Por Consuelo Infante *
Como periodista chilena que hace años acompaña comunidades afectadas por la megaminería química en nuestro país y en el continente, se me hace un deber alertar sobre los pasos de devastación territorial que están a punto de reafirmarse en Honduras.
Es imperioso que se suspenda la discusión sobre la ley de minería en el Congreso de la República de esta nación americana, al menos hasta que no se promueva un debate serio, libre e informado que dé cuenta de los impactos de esta actividad extractiva en el medio ambiente, las economías locales y la salud de las comunidades vecinas.
En Chile la institucionalidad minera se impuso en dictadura y ha condenado a nuestro país a niveles de devastación antes impensables. El modo de operar de las autoridades hondureñas, hace recodar los tiempos más negros de la vida de nuestro país, No se puede aprobar una Ley Minera sin concurrencia de las comunidades o desoyendo las demandas de los grupos directamente afectados.
Creemos que la Coalición Nacional de Redes Ambientales (CNRA) ha demostrado ser un interlocutor sobradamente válido para debatir sobre estas materias poniendo el bien común por sobre cualquier otra consideración, por lo tanto deben incorporarse los criterios por ella propuestos sobre estas temáticas.
Sin otro particular y confiada en el rol protagónico que les cabe en la preservación socioambiental del planeta, se despide
* Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA)
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