martes, 16 de julio de 2013

Entremares se llevó el oro provocando muerte, enfermedad y pobreza



1/3 (Primera de tres entregas)
Valle de Siria, Francisco Morazán, Honduras (Conexihon).- Un legado de muerte dejó, en este sector del país la explotación minera metálica a través de la compañía Entremares o Minerales de Honduras subsidiaria de la compañía canadiense Goldcorp o Glamis Gold, experiencia que viven actualmente los pobladores de la otrora zona productiva.


El Valle de Siria está ubicado al norte del departamento de Francisco Morazán a unos  70 kilómetros de la capital de la república de Honduras, Tegucigalpa. Esta región está  integrada por tres municipios, Cedros, San Ignacio y El Porvenir,  cuenta con una población de 40 mil habitantes, que se dedican a la agricultura y ganadería, especialmente la producción de granos básicos.

Con sus calles polvorientas, la ausencia de comercio, de la banca y su escaso desarrollo, el Valle de Siria, especialmente su cabecera, San Ignacio, parece un pueblo fantasma.

La población masculina joven, en su mayoría, emigra hacía Estados Unidos en busca del “sueño americano”; las mujeres por su parte  viajan a diferentes países, muchas hacia España buscando un trabajo digno que mejore sus condiciones de vida y de su familia.

Esta localidad ahora sufre mayores problemas que antes de la llegada de la minera, porque en ese tiempo sólo lidiaban con la pobreza pues tenían tierras productivas. Hoy enfrentan la contaminación, las enfermedades, la incapacidad y una extrema pobreza.

Hasta la tierra se niega a producir el sustento ancestral, el maíz y los frijoles, por el daño producido con la  explotación a cielo abierto. Aquí el agua es escasa y contaminada, la mayoría de las fuentes superficiales se secaron o son pequeños hilos del líquido que sólo se generan en tiempos de lluvia, mismas que también son irregulares debido al cambio climático producido por la deforestación.


Aldea Nueva Palo Alto, San Ignacio a dos kilómetros de la zona donde se ubicó la zona de explotación de la mina San Martín.
El agua, derecho universal
En el VI Foro Mundial del Agua 2012, que se realizó en diciembre de 2011 en la ciudad de San José, Costa Rica, se declaró al agua y al saneamiento como Derecho Humano,  previamente la Asamblea General de la ONU, en dos sesiones, el 28 de julio y el 30 de septiembre de 2010, aprobó este derecho, con 122 votos a favor, 41 abstenciones y ningún voto en contra.

Esto significa que el agua y saneamiento son un derecho universal, porque fue reconocido por el conjunto de las naciones, por lo tanto es “inherente a todos los seres humanos, sin distinción de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todas las personas tienen los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna”,  según lo establece el derecho internacional.   

La industria minera utiliza grandes cantidades de agua en la extracción del material, los últimos estudios realizados por expertos revelan que una minera utiliza 80 litros de agua por segundo, que equivalen a 4,800 litros por minuto y 288 mil litros de agua por hora.  Si a este problema, se le agrega el concesionamiento de los ríos que las autoridades hicieron para la generación de energía, los ambientalistas señalan que en unos años el país se convertirá en zona desértica.


Este playón un día fue una quebrada que mantenía agua todo el año, Hoy sólo corren hilos cuando llueve.
El presidente de la Coalición Nacional de Redes Ambientalistas de Honduras, Pedro Landa señaló que “una empresa minera consume en una hora el  agua que una familia hondureña utiliza en veinte años, y si previo a la emisión de la licencia ambiental no se realizan estudios hidrológicos e hidrogeológicos lo que se generará  es una crisis de agua, una crisis de producción en todas las zona donde operen estas empresas.

En el Valle de Siria antes de la llegada de la minera Entremares existían 24 fuentes superficiales de agua, pero desde el inicio de operaciones de la mina San Martín, primero en la etapa de exploración (1996 al 2000) y luego la de explotación (2000 a 2008), se secaron 21 quebradas y ríos, hoy sólo quedan tres con muy poco caudal.

Trabajar en la minera para morir


Ángel Torres Sarmiento (70) desarrollo leucemia por la
manipulación de envases de cianuro inapropiadamente.
De semblante serio, andar lento, con su ropa y zapatos limpios  y con un característico sombrero, el campesino y ex trabajador de la mina, Ángel Torres Sarmiento (70) está condenado a morir por cáncer en la sangre. A él le diagnosticaron leucemia crónica en el año 2007, luego de laborar por más de cuatro años en la minera San Martín, los dos últimos en la destrucción de los envases y bolsas de cianuro, en muchas ocasiones, manipuló el cianuro con sus manos.

