lunes, 1 de febrero de 2016
“Me voy a levantar de esta silla y seguiré haciendo mi trabajo”: Irma Lemus, defensora del Bajo Aguán
Por Sandra Rodríguez
Dinámica y muy alegre, donde está su presencia es notoria debido a su participación activa y comentarios acertados con respecto a la problemática local que afecta a quienes defienden el derecho a la tierra en el Bajo Aguán, ella es Irma Lemus Amaya de 32 años de edad, y que por un atentado contra su vida permanece desde hace cincuenta días en una silla de ruedas o apoyada en un par de muletas para poder caminar.
“No es nada fácil lo que está pasando, sin embargo dicha situación me vuelve más fuerte” declaró la defensora de derecho humanos, quien ha empezado a hacer algunos movimientos con las muletas y eso “es una señal de que pronto me voy a levantar de esta silla de ruedas y seguiré haciendo mi trabajo de defensa de derechos humanos que es un derecho que me corresponde como ciudadana y lo haré con más compromiso porque así como yo, hay muchos que nos quieren acallar, porque no callamos las injusticias en este país”.
Irma Lemus es una lideresa campesina, subcoordinadora del Observatorio Permanente de Derechos Humanos del Aguán (OPDHA), quien en 2014 enfrentó un proceso de criminalización, donde fue absuelta el 10 de diciembre de ese año, debido a que el Ministerio Público no pudo encontrar pruebas en su contra, lo que se denunció como una persecución de parte del Estado hondureño debido a su labor de defensa del territorio.
Cuando se ataca a un defensor o defensora de ddhh, también afecta a su familia, en este caso “a mis hijos les ha afectado emocionalmente ya que no ha sido fácil asimilar esta situación, cuando tenía que salir, antes del último atentado, siempre me abrazaban, me daban un beso para despedirse de mí y me decían mamá cuídate, tenga mucho cuidado que no nos queremos quedar sin mamá, me sentaba hablar con ellos, en casa también decían mamá no queremos que te vayan a matar, tu eres todo lo que tenemos, pues no contamos con un papá responsable, y eso me conmovía porque, de alguna forma, tenían razón”.
Ahora que me quedé –temporalmente- en una silla de ruedas, los he visto llorar junto a mi cama, a mi silla y siguen diciendo mamá te recuperas y huyamos de este país, te van a matar, no queremos quedar solos, y cuando ellos me dicen eso se me parte el corazón porque me siento entre la espada y la pared, compartió Lemus, mientas lee algunos artículos de la Constitución de la República de Honduras.
Ve al horizonte y dice “pienso en mis hijos en mi familia y también en toda una belleza natural que tenemos en nuestro país, en las injusticias que se dan con los de pies descalzos (población más pobre), por lo que cada vez me siento más comprometida con la lucha social y les planteo a mis niños que tenemos que luchar juntos y nada nos pasará, afirmó la defensora.
También les digo que se mentalicen que Dios tiene un día para la muerte asignado para cada uno y que nadie va a morir antes ni después de ese día que ya Dios nos tiene, y así logró que se tranquilicen.
Preguntan mucho mamá cuando te vas a levantar de esa silla? Y lo dicen con tristeza
Rigoberto Durán e Irma Lemus
Irma Lemus fue víctima de un atentado, en una situación aún no esclarecida, cuando viajaba a bordo de una motocicleta con su compañero de hogar y también defensor de derechos humanos del Bajo Aguán, Rigoberto Dura, el 29 de noviembre del 2015, al ser envestidos por personas desconocidas a bordo de un vehículo blanco, en la calle que conduce del municipio de Sabá a la ciudad de Tocoa, en el departamento de Colón, al norte de Honduras.
Irma Lemus y Rigoberto Durán, son parte del OPDHA, así mismo de la red de defensores y defensoras de DDHH que acompaña el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, COFADEH, en el marco del proyecto “Apoyo y protección a los defensores de derechos humanos, trabajando en conflicto por la tierra y recursos naturales en las zonas rurales de Honduras” que ejecuta con el apoyo de OXFAM-UE, desde hace más de dos años.
Ambos defensores recuerdan que cuando el vehículo se les cruzó, era con la clara intención de impactarlos, sacándolos de la carretera y los hechores se dieron a la fuga. Irma se llevó la peor parte, mientras que Rigo, aun con un yeso en su brazo izquierdo, es un soporte indispensable para que ella pueda realizar algunos movimientos.
Una semana antes, el 22 de noviembre, Durán también fue víctima de un atentado fallido, cuando por una carretera cercana a Tocoa, mientras regresaba de acompañar a una comunidad en defensa del bosque, escuchó disparos, y no supo de donde procedían.
Ambos hechos fueron denunciados ante las autoridades respectivas, pero no hay avances en las investigaciones, por lo que los defensores lamentan la forma en que opera el sistema de justicia en Honduras, ya que no solo ellos son afectados, sino otras personas que luchan por los bienes comunes y denuncian la impunidad en la región, como es el caso Agustín Cálix, un hombre de 77 años de edad y miembro del OPDHA, que el pasado viernes lo quisieron raptar bajo engaños, un hombre a bordo de un vehículo negro, en Tocoa, Colón, de igual manera, el caso no fue de la debida importancia para las entidades locales, según denunciaron miembros de la Red defensores y defensoras de DDHH.
Irma afirma que tiene una razón más para luchar y ser feliz, y es que sus tres hijos, todos menores de edad, son aventajados alumnos, que con su excelencia académica la llenan de orgullo.
Asimismo siente indignación al ver que hay muchos jóvenes preparados para sembrar terror y dolor al pueblo -refiriéndose los que son formados en las academias policiales y dela Fuerzas Armadas- y esa indignación acrecenta cuando suceden hechos como en los que policías de la Fuerza Naval, asesinaron a dos jóvenes garífunas el pasado 26 de diciembre en el municipio de Iriona, Colón, supuestamente confundiéndolos con narco traficantes, cuando lo que hacían era ayudar a otro compañero a remolcar su carro atascado en el fango.
Lemus, como defensora campesina, aconseja que “hay que cuidar que el cultivo de yuca, no la contagien con transgénico que tanto daño hacen al organismo provocando cáncer, osteoporosis y diabetes. Ya pongamos un alto a los transgénicos”.
Irma resume su trayectoria en la defensoría de derechos humanos diciendo que “Mi lucha social inicia el 2012 como comunicadora social, luego me invitaron del OPDHA a participar en talleres de formación como comunicadora social en DDHH; y es en 2013 que entro de lleno al tema y me hago defensora en la práctica junto a la formación que recibo de diferentes organizaciones que inciden en el Bajo Aguán, y en diferentes lugares nacionales e internacionales.
Recuerda que un año después de trabajar en la defensa de los DDHH, sufrió el primer atentado, fue el 31 de julio del 2014 en Tocoa, también junto a Rigoberto, pero salieron ilesos.
El 21 de agosto del 2014 al 10ez de diciembre de ese año, estuvo enfrentando un proceso judicial, que marcó su vida y a su familia, pues también sufría su mamá, papá, hijos y hermanos. Y en los últimos dos años ha sido objeto de constante vigilancia por personas a bordo de vehículos sin placas.
El 30 de octubre pasado, nuevamente sufrió un atentado junto a otros defensores en la comunidad de Limón, en un acompañamiento a las comunidades de ese municipio, donde se manifestaban a la altura de la calle que conduce de Bonito Oriental a Valle de Sico, Colón, donde fueron reprimidos por militares, quienes pusieron gas pimienta en el vehículos que se transportaban los acompañantes.
Con muchas cosas por hacer, personas que acompañar, violaciones a DDHH que denunciar y muchos derechos por reclamar, me voy a levantar de esta silla y seguiré haciendo mi trabajo, Dios es justo y donde hay injusticias Dios no puede estar, así que seguiré denunciando las violaciones a los derechos humanos, puntualizó Irma Lemus, sub coordinadora del OPDHA, miembro de la Red de defensores y defensoras de DDHH del Bajo Aguán, y de otras agrupaciones e iniciativas por la defensa del derecho a la tierra, derechos de la mujer, entre otras.
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