miércoles, 13 de marzo de 2019

Veinte años de Habana Radio: Por el patrimonio, La Habana y su gente


Por Deny Extremera San Martín

Foto: Deny Extremera.

Desde la cabina de Habana Radio, en el edificio de la Lonja del Comercio, La Habana es una presencia permanente a través de la pared de cristal. Se ven azoteas y cúpulas, una bandera cubana que ondea y más allá el faro de El Morro; algún barco que sale por el canal de la bahía, alguno que se acerca.

Eso hacia afuera. Adentro, La Habana es presencia recurrente, como lo son otras ciudades patrimoniales cubanas… Se habla -y se escucha en todo el país- sobre cultura, arquitectura, urbanismo, identidad, sociedad habanera -y cubana- en los tiempos pasado, presente y futuro.

Habana Radio fue inaugurada el 28 de enero de 1999. Meses antes -recuerda Magda Resik, su directora desde entonces-, había comenzado a ser concebida desde una estrategia de programación. Se había pensado su misión, se habían definido su alcance y la intencionalidad que tendría.

“Sabíamos que iba a centrarse en la cultura, en la historia y en los valores patrimoniales. Teníamos la certeza de que sería una programación que cuidara mucho sus contenidos y se alejara de todo tipo de ejecutoria banal, de lo vulgar, y que reflejara lo mejor del patrimonio musical cubano hasta la contemporaneidad. Y es tanta la riqueza de la música cubana, que eso era, y es, algo perfectamente posible.

“Sabíamos que si respondía al espíritu y al estilo de trabajo de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, liderada por el Dr. Eusebio Leal, tenía que ser en su singularidad un proyecto que representara esos valores patrimoniales que defiende rabiosamente la Oficina. Y debía tener una programación que permitiera establecer una relación mucho más directa con la población residente, porque teníamos información de una suerte de divorcio entre el camino que llevaba el proceso de rehabilitación integral del Centro Histórico y el estado de opinión de la población”.

“Nunca he creído en fórmulas y mucho menos en materia tan delicada como la restauración del patrimonio de una sociedad viva, cuyos pobladores se cuentan entre los protagonistas del proceso. Creo en el compromiso y la sensibilidad de quienes, aún en las peores circunstancias, defienden con vehemencia esta causa, comprometen voluntades y talentos y logran al fin que la tan necesaria belleza emerja como premio a la persistencia”. (Eusebio Leal Spengler, 2009)

Así, la emisora nació de la necesidad de comunicar sobre patrimonio y con similar voluntad a la del proyecto mayor que es la restauración, el rescate, la conservación del Centro Histórico -y aún más allá, de todo lo valioso, tangible e intangible, que hay en esta ciudad-: hacerlo con la ciudadanía, mirando a los contextos y a las esencias. Así ha sido desde los días fundacionales, que se remontan a finales de 1998.

Y a finales de la década de 1990 ocurrió uno de esos episodios que hoy son casi leyendas en el libro de historias tanto académicas como populares que ha ido hilando la Oficina. Se planeaba devolver la imagen original a la Plaza Vieja, enmendar un “entuerto” urbanístico que databa de 1952, cuando la construcción de un parqueo soterrado selló un largo proceso de descaracterización de ese espacio.

“Ese parqueo había que derruirlo, para devolverle a la plaza su imagen. Los pobladores de allí, representados por uno de sus líderes comunales, le dijeron al Historiador que no querían que se colocaran cargas de explosivos para implosionar el parqueo.

“Esa operación había sido estudiada con los ingenieros, con todas aquellas personas que podían garantizar que implosionara solo el parqueo y no los edificios circundantes. Pero fue imposible convencer a la población de que las casas no peligraban, y hubo que apelar a un recurso de diálogo con la ciudadanía, mucho más directo y expedito. Al final no se pudieron emplear las pequeñas cargas de explosivo que se había pensado usar. Todo se hizo a mano, con martillos neumáticos, y con la colaboración de la ciudadanía”.

Hoy la Plaza Vieja es uno de los entornos más atractivos de la ciudad, un modelo de revitalización urbana y por ello, y por su integración al tejido económico local, un sitio de interés para quienes visitan La Habana. En la edición 2018 de los Travelers’ Choice Awards -que se definen mediante millones de reseñas y opiniones de viajeros colectadas en un año en los sitios de Tripadvisor- es punto de referencia número uno, o landmark, en el Caribe.

A raíz de esa experiencia en la Plaza Vieja -cuenta Magda- “se afirmó mucho más en Leal la idea de una emisora que fuera un vehículo de comunicación directa con los ciudadanos y nos permitiera darles cuenta del momento que se vivía en la restauración, ofrecerles un espacio para que mostraran su voz, sus costumbres, sus anhelos, opinaran y debatieran sobre el proceso de restauración y la vida social.

