jueves, 19 de marzo de 2015

Mujeres organizadas demandan equidad laboral para las trabajadoras domésticas



En Centro América, al menos una de cada diez mujeres son trabajadoras domésticas, y en Honduras, hasta el año 2010, las mujeres representaban un 94 por ciento de dicha clase trabajadora. En datos más exactos, en el país cerca de 100 mil mujeres son empleadas domésticas, sin embargo, esa clase trabajadora no ha sido incluida en el marco regulatorio o el Código del Trabajo.

De acuerdo a los datos registrados en la Red de Trabajadoras Domésticas –RTD-, en el país una mujer que presta sus servicios como empleada doméstica, y que no cuenta con una estabilidad laboral, mensualmente recibe un salario de mil lempiras.

Suyapa Martínez, directora del Centro de Estudios de la Mujer Honduras –CEM-H- considera urgente y necesario crear un marco regulatorio, basado en el Convenio 189 sobre trabajadores y trabajadoras domésticas de la Organización Internacional del Trabajo –OIT-, que garantice todos los derechos laborales a ese grupo de mujeres que durante décadas ha sido discriminado.


“Se trata que las trabajadoras domésticas ya no sean tratadas como antes, o sea, que estaban en una cuestión diferenciada en el Código del Trabajo, se trata que ellas tengan los mismos derechos que tienen todos los trabajadores en el país”, expresó Martínez, al referirse a una propuesta de Ley de Trabajo Doméstico presentada en el Congreso Nacional.

Agrega que “no es posible que sostengamos nuestras familias a costa de la explotación o la esclavitud de otras mujeres”.

Zulema Cruz, vocera de la Red de Trabajadoras Domésticas, expresa que como empleadas organizadas le apuntan a que el gobierno de Juan Orlando Hernández establezca un salario mínimo y les garantice una jornada digna de trabajo: “hay jovencitas que quieren estudiar y por la economía de nuestro país no hay empleo, y por ellos muchas se internan trabajando siendo sujetas, prácticamente como esclavas, de cinco de la mañana a diez de la noche, jornadas extendidas por salarios de 1, 900 lempiras”.

“Le pedimos al gobierno que ratifique el Convenio 189; que dentro de ese Convenio están muchos de los derechos que como empleadas y clase trabajadora que somos tenemos derecho. Tenemos derecho al Seguro Social, a las vacaciones y tenemos derecho a ganar como cualquier otro trabajador”, demandó Cruz.

Congreso Nacional estudia Ley de Trabajo Doméstico

Actualmente, en el Congreso Nacional se estudia una iniciativa de Ley de Trabajo Doméstico, presentada por la diputada liberal Yadira Bendaña, con la que se pretende que las autoridades de la Secretaría de Trabajo, en conjunto con organizaciones sindicales y mujeres domésticas, establezcan un salario mínimo para ese sector laboral.

“Esencialmente el proyecto propone que se reconozca los días festivos, derecho a vacaciones, derecho al decimotercero y decimocuarto mes de salario, el pago de sus cesantías, el manejo de los embarazos; también se establece que se realicen contratos en los que enmarquen los deberes y derechos del patrono y del trabajador”, explicó Bendaña.

La iniciativa de Ley, que fue turnada a una comisión especial para que sea discutida con los diferentes actores y que, según la congresista, está basada en el Convenio 189 de la OIT, no determina una base salarial: “el proyecto dice que se debe establecer una base salarial que debe ser escalonada y que debe ser establecida por la Secretaría de Trabajo en coordinación con los diferentes sectores involucrados”, agregó la congresista.

Durante la primera legislatura el diputado de la bancada del Partido Libertad y Refundación –LibRe-, José Luis Cruz, presentó a la cámara legislativa una iniciativa de reforma al Código del Trabajo, para las trabajadoras domésticas devengaran el salario mínimo que establece dicho estatuto para la clase laboral.

El Convenio 189 sobre trabajadores y trabajadoras domésticas, de la Organización Internacional del Trabajo, insta a los Estados a promover los principios y derechos fundamentales de  libertad de asociación,  libertad sindical y la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio para la clase trabajadora doméstica.

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