viernes, 19 de julio de 2013
La brutalidad, los miedos y los silencios
El Comité de Familiares de Detenidos – Desaparecidos en Honduras, COFADEH, comunica:
Es obvio en el discurso del Comisionado Bonilla ayer ante la prensa en San Pedro Sula que alguna embajada imperial le dijo que fuera visible en la escena del crimen contra Barrow, que apartara la presencia de los comandos especiales extranjeros del caso y que destacara la ficticia coordinación de los operadores de justicia del país.
A juzgar por la teatralidad del oficial Bonilla ayer en el macabro escenario del crimen contra el periodista Aníbal Barrow, el Estado se limitó a ser el vocero y sepulturero de las obras de la criminalidad y de la violencia, pero claramente no está en posición de prevenir ni mucho menos investigar y sancionar con independencia a los criminales; perdió el monopolio de la violencia y la concedió a las autonomías territoriales del crimen y a las agencias especializadas de Estados Unidos.
La conclusión más brutal de lo que vemos es que el mercado se autocontrola desplazando a las competencias con odio, muerte, saña e impunidad total. Y la población pierde entre el Estado inexistente y la intervención extranjera directa, viéndose obligada a cerrar sus pulperías, mini mercados e inclusive sus casas, lanzada fuera del área para ubicar al nuevo competidor que mejor conviene a los intereses geoestratégicos y a Wall Street.
No vamos a pretender negar como organización defensora de derechos humanos que cometemos errores en nuestras valoraciones, pero tampoco adoptaremos la escrupulosa higiene de las objetividades impuestas al periodismo norteño, ni seremos apologistas del caso colombiano extrapolándolo cada vez a la realidad hondureña. Pero tienen razón quienes sugieren prudencia en un escenario turbio como el que antecede al 24 de noviembre de 2013.
Rechazamos el silencio como estrategia para que la policía de Arturo Corrales manipule las estadísticas y también rechazamos los intentos de censura de los extranjeros puristas que llegan a Honduras a ofrecer cátedra de libertad de expresión y diplomacia frente a la muerte, orillándonos a sufrir las represalias de los violentos.
No permitamos la construcción de un escenario de conmoción social generalizado, convoquemos a la comunidad internacional a visibilizar sus campamentos de observación anticipada de la contienda política – electoral de Honduras, desde ahora. Particularmente a la observación europea le decimos que no tema la presencia adelantada de Estados Unidos.
De los hechos y de los hechores,
Ni olvido Ni perdón
C O F A D E H
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