sábado, 5 de septiembre de 2015

En Agosto se registra más casos de desaparición forzada



Por Sandra Rodríguez

El mes de agosto es cuando se registra más casos de desapariciones forzadas ejecutadas por agentes de los Estados de Latinoamérica, así  los comprobó en 1984 la Federación de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Latinoamérica, FEDEFAM.

En Honduras, se registra 184 casos de desapariciones forzadas en la década de 1980, pero esa figura de lesa humanidad resurgió después del golpe de Estado del 2009, y el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Honduras, COFADEH, ha documentado y acompañado algunos casos en Agosto.
Hace unos meses, Mélida Urrea, una mujer que no puede ocultar el dolor por la desaparición de sus hijas Xenia Rosibel (15) y Yolanda Elizabeth Ramos Urrea (28), a quienes vio por última vez en agosto del 2009, cuando salieron de su aldea en Florida, Copán, para encontrarse en La Entrada, Copán, con el entonces seminarista católico Francisco Abilio Rivas Cruz, de origen salvadoreño, quien habría abusado sexualmente y embarazado a “Rossy” cuando aún tenía 14 años.
En su momento la familia Urrea Ramos, interpuso la denuncia ante las autoridades competentes de La Entrada, Copán, al occidente de Honduras, y 18 días después de la desaparición de las muchachas, tuvieron conocimiento que habían unas osamentas en una comunidad de Las Varas, Santa Bárbara, y que había un zapato quemado que pertenecía a una de las jóvenes, “era como que si las hubieran incinerado, pero los de la morgue nos dijeron que los huesos no estaban quemados, otras pertenencias las recogió personal del Ministerio Publico, y nunca se las mostraron a la familia.
Ahora el Ministerio Público, quien por años había olvidado el caso y hasta desaparecido el expediente, según denunció doña Mélida, llama a la familia de Rossy y Yolanda, desaparecidas hace seis años, y les dice que se presenten con dos ataúdes en Medicina Forense de San Pedro Sula -norte del país- porque según investigaciones y análisis, las osamentas coinciden con las de las muchachas.
Doña Mélida, quien está delicada de salud, no comprende lo que está sucediendo, porqué hasta ahora le comprueban que sí son los cuerpos de sus hijas desaparecidas, mientras tanto el principal sospechoso de estaos hechos, que es el sacerdote Francisco Abilio Rivas, nombrado en una parroquia de San Juan de Intibucá- occidente- y en cargos administrativos de la Diócesis de Santa Rosa de Copan, sigue libre, y hasta puede que continúe abusando de otras menores de edad, pues aunque si hay más víctimas, no denuncian por miedo, manifestó la madre.
Cruz Rivas, tiene abierto un juicio por Actos de Lujuria, en la Fiscalía de La Esperanza Intibucá, pero se desarrolla en Siguatepeque –centro del país- donde un padre de familia lo denunció por atentar contra la integridad de su hija menor de edad, en San Juan Intibucá. Refirió que Rivas estila llevar a la iglesia a jovencitas de distintas localidades aledañas “para satisfacer sus bajos placeres”, esta denuncia se hizo pública después de que doña Mélida rompió en silencio en un foro que desarrollaba el COFADEH, en Santa Rosa de Copán, a finales de enero pasado.
Aunque me devuelvan los cuerpos de mis hijas, ya no la vida, por lo que la justicia llegará hasta que se responsabilice al culpable, ese hombre sigue libre, y los del Ministerio Público me dijeron que ellos no pueden actuar, pero si pueden hacer, porque deben investigar, afirmó entre sollozos la mujer.
Se ha registrado el caso de Mauricio Joel Urbina Castro, un hombre de 34 años de edad, desaparecido el  02 de agosto de 2011, en La Ceiba, Atlántida, mientras estaba en un taller de servicio eléctrico barrio San José, reparando su vehículo de trabajo. Allí se introdujeron al mismo tiempo  cuatro hombres que cubrían sus rostros con pasamontañas, eran de contextura física  musculosa, portando armas  de cañones largos y cortos, y se identificaron como policías; inmediatamente le ordenaron a todas las personas que estaban en el interior del negocio a tirarse al piso “somos de la policía  tírense al suelo” mientras le pegaban una patada al propietario  del taller.  


