Continúan procesos judiciales contra Ada Muñoz y Leopoldo Crivelli
La ENEE es una las instituciones que en estos días cobra relevancia social debido a las suspensiones laborales que ha iniciado y son, desgraciadamente, el regalo (neoliberal) navideño para los sectores populares organizados. Lo de “regalo navideño” lo decimos con sarcasmo, amargura y cólera reprimida pues es una auténtica injusticia que la crisis provocada a esta institución por los gobiernos, partidos políticos y clientelismos políticos se la haga recaer a los sectores organizados.
Es sabido de todos que el déficit millonario de la empresa es debido a la mala gestión gubernamental: ha sido objeto de “saqueo sistemático”, ha sido descapitalizada deliberadamente y manoseada por los grupos de poder. Como muy bien señaló un miembro del sindicato, el gobierno la utilizó como su “caja chica”. Sin embargo, lo más sencillo, como siempre se hace, es buscar un “chivo expiatorio” sobre el cual hace recaer todos los males de la institución.
Nadie va a creer que será saneada con los 55 millones de lempiras que el gobierno espera recaudar como fruto de las suspensiones laborales. Según uno de los diarios nacionales “la decisión del gobierno hondureño de separar a dos mil personas “sin trabajo alguno” dentro de la ENEE desató una verdadera guerra de acusaciones en la estatal, pues poco después el sindicato exigió también se despida de la empresa a varios “apadrinados políticos”. Según el ministro Roberto Ordoñez, estas personas “no tienen función dentro de la empresa”, la empresa no tiene la capacidad de seguir pagando una planilla mensual tan alta.
Por su parte, el sindicato de la empresa (STENEE) dijo que se estaba sacando gente humilde con bajos salarios y que se está protegiendo a “apadrinados políticos” que ganan sueldos de casi cien mil lempiras que tienen vínculos de amistad o familiar con influyentes funcionarios del gobierno. En razón de ello afirma que “el personal que tiene que irse es la gente que tiene altos salarios. Gente ganando ochenta mil al mes haciendo nada. La medida de separar a dos mil empleados es dictatorial, ilegal, política y extemporánea”. Y confirma la denuncia aportando una larga lista de “apadrinados”.
Relacionado con el tema el COHEP señaló hoy que “de acuerdo al sector privado, la caída del precio del barril de petróleo y, consecuentemente del bunker debe servir para que la ENEE aplique el “costo real de energía”. Meses atrás el barril de petróleo llegó a 112 dólares y ayer se cotizó a 73; y el barril del bunker ha caído en más del 30%. ¿Por qué no se traslada esa fuerte disminución a la factura mensual de energía?. Aunque los empresarios lo dicen interesadamente en lo que a ellos les afecta, también podemos decir lo mismo respecto al mundo del comercio y la empresa ya que justifican la subida de precios por el aumento del precio del petróleo. Es decir que el ajuste de precios es siempre hacia arriba y no hacia abajo.
En resumidas cuentas, lo que sí está claro es que el gobierno actual está utilizando la crisis de la ENEE, no para hacer un planteamiento serio y a largo plazo que afronte y resuelva el problema de la energía eléctrica a nivel nacional, sino para debilitar al sindicato y al sector popular organizado. Además, el favorecer el mundo de los “apadrinados políticos” y empobrecer a las mayorías del país pues está cobrando un “ajuste de energía” inexistente, injusto y expoliador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario