lunes, 29 de julio de 2013

“El terror que vivimos durante dos horas es la trágica cotidianidad de este pueblo”, dice observadora secuestrada

LINyM

Por Giorgio Trucchi 
En la imagen se observa como los sicarios armadon hacen "rondas" por la comunidad
Orlane y Daniel, de nacionalidad francesa y suiza respectivamente, son observadores internacionales del Proyecto de acompañamiento en Honduras (Proah) ¹.

El miércoles pasado, se desplazaron hacia la comunidad de La Nueva Esperanza, departamento de Atlántida, para cumplir con su misión de observadores de derechos humanos, en medio de un grave conflicto que se ha originado a raíz de la implementación de un nuevo proyecto de explotación minera ².

Aún no habían pasado ni  24 horas desde su llegada, que los dos observadores fueron rodeados por matones armados al servicio del empresario minero. Fueron amenazados, escoltados y montados en un vehículo que los fue a dejar en otra comunidad.

“Estaban nerviosos, con los ojos rojos, apuntándonos con sus fusiles, diciéndonos que nada teníamos que hacer ahí, y preguntándonos si éramos comunistas. Pensé que en cualquier momento nos iban a disparar”, contó Orlane Vidal a la LINyM.

Para ella, lo más preocupante en esta Honduras secuestrada y aterrorizada es que, el horror que les tocó vivir a ellos por más de dos horas, representa la trágica cotidianidad que viven miles y miles de personas, que en este país defienden sus tierras y recursos naturales de las garras sedientas de unos pocos empresarios.

LINyM: ¿Qué ocurrió exactamente el día de ayer, 25 de julio?
Orlane Vidal: Llegamos a la Nueva Esperanza el miércoles por la tarde y pasamos la noche en casa de una señora que se llama Concepción, quien vive como a media hora de camino de la comunidad. Ella acababa de denunciar el acoso y las constantes amenazas de parte de la empresa minera para convencerla a vender su terreno.
La mañana siguiente, la señora salió temprano y regresó como a las 8.30, advirtiéndonos que había hombres armados en la comunidad y que posiblemente eran guardias de seguridad de la empresa Minerales Victoria. Tratamos de tranquilizarla diciéndole que íbamos a hablar con ellos para ver qué querían.
Media hora después llegaron 10 hombres armados con rifles y con el rostro bastante alterado, ojos rojos, como drogados, acompañados por unos 12 o 13 trabajadores de la empresa minera con sus machetes, y rodearon la casa.
Daniel y yo salimos, y los hombres nos apuntaron con los fusiles y comenzaron a decirnos que nada teníamos que hacer ahí, que estábamos obstaculizando el trabajo en la mina. Nos preguntaron varias veces pórque tratábamos de ocultarnos y si éramos comunistas.
Les explicamos nuestra función de observadores en Honduras y en la comunidad Nueva Esperanza, pero los hombres se ponían cada vez más nerviosos, hasta que de repente se escucharon unas ráfagas, y ellos cargaron sus fusiles, siempre apuntándonos.

LINyM: ¿Qué pasó después?
OV: De repente aparecieron otros trabajadores de la empresa quienes, aparentemente, andaban persiguiendo al esposo de la señora Concepción, quien llegó corriendo, asustado, hasta donde estábamos nosotros. En este momento nos dimos cuenta que ya la casa estaba rodeada por más de 40 hombres armados con fusiles y machetes.
Pasamos casi una hora tratando de calmar la situación, sin embargo los supuestos guardias de seguridad se pusieron aún más nerviosos y se acercaron más, diciéndonos que debíamos dejar el lugar y que nos fuéramos con ellos. En este momento tuve miedo por lo que nos podía pasar.
Finalmente, recogimos nuestras cosas y nos hicieron caminar una media hora en un camino de tierra, hasta llegar donde nos estaba esperando un vehículo. Los trabajadores trataron de ser amables con nosotros, mientras que los guardias seguían apuntándonos con sus armas.

LINyM: ¿Quiénes estaban en el vehículo?
OV: Era un vehículo de la empresa. Adentro estaba una persona, que podía ser un ingeniero de la misma empresa, y también se montó Wilfredo Funes, un miembro de la comunidad que siempre ha apoyado el proyecto minero. En la parte de atrás se montaron varios hombres armados.
Arrancaron el vehículo y comenzaron a decirnos que no regresáramos a la comunidad porque nos podía pasar algo malo. Tratamos de hablar con ellos y les preguntamos quién había enviado a estos hombres armados. Ellos, de manera indirecta, nos hicieron entender que fue el empresario Lenir Pérez.
Cuando aún estábamos en la casa hasta llegó una llamada y Wilfredo Funes nos dijo: “El mero jefe quiere hablar con ustedes”. Cuando le contestamos: “¿Quién? ¿Lenir Pérez?” y se dieron cuenta que ya lo conocíamos, la persona colgó.
Finalmente nos fueron a dejar en la comunidad Nueva Florida y ahí, con el apoyo del Cofadeh y del Proah, logramos regresar hasta Tegucigalpa.