También procedieron a golpear a  Mauricio Joel Urbina Castro, le colocaron las manos hacia atrás y lo sacaron violentamente del taller  obligándole a subir a un carro  de color gris doble cabina sin placas y vidrios polarizados que les esperaba en la calle. Desde ese momento no se le volvió a ver y su teléfono celular no es respondido.
Otro caso registrado en este mes, es el de Óscar  Elías López Muñoz (49), desaparecido el 21 de agosto de 2011, en San Pedro Sula, Cortés, quien fue sacado de su casa de habitación en horas de la noche y frente a su hija menor de edad. De este hecho que ha provocado la desintegración familiar, no se ha sabido nada, las autoridades encargadas de der respuesta, no han dado algún indicio para encontrarlo, manifiestan sus familiares.
Familiares de Oscar Elías López Muñoz, detenido y desaparecido en la colonia Suyapa, de Chamelecón, informaron sobre el caso al entonces presidente de Honduras, Porfirio Lobo Sosa, pero las respuestas, cuatro años después, continúan esperándolas.
En misiva le explican que López Muñoz, fue sacado de su casa por seis hombres con porte militar, vestidos de negro y chaleco anti balas, portando armas de cañón largo (con un foco o mira en la parte superior), quienes cubrían su rostro con pasamontañas; allanaron ilegalmente la vivienda de Oscar, presentándose como agentes de la DNIC, que se transportaban en tres vehículos, entre estos un pick up, doble cabina, color gris; y un HILUX, color morado, vidrios polarizados.
Además que en la detención, la víctima de desaparición forzada,  fue golpeado reiteradamente porque sus captores no aceptaban su identidad como Oscar Elías López Muñoz, insistían en que ese no era su nombre. Ante los gritos y golpes, su pequeña hija gritó que su papá se llamaba Oscar López, por lo que un supuesto agente se le acercó para consolarla y decirle que se calmara que no les iba a pasar nada.
“Los supuestos agentes de investigación, permanecieron en el lugar aproximadamente media hora, luego se marcharon llevándose detenido a nuestro querido Oscar Elías López Muñoz, de quien hasta el día de hoy desconocemos su destino final”, se lee en uno de los párrafos.
A pesar de las denuncias interpuestas ante autoridades policiales, Ministerio Público y organismos de derechos humanos, aún no se sabe nada acerca de su pariente, lo que los tiene en desesperación y aflicción familiar.   
El caso que sucedió el mismo día en que se conmemora al Detenido Desaparecido, es el del líder comunal de la Colonia Planeta de San Pedro Sula, José Reynaldo Cruz Palma, desaparecido el 30 de agosto de 2011.
Ayer cumplió cuatro años, de engrosar la lista de cientos de miles de detenidos desaparecidos en Latinoamérica, y que como en la mayoría de los casos, las autoridades no han dado respuesta.
Los familiares de Cruz Palma responsabilizan a la Policía de su desaparición, pues argumentan que el 30 de agosto (2011), cuando fue bajado del bus en que iba, había una patrulla e individuos con uniformes policiales, que lo bajaron y se lo llevaron en un carro particular. “Él era quien hacia el trabajo social en la comunidad. Mi hermano no tenía ni una hoja delictiva”, ha  reiterado Isaura Cruz Palma.
La familia de Cruz Palma, debió abandonar su casa, cambiar de ciudad, incluso estar separados unos de los otros por temor a les suceda lo mismo que a “Rey” como lo llaman en su familia.
“Hermano mío, este día es muy triste para mi recordarte y que un día como hoy te desaparecieron hombres de corazón negro espero un día volverte a ver, mis lágrimas caen hasta mi pecho, nunca pierdo las esperanzas de encontrarte… un día tendré la dicha de saber quién fue, hermanito bello te desaparecieron por decir la verdad y defender muchas injusticias que se dieron en la Planeta, fuiste un líder te extrañamos todos tus seres queridos” expresó ayer Isaura Cruz.

¿Por qué agosto?
Por su parte la coordinadora general del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, COFADEH, Bertha Oliva, declaró el pasado fin de semana que “a mí me gustaría sentar a unos de los planificadores del mal para que me explicara qué fue lo que motivó para que el mes de agosto se registrará en todo el continente, como el mes más violento, o sea  el mes donde más desapariciones forzadas de personas por motivaciones políticas se registrara”.
El 30 de agosto se conmemora el Día Internacional del Detenido Desaparecido, idea que surgió de la FEDEFAM en 1984 en Venezuela, la doctrina de desaparición forzada fue ejecutada en obediencia a un plan macabro impulsado por Estados Unidos contra líderes, dirigentes y defensores de derechos humanos de los movimientos sociales del continente.
Y en ese congreso, declaramos que íbamos a trabajar con el Día Internacional del Detenido Desaparecido y que las organizaciones íbamos a luchar para que en cada país se pudiera lograr el Día Nacional del Detenido Desaparecido. En 1984 proponernos ese objetivo era muy difícil; porque estábamos en plena implementación de la Doctrina de Seguridad Nacional, explicó Oliva ante un foro con las Redes de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos formadas por el COFADEH a nivel Nacional, el viernes anterior.
“Pero lo hicimos y en Honduras logramos que se conmemore el 30 de agosto Día Nacional del Detenido Desaparecido, y queremos que las redes de defensores y defensoras de derechos humanos del COFADEH  tengan esta fecha calendarizada, porque es necesario trabajar para la memoria y la memoria tiene que ser larga y debemos hablar sobre la historia porque es necesario para entender la lógica de la doctrina de derechos humanos”, apuntó Oliva.
El artículo 1 de la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas, dice que: Nadie será sometido a una desaparición forzada. Y (2) En ningún caso podrán invocarse circunstancias excepcionales tales como estado de guerra o amenaza de guerra, inestabilidad política interna o cualquier otra emergencia pública como justificación de la desaparición forzada.

Una grave violación de los derechos humanos
Al habérselas separado del ámbito protector de la ley y al haber "desaparecido" de la sociedad, se encuentran, de hecho, privadas de todos sus derechos y a merced de sus aprehensores. Algunos de los derechos humanos que las desapariciones forzadas violan con regularidad son:
El derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica;
El derecho a la libertad y seguridad de la persona;;
El derecho a no ser sometido a torturas ni a otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes;
El derecho a la vida, en caso de muerte de la persona desaparecida;
El derecho a una identidad;
El derecho a un juicio imparcial y a las debidas garantías judiciales;
El derecho a un recurso efectivo, con reparación e indemnización;
El derecho a conocer la verdad sobre las circunstancias de la desaparición

Las desapariciones también suponen en general una violación de diversos derechos de carácter económico, social y cultural, tanto para las víctimas, así como sus familias:
El derecho a la protección y a la asistencia a la familia;
El derecho a un nivel de vida adecuado;
El derecho a la salud;
El derecho a la educación.

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