A don Ángel, poco a poco se le ha ido destruyendo la médula ósea y sobrevive porque el Centro de Cáncer “Emma Romero de Callejas”, le ayudó a obtener el medicamento para su tratamiento con una organización estadounidense que beneficia  a personas de la tercera edad, pero el día que cese la dotación, morirá. Su situación es crítica porque vive sólo con su esposa que padece de artritis y ninguno de los dos trabajan, sobreviven con lo poco que le envían sus hijos.

“Cuando ingrese a la minera, me contrataron para realizar trabajos ambientales, pero como a los dos años me enviaron a la zona donde quemaban los envases y envoltorios del cianuro, la enfermedad me la detectaron como al año y medio de realizar este trabajo porque empecé a padecer de adormecimiento en las manos y piernas y el médico de la mina me envío al Emma Callejas y después de eso trabaje como un año más y  me despidieron” manifestó el entrevistado.

Este ex trabajador de Entremares es uno de los 37 empleados que tienen demandada a la empresa minera exigiendo indemnización por enfermedades laborales, la mayoría por problemas de la columna, además de seis mujeres que laboraron en las cocinas a quienes les extirparon sus órganos reproductores, presuntamente por efectos de la contaminación  de minerales pesados y el calor producido por las estufas industriales.

En las regiones en las que operan las mineras se violenta el derecho humano al agua y saneamiento, al igual que el de la salud,  pues centenares de personas, especialmente niños, adolescentes y jóvenes, al consumir este líquido contaminado resultan con diversas enfermedades.

Contaminación y sus efectos
Las aldeas El Escanito y El Pedernal en el municipio El Porvenir y Nueva Palo Alto en San Ignacio, son las comunidades más cercanas a la zona de la explotación de la mina. Paló Alto incluso fue expropiada por la compañía, porque estaba asentada en lo que se denominó la zona explotación y patio de lixiviación  y la aldea se reubicó a unos dos kilómetros de la antigua comunidad.


El Proceso de Lixiviación en pilas para la obtención de oro y plata.
(Altamente contaminante para los suelos/Fotografía Ecoportal)
Se llama lixiviación al fenómeno de desplazamiento de sustancias solubles como la arcilla, sales, hierro, humus u otros elementos que tienen las capas de la tierra causado por el movimiento de agua en el suelo, y es, por lo tanto, característico de climas húmedos. Esto provoca que algunas capas del suelo pierdan sus compuestos nutritivos, se vuelvan más ácidas y a veces, también se origine toxicidad.
En el caso de las mineras, como existe movimiento de las capas más profundas de la tierra se utilizan áreas cercanas a  la excavación a los que se les denominan patios de lixiviación, pues son residuos de piedras o piedras trabajadas con cianuro, arsénico o mercurio para poder extraer los metales de las mismas.

Las poblaciones del Valle de Siria mencionadas anteriormente son las más expuestas a las enfermedades y a los efectos de la contaminación  pues absorbieron el polvo cuando se realizaron las explosiones  con dinamita para ablandar la tierra y extraer el oro, tomaron agua contaminada con metales pesados y fueron y siguen siendo los mayores afectados con la lluvia ácida que aun desprenden los patios de lixiviación.

Las rocas extraídas de las minas y que quedan después del uso del cianuro son las más peligrosas porque contiene minerales de sulfatos, que combinados con el aire y agua, producen ácido sulfúrico, lo que causa acidificación y va directamente a las fuentes de agua, a los ríos y riachuelos entre otros, generando la muerte de la  biodiversidad marina e inutilizando el agua de consumo humano.

Para el ex director del Comité para la Defensa y Desarrollo de la Flora y Fauna del Golfo de Fonseca (CODDEFFAGOLF), el biólogo marino Jorge Varela, las rocas tratadas con cianuro de sodio o de potasio, continúan contaminado el agua aun después de varios años de dejarse inactivas, especialmente porque los residuos o escombros casi siempre son dejados en la vera de las fuentes de agua.  “Las mineras sacan las rocas, le meten cianuro, mercurio, arsénico y otros venenos para sacar unas piscas de oro, luego estas rocas las llevan a sitios donde las dejan expuestas al agua y al aire y siguen contaminando el ambiente por muchos años, especialmente el agua que hace desastres en el cuerpo humano”, recalcó Varela.

Muertes por cáncer
En la aldea El Escanito, El Porvenir, sólo el año anterior el cáncer cobro la vida de cuatro personas, tres por cáncer en el estómago y otra por un carcinoma en la pierna. En la actualidad otro familiar de dos de los fallecidos está  agonizando por el mismo padecimiento y centenares de personas sufren de malformaciones, enfermedades respiratorias, manchas y granos que  no se tratan por no  contar con los recursos económicos necesarios.


