jueves, 12 de marzo de 2015
Día del campesinado hondureño
Desalojo campesino en Choloma extiende crisis agraria olvidada por el Estado
Cada 4 de marzo se celebra el Día del campesinado hondureño. Una fecha que hace memoria a la resistencia contra inversiones imperiales y terratenientes, a la defensa de la tierra y de la vida, sabe a dignidad compartida de hombres y mujeres. A pesar de sus luchas históricas en defensa de la riqueza del país, del aporte a la alimentación de miles de personas, los campesinos son uno de los sectores abandonados y empobrecidos del país.
En contraste al abandono del gobierno central y del sector empresarial, los campesinos y campesinas representan el 50 por ciento de la población nacional. Sus manos marcadas por los callos y cicatrices, son las principales responsables de la producción del maíz, frijoles, verduras que sacian el hambre de miles de hondureños. Con su honestidad y trabajo diario los campesinos del sur, norte, oriente y centro del país le gritan al mundo que Honduras es más que la clase política corrupta, es más que la avaricia del gran empresariado y mucho más que el cinismo de muchos dirigentes obreros y campesinos.
Recordar este día del campesinado es hacer memoria a Chungo Guerra o a Margarita Murillo y a cientos de hombres y mujeres a quienes la avaricia de terratenientes, ganaderos y militares segaron sus vidas, pero nunca su lucha. Su sangre siempre deberá ser el camino de un pueblo que se niega a morir de hambre, de un pueblo que resiste para no dejarle miseria a las nuevas generaciones, de un pueblo donde la dignidad y sus convicciones es más grande que las ambiciones de los políticos y de la avaricia terrateniente nacional y trasnacional.
En medio de la persecución y muerte, los campesinos del Aguán siguen dando la lucha, igual camino han seguido campesinos en los valles de Lean y Sula; también los campesinos del Sur siguen resistiendo las balas y amenazas de uno de los empresarios más acaudalados de Centroamérica, pero ni su dinero, sus matones y testaferros han matados esos pequeños signos de dignidad y esperanza.
Los campesinos son un sector social en el que la población sigue confiando. Por cuarto año consecutivos en el sondeo anual realizado por el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación de la Compañía de Jesús (ERIC-SJ) se consultó si estaban de acuerdo o no en que se impulse una reforma agraria en el país que ayude a resolver el conflicto agrario, en los cuatro sondeos más del 80% de población manifestó estar de acuerdo con dicha iniciativa.
En la misma línea, en el sondeo 2014 del ERIC-SJ, el 87.6% de la población manifestó estar de acuerdo en realizar una convocatoria a todos los sectores sociales a nivel nacional para buscarle salida a la crisis que vive el país. La gente le asigna la tarea de convocatoria al gobierno y a los campesinos principalmente. En la coyuntura actual de pleno desmantelamiento del Estado y de la venta a pedazos del territorio, la dignidad y lucha de los campesinos y campesinas es un signo por donde sumar fuerza para esta gran tarea de construirnos como pueblo.
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