jueves, 5 de mayo de 2016

La represa que enciende alertas en Omoa



Sobre los bienes comunes en Honduras, han puesto la mirada lucrativa los grandes capitales nacionales y transnacionales. Y no es casual. Este país posee enormes riquezas naturales tales como petróleo, minerales, tierras y agua, que desde la implementación de las políticas neoliberales están  siendo vendidos para ser explotados por empresas multinacionales y grandes grupos económicos nacionales, con la complicidad de los gobiernos de turno.

Uno de los recursos que la población está viendo necesario defender es el agua, actualmente amenazada en por un supuesto desarrollo energético, así las cárceles para los ríos son ahora las represas hidroeléctricas. Para muestra un botón: la comunidad de Cuyamel en Omoa,  Cortés; está dando pasos firmes en la lucha contra una represa que pretende instalarse sobre el río Cuyamel. 

Después de sistemáticas acciones la comunidad obligó a la corporación municipal de Omoa, para que se uniera a la comunidad en la lucha contra la instalación de dicha represa aprobada el  2013 por el Congreso Nacional quien dio el visto bueno para la instalación de la central hidroeléctrica Cuyamel, en el departamento de Cortés, la concesión fue otorgada a la empresa Generadora Cuyamel S.A. 

Esta acción es el reflejo de lo que están haciendo cientos de comunidades frente a las posibilidades concretas de que  sigan expropiando sus riquezas,  es la misma población la que está siendo protagonista de las luchas y resistencias en defensa de la soberanía, por la protección de los  recursos aún “libres” y por la recuperación de todos los derechos que se han violentado por las decisiones entreguistas de los gobiernos.

La decisión será tomada en comunidad 

Luego de varias jornadas de protestas esta semana representantes del pueblo participaron en sesión de corporación donde expusieron sus demandas. En la reunión entre corporativos e integrantes del Comité Pro Defensa del Río Cuyamel se acordó el desarrollo de un cabildo abierto para que la comunidad se pronuncie sobre el plan hidroeléctrico. 

“Entre otros acuerdos está la conformación de una comisión bipartita entre municipalidad y nuestra comunidad para seguir los trámites para lograr  que la represa  no se construya  y blindar el municipio para que no llegue ningún  proyecto que afecten los recursos naturales”, indicó Rigoberto Mendoza, del Comité de Protección del Río Cuyamel, 

“Estamos hartos de que desde el Congreso Nacional y el Gobierno se entreguen los recursos naturales. Nosotros estamos alerta por si desde el nivel central nos quieren engañar o alargar el asunto”, indico el coordinador del Comité de Protección del Río Cuyamel. 

Consecuencias 

Represar el afluente no es la única consecuencia que trae la privatización del uso del agua. Como ocurre con otros recursos naturales, la expropiación de territorios y sus riquezas por los grandes capitales lleva implícita la ruptura de la relación de las comunidades con la naturaleza desde el punto de vista cultural. 

Pero además este tipo de proyectos asesina la biodiversidad. El biólogo Gustavo Cabrera afirma que el impacto ambiental que ha dejado la primera etapa de la Hidroeléctrica es suficiente razón para oponerse a toda costa contra la segunda parte.

A criterio del ambientalista de la Fundación Cuerpos de Conservación, instalar una segunda represa hidroeléctrica causaría serios daños al río, pues con la primera, al cerrar las compuertas  el caudal baja casi un 50%, y con una nueva represa el río quedaría sin agua.

Cabrera advierte que el impacto será negativo y perjudicial para las comunidades vecinas.  “El río ya no tiene la misma belleza que tenía hace unos diez años, dejar instalar la primera represa fue un error que hoy estamos pagando caro”, expresó el ambientalista.

Historias nefastas 

La historia de represas hidroeléctricas es la historia de la violación de los derechos básicos de los pueblos que habitaban el área inundada por cada una de las decenas de miles de represas que hoy obstruyen innumerables cursos de agua en todo el planeta. 

Es también la historia de la desaparición de numerosos ecosistemas y de la radical modificación de otros. Millones de hectáreas de bosques han quedado sumergidas bajo las aguas, afectando así a la fauna y flora locales y privando a los pobladores locales de sus tierras y medios de supervivencia. 

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