miércoles, 30 de septiembre de 2015

Cristian, Kevin y Emilson, los niños héroes de la Nueva Suyapa


Nota de la redacción de la ASJ: En honor a todos los niños y niñas de Honduras que cada día son héroes, que con pequeñas acciones nos obsequian lecciones de vida, que nos enseñan que el amor de Dios es infinito y que con Él no hay imposibles. 


En algunos interludios sonríe con cierta timidez; pero habla con la seguridad de que Dios le acompaña y le da entereza para enfrentar todos los retos que tiene por delante. En la puerta de su casa yace un mensaje pegado en una hoja de papel: “no grites, no ofendas, no juzgues, no humilles”. Pareciera ser el lema de estos tres niños que hoy sueñan en grande. Ver video testimonio de Cristian

Una tragedia familiar obligó a Cristian a madurar y a velar por sus dos hermanos menores apesar de solo tener 16 años. Su madre murió hace dos años. Los menores quedaron a cargo de sus tías maternas. Tras el terrible suceso, Cristian decidió cuidar de Kevin y Emilson elaborando y vendiendo tortillas y así agenciarse algunos lempiras para su sustento. De manera paralela Cristian estudiaba los fines de semana. 

Su historia conmovió a miles de hondureños cuando fue revelada por Revistazo en noviembre de 2013. Hasta la casa de los niños en la colonia Nueva Suyapa llegaron entonces medios de comunicación, funcionarios y hasta el ahora presidente de la República y su esposa, así como personas de noble corazón que de forma anónima dijeron presente para apoyar a los pequeños.

Dos años después la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) los visitó para compartir con ellos un momento entre amigos en este Día del Niño. Muchas cosas han cambiado en la vida del trío de niños, amantes del trompo y apasionados por la barbería, oficio que el mayor aprendió asistiendo a las clases impartidas en un centro comunitario bajo el auspicio del programa Clubes Impacto de Gedeón de ASJ.

En los Clubes Impacto los niños y niñas son formados en valores cristianos, ciudadanía activa, liderazgo, empleabilidad y microemprendedurismo por mentores. La formación en los clubes incluye talleres de arte y habilidades para la vida, proyectos comunitarios y tutorías.

Cristian, Kevin y Emilson lograron obtener becas de estudios y asisten a centros educativos ubicados en la comunidad. A los más pequeños les gustan las matemáticas y durante sus tiempos libres, juegan con sus primos y vecinitos; pero Cristian ha cambiado en los últimos meses las pelotas por las tijeras. Han sido dos años de cambio. Han sido dos años de lucha, de optimismo, de valentía. Son héroes.

Desde que Cristian tenía 10 años ha ido perfeccionando su técnica con las tijeras, razón por la cual a su puerta llegan por las tardes, sábados y domingos, fieles clientes en busca de un corte de cabello.

"Necesito algo que me produzca aunque sea un poco para defenderme por todo lo del colegio, trabajos, todo lo que necesite”, comenta con un entusiasmo que da envidia y que irradia confianza.

Su sueño y deseo para este Día del Niño es encontrar más fuerza de la que ya posee para seguir estudiando y luchando para obtener un técnico en computación y una licenciatura en administración de empresas. El primero espera lograrlo a corto plazo, pues asegura ser capaz de manejar una computadora fácilmente y ya empezó su preparación de forma autodidacta.

Fotos: ASJ



No obstante, la computadora que le obsequiaron terminó su vida útil y ha resuelto ingresar a un centro educativo de formación técnica para prepararse.

Pero más que cualquier otra cosa, Cristian anhela sacar adelante a su familia.

"Superarme, superar a mis hermanos, a mi familia. Sería espectacular, ya no estaríamos en la misma situación”, dice Cristian juntando nuevamente las manos. 

Emilson y Kevin desean ser policías o barberos, como Cristian, en quien han encontrado un ejemplo, un héroe, a seguir.

“Evitar lo malo y seguir lo bueno”
A cada paso y en cada palabra se percibe la unidad entre Cristian, Kevin y Emilson. Parecen actuar y hablar conectados cuando se refieren a sus pasiones y deseos.

Los tres desean fervientemente una consola de videojuegos. “Kevin, Joche (Emilson) y yo deseamos la misma cosa”, expresa Cristian mientras busca la mirada de sus hermanos. “¡Una Playstation!”, grita Emilson, el más activo de los tres, emocionado.

Desde que un compañero de juego empujó de forma brusca a “Jochito”, como llaman cariñosamente a Emilson, dejándolo caer al suelo y provocándole una herida considerable, los niños han dejado a un lado el fútbol.

Sin embargo, el impasse los unió aún más y desde entonces juegan con mayor regularidad el trompo, un juego tradicional hondureño. Pero además de su vínculo de juegos, los hermanitos tienen una fuerte conexión de valores, camaradería, amistad y amor, que se fortalecieron luego de que Cristian ingresó como beneficiario al programa Clubes de Impacto de la ASJ.

Testimonio de Cristian Chávez, beneficiario de los Clubes de Impacto de la ASJ
Producido por ASJ

"Es un grupo que nos enseña amor por la vida, a respetar a los mayores, saber y conocer de La Biblia. Si no fuera por ustedes, no tendría lo que tengo”, manifiesta Cristian.

Cristian hace un llamado a los niños de Honduras para que “se enfoquen en algo productivo, en deportes, en algo tradicional que a ellos les apasione como jugar fútbol, así pueden divagar su mente para evitar lo malo y seguir lo bueno”. “Que no anden en la calle, que busquen buenas cosas, seguir el camino de Dios”, añade Kevin.

Al finalizar la entrevista Cristian dice adiós. Sonríe al vernos partir. Sus ojos brillan como estrellas en la noche, en ellos hay fe, hay esperanza, hay amor, un amor que contagia, un amor por la vida, un amor que impacta, un amor que pone los pelos de punta, un amor puro que solo un niño puede irradiar. Gracias Cristian.

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