miércoles, 18 de mayo de 2016
Pildoritas sobre militares
Por mucho que el gobierno y el alto empresariado quieran ocultarlo, disimularlo o minimizarlo, Los militares tienen una responsabilidad directa y no aislada en el asesinato de Berta Cáceres. Eso de que los militares son salvadores de la patria, y que salen cual Chapulín al rescate de todas las instituciones públicas quebradas y saqueadas, se hace añicos ante el verdadero rostro criminal, institucional y no aislado, organizado para matar, como se constata con el caso de Berta Cáceres.
Se ha querido construir en el imaginario social de que los militares son hombres intachables, de una sola pieza y que por eso mismo, los que mejor pueden formar a la niñez en la disciplina armada para que sean “guardianes de la patria”. En efecto, son hombres de una sola pieza, esa misma que los protege, y que se llama “Ley constitutiva de las Fuerzas Armadas”. Esa ley es como el manto de la impunidad de los militares. Su lógica de obediencias y lealtades está estrechamente relacionada. Ellos mismos se juzgan en su propio sistema de justicia.
Solo desde esa “justicia militar” se explica que los hombres armados cometan crímenes sin que pase nada. En los últimos meses los militares en estado de ebriedad asesinaron a 3 pobladores en la Mosquitia y 2 en Punta de Piedra; 8 militares violaron a una mujer en Villanueva, han torturado a líderes y han estado involucrados en secuestro de comerciantes. Son muchísimos los crímenes. Y no pasa nada.
Los militares no son solo guardianes de la patria. Son los principales estrategas de los cuerpos de seguridad tanto de la élite empresarial en negocios legales, como de los empresarios en negocios paralegales o ilegales.
Muchísimos negocios e instituciones públicas y privadas están bajo la seguridad de los militares o de empresas privadas de seguridad propiedad de oficiales o ex oficiales. Según informe de la Comisión Multinacional, en Honduras hay entre 70 y 120 mil guardias privados, todos agrupados en empresas de seguridad de capital y pensamiento militar y principales fuentes de información privada para las cúpulas militares.
Muchos de los oficiales de las Fuerzas Armadas son socios de narcotraficantes. Por ser protectores de las fronteras aéreas, marítimas y terrestres, los militares tienen la primerísima responsabilidad de la facilidad con la que ha pasado la droga por nuestro territorio. Y como si hubiesen tenido éxito en su función, el gobierno los convierte en protectores de la seguridad ciudadana.
Los documentos de la conformación de la directiva de Desarrollos Energéticos S.A DESA, así como la participación de militares en la ejecución de Berta Cáceres muestran que los militares están tanto en los servicios de gatilleros como ejecutivos de las empresas hidroeléctricas. Creer que los militares son respuesta a la crisis actual, es como tragarse el cuento de que la cúpula del Partido Nacional en el poder está conformada por personas honradas.
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