Por Marvin Palacios
El represamiento de los ríos, el acaparamiento de tierras ancestrales por parte de ladinos, la privatización de las semillas criollas, el control territorial y las explotaciones mineras, son entre otras, las principales amenazas que ha identificado el Movimiento Indígena Lenca Independiente de La Paz (MILPA).
Así lo dio a conocer a www.defensoresenlinea.com, Víctor Vásquez el subcoordinador del Movimiento Indígena Lenca Independiente de La Paz (MILPA) en el departamento del mismo nombre.
En 1999 las comunidades lencas recibieron los títulos comunitarios y las respectivas personerías jurídicas. Para el 2005 apareció un “ladino” con un documento elaborado en un bufete de la ciudad de Siguatepeque en donde se acreditaba como dueño de tierras ancestrales lencas. MILPA denuncia que este ladino que ha procedido a pintar los árboles, para marcar el territorio que reclama como suyo.
Se señala a José David Morales Argueta, un ladino originario de Jesús de Otoro, como la persona que pretende apropiarse de tierras ancestrales indígenas en el sector de Sinpinula, Santa María de La Paz. Morales Argueta le pasó la escritura a su hija Sandra Elizabeth Villatoro Morales.
“Esta señora nos ha puesto a nosotros, bastantes personas encarceladas y otras están con medidas cautelares. Casualmente la semana pasada fue capturado un hermano mío, José Mártir Gonzáles”, informó el dirigente indígena.
Esta señora nos ha acusado de usurpadores de tierras, cuando nosotros hemos acreditado que somos originarios de nuestras comunidades, que ahí nacimos, que somos dueños de las tierras y por eso estamos dispuestos a seguir en la lucha, aseguró Vásquez.
Agregó que “no solo Simpinula, sino todo el departamento de La Paz está dañada por los políticos, porque los políticos creen que tienen el poder de nuestros territorios, ahorita tenemos un grave problema con el control territorial a través de la Ley Catastral, con esa ley, los alcaldes con el presidente, el patronato comunal y con los auxiliares se reúnen y empiezan a llenar documentos y con eso ejercen el control territorial con aparatos satelitales detectando dónde hay minas, y eso nos va descontrolando a nosotros, sacando a la gente de la orilla de los ríos y de las montañas”.
Haciendo un recuento del pasado Vásquez comentó que “en aquellos tiempos cuenta mi mamá, que Miguel Angel Morales de origen salvadoreño, dejó en posesión de tierras a los hijos, pero ellos con media arroba de maíz o una tabla de dulce comparaban una manzana de tierra y se adueñaban de 20 a 50 manzanas dejándonos en una estrechura de tierra a nosotros”.
“Nosotros sabemos que ahí nacimos y ahí nos van a ver morir la madre tierra, por eso hemos comunicado a las autoridades que a partir de 2015 nosotros tomamos el control porque nosotros sabemos que nuestro bosque tiene espíritu, nuestro ríos, playas y piscinas son nuestras”.
El dirigente indígena y defensor de los derechos humanos dijo que en aquellos tiempos cuando los españoles llegaron a estas tierras sacaron a los indígenas de los valles y los enviaron a las montañas, ahora quieren sacarnos de las montañas y ¿para dónde nos vamos a ir?
Hemos comunicado a las autoridades que nosotros nos amparamos bajo los documentos que tenemos, bajo el Convenio 169 y el artículo 346 de la Constitución de la República que es deber del Estado protegernos a nosotros como comunidades indígenas, señaló.
El líder indígena identificó otras amenazas sobre los territorios lencas como las concesiones para el represamiento de los ríos, y la venta de semillas criollas, porque “sabemos que el presidente nos vendió la semilla criolla que tenemos nosotros con la ley del decreto 2012, la Ley Monsanto como la conocemos nosotros, eso él lo ha privatizado, la semilla que nosotros tenemos, y es un grave problema en el que tenemos en las comunidades, porque ellos lo que quieren es aplicar la semilla transgénica”.
Aunado a esta problemática cabe señalar que debido a la oposición y a la resistencia mostrada por las comunidades indígenas hacia los proyectos hidroeléctricos privados, se han perpetrado al menos 20 asesinatos durante el año 2015 en el departamento de La Paz.
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