miércoles, 10 de febrero de 2016

Gobierno debe involucrar a comunidades en combate al gorgojo descortezador



El gorgojo descortezador del pino (Dendroctonus frontalis) está acabando con los bosques de pino en Honduras. La llegada del peligroso insecto fue en 2013 a los bosques del departamento de Olancho, extendiéndose a otros sectores del país.

Muchos factores contribuyen a la propagación del insecto, pero el principal es la  sequía imperante como efecto del cambio climático, la misma ha contribuido a la propagación de la plaga a 20 mil hectáreas por mes, lo que es una verdadera emergencia.

Según Misael León director del Instituto de Conservación Forestal (ICF), los estudios realizados a través de imágenes por satélite revelan que la plaga del gorgojo descortezador  ha afectado más de 381 mil hectáreas de bosque a nivel nacional, solo durante el año 2015.

Los datos proporcionados por el ICF indican que un 23% de los bosques hondureños han sido dañados sin posibilidad de recuperarse, cifras que son alarmantes.

El director del ICF aseguró que en pérdidas económicas la plaga del gorgojo descortezador ha dejado destrozos que superan los cinco mil millones de Lempiras, y que las mismas podrían duplicarse. 

Municipios afectados

Los bosques de más de 135 municipios  están afectados por esta plaga, sin embargo solamente 33 han declarado emergencia. Estos municipios se sitúan en los departamentos de Olancho, Yoro, Comayagua, Francisco Morazán y El Paraíso.

Un informe del ICF detalla que el departamento de Olancho es el mayor afectado, los datos indican que hasta agosto del 2015 más de  64,246.89 hectáreas de pino sufrieron  daños a causa del gorgojo.

El gobierno ha gastado miles de millones de Lempiras en la lucha contra el insecto, sin embargo la plaga se ha vuelto incontrolable.

Falta de interés

Los esfuerzos realizados por el gobierno no han dado resultado en el combate contra el gorgojo descortezador, el ambientalista Juan Mejía, miembro del Movimiento Amplio por la Dignidad y la Justica (MADJ) cree que el control se ha ido de las manos del gobierno porque no miran la plaga como un problema a erradicar, sino como una oportunidad para favorecer el clientelismo político.

El ambientalista asegura que la plaga es peligrosa porque no solamente es la pérdida de los bosques de pino, sino que también significa una drástica reducción de las fuentes de agua, esas dimensiones adquieren carácter de catástrofe forestal e hídrica a nivel nacional.

Juan Mejía expresa que para  erradicar el gorgojo descortezador es necesario que las autoridades gubernamentales involucren a las comunidades en la lucha contra la plaga. 

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