martes, 9 de julio de 2013
Fracaso de la política económica del humanismo cristiano
Honduras no está en condiciones de pedir un rescate financiero, coinciden expertos, pese al déficit fiscal del 6,0%, la caída del crecimiento económico y de las recaudaciones, y el endeudamiento que supera el 38 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
La semana pasada el Foro Social de la Deuda Externa (Fosdeh), alertó sobre la posibilidad de recurrir a un rescate económico porque el endeudamiento del país se acerca peligrosamente al 50 por ciento del PIB.
La coordinadora del Gabinete Económico, María Antonieta Guillén, reveló que el tema del rescate es analizado por la Secretaría de Finanzas, sin embargo, el titular de la misma, Wilfredo Cerrato, consideró inoportuno hablar de un rescate financiero porque el país aún tiene capacidad de pago.
En tal sentido, economistas argumentan que efectivamente, no hay condiciones para solicitar un rescate financiero, en parte, porque no se tiene acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y además, que no convendría declarar al país en la categoría de Estado fallido.
Según Claudio Salgado, economista investigador del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), otra condición fundamental para pedir un rescate financiero es el que el monto de la deuda “sean tan alto en relación al PIB”.
Situación que le impida cumplir con los pagos del servicio de deuda; “es decir, que el país haya caído en una situación de morosidad o insolvencia o (default) como lo llaman en inglés”, apuntó.
Ajustes salvajes
Visto el tema desde otra óptica, los analistas consideran que un rescate financiero provocaría conflictos sociales todavía mayores a los que experimenta la sociedad en este momento.
Por lo general, los rescates financieros son mecanismos coercitivos de corte neoliberal que vienen acompañados de medidas traumáticas como reducción de salarios para el sector público y privado, y la eliminación de conquistas sociales entre ellas las vacaciones pagadas, el aguinaldo y el décimo cuarto mes de salario.
También, implica despidos masivos de trabajadores, devaluación acelerada de la moneda, rebaja de las pensiones, la disminución de plazas de empleos, privatización de todas las empresas estatales y otros, pues en el fondo de lo que se trata es de salvar al sistema financiero.
Se privilegian los capitales, aunque los bancos hayan tenido culpa del caos económico, por haber concedido préstamos sin evaluar la real capacidad de pago de los prestatarios, pero de todos modos, este no es el caso hondureño.
Por lo anterior se deduce que no existen condiciones financieras que obliguen a un rescate financiero puesto que la deuda externa es de 20 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y de 18 por ciento la deuda interna.
Asimismo, que la situación hondureña es diferente a los rescates financieros que se han dado en la Zona Euro (Grecia, Irlanda y Portugal), pues allá de lo que se trata es de salvar la unión monetaria basada en el consenso de una integración más política que económica.
Fracasa economía de “Pepe”
En lugar de hablar de rescates financieros, se recomienda la reformulación del Presupuesto de Ingresos y Egresos, también el estricto cumplimiento de las disposiciones contempladas en los artículos 206 y 207 de la Ley del Presupuesto, que mandan a castigar civil, penal y administrativamente a todo funcionario que se exceda en el gasto asignado en el presupuesto vigente.
Al no existir las condiciones para que Honduras sea objeto de un rescate financiero, entre la población surge la inquietud de si serán otros los motivos para que se esté hablando de este tema y les preocupa que se esté tratando de confundir un rescate con una intervención extranjera que sería de consecuencias graves e irreparables para Honduras.
No obstante, la mayoría de las instituciones nacionales e internacionales reconocen que actualmente Honduras está sufriendo los embates de un tsunami fiscal, lo que demuestra el fracaso de la política económica del presente gobierno.
Al respecto, el extitular de la Secretaría de Finanzas, Arturo Alvarado, manifestó que el problema fiscal es de gran magnitud: “Nos estamos acercando al límite del 40 por ciento del endeudamiento en relación al PIB”, cuestionó.
Para el ex funcionario el nuevo gobierno tendrá que realizar un análisis para verificar cuál es la situación fiscal, además, diseñar un marco macroeconómico de mediano plazo y retomar las negociaciones con el FMI.
Sobre el particular, el expresidente del Colegio Hondureño de Economistas (CHE), Guillermo Matamoros, mencionó que los organismos multilaterales de crédito son pragmáticos y se circunscriben a que los países cumplan con las peticiones que ellos dan.
A modo de ilustración comentó que países como Grecia, una de las tres naciones europeas que fue rescatada por la ¨troika¨ conformada por el FMI, el Banco Mundial (BM) y el Banco Europeo, fue ayudada en el marco del manejo de buenas políticas monetarias.
Además, que los rescates financieros se refieren a la puesta en práctica de políticas macroeconómicas sanas dirigidas a orientar la política fiscal. También en política monetaria como la aplicación de tipos de cambio de la moneda reales.
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