Por Rodolfo Cortés Calderón *
La valiente mujer, matrona, ciudadana y política, tres veces Alcaldesa y una vez Gobernadora y Diputada por el departamento de Intibucá, Doña Austra Berta Flores, madre ejemplar de Berta Isabel Cáceres Flores, la lideresa política, feminista y ambientalista asesinada el 2 de marzo 2016, lo volvió a repetir en la patriótica Radio y TV GLOBO, bajo la dirección de los periodistas David Romero Ellner y Héctor Amador: “A Berta la asesinó cualquier diablo”.
Ya anteriormente mientras un equipo nos desplazamos a La Esperanza a finales del mes de marzo de este año, para obtener información básica para el Libro Berta Cáceres, Voz del Agua-Voz de la Tierra, ya publicado, Doña Austra lo señaló con la misma contundencia, claridad y energía: “A mi hija no la asesinaron por robo o por motivos pasionales. La asesinaron por lo que era, por sus luchas. Los asesinos son los dueños de este país y el gobierno que es su mandadero. El hechor material pudo ser cualquier diablo”.
Son esos mismos diablillos que el gobierno manda a reprimir las movilizaciones del pueblo sean militares, policías, paramilitares o “blanquitos” (grupos de choque) como ha sucedido siempre y como sucedió ante cientos de internacionalistas y de hondureños que se desplazaron a Gualcarque, Intibucá, durante la clausura del Encuentro Internacional de los Pueblos “Berta Cáceres Vive”, donde una turba de la comunidad de San Ramón, pagada por DESA y apoyada y protegida por un centenar de policías y una veintena de militares atacaron con piedras y garrotes hasta el daño físico a una docena de miembros del grupo de visitantes que llegaron para la ceremonia ritualista Lenca.
Como nadie confía ni en el Gobierno de JOH, ni en sus instituciones, sea la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas, el Ministerio Público o la Corte Suprema, no nos dedicaremos siquiera a mencionar los nombres, ni a señalar a ninguno de los 4 supuestos implicados y responsables de este asesinato, donde es común que estas autoridades corruptas agarran a cualquier marero o mafioso y lo implican en estos actos deleznables y de lesa humanidad.
Es más, desde nuestro análisis no creemos en los señalamientos hechos en contra de un “alto ejecutivo” de la empresa Desarrollos Energéticos, S.A. DESA, ni de altos oficiales de las Fuerzas Armadas, porque creemos que esta responsabilidad no es de gatitos de bajo perfil o de mando intermedio, sino, de políticos, militares y empresarios banqueros incrustados o favorecidos por los tres poderes del Estado metidos en estos negocios sucios. Aquellos que algunos insulsos llaman “autores intelectuales” y nosotros llamamos estúpidos cavernarios. Estos son los delincuentes de cuello blanco, peces gordos, que debe interesar a la ciudadanía conocer y que hay que detectar con sabiduría, hasta castigarlos.
Pero la lucha del COPINH y de los movimientos étnicos no se queda sólo en el asesinato de Berta Cáceres, implica además que el Estado debe aclarar sobre el asesinato de 5 miembros de COPINH que se le señalan a DESA y otros a nivel nacional como los compañeros de la comunidad tolupán asesinados en los últimos años y el más de un centenar de campesinos y campesinas asesinados en el Bajo Aguán, entre tantos.
Animamos a los organismos defensores de los DDHH independientes, a las organizaciones agrarias, feministas y ambientalistas a no caer en la trampa de este hábil y manipulador presidente del Ejecutivo que para todo usa estratagemas y tiene excelentes asesores extranjeros que lo hacen salir siempre en caballo blanco.
Unámonos al clamor y exigencia de Doña Austra Berta Flores que a sus 83 años tiene el valor, el coraje y las agallas necesarias para denunciar estos delincuentes cupulares y oprobiosos que se hacen llamar Gobierno y que llama a los asesinos de su hija por su nombre.
No nos conformemos con los diablillos, hay que capturar y enviar a los ergástulos a los verdaderos diablos, demonios modernos y ambiciosos satanes. ¡¡Estamos cerca de ellos y ellas!!
* Ingeniero agrónomo hondureño
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