Por Rita Santamaría *
La pecera ya está terminada, la hicieron las familias involucradas en este proyecto, después instalaron el sistema de agua para luego introducir cientos de alevines que en pocas semanas estarán convertidos en unos hermosos peces. Esto es gracias al apoyo de Cafod y del ERIC, Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación, dice Adolfo Ayala, coordinador del proyecto en Nueva Suyapa, Atlántida, en el Norte de Honduras.
Adolfo junto a su esposa Mercy, son los responsables directos de esta pecera, ellos se acercan varias veces al día a alimentar a los pececillos y a revisar que todo funcione bien para lograr una buena cosecha. Al igual que ellos, otras familias de la comunidad forman parte de este proyecto.
Adolfo, dijo que están poniendo toda su dedicación a este proyecto y esperan tener mucho éxito, porque esto contribuye a mejorar la alimentación de sus familias y también porque podrán vender pescado para la autosostenibilidad del proyecto.
‘’Por el momento estamos usando concentrado para alimentar a los peces, pero estamos pensando buscar una forma para alimentarlos con algo orgánico, pues lo mejor es que ellos consuman alimentos naturales, de esa manera hasta nosotros estaremos consumiendo pescado sin químicos”, agregó Adolfo Ayala.
Neptalí es otro de los beneficiados con este proyecto y afirma que esto de la pecera es una gran idea y piensan seguirla ampliando. Asimismo contó que ya han continuado con el proyecto de las parcelas comunitarias y ahora se están diseñando para hacerlas en los solares de cada familia.
Esto les ayuda porque tendrán más cerca todo y las mujeres que son las que más pasan en casa con sus hijos e hijas les podrán dedicar más tiempo a la limpieza, siembra y cosecha de una variedad de verduras.
Cuando se le preguntó a Neptalí ¿ Y qué van a sembrar primero?, Pues le vamos a poner de todo, por eso estamos diseñándola muy bien, para que tengamos espacio para piñas, frijoles, plátanos, verduras y granos, dijo.
Cabe destacar que estas familias de Nueva Suyapa, fueron afectadas en el mes de noviembre del año pasado por las inundaciones del río Monjiman, perdiendo toda la parcela colectiva que estaba en la mejor época de su producción. Y es que tomando en cuenta la vulnerabilidad del lugar fue que las familias decidieron mejor tener su parcela en su casa, donde también se trabajará de manera colectiva y de la misma manera se distribuirá la cosecha de la tierra.
* Periodista ERIC Radio Progreso
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