A 130 años de los mártires de Chicago y a 62 años de la Gran Huelga de 1954, centenares se movilizaron en Dïa Internacional del Trabajo. En un pronunciamiento “Las centrales obreras expresaron que la pobreza, el aumento de la deuda interna y externa, el desempleo, la devaluación acelerada del lempira, la explotación de los obreros, campesinos, pequeños y medianos propietarios, el deterioro y la pérdida de la institucionalidad; la extradición de hondureños, la corrupción en las altas esferas gubernamentales, policiales, militares y de justicia que necesitan apoyo de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), para supuestamente tener credibilidad, la presencia de tropas extranjeras bajo la excusa de combatir el narcotráfico, la existencia de bases militares, son entre otros problemas, lo que configura una clase dominante que está haciendo méritos para que el país siga siendo una Neo Colonia del Imperio, lo cual es vergonzoso y nos obliga a rebelarnos y liberarnos de tanta humillación”.
En el pronunciamiento la Central General de Trabajadores (CGT), la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH) y la Confederación de Trabajadores de Honduras (CTH) manifestaron la necesidad de alcanzar mayores niveles de unidad, organización y movilización para recuperar las conquistas perdidas y lograr los cambios estructurales que el país necesita.
Las centrales obreras reconocieron que han sido incapaces de unir fuerzas a pesar de saber que “nos desenvolvemos en el marco de una desigual lucha de clases debido a los altos niveles de represión, intimidación, indefensión, militarización, asesinatos de dirigentes populares y violación a los derechos humanos incluyendo los laborales , que obligan y hacen necesario conjuntar esfuerzos con todos los sectores populares sobre quien recae los efectos de la crisis que hoy vivimos”.
El pronunciamiento destaca que el modelo neoliberal produce y profundiza las desigualdades sociales pues la riqueza se hace generando pobreza, impone recortes salariales, ajustes económicos que destruyen las políticas sociales y dificulta la ascensión de las clases explotadas.
“El mercado dirige la política, se privatizan los bienes públicos y el Estado se achica, deja de intervenir en la economía y reduce sus funciones a garantizar el orden capitalista imperante”, subraya el documento.
La CGT, CUTH y CTH expresaron que los resultados del modelo neoliberal agravan los niveles e inseguridad profundizados por el narcotráfico y crimen organizado, colocando estos aspectos en la agenda política como prioritarios, por encima de los asuntos de fondo como es el deterioro de la vida material, el atraso y la dependencia del país. “En este inducido clima de crispación y desesperanza, la violencia criminal es utilizada para encubrir las graves violaciones a los derechos humanos y desmovilizar al pueblo”.
“Para someter al pueblo a las consecuencias inhumanas de este modelo, necesitan un régimen represor, impositivo e intolerante que criminalice la protesta, castigue con suspensiones arbitrarias, despidos, expulsiones, amenazas y hasta con la muerte a quienes intenten revelarse. Por eso la compañera Berta Cáceres ha sido víctima de este modelo neoliberal, y por tanto su crimen tiene carácter político, lo cual condenamos y lucharemos para que no se quede impune”, subrayó el texto.
Honduras una Neo Colonia del Imperio
Agregó que la reelección o el continuismo no es solo capricho de una persona o partido, es también una necesidad de las transnacionales y del imperio para seguir profundizando el neoliberalismo que Honduras siga siendo su gendarme en el área. Necesitan privatizar lo que no han privatizado, entregar lo que no han entregado, humillarnos hasta hacernos perder la dignidad; montar las ciudades modelo para consolidar la dominación del capital transnacional en nuestra economía, militarizar la sociedad y el Estado para garantizar los intereses oligárquicos; convertir el país en un paraíso fiscal y laboral donde campee la corrupción y los explotadores disfruten de una total impunidad”.
El pronunciamiento subraya que el Estado oligárquico hondureño, concentrado y controlado por unos pocos grupos económicos, sigue sumido en una profunda crisis que trata de ocultar instrumentalizando algunos medios de comunicación, ciertas jerarquías religiosas, las Fuerzas Armadas y la policía. Esta crisis es estructural y no mediática, se ha agudizado por la penetración del crimen organizado y el narcotráfico, y el Estado estructuralmente debilitado, ha venido perdiendo soberanía y sometiéndose a la injerencia de la embajada de Estados Unidos y el Comando Sur.
Las centrales obreras expresaron que la pobreza, el aumento de la deuda interna y externa, el desempleo, la devaluación acelerada del lempira, la explotación de los obreros, campesinos, pequeños y medianos propietarios, el deterioro y la pérdida de la institucionalidad; la extradición de hondureños, la corrupción en las altas esferas gubernamentales, policiales, militares y de justicia que necesitan apoyo de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), para supuestamente tener credibilidad, la presencia de tropas extranjeras bajo la excusa de combatir el narcotráfico, la existencia de bases militares, son entre otros problemas, lo que configura una clase dominante que está haciendo méritos para que el país siga siendo una Neo Colonia del Imperio, lo cual es vergonzoso y nos obliga a rebelarnos y liberarnos de tanta humillación.
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