LINyN: ¿En algún momento pensaste que tu vida estaba en peligro?
OV: Los hombres armados estaban fuera de control y muy alterados, nerviosos, como si no les importara nada de lo que estaba pasando, ni de nuestras vidas. Después escuchamos las ráfagas. En este momento pensé que nos iban a disparar y que podía haber una matanza en la comunidad.
Sin embargo, lo que más me preocupa es lo que está viviendo la gente de la comunidad. Para nosotros fueron dos horas de terror, pero para la gente de allá es algo que no termina nunca, es su cotidianidad.
En este sentido, hay que aprovechar lo que ha pasado para denunciar nacional e internacionalmente lo que se está viviendo en esta zona. Tengo adentro una gran rabia y esto nos va a dar la fuerza para seguir haciendo nuestro trabajo.

Notas:
1 El Proyecto de acompañamiento en Honduras, Proah, es un proyecto de la organización estadounidense Oficina de Amistad de las Américas (Friendship Office of the Americas), que inició inmediatamente después del golpe de Estado de 2009. Está integrado por observadores internacionales quienes brindan un acompañamiento físico a defensores y defensoras de derechos humanos, incluyendo a personas u organizaciones de los movimientos sociales y comunitarios
2 Minerales Victoria, la empresa de Lenir Pérez, yerno del terrateniente Miguel Facussé, quien opera a través de su compañía Alutech, que forma parte de Inversiones EMCO, obtuvo una concesión de 1000 hectáreas. El terreno concesionado incluye 16 comunidades que, por ser su economía basada en la ganadería, perderían su fuente de sustento a través del agotamiento o de la contaminación de las quebradas y de los manantiales. Por eso, están firmes en manifestar su oposición al ingreso de la empresa en su territorio, lo cual ha generado amenazas y presiones para que vendan sus parcelas (más informaciones aquí)
Fuente:

Gracias a la rápida intervención de organismos de DDHH, ante la alerta de los pobladores de la comunidad, se pudo impedir que el secuestro se prolongara y e incluso lograr, luego de una prolongada tensiòn,  la liberación de los observadores en horas tempranas de la tarde.

Esta es una muestra mas del nivel de barbarie que impera en el país y de la impunidad absoluta con que opera el empresariado asesino encabezado por Facusse y su familia, en colusión con el aparato represor del Estado y la cúpula gubernamental.



la comunidad en el momento del secuesto.







PROAH


El Proyecto de Acompañamiento en Honduras (PROAH) es un proyecto de la ONG estadounidense Oficina de Amistad de las Américas (Friendship Office of the Americas). Está integrado por observadores internacionales quienes brindan un acompañamiento físico a defensores y defensoras de derechos humanos de Honduras desde el mes de julio de 2009.

Mandato del Proyecto de Acompañamiento internacional en Honduras:

Brindar acompañamiento internacional a defensores de derechos humanos, incluyendo personas u organizaciones del movimiento social y de derechos humanos que se encuentran bajo amenaza u hostigamiento debido a su trabajo a favor de los derechos humanos individuales y colectivos, en un ambiente de represión y persecución política.

Principios: El acompañamiento se basa en los principios de la no-violencia, la no injerencia, y la independencia política; no puede estar vinculado a actividades ilegales de ningún tipo. 

Actividades:

Disuadir: Ofrecer un acompañamiento físico a defensoras/es de derechos humanos, incluyendo comunidades, organizaciones de derechos humanos, y miembros de movimientos sociales, con la intención de disuadir a potenciales agresores de intentar ataques.

Documentar: Ser testigos y apoyar al proceso de documentación sobre la situación y las violaciones a los derechos humanos.

Difundir: Brindar información y análisis consistente y fiable a la comunidad internacional. Junto con redes internacionales de apoyo, participar en acciones de incidencia ante el cuerpo diplomático.

Hoy en día se está acompañando a defensores y defensoras de derechos humanos que luchan por la justicia y contra la impunidad, así como por la defensa del territorio y de los recursos naturales. Los voluntarios de PROAH acompañan a defensores en distintas regiones del país.

Estructura del proyecto: PROAH es un proyecto del Friendship Office, una ONG con sede en los EEUU. Está basado en Tegucigalpa, donde un/a coordinador/a supervisa el equipo de acompañantes internacionales y es apoyada por una coordinadora del FOA. Actualmente dos organizaciones colaboran con PROAH, auspiciando voluntarios: Peace Watch Switzerland y SOA Watch (School of Americas Watch).