“Siendo este un proceso de restauración en una ciudad habitada, para defender el concepto de la ciudad viva -no un proceso de restauración hedonista para contemplar la belleza de la ciudad-, era importante involucrarnos con la población. Y ese creo fue uno de los objetivos esenciales que definió la fundación de Habana Radio”.

Magda Resik: “La Habana del futuro hay que pensarla desde el pasado. Lo primero que tenemos que rescatar es un discurso identitario de La Habana”.

De 20 watts a un país entero
Al principio, Habana Radio era una emisora pequeña, en un espacio pequeño, con poco personal y una programación que alcanzaba solo a tres horas. Transmitía con 20 watts de potencia, lo autorizado a un transmisor de 300 watts.

Magda recuerda que “se hicieron muchos esfuerzos de comunicación, y la emisora empezó a marcar un ritmo, una ascendencia en la cantidad de quienes la sintonizaban. Comenzó a ganar adeptos en la intelectualidad artística y literaria y en el mundo académico del país. En un consejo ampliado de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, los intelectuales consideraron que si era una emisora destinada a promocionar la cultura, los valores y el patrimonio nacional, debía ser escuchada más allá.

“Y Fidel sostuvo un diálogo con nosotros por alrededor de 45 minutos. Se interesó por las dinámicas productivas de la emisora, por su alcance, los propósitos de su programación, y a la vez explicó y se sensibilizó mucho con el valor que podría tener ese medio de comunicación para un proceso de restauración tan singular como el que avanzaba en el Centro Histórico de La Habana.

“Y él, que fue quien aprobó, ideó y concibió el Decreto Ley 143 para la gestión de restauración en el Centro Histórico de muchas maneras, era la persona más indicada para entender todos los poderes y valores que tenía la comunicación en función de rescatar el patrimonio y de sensibilizar a los ciudadanos, y ponerles al tanto de los tesoros de los cuales eran portadores. Eso haría que hubiera un sentido de pertenencia mayor, y eso afirmaría la identidad.

“En fin, tuvimos en Fidel un aliado muy grande, un hombre que nos apoyó desde su sensibilidad cultural y desde su sentido de estratega político. Nos envió nuestro primer transmisor de un kilowatt. Nos ayudó e intermedió para que tuviéramos el primer estudio de edición; nos envió la primera computadora para digitalizar la señal de Habana Radio, y eso fue un estímulo, un apoyo para todos y también para Leal”.

Al cabo del tiempo, Habana Radio tenía un transmisor de 5 kW y se escuchaba en todo el occidente del país. Hoy la programación está consolidada y ocupa 24 horas. La cobertura es nacional, con énfasis en aquellas ciudades que desarrollan procesos de restauración y preservación patrimonial.

De cierta forma, la emisora se ha convertido en el epicentro comunicativo de la red de oficinas del Historiador y del Conservador, que preside el Dr. Leal, destaca Magda.

Pinar del Río 94.7 Mhz / Isla de la Juventud 94.7 Mhz / La Habana 106.9 Mhz / Matanzas 98.7 Mhz / Cienfuegos 91.9 Mhz / Santa Clara 92.9 Mhz / Remedios 98.7 Mhz / Camajuaní 98.7 Mhz / Caibarién 98.7 Mhz / Zulueta 98.7 Mhz / Sancti Spíritus 92.5 Mhz / Trinidad 102.9 Mhz / Ciego de Ávila 103.5 Mhz / Camagüey 94.9 Mhz / Las Tunas 95.9 Mhz / Bayamo 104.1 Mhz / Santiago de Cuba 101.5 Mhz / Guantánamo 101.9 Mhz / Baracoa 92.3 Mhz

La emisora se escucha hoy en todo el país. Foto: Deny Extremera.

“Hemos tratado de que Habana Radio se escuche cada vez más, con audio en tiempo real por internet, a través de la transmisión satelital. Por otra parte, hemos trabajado en el desarrollo de proyectos culturales y audiovisuales que sustenten la misión que tiene la emisora. Ha venido a ser la génesis de una Dirección de Comunicación de la Oficina del Historiador de la Ciudad, donde la multimedialidad es un hecho.

