice, de 12 años, estaba agitando una pistola de juguete en un parque público el 22 de noviembre cuando un policía de Cleveland llegó en un patrullero, bajó bruscamente y le disparó de muerte. El sueño de Aniya de unos meses atrás aparece como un fantasma en el funeral de Tamir: “Vivir hasta los 18 años sin que me disparen”.

Mientras se difundía que el oficial Daniel Pantaleo no sería imputado por la muerte de Eric Garner, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, respaldó a los líderes afroestadounidenses en Staten Island. “Este debe ser un momento nacional de duelo, de dolor y de búsqueda de soluciones. Hemos escuchado decir una y otra vez la misma frase básica de parte de personas de diversos orígenes: que las vidas afroestadounidenses importan. Y lo han dicho porque era lo que había que decir. Es una frase que no debería tener que pronunciarse jamás, debería ser evidente. Pero, lamentablemente, nuestra historia exige que lo digamos. Porque, como dije el otro día, no es un problema del año 2014. No se trata de años de racismo que condujeron a esto, ni de décadas, sino siglos de racismo que nos han conducido al día de hoy. Esa es la profundidad de la crisis”. Miles de personas se congregaron a lo largo de la ciudad de Nueva York para repudiar la decisión del gran jurado. Se juntaron en Staten Island, en la escena del crimen, donde Garner murió, y en Harlem, Times Square y Union Square. Entre los carteles se podía leer “Ferguson está en todas partes”.

Las protestas en contra de la impunidad recién están comenzando.

© 2014 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
* Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

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