martes, 9 de diciembre de 2014

La traducción al inglés de "Leyendo a Gramsci" de Francisco Fernández Buey


Rebelión

Por Salvador López Arnal

Estamos de enhorabuena. Primero ha sido Manuel Sacristán, traducido, presentado y anotado por Renzo Lorente. Ahora es su discípulo y amigo Francisco Fernández Buey. 
Brill acaba de publicar, en traducción de Nicholas Gray, uno de sus libros más importantes, más esenciales: Leyendo a Gramsci (Reading Gramsci) publicado por El Viejo Topo en castellano en 2001.

Aquí puede verse la información: http://www.brill.com/products/book/reading-gramsci. Y aquí está la portada del libro:

Leyendo a Gramsci, se señala en la contraportada de la edición inglesa, es una colección de ensayos de Francisco Fernández Buey que tiene un eje unificador: la actualidad de las reflexiones políticas, filosóficas y personales de Gramsci para todos aquellos que deseen comprender y transformar este grande y terrible mundo del capital. Leyendo a Gramsci es, también, de interés filosófico y biográfico para los estudiosos de la tradición comunista.

Fernández Buey, se apunta, “nos habla del pensamiento íntimo de Gramsci en torno a la relación entre el amor y el compromiso revolucionario a partir de su correspondencia personal. Revela cómo el pensamiento de Gramsci se enriquece con el marxismo y las reflexiones de Maquiavelo para formular su concepción de la política como una ética colectiva. Vuelve a construir la trayectoria del pensamiento de Gramsci en los Cuadernos de la cárcel, y nos aclara las reflexiones de Gramsci sobre la relación entre el lenguaje y la política”.

Puedo asegurarles que este es uno de los libros de los que el autor de Para la tercera cultura (otro libro que merece ser traducido) estaba más satisfecho. ¿No es ésta una buena ocasión para leerlo o releerlo, en castellano o en inglés?

Un paso sobre el revolucionario sardo de su libro póstumo:

“Ya Antonio Gramsci, un historicista serio, llamó la atención acerca de este exceso al indicar cómo la superficial infautación por la ciencia conlleva ilusiones ridículas, porque al esperarse demasiado de ella se la acaba convirtiendo en una “superior hechicería”. Y en diálogo con su amigo y benefactor, el célebre economista Piero Sraffa, el editor de David Ricardo, escribía en una nota de los Cuadernos de la cárcel algo que todavía nos da qué pensar:

Hay que preguntarse si la economía pura es una ciencia o si es “alguna otra cosa”, aunque trabaje con un método que, en cuanto método, tiene su rigor científico. La teología muestra que existen actividades de este género. También la teología parte de una serie de hipótesis y luego construye sobre ellas todo un macizo edificio doctrinal sólidamente coherente y rigurosamente deducido. Pero, ¿es con eso la teología una ciencia?”

Seguramente no, tampoco la economía probablemente… que es “alguna otra cosa”. Digan lo que digan los economistas por supuesto. 

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