miércoles, 20 de marzo de 2019

Tercera conjetura de nuevo orden


Rebelión

Por Cristóbal León Campos *

Hacer frente a los males que aquejan a la humanidad requiere del compromiso intelectual y social de quienes pretendemos un mundo mejor, la guerra ideológica que hoy acompaña las nuevas arremetidas de la ultraderecha mundial, particularmente la latinoamericana, buscan desarticular la vinculación entre el pensamiento crítico, los movimientos sociales y los gobiernos progresistas de la región. La postura declarada desde su campaña y reafirmada al asumir el poder por Jair Bolsonaro en Brasil, es el ejemplo medular de esta nueva ofensiva contra la crítica, la razón y la esperanza. A sus expresiones en contra de la izquierda, ahora se agregan sus declaraciones en las que afirma que “Uno de los objetivos para sacar a Brasil de las peores posiciones en las clasificaciones educativas internacionales es combatir la basura marxista que se ha extendido en las instituciones educativas”. Su postura manifiesta el deseo de arremeter contra todo aquello que considera adversos a su intensión de profundizar el neoliberalismo en Brasil, introducir las ideas fascistas en el orden moral y ético, además de extender el dominio de la ultraderecha a las universidades, centros de investigación y de enseñanza.
Entre sus objetivos manifiestos esta el destruir el legado de Paulo Freire, pedagogo brasileño, quien fue uno de los fundadores de la pedagogía crítica y cuya influencia se extendió mediante la educación popular a lo largo de Nuestra América y mundo. Freire estuvo preso durante la dictadura militar que Bolsonaro tanto ha elogiado, él mismo durante su campaña presidencial mencionó que deseaba “ entrar al Ministerio de Educación con un lanzallamas para eliminar a Paulo Freire”. La batalla ideología busca eliminar cualquier herencia de Freire de los centros educativos, los ultraconservadores brasileños asumen como enemigo las ideas de compromiso, conciencia y educación que Freire desarrollara como parte de su praxis dirigida a los más necesitados del mundo.

La intensión de extender el neoliberalismo en el campo educativo de Brasil, es contrapuesta con la postura que sostuviera Freire, el pedagogo abogó para que una de la misiones fundamentales del Estado fuera la de educar al pueblo brasileño, mientras que la tenencia marcada por las declaraciones y actos del nuevo gobierno del gigante sudamericano, se dirigen a entregar sin reparo la educación como una mercancía más al interés privado, haciendo hincapié, en sus tendencias machistas, homofóbicas y conservadoras con raíz fascista. Hace pocos días anunciaron sus planes de revisar los contenidos de los libros de texto y dejar fuera de ellos cualquier referencia al feminismo, a la homosexualidad y a la violencia contra las mujeres, previendo la posibilidad de que el ejército tome el control de varias escuelas públicas, el corte militar del gobierno es fácil de notar. El ministro de educación, Ricardo Vélez Rodríguez, se comprometió a poner fin a la “agresiva promoción de la ideología de género”, el funcionario invocó lo que considera los valores tradicionales como la familia, la religión, la escuela y la nación. Estas declaraciones acompañan la postura de Bolsonaro quien exteriorizó que pondrá a revisión los contenidos del examen nacional de secundaria con el objetivo de eliminar cualquier información o cuestionamiento sobre género o movimientos LGBT. La homofobia es un sello marcado en la medula del gobierno brasileño.

La oleada de agresión es grave, la eliminación de conocimientos y teorías claves para comprender la realidad social, extendería un manto de oscurantismo sobre la sociedad brasileña con claras repercusiones en el contexto regional, en el cual además, se vive un recrudecimiento de las agresiones imperialistas a la soberanía y la autodeterminación tal como afronta Venezuela con el nuevo intento de golpe de Estado y/o de invasión militar estadounidense. La ultraderecha busca las formas de perpetuarse en el poder, la educación es una pieza clave para el dominio de las conciencias y las poblaciones, la hegemonía de su ideología de muerte pudiera implantarse de consumarse los planes de privatizar y militarizar los centros de enseñanza, esto junto a la persecución que sufren y sufrirán los pensadores críticos, la censura a libros y revistas de izquierda o por lo menos cuestionadoras de diversas políticas, las universidades entrarán en un periodo complejo en donde nuevamente, como en los años álgidos de las dictaduras, se pudiera querer convertirlas en verdaderos claustros conservadores. El pensamiento crítico está amenazado, los intelectuales y movimientos sociales deben alzar la voz para hacer frente a esta agresión. La filosofía latinoamericana tiene mucho que aportar en estas horas de los hornos, las voces anticoloniales y antiimperialistas de su matriz, pueden ayudar a dar forma a la resistencia y la organización por la emancipación del pueblo brasileño y de todos nuestros pueblos latinoamericanos.

* Cristóbal León Campos es integrante del Colectivo Disyuntivas


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