viernes, 8 de febrero de 2013
La Cruda Realidad en el País Más Violento del Mundo
Por Guido Eguigure
En memoria de Kenia, nueva víctima de Feminicidio
No tenía ni dos meses su pequeña hija cuando su joven madre, quien apenas había cumplido 21 años recibió en su garganta el disparó de su novio. Varios días aguantó en agonía la malograda jovencita en el más nuevo hospital público de Tegucigalpa, capital de Honduras, inaugurado apenas en 1978. El veinticinco de enero, día de la mujer hondureña, Kenia falleció, como para dejar un testimonio de su lucha por la vida. Esta es una más de las brutales historias que suceden todos los días en este pequeño y empobrecido país, el mas violento del mundo, con la capital más vulnerable del mundo.
La historia de Kenia es una mas de las crueles crónicas colmadas de hechos que sacuden en la conciencia pues no se trata solo de la violencia pura, sino de la insensibilidad pública, la ineficiencia e inoperancia de un estado colapsado por la corrupción, el clientelismo y la ambición de sus dirigentes. Se trata de la impunidad como signo y práctica del sistema de justicia que la aplica de forma segregada. Se trata también de la pérdida de los valores humanos que nos distinguen de las bestias. La insensibilidad campea en este país, en el que mueren asesinadas en promedio cerca de 20 personas diarias.
Es posible imaginar la ilusión de Kenia al enamorarse por primera vez. La falta de oportunidades a lo largo y ancho del país, los bajos niveles educativos, la nula educación sexual, la violencia doméstica e intrafamiliar, en fin, la pobreza, son algunos de los estímulos para que las jovencitas dejen sus hogares a temprana edad, sin las mínimas garantías para su seguridad física, emocional y económica. El estado tiene otras prioridades.
Íntimamente relacionado con la violencia, el embarazo en adolescentes se ha convertido en un grave problema de salud pública en Honduras. Se estima que al menos el 30% de la población de mujeres embarazadas son menores de 18 años. Lo más grave es que un estudio realizado recientemente por la fiscalía reveló que el 50% de los embarazos en menores están relacionados con violación. Pese a esta brutalidad, apenas un 5% de los casos denunciados, logran judicializarse. Este es el retrato de Honduras hoy, crudo y brutal.
La violencia contra las mujeres está inmersa en la realidad hondureña en la que hoy tiene a dos millones de personas en edad de trabajar desempleados y 120 mil nuevos egresados de los colegios se agregan a esa cifra cada año. Apenas 15 mil logran encontrar empleos, cada vez mas precarios, con menores ingresos y menos seguridad laboral. La ley del trabajo por horas, derogación de facto del código del trabajo, logrado por la gloriosa, pero hoy lejana y olvidada gran huelga bananera de 1954 es uno de los mayores logros del que los déspotas que nos gobiernan hoy se ufanan.
Hoy tenemos al pequeño dictador instalado en el congreso nacional y a la espera de ser electo en las próximas elecciones generales en noviembre de este año. Sin tener potestad para hacerlo, despidió a 4 magistrados de la Corte Suprema de Justicia y amenazó al resto con hacer lo mismo. Este fue en los hechos un nuevo golpe de estado y la derogación de facto del principio de la independencia de poderes, base de la democracia occidental. Además allanó el camino para la legalización del mega fraude preparado desde el Tribunal Supremo Electoral y el Registro Nacional de las Personas, instituciones que también controla.
En un ejercicio de ambición y cinismo sin límites, aprobaron nuevamente, con unos pocos retoques de maquillaje, la declarada inconstitucional ley de las ciudades modelo por los magistrados recién destituidos. Además, en contra y a espaldas de la población aprobaron la nueva ley de minería, la que abre el camino a las empresas mineras canadienses y de otros países para implementar la minería a cielo abierto, extremadamente perjudicial para el medio ambiente y la salud de las personas. Ese mismo método prohibido en muchos países del mundo por su enorme impacto negativo. Honduras es hoy uno de los países donde las empresas mineras exportan la broza, el material no procesado, sin ningún control por parte del estado y pagando irrisorios impuestos. Como demostrado en el Valle de Siria, las enfermedades, la contaminación de las fuentes de agua, la degradación de la tierra y de la vida, son los resultados de la ambición de los que hoy mal gobiernan este país.
Como en política, las variables pueden actuar de manera diferente a las expectativas, el dictadorzuelo, admirador de Carías y Hitler, acaba de aprobar la ley del juicio político, convirtiendo al Congreso Nacional en Juzgado Supremo (tribunal de excepción que aplicará los juicios sumarios) en el que se juzgará a discreción al ejecutivo y a los magistrados de la CSJ. De un plumazo, los políticos convertidos en magistrados supremos. ¡El dictadorzuelo ahora también es mago! Con bombo y platillos lo anuncian al mundo en la euforia del cinismo: Welcome to Honduras!
Como va el país, la muerte de Kenia se olvidará esta misma semana. Lamentablemente no tiene apellido Facussé o Canahuati, por lo que su asesinato engrosará la interminable lista de la impunidad. El dictador y su servidor instalado en la casa presidencial se regocijan y enorgullecen con el país que lideran ¿será que viven en otro, que no el nuestro? Su naturaleza de canallas les impide ver la realidad. Su ambición les ciega.
Kenia murió asesinada no por la bala que le disparó su novio. Ella acudió con el suficiente tiempo a la fiscalía a denunciarlo por violencia doméstica. Lo que le dijeron en esa oficina fue el epitafio seguro en su tumba: “no tenemos papel para tramitar su denuncia”.
No tenemos palabras para expresar la indignación que sentimos por la muerte innecesaria de Kenia. Los canallas que hoy nos gobiernan deberán pagar algún día por eso. Debemos esforzarnos porque así sea.
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