“Hacemos producciones audiovisuales, tenemos un sello discográfico nombrado La Ceiba, y sostenemos dos proyectos culturales de relación directa con la ciudadanía: Cultura entre las manos, para la comunidad sorda, dirigido por Yalena Gispert, y el proyecto con los adolescentes, dirigido por Lissette Ametger, en el que esos adolescentes son capaces hasta de crear su propio espacio radial, lo protagonizan, definen los temas, como lo hace la comunidad de adultos mayores en el espacio Parece que fue ayer, con Raúl Bochmonar

“Tienes que lograr una participación ciudadana, y en eso creo que vamos con los tiempos. Participa la ciudadanía en la toma de decisiones, opinando, construyendo y creando el futuro del país. Esa es un poco la vida actual de Habana Radio, una emisora que cumple 20 años, que en estas dos décadas ha tenido siempre la idea de crecer progresivamente. Siempre nos vamos haciendo esta pregunta: ¿A qué ciudadanos no llegamos, a quién no llega nuestro mensaje patrimonial?”.

Foto: Deny Extremera.

Gratitudes y presencias
Al preguntarle qué rostros son más recurrentes cuando mira hacia atrás, hacia los veinte años transcurridos en Habana Radio, Magda Resik comienza recordando “el papel que tuvo Josefa Bracero como vicepresidenta del ICRT para la radio, al aunar voluntades y despertar sensibilidades a favor de este proyecto. También recuerdo a Iris Dávila, una mujer amante de los medios de comunicación, conocedora, que nos ayudó en el momento inicial de concepción de la programación, que es todo un arte”.

En el recuento menciona a Juanito Hernández, “uno de los programadores más maravillosos que han tenido la radio y la televisión cubanas; con él también me senté para consultarle esa escaleta de programación inicial y recibir sus consejos”, y a personalidades del mundo intelectual que abrazaron la idea: “La Dra. María Dolores Ortiz, una fundadora de Habana Radio; Amaury Pérez Vidal; José María Vitier; Cintio y Fina, que nos acompañaban; el Dr. José Ramón Cuevas, que fue el inspirador mayor para que pudiéramos abordar hoy, como lo hacemos, todos los temas de medio ambiente, de la naturaleza, de la ciencia y la técnica”.

Recuerda, además, a Eddy Martin, “con su vasta experiencia en el mundo de la radio y con su programa dedicado a la historia del deporte en Cuba; a Juan Ramos, un experto en la radio, en el conocimiento de la música, compositor de algunos de los temas que todavía forman parte de motivos musicales de nuestros espacios”.

“Te podría seguir mencionando nombres, la lista es inmensa. Y si de gratitudes se trata, nosotros siempre, en todo momento, hablamos de Fidel Castro Ruz. Para nosotros Fidel fue casi un padrino, y fue una de las almas más sensibles que entendió la necesidad del proyecto de Habana Radio cuando otras personas y otros decisores políticos no tenían esa sensibilidad. Él ya veía, porque era de esos hombres adelantados, como también el Historiador de la Ciudad, que avizoran el futuro. Ambos vieron en la comunicación una aliada fundamental para los procesos de rehabilitación del Centro Histórico.

“La gratitud es inmensa también con el equipo de trabajo. Contamos con fundadores de Habana Radio que son expertos de los medios como Ismael Rensoli, Ángel Ferrera -la voz de nuestra emisora-, Raúl Bochmonar, Estrella Díaz, Alexis Rodríguez… Todos forman parte de un equipo que está desde los inicios, que ha permanecido todos estos años acompañando a la emisora. Ellos son como el emblema de esa tradición fundacional que ahora tiene una continuidad en la hornada de jóvenes que se ha incorporado, porque Habana Radio tiene un colectivo mayoritariamente joven en este momento.

“Por otra parte, sentimos una presencia permanente con nosotros, aunque fue una incorporación posterior, Jorge Jiménez, que fue hasta el año pasado, cuando falleció, nuestro jefe de programación. También forma parte de ese equipo que ha sido como el eje y sostén de este proyecto, que ha crecido, que ha madurado y sigue consolidándose”.

Foto: Deny Extremera.

De lo personal a La Habana
El primer reto de Magda Resik en el periodismo fue el diario Juventud Rebelde. Luego empezó a conocer los otros medios. “Debo confesarte que hubo un momento -porque venía de la prensa escrita- en que subestimaba los poderes de la radio. Gracias a Leal aprendí que la radio es el medio por excelencia, porque supone que la imaginación es la protagonista en todo aquello que interpretamos de lo que escuchamos, y le otorga al ser humano una libertad muy singular.

“Eso no quiere decir que nos desentendamos de los otros medios, aquí los abrigamos todos y entendemos que el futuro es una apuesta a la multimedialidad, pero la radio tiene una gran ascendencia en Cuba, y creo que una de las principales ganancias que he recibido estando en este proyecto es no subestimar ningún espacio de la comunicación, incluida la comunicación directa con las personas, esa que es a viva voz, prístina, la original”.

Más allá del aprendizaje que implican, al fundar y desarrollar un proyecto como este, las relaciones humanas -“tienes que, con mucha delicadeza, aunar de ese grupo humano las virtudes para enrumbar la obra, tratar de que los defectos sean como adornos colaterales, que no mancillen el proceso de creación artística, que es nuestro objetivo esencial”-, Magda destaca el enorme aprendizaje en el área de las ciencias de la comunicación y el patrimonio.

“Hay que tropezar mucho y levantarse todos los días para lograr que un colectivo de personas confluyan en un objetivo único que es, en este caso, la creación radial”.

“Yo he transitado mi vida académica hasta el doctorado con la comunicación del patrimonio. He tratado de sistematizar una ciencia que acerque estos dos términos, comunicación y patrimonio, y creo que lo hemos ido logrando.

“Hemos sistematizado un diplomado internacional de medios para comunicar el patrimonio; hemos tratado de que nuestra experiencia práctica -la de la Oficina del Historiador de la Ciudad desde Emilio Roig de Leuchsenring hasta Eusebio Leal Spengler- se sistematice. Que quede para quienes continúen esta obra un cuerpo teórico que les permita interpretar las experiencias que hemos vivido y proyectarse renovadoramente hacia las que debe vivir esa nueva generación.

“En lo personal ha sido una experiencia muy fuerte. Habana Radio viene siendo como la niña que no tuve, la criatura que vi nacer, crecer, desarrollarse y estar ahora en plena madurez. Ir conquistando los espacios también me enseñó que a las estrellas no se sube por caminos llanos, hay que tratar todos los días de subir con el trabajo, con la consagración a la excelencia y al desarrollo de una obra. Somos muy críticos con nosotros mismos, pero ese ejercicio crítico nos permite todos los días reconstruirnos. Si estamos haciéndonos eco de un proceso de restauración debemos ser capaces de renovarnos y restaurarnos en nuestra concepción de la comunicación, no abrigar ningún esquema”.

Edificio de la Lonja del Comercio. En espacios de los pisos quinto y sexto está Habana Radio. Foto: Deny Extremera.

Magda, 2019 es el año en que La Habana cumple medio milenio. La Oficina del Historiador es uno de los lugares donde más seriamente se piensa y se proyecta el futuro de la ciudad. Y ello se refleja en Habana Radio. Cuando se escucha la emisora o se revisa la parrilla de programación, es claro que Habana Radio es parte viva de ese proyecto mayor, tanto en la labor de divulgación, educación y diálogo con la ciudadanía como en el debate entre expertos, del que mucho podemos aprender.

–La Habana del futuro hay que pensarla desde el pasado. Lo primero que tenemos que rescatar es un discurso identitario de La Habana, porque La Habana ha sido el resultado de sucesivas repoblaciones, pero creo que dentro de esa arribazón que nos ha enriquecido -emigraciones desde el exterior, desde el interior-, La Habana tiene una esencia que debe permanecer intacta en los siglos.

“Porque la habaneridad es casi un estado del alma, es un espíritu, un modo de actuar. La habaneridad hay que defenderla porque no podemos ruralizar la ciudad, ni vulgarizarla, ni banalizar los abordajes de una historia tan profunda y tan rica como es la de La Habana, una historia de resistencias innumerables, que van del periodo colonial hasta nuestros días. Una Habana que a pesar de todo lo que ha sufrido -escaseces, necesidades infraestructurales y demás-, es una ciudad que conmueve, que convence al visitante, lo atrapa, que tiene un aire, un ángel y una mística muy especiales, y hay que protegerla.

“Nosotros creemos que hay que protegerla haciendo conocer toda su historia desde su pasado más remoto, para que esa historia se ponga en valor, y ponerla en valor es entregarle la historia a los ciudadanos, lograr que ellos mismos construyan sus historias y sus testimonios de vida, y de esa manera tener más claridad en cómo proyectar esta ciudad hacia el futuro, porque del desconocimiento, de la desmemoria no sale ningún plan de futuro, perdemos el rumbo.

“Y el papel de Habana Radio, modestamente, tiene que ser despertar cada vez más la avidez de conocimiento por La Habana, su historia, sus tradiciones, sus costumbres, por los episodios increíbles que hemos vivido en esta capital de los cubanos, y a partir de ahí, entonces, esperar de la ciudadanía lo mejor, porque lo mejor no se logra en la vaciedad, se logra en un sentido de pertenencia que nace del hondo compromiso con algo que se conoce y se quiere. Y se defiende”.

Foto: Deny Extremera.

Foto: Deny Extremera


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