jueves, 14 de febrero de 2013

Los defensores de la constitución y de la soberanía nacional




Por Arturo Rendón Pineda

Descubrí hace más de dos décadas a los encapuchados,  los vi violar la Constitución en reiteradas ocasiones, los vi robar, repartirse los poderes del Estado para sus fines personales, vender influencias, traficar con nuestra nacionalidad y hacer negocios hipotecando nuestra soberanía haciendo de Honduras una república alquilada.  En aquella ocasión, hacer estas denuncias nos costó calumnias, amenazas, humillaciones y hasta el marginamiento de una función pública para la que había sido electo por la voluntad del pueblo. Por no hacer causa común con sus propósitos me acusaron de intransigente, y hasta mis propios correligionarios me tildaron de cachureco.  De ello dieron cuenta los medios de comunicación y la prensa escrita de la que aún conservo algunos ejemplares.

Jamás  pasó por mi mente que años más tarde sería testigo de actos vergonzosos provocados por los encapuchados de ayer, que son los mismos vende patria de hoy que por fin se han quitado la máscara. Desde entonces, los autodenominados “defensores de la Constitución y la Soberanía Nacional” han venido haciendo su negocio con mayor diligencia que antes, pues indistintamente del color de las banderas que enarbolen, entre ellos no existe diferencia, pues se identifican en propósitos, y también ideológicamente.

Los artífices del golpe en aras de consolidar sus acciones, han ignorado las más elementales reglas de la agenda patriótica, olvidándose de que el mundo ha cambiado, que la correlación de las fuerzas políticas ahora son diferentes y sobre todo, de que el pueblo hondureño ya no es el mismo de las épocas pasadas en que se le podía dar el “atol con el dedo”.

La Resistencia Patriótica surgida a raíz del golpe, un nuevo actor con el que jamás contaron los grupos retardatarios, surgió de pronto, dispuesto a resistir a costa de cualquier sacrificio, hasta ver coronados sus esfuerzos por un “nuevo pacto social”, una Asamblea Nacional Constituyente convocada por el pueblo,que es lo que se ha hecho siempre después de un golpe de Estado de los que han habido tantos que ya perdí hasta la cuenta.

Quienes se han posesionado del poder a espaldas del pueblo, se niegan a reconocer que la democracia y la paz que predican, no se obtiene con leyes arbitrarias ni medidas truculentas,  ni  con la publicidad mentirosa que anuncian por los medios de comunicación con sus plumas y gargantas tarifadas. El poder debe venir por delegación, es decir, debe pasar por procedimientos de elección de los líderes que en verdad representen plenamente a la sociedad.

El poder vigente que se está perfilando dictatorialmente, se niega a reconocer que este contrapoder que repudia sus acciones y que  ahora se les opone ante tanta arbitrariedad, es legítimo!, y con todo derecho está exigiendo que se  le haga justicia, respetando fielmente las normativas éticas morales y sobre todo patrióticas, a las que como hondureños están obligados a observar.

Desafortunadamente, pareciera que a estos gobernantes que han cerrado el puño contra el pueblo, se les ha olvidado que el poder debe ser magnánimo, no ensañándose contra los que hoy están reclamando sus derechos constitucionales, sino valorando cada señal positiva del poder emergente, que constituye el conglomerado nacional que hoy protesta  en las calles contra tanto despropósito y tanta corrupción, que ahora nos tiene a todos con el agua al cuello.Hoy como ayer, le han perdido el respeto pueblo, hacen escarnio de las masas empobrecidas integradas a su modo de ver por personas insignificantes, pueblerinos paupérrimos, chusmas, a las que  engatusan con espejitos dorados en tiempos de elección, engañándolos para  arrancarles el voto con promesas que jamás se cumplen.

Las “alianzas” entre los grandes magnates que van surgiendo a la sombra de los privilegios que les otorga el Estado, ha optado por acaparar todo por encima de los derechos humanos y del respeto al pueblo.  Las actitudes de estos personajes e instituciones involucradas en el pasado golpe, está visto lo dieron para lucrarse del poder.  Propalan a los cuatro vientos que van para una dictadura de más de 50 años…“a confesión de parte…”. Tales declaraciones no son más que un capitulo avanzado de “La Historia de un Fraude Anunciado”

Los vemos en las “cadenas de radio y televisión oficiales” rasgándose las vestiduras diciendo representar los valores de la ciudadanía, cuando de manera taimada hacen caso omiso de su falta de transparencia, como si el pueblo fuera ciego, sordo y mudo. Sin lugar a dudas, el mundo de las ganancias corrompió sus mentes  divorciadas de la penosa lucha del pueblo por su supervivencia, mientras cobran dividendos en forma desvergonzada, por los servicios que prestan a los que en forma a todas luces ilegal, se están apoderado de los recursos del país.

Ante un próximo proceso electoral que desde ya se perfila amañado, nos estamos enfrentando a este dilema: o dejamos que las cosas sigan así como las mantiene el gobierno que ya nos tiene hundidos en una crisis terminal... o nos empeñamos en  votar en las próximas elecciones de una vez y para siempre, por la gestación de una nueva vida social que cambie los gobiernos futuros por una democracia de verdad.

Afortunadamente  las cosas han cambiado, el pueblo ya abrió los ojos y se ha enterado por fin  que  tiene pleno derecho de exigir al gobierno, que abandone  sus prácticas  entreguistas.  Es por eso que hoy  reclama de manera contundente:¡que se tenga más respeto a la inteligencia del pueblo!. Es urgente rescatar en el corto tiempo que queda, algo de lo que han destruido los apátridas  enemigos de la paz, ya que en caso contrario no tendremos futuro.

Santa Rosa Copán, 30 de Enero 2013.

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