jueves, 11 de julio de 2013

El secuestro del presidente Evo Morales en el editorial de "El País"


Rebelión

Por Salvador López Arnal *

Después de ilustrarnos con un artículo de Pierpaolo Barbieri sobre el alejamiento de las dos Latinoaméricas en el que se afirma (carrollianamente) que “México y Colombia despegan mientras la democracia recula en Ecuador y Argentina”; después de que Julian Assange y Christophe Deloire nos hayan recordado, muy oportunamente, que la Unión Europea fue Premio Nobel de Paz en 2012 por su contribución a la promoción de la reconciliación, la democracia, la paz e incluso de los derechos humanos (¡qué estada tan descomunal!), los de GISA, los del global-imperial-sionista-antichavista nos han regalado un editorial sobre el secuestro del presidente boliviano Evo Morales en la Europa de los grandes valores y de la soberanía y autonomía a prueba de tentaciones e inconsistencias.

“Trato intolerable” es el título del escrito (¡bien, perfecto!). “La retención del avión de Evo Morales revela la debilidad europea ante la presión de EEUU” es el subtítulo [1] (¡incluso los del País reconocen lo básico!).

Tras permanecer en el aeropuerto de Viena durante más de 13 horas, señala el editorial, el avión presidencial pudo finalmente reemprender el regreso a Bolivia, previa escala técnica en Canarias, “en un episodio cuya parte esperpéntica no debe velar la política: una crisis diplomática sobre la base de una humillación gratuita a la que se ha visto sometido un jefe de Estado”. Humillación gratuita: son palabras ajustadas.

El avión del presidente boliviano -“que había asistido en Moscú a una reunión de países productores de gas” prosigue el editorial apuntando una información gasística cuya relevancia no es inmediata-, tuvo, es decir, le obligaron a aterrizar en la capital austriaca. Varios países –que el editorial no cita,- Francia, Italia y Portugal-, denegaron el permiso para sobrevolar su espacio aéreo. ¿Razón para ello? “La mera sospecha de que el ex analista de la Agencia Nacional de Seguridad de EE UU, Edward Snowden, perseguido en su país por desvelar un espionaje masivo, podía viajar a bordo”.

El País admite que la retención fue considerada “con razón” una afrenta intolerable, que el presidente Morales recibió la solidaridad de países latinoamericanos (Argentina, Ecuador, Venezuela, Nicaragua, Chile, Uruguay,..), aunque, añade, “el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, exageró al afirmar que Evo [¿Evo? ¿Escribirían François para referirse a Hollande?] se encontraba “secuestrado” en Europa y que se había puesto en peligro su vida”.

¿Exageró realmente García Linera? ¿De verdad? ¿No estuvo el presidente Morales retenido en un aeropuerto europeo sin poder proseguir su viaje? ¿Qué presiones se realizaron? Ángel Guerra Cabrera [2] señaló el pasado jueves 4 de julio lo siguiente: “el embajador del Estado español en Viena tuvo la osadía, firmemente rechazada por Evo, de intentar subir al avión antes de que por fin Madrid confirmara el permiso de aterrizaje. No es ocioso recordar que estos países fueron cómplices de los ilegales vuelos de la CIA a conciencia de que sus secuestrados pasajeros serían objeto de torturas. Actúan igual que el ladrón, que juzga a todos según su condición.”. ¿Exagera también Guerra Cabrera?

Sea como fuere, el editorial admite que “el trato no tiene precedentes y contraviene los tratados y las reglas de la diplomacia internacional, que dota de inmunidad a las naves en que las viajan los jefes de Estado.” Ni más ni menos, éste es el punto. El hecho básico es que “la búsqueda de una persona reclamada por la justicia estadounidense ha arrollado las normas que protegen a un presidente de otro país”.

Detrás de este hecho, como es obvio también para los de GISA, “se encuentran las enormes presiones que ejerce EE UU sobre sus socios europeos para detener a Snowden, y la vergonzosa facilidad con la que algunos de ellos se pliegan a esas presiones”, en contraste, apunta el global, “con la cautela y timidez mostradas a la hora de defender a sus ciudadanos frente a las injerencias de los servicios secretos norteamericanos en las comunicaciones tanto de particulares como de organismos públicos y medios de comunicación”. ¡Enormes presiones a sus socios! ¡Vergonzosa facilidad de subordinación! ¡Timidez a la hora de defender a sus propios ciudadanos! No está mal, no está mal.

Era la de arena, viene ahora la de cal: “Sin negar el derecho del Gobierno de Obama a castigar a quienes hayan infringido sus leyes (¿esto ya está demostrado?), la persecución del delito (¿de qué delito?) debe hacerse siempre con escrupuloso respeto a la legalidad nacional e internacional y sin recurrir a presiones para forzar conductas en absoluto justificables”. Es decir, aparte de hablar de delitos y de infracciones no probadas, el problema según los del País no es que el gobierno usamericano persiga por tierra, mar, aire y galaxia a alguien que ha denunciado una de las mayores aberraciones antidemocráticas de las que se tiene consciencia en las últimas décadas, sino que los procedimientos usados hasta el momento no son ajustados a la ley y que las presiones son un pelín excesivas.¡Por favor!

El presidente Obama, concluye el editorial, “corre el grave riesgo de que la persecución de Snowden acabe aumentando aún más el descrédito que ya le ha causado el grave episodio del espionaje.”. ¿Grave episodio? ¿A este control de un Gran Hermano descomunal le llama El País un grave caso de espionaje? ¿No es algo de mucho mayor alcance?

¿El problema, finalmente, es el descrédito que puede conllevar la persecución a Mr Obama? ¿Pero que crédito ostentaba este defensor, vendedor de humo, de los ataques criminales de los drones? 

PS. Una información relacionada con el punto anterior: la responsable del servicio jurídico de CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado) ha desmentido las razones del ministro Margallo para no considerar el asilo de Snowden [3]. ¡Desmentido! España: ¿un Estado de Derecho? UE: ¿un merecido Premio Nobel de la paz?

Notas:


[2] Ángel Guerra Cabrera, “El secuestro de Evo y el servilismo ante Washington”. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=170652


* Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona; director Jordi Mir Garcia) 

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