La situación en Nueva Esperanza y el acompañamiento internacional

La tensión local ha ido creciendo en los últimos meses. Para impedir el paso de vehículos de la empresa, la comunidad puso en febrero una cadena con candado cerca de la vivienda de don Enrique, el anciano emblemático de la resistencia en la comunidad. Sin embargo, en la noche del 13 del mismo mes, agentes policiales rompieron la cadena por medio de disparos, destruyendo el candado. Los policías involucrados en los hechos andaban sin identificación. En respuesta a la denuncia puesta ante el Ministerio Público (MP) por los habitantes de la comunidad, las autoridades reconocieron de manera pública su acción ilegal en el departamento de Atlántida. A pesar de esto, los policías siguen llegando a la comunidad sin identificación, una práctica que despierta las dudas de los pobladores en cuanto a su verdadera identidad. Hay sospechas de que los hombres, aunque uniformados, sean en realidad miembros de la vigilancia privada de la empresa propiedad de Lenir Pérez. Desde entonces, los intentos de impulsar un diálogo entre los habitantes opuestos al proyecto minero y los empresarios no ha llegado a ningún resultado. Al contrario, la situación de amenaza a la comunidad sigue intensificándose.

Por ejemplo, el sábado 25 de mayo, aprovechando el desfile del carnaval de La Ceiba, trabajadores de la empresa intentaron ingresar a la concesión con dos camiones cargados de maquinarias y acompañados por policías. Sin embargo, los pobladores, presentes en su comunidad para celebrar un cumpleaños, con un esfuerzo colectivo, impidieron la entrada de los camiones, Después de este episodio, que se denunció en la Radio Progreso, el domingo 26 de mayo hubo una asamblea en la orilla de la quebrada que separa la comunidad de La Nueva Esperanza y el terreno concesionado para planear, ante la falta de respuestas de la empresa, acciones de protesta con relevancia nacional.

Pese a la firmeza del rechazo de la comunidad, los hostigamientos y amenazas se han multiplicado en los últimos días. El pasado lunes 3 de junio, un grupo de policías ingresó a la comunidad, acercándose a la zona concesionada y frente a las protestas de los pobladores, dispararon sus armas de fuego, sin provocar heridos. Esa misma noche también se escucharon disparos. Luego, en la noche del 5 de junio, un grupo de aproximadamente 20 hombres civiles no identificados y fuertemente armados, penetraron a la comunidad, con el propósito de sembrar el terror entre los habitantes a través de amenazas de muerte reiteradas. Frente a esta situación de peligro, los pobladores están sufriendo un “estado de sitio” que sigue vigente, obligándoles a quedarse encerrados en sus viviendas por seguridad. El maestro de la comunidad decidió suspender las clases, mientras que las condiciones de seguridad de la aldea son cada vez más difíciles.

Las piedras acumuladas para impedir el paso de los camiones de la empresa

Fue ante la gravedad de los hechos y el riesgo de agravamiento de la violencia en la comunidad de La Nueva Esperanza, que el 7 de junio pasado los pobladores, respaldados por el MADJ, denunciaron y condenaron las amenazas constantes por parte de los empresarios, en el comunicado ya mencionado, en donde se hace un llamamiento a las autoridades locales y nacionales, así como a la sociedades civil nacional e internacional, para que intervengan y demanden un cese de la violencia relacionada al proyecto minero. La comunidad reiteró su rechazo frente al desarrollo de explotación extractiva en su territorio, y pidió el paro de las actividades y la salida definitiva de la empresa.

Sin embargo, los hostigamientos siguen.  El 14 de junio, tres hombres de la comunidad estaban en una casa cuando recibieron una llamada telefónica advirtiéndoles que varios hombres armados iban allí.  Los tres decidieron huir, pero fueron perseguidos por los hombres armados quienes empezaron a disparar.  

La cumbre el 17 de junio

Los tres, salieron afortunadamente ilesos, pero se vieron obligados a esconderse hasta que los hombres armados se fueran (Denuncia No. CEIN-PROV-0101-2013-04187).  Voluntarias de PROAH, cuando asistieron a la misa en la comunidad el 19 de junio, vieron a dos hombres armados con escopetas cerca de la iglesia, uno de ellos tratando de esconderse.

La cumbre el 29 de mayo

Mientras tanto, hay cada vez más daño al medio ambiente de la comunidad por las operaciones supuestamente de “exploración”. Los trabajadores de Minerales Victoria están abriendo carreteras ilegales, rompiendo cercos privados sin permiso de los dueños y botando árboles de la orilla de la calle que son patrimonio de la comunidad. Un golpe particularmente doloroso para la comunidad ha sido la destrucción del Manguito, un árbol de mango ubicado a mitad de la cuesta entre Nueva Esperanza y El Carmen, una aldea más arriba, donde todos los viajeros tomaban un tiempo para descansar y luego continuar el viaje, disfrutando la brisa y la frescura de su sombra. Además, ya se empieza a ver los efectos de las operaciones sobre las fuentes de agua: una quebrada que antes corría clara se ha vuelto lodosa, contaminada por la tierra excavada para abrir las carreteras y para otras obras.

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