lunes, 29 de diciembre de 2014

Nelly del Cid recibió el Premio Mariposa del año



“Todas somos mariposas, cada una de nosotras tenemos la fuerza para transformar la realidad”, estas fueron las primeras reacciones de Carmen Manuela del Cid, más conocida como Nelly del Cid cuando se enteró que fue elegida Mariposa del año 2014, un reconocimiento que entrega el Foro de Mujeres por la Vida. 

Fue en una reunión, en un compartir con las organizaciones que conforman el Foro que se otorgó este reconocimiento a Nelly por su aporte en la lucha en defensa de los derechos de las mujeres. 

Nelly del Cid es parte de Tejedoras de Sueños, un programa de las Hermanas de la Misericordia que acompaña a las mujeres de distintas organizaciones de la zona noroccidental, a través de retiros espirituales, sanación alternativa, formación para la no violencia. En los últimos años se acompaña a mujeres privadas de libertad de El Progreso e indígenas tolupanes de la zona montañosa del departamento de Yoro. 

El programa lleva funcionando y fortaleciendo la parte espiritual de las mujeres desde 2001. 


Cinco mariposas y vienen más 

Carolina Sierra, de la coordinación del Foro de Mujeres por la Vida, aseguró que fue un día especial para el foro y todo el movimiento feminista, ya que el premio es reconocer el poder y la sabiduría de las mujeres. 

“Nelly es una de las fundadoras del Foro, y es especial que nosotras mismas como mujeres reconozcamos las capacidades y fuerza que tenemos para seguir apostando a cambios que buscan reivindicar nuestras vidas y proponer nuevas formas de ver el mundo”, dijo Sierra. 

El reconocimiento a Carmen Manuela del Cid, es el quinto que se entrega. La primera mariposa fue Martha Velázquez, del Movimiento de Mujeres del Sector López Arellano, seguida Martha Sandoval, lideresa de movimientos sociales y populares, la tercera Maritza Paredes del equipo de Monitoreo Independiente de Honduras, EMIH, el año 2013 Margarita Navarro del ERIC-RP y la Red de Mujeres de Mujeres del progreso, Remupro.

“Buscamos agradecer y reconocer en vida, cuando podemos abrazar y decir lo que sentimos, demostrar la fuerza y el poder de mujeres que desde sus espacios hacen labor de defensoría de derechos humanos”, concluyó Carolina Sierra. 

El espacio se aprovechó para presentar la canción oficial de la campaña Ni encerradas Ni con miedos. La rapera guatemalteca Rebeca Lane, compartió, cantó y bailó con las compañeras de las distintas organizaciones. 

A Mecate Corto dedicó su sección Con Ojos de Mujeres a Nelly del Cid, a continuación compartimos la vida de esta valiosa mujer, la Mariposa del año 2014. 


Nelly del Cid: Una tejedora de sueños desde la misericordia

Mucha gente la conoce como “Nelly”, pero pocos saben que su verdadero nombre es Carmen Manuela del Cid Mata. Una mujer que se describe como una persona que lucha cada día por ser más humana, que busca ser coherente con sus ideas y valores. 

Nelly, se declara comprometida con la justicia y la lucha que las mujeres emprendieron décadas atrás por la construcción de nuevas relaciones, donde se respeten y garanticen los derechos de cada ciudadano y ciudadana. 

Es una mujer que quiere convencer a otras personas que a este mundo no hemos venido a sufrir, sino a ser felices, por eso intenta que cada día sea especial. 

Sus estudios primarios los realizó en la Escuela de niñas del municipio de Choloma, Cortés de donde es originaria. El año que inauguraron el Instituto primero de mayo, fue su primer año de ciclo común y sus estudios superiores los culminó en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, UNAH y una maestría en Teología en la Universidad José Simeón Cañas, UCA El Salvador. 

Desde pequeña Nelly era muy tímida. Fue hasta en la etapa de la secundaria donde fue dejando atrás la timidez. En ese tiempo, comenzó a socializar con sus compañeras y amigos. Aprendió a superar sus propios temores, miedos e inseguridades. 

Para Nelly, parte de su timidez fue producto de esas relaciones violentas entre sus padres. Su papá ejerció violencia hacia su  madre durante años y eso afectó su vida y la de sus hermanos. Su niñez fue difícil porque hubo violencia doméstica, esa violencia que sigue afectando miles de hogares en Honduras. 

Varios años después,  Nelly se sumó al trabajo de organización y formación con las mujeres. El empoderar de sus derechos a decenas de mujeres y trabajar por la construcción de un mundo mejor le llenaba de satisfacción y la animaba a continuar en ese camino lleno de esperanzas y grandes dificultades. 

En los años ochenta el papá de Nelly fallece. Justo cuando acababa de ingresar a la universidad. Para esos días se produce una huelga estudiantil debido a un incremento injustificado al pasaje de los estudiantes. Nelly participó en la toma de carretera en protesta a ese incremento. Fue junto a sus compañeras y compañeros desalojada brutalmente por la policía. En todo ese relajo, uno de los estudiantes fue herido y para llevarlo a ser atendido lo chinearon entre varios compañeros. La vida de ese  joven pasó por las manos de Nelly.  Él murió debido a la represión ejercida por las fuerzas del Estado.  

A partir de ese momento su vida cambió. La sensación que dejó aquella muerte, sumada a la pérdida de su padre removió muchos sentimientos, que la  transformaron  para siempre. 

Después de estos dos hechos, Nelly se enferma y pierde el período académico. Para mejorar su salud física y mental se traslada por un tiempo a una montaña junto a unos familiares. Pasó un tiempo en aquel lugar, luego regresó a casa para atender un negocio que tenían con su madre y hermanos. Confundida por lo que será su vida, rezaba para pedirle a Dios que la iluminara el camino. 

Un día atendiendo el negocio de su familia, entró una monja con su hábito y le dice: ¿tiene un baño que me preste?, para Nelly,  esa era la señal. Buscó al párroco de la zona y se puso en contacto con las hermanas de la Misericordia, donde continuó sus estudios e hizo sus votos temporales. 

Nelly no realizó sus votos finales. Y ahora se declara religiosa de la vida, una mujer intensa que disfruta cada día de sus aciertos y errores. Libre para volar y alcanzar cada una de sus metas.  Si le tocara morir en este momento, moriría contenta. Porque ha puesto un granito de arena en la transformación de este mundo. 

Nuestra tejedora de sueños, sigue soñando con un mundo donde la gente se sienta contenta, un mundo donde haya espacio para todos y todas. Sueña con un mundo donde cada niño y niña tengan las oportunidades de realizarse, que se cultive el respeto y la cultura. Donde no haya diferencias. 

No hay comentarios: