martes, 17 de mayo de 2016

No entreguen sus hijos a los coyotes



Estas palabras de la primera dama del país, Ana María de Hernández, son la razón por la cual hará una gira a diversos consulados en Estados Unidos con el objeto de analizar y ver más de cerca el aumento de los “niños migrantes” que se ha disparado en lo que va de año.

La cifra de niños que emigran a EUA subió en un 156% de enero a abril de 2016.  Esta noticia está unida a la realidad dramática de los coyotes que trafican con personas cobrando miles de dólares.  Son parte de las redes del crimen organizado que proporcionan hasta tres intentos para atravesar la frontera.  No abundamos en las imágenes dramáticas que presenciamos cada poco tiempo de niños y hondureños abandonados a su propia suerte en el desierto, corresponde a la Fuerza de Tarea de la Niñez Migrante.  Y para ello visitará varios consulados: Nueva Orleans, Houston, San Antonio…

En 2015 se dieron 5,401 casos de menores y en abril de 2016, mil ciento treinta y ocho menores cruzando la frontera. Como complemento de esta gira-visita está el viaje que acaba de emprender JOH a Europa donde seguirá presentando su “Plan Honduras 20/20” que tiene como finalidad la generación masiva de empleos.

Por otra parte, algunos periódicos nacionales se han dedicado en los últimos días a documentar la odisea continua y antes de morir, de llegar a un albergue o ser entregados a la policía fronteriza.

La primera dama, al igual que su esposo, se está apuntando a los viajes internacionales,  dando un toque complementario al Plan Alianza para la Prosperidad que, entre otros objetivos, busca la manera de controlar y, sobre todo, reducir la emigración hacia los EE. UU.  La pregunta que tiene en mente y que explica el porqué de su viaje es para analizar el aumento de los “niños migrantes”. 

Permanentemente hondureños emprenden desesperadamente el viaje hacia el norte.  Según sus propios testimonios hay tres razones fundamentales que les mueven a salir del país: la reunificación familiar, la crisis económica y la violencia.  Hay otras muchas más, pero destacan con fuerza esas tres: “me buscaban para matarme y por salí del país”; “la falta de un trabajo me hizo venirme con mi hija de diez años”; “estaba sin dinero y con la responsabilidad de la familia”.

Por otro lado, la primera dama hace una buena lectura cuando afirma que la manera de reducir la migración es crear oportunidades en el país.  Sin embargo, no es ese el camino emprendido por el actual gobierno.  El ICEFI es muy claro al señalar que “los avances en la reducción de la pobreza son minúsculos en comparación con los resultados asignados al gasto social que sobrepasan el 10% del PIB: seis de cada diez hondureños tiene problemas laborales y el 60% de los hogares son pobres”. Complementariamente, hay necesidad de un pacto fiscal que tenga como prerrequisito la trasparencia y la rendición de cuentas. Y, sobre todo, que los gastos tengan un impacto fuerte en salud, educación y crecimiento económico.

La gente emigra porque no encuentra oportunidades en su propio país y al mismo tiempo se ha configurado un tipo de sociedad en la cual la violencia se ha convertido, triste y desgraciadamente, en el medio para resolver los conflictos.

Por eso, terminamos con  la frase inicial de la primera dama pero la dirigimos, no a los coyotes que están en la frontera de los EUA, sino a los “coyotes que, desde las instancias del gobierno y el manejo de los hilos del país hacen posible una Honduras injusta, desigual, violenta y excluyente.

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