Los pobladores atribuyen todos estos padecimientos  al uso y consumo del agua contaminada, a las lluvias ácidas que  dañan las fuentes de abastecimiento y las pocas aguas subterráneas y superficiales que tienen estas comunidades.

Doña Aída Gregoria Cruz (70), es una pobladora del Escanito, relató que hace 12 años padece de manchas en la piel y granos en sus codos, rodillas y parte baja de la espalda y glúteos (nalgas).

“Antes de llegar la minera, nosotros éramos pobres, pero saludables, ahora somos más pobres y lo peor es que estamos muy enfermos y no contamos con recursos para estar viajando a Tegucigalpa para que nos hagan algún tratamiento”, lamentó doña Aída Gregoria.

La joven Maura Dominga Hernández, 23 años, también reside en esta aldea y hace cuatro años le salió una mancha roja en su nariz que se le ha ido extendiendo, su presentación es escamosa y le pica mucho, eso ha ocasionado que se produzcan laceraciones y granos a un costado de la nariz.

“Al principio creí que era una picada, pero esta ha ido avanzando y siempre está roja, antes me daba pena cuando me preguntaban que tenía, ahora es tan común, en estas zonas, ver gente con problemas en la piel que ya nos acostumbramos; me preocupa más la tos persistente que tiene mi hijo de tres años, que por más medicina que le doy no se le quita”, manifestó Maura Dominga.


Estos pobladores de la aldea El Escanito sufren por las enfermedades en la piel,
algunas de ellas fueron diagnosticadas cáncer y ya han muerto.

Entremares se llevó el oro provocando muerte, enfermedad y pobreza
Se estima que en la comunidad de El Escanito, con una población aproximada de 2,000 habitantes, existen no menos de 200 personas con problemas en la piel y otra cantidad similar o mayor de problemas en las vías respiratorias, esta última especialmente en la población infantil.

Estos pobladores de la aldea El Escanito sufren por las enfermedades en la piel, a algunas de ellas les han diagnosticado cáncer y ya han muerto. Otra de las afectadas, en esta localidad, es Aída Melissa Martínez (21), hace más de un año comenzó con un proceso de despigmentación de la piel de las caderas, ella asegura que se debe  a la contaminación de las quebradas Agua Tibia y el Aguacate que es donde la población  lava la ropa.

Doña Águeda Francisca Hernández (42) sufre de unas manchas grisáceas en la mayoría de su cuerpo  y manifiesta que lo que más le molesta es la picazón que producen esta afección en su piel, especialmente después de bañarse. Los aquejados por estos males aseguran que la picazón es mayor después de bañarse, por eso están seguros que el agua tiene altos niveles de contaminación.


Aldeas Palo Alto y El Pedernal

Cuatro miembros de la familia Mendoza Cruz, con manchas en su cuerpo.
Casi todos los miembros de la familia Mendoza tienen manchas en el cuerpo, picazón constante, unos han perdido el pelo y otros presentan enfermedades respiratorias y estomacales, por temporadas. Los hermanos Mainor Javier (14), Luis Fernando  (26) y Junior Iván (25)  todos de apellido Mendoza Cruz presentan varias manchas en su piel, en diferentes etapas, ellos viven en la aldea El Pedernal; hace unos años comenzaron con este proceso de decoloración de la piel del tronco y de las extremidades de su cuerpo, esto les produce gran picazón.  Su hermana, su madre y ahora hasta la hija de cuatro años de Junior Iván presenta el problema, sólo que a la menor las manchas le están saliendo en la cara.

En la Aldea Paló Alto los problemas son diversos, pero el ya reconocido –por estudios oficiales, condenas judiciales y por auditorías independientes- es la existencia de metales pesados como plomo y arsénico en la sangre, esto porque la mina los mantuvo, por cuatro años, tomando agua de un pozo contaminado (2000-2004).

El ex empleado de la mina Wilberto Pérez Arteaga (33) a pesar de ser un hombre joven presenta una hernia en la columna, en las vértebras lumbares, ocasionada por el trabajo que realizó por 11 años en los patios de lixiviación, halando tubería de Entremares.Unos años antes le detectaron que también padece de artritis, la cual atribuye a consumo de agua contaminada del pozo y a la cantidad de metales pesados que tiene en su sangre. Will, como le llaman en la comunidad, en septiembre del 2010 perdió a su hija de cinco años, la pequeña presentó parálisis motora, en los miembros inferiores de carácter progresivo y ascendente.

