sábado, 13 de diciembre de 2014

Comprar gobernabilidad



Análisis de realidad mensual Noviembre 2014

La situación difícil de las finanzas del Estado pusieron de rodillas al país frente a organismo financieros internacionales como el Fondo Monetario Internacional al que se le rogó para lograr un acuerdo al que no se llegaba desde el último que finalizó en marzo del año 2012.

Como país debemos estar claros que la firma con el Fondo Monetario Internacional es un mal necesario y urgente para el gobierno. La firma es nada más el aval que necesita Honduras para tocar las puertas de los financiadores internacionales y adquirir más deuda con el fin de tener un respiro económico en esta, tan agobiada, economía del país.

Con estos fondos frescos, que se acercan a unos 500 millones de dólares a los que podrá acceder el gobierno, le servirá a Juan Orlando Hernández para aliviar sus deudas y así “comprar gobernabilidad”. En el país hay reclamos de salarios, transferencias, pagos altos por deudas adquiridas, que el gobierno no tiene de dónde pagar. La firma con el Fondo Monetario Internacional se va a traducir en deudas que el país adquirirá para pagar otras deudas ya contraídas. Es decir destapar un hoyo para tapar otro.

En esta desesperación por “comprar gobernabilidad” es que entra el Fondo Monetario Internacional que con sus recetas mágicas llevan junto al gobierno a comprometer al país entero poniendo en riesgo hasta su propia soberanía. Al final lo que Juan Orlando busca es financiar su presupuesto para el próximo año y se propusieron lograrlo al precio que sea.

Un análisis del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, Icefi, cuestiona seriamente la propuesta de presupuesto que mandó el ejecutivo al Congreso Nacional ya que no responde a los sagrados intereses de la población. Los pobres son los que pagan los impuestos, los pobres son los que financian los presupuestos, Juan Orlando compra gobernabilidad a costilla de los pobres.

Pero las apuestas a futuro deben ser tratar de enderezar el camino y tratar de buscar la menor independencia posible de organismos como éstos que al final imponen sus políticas a cambios de préstamos que la población hondureña paga y paga caro. Si no se toman las medidas que corresponden ahora, el camino económico seguirá torcido y el sistema seguirá siendo un productor incansable de pobres y poniendo en agonía la existencia de países tan pequeños como Honduras.

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