Según los resultados de un estudio, realizado en 2006, por el químico italiano Flaviano Bianchini, la menor presentaba grandes cantidades de plomo y arsénico en la sangre 173 ug/dl plomo y 263 ug/dl de arsénico.  Hace 22 meses un niño, primito de la hija de Will, de la comunidad de Palo Alto,  nació con malformación en sus piecitos y los dedos de la mano izquierda, la hermanita de 14 años de este pequeño también tiene problemas con la vista, al igual que su abuela y los ambientalistas están seguros que todo esto se debe a la contaminación ambiental que existe en el sector.

Peréz Arteaga, junto Jorge Rolando Díaz, Carlos Emilio Banegas, Carlos Roberto Velásquez, Manuel Rodolfo Matamoros, Miguel Escogel Torres y Lidia Marina Izaguirre y 28 ex empleados y empleadas más  desde hace más de dos años tienen denunciada a la empresa minera GoldCorp. Inc. en la Fiscalía de Derechos Humanos exigiéndoles una  indemnización por problemas de salud.
En esta denuncia están incluidos también otras cinco mujeres que laboraron como cocineras durante siete años y a quienes en ese tiempo les extrajeron la matriz. Lidia Marina Izaguirre (45), con sus ojos llenos de lágrimas, narró que  durante nueve años trabajó en las cocinas de la minera elaborando los alimentos de los ejecutivos de le empresa y que cuando le extrajeron su matriz, en el hospital la Policlínica, sólo le dieron 15 días de incapacidad y la hicieron regresar para 15 días después despedirla, sin mayor consideración.

“Lo que no me gustó fue la forma como me despidieron, como un objeto que ya no se sirve que se vaya, pues a los 15 días de regresar me sacaron, me sometí a tratamiento hormonal porque no quede bien, pero eso a ellos no le importó. En lo personal yo no iba a tener más hijos, pues ya tenía tres, pero no espera ese trato”, lamentó.

Opinión médica
Para el médico, ambientalista y ex rector de la UNAH, Juan Almendarez Bonilla los efectos de la minería en la salud son terribles  “podemos decir que uno de los elementos más críticos es el plomo, este es un metal pesado que se acumula en los tejidos en crecimiento por eso está contraindicado, porque pone en peligro la vida y la salud de la mujer embarazada y de los niños”, explicó.  Agregó que al acumularse en los huesos, los daña y también daña la producción de glóbulos rojos, altera el sistema nervioso y realmente produce efectos a largo plazo, sobre todo en el desarrollo cerebral de los niños.

El médico ahora dedicado a la medicina natural alternativa realizó una radiografía de la mayoría de los efectos que causan los metales en el ser humano, manifestó que está demostrado que en el Valle de Siria, así como en otros sectores donde operan las empresas mineras,  existe contaminación por plomo.

El otro metal extremadamente peligroso es el arsénico, que es venenoso, afecta el hígado y es un inductor del cáncer. Se ha demostrado que el arsénico es altamente contaminante y se ha encontrado en las minas de Copán, en el Valle de Siria y en otros lugares.

Entre los otros metales están el cobalto, el cadmio, estos metales pesados afectan el corazón, el sistema nervioso y pueden dañar los riñones y producir una enfermedad irreversible en estos órganos. Las personas más afectadas por estos metales son las mujeres y sobre todo las mujeres embarazadas porque pueden producir malformaciones congénitas, es decir el nacimiento de niños y niñas deformados o el nacimiento de niños y niñas con enfermedades del sistema respiratorio o nervioso.

Estudios realizados en otros países, con operaciones mineras, han demostrado que estos metales inducen al aborto y al parto prematuro. “Esto es extremadamente importante, ya se ha observado en el Valle de Siria, donde la frecuencia de partos prematuros u abortos es altamente frecuente”, acotó Almendarez.

Es importante señalar que la mayoría de las mineras  utilizan explosivos, que dañan los oídos, generan estrés y elevan la presión arterial. El otro problema es que libera polvo y éste se va a la piel, a los ojos, a la nariz y corneas, todo este tipo de problemas pueden llevarlo a la ceguera, además de generar diversos problemas en la piel, que van desde la despigmentación de la epidermis y a la gente se le mancha la cara, hasta la generación de   trastornos mentales.

En estos sectores es común ver a las personas con úlceras, escaras e inflaciones producidas por la dermatitis y las alergias, que son las más comunes con picazón intensa. Esa picazón, purito o rasquiña se presenta en todo el cuerpo y en casi todas las estructuras, eso da lugar profundos problemas de la salud  de la piel y no se cura prácticamente con nada, excepto que las personas  cambien de ambiente.
Por otro lado, en estas comunidades existe mucha  incidencia de cáncer y  entre más años tiene la minería en la zona, mayor es la frecuencia de  esta mortal enfermedad, que al final no deja más que problemas y devastación a las regiones donde llegan.




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