lunes, 13 de octubre de 2014
¿Por qué el Estado de Honduras pretende clausurar las radios comunitarias Garífunas?
Indígenas luchan contra colonización del siglo XXI
La red de radios comunitarias indígenas Garífunas en Honduras se comenzó a establecer en el año de 1995, e inició sus transmisiones para el año de 1997, cuando la radio Faluma Bimetu logró obtener su primer transmisor a través del esfuerzo de miembros de la comunidad Garífuna de Triunfo de la Cruz, y emitieron su primer programa en julio de ese mismo año. Faluma Bimetu se convirtió en la pionera de las radios comunitarias en Honduras, y ha logrado transmitir durante 17 años, a excepción de un corto período de tiempo, cuando su sede y equipo fue quemado y destruido, hecho acontecido el seis de enero del año 2010, durante la dictadura de Roberto Micheletti.
La red cuenta actualmente con seis emisoras, las que funcionan de forma autónoma, siendo las comunidades las propietarias de las radios y encargadas de la programación sin intervención alguna de la OFRANEH, respetando nuestra organización las particularidades de cada comunidad. No obstante las radios se enmarcan en la defensa total del territorio ancestral Garífuna y el fortalecimiento de nuestra riqueza cultura.
En las ultimas semanas se viene impulsando un emplazamiento a la Radio Garífuna Sugua de Sambo Creek. Sugua recibió una nota el pasado 17 de septiembre, señalando la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) a la OFRANEH como propietaria de la emisora. CONATEL concedió un período de diez hábiles para responder el oficio, sin embargo antes de finalizar el período otorgado, emitió un comunicado publicó señalando que estaría procediendo en contra de la OFRANEH a través del Ministerio Público.
En mayo del 2013, la radio comunitaria Garífuna Waruguma de Trujillo, recibió un emplazamiento similar, el cual también señalaba a la OFRANEH como propietaria de la emisora. Da casualidad que pocos días después, el transmisor de la radio fue sustraído de la emisora, y no logró retornar al aire hasta diciembre del año pasado; situación que dio lugar a una suspensión momentáneo del emplazamiento.
La Administración Lobo y su ambigüedad respecto a las radios comunitarias
En enero del año 2011 CONATEL comenzó una campaña mediática dirigida en contra de las radios comunitarias bajo el argumento de la existencia de un alto grado de saturación del espectro radioeléctrico dentro de la banda 88 -108 Mhz. Para el año 2013, Lobo cambia aparentemente su discurso e inicia una reforma a la ley del Sector Marco de Telecomunicaciones, con el supuesto propósito de habilitar más frecuencias para lograr una “democratización” de los medios. El anteproyecto de Ley fue rechazado por los pulpos mediáticos existentes en el país, al calificarla de un engendro para instaurar la censura, llegando a denominarla ley mordaza.
La abierta trifulca entre los grupos de ultraderecha ligados a la elite de poder hondureño, si bien frenó la imposición de la Ley de Telecomunicaciones financiada por la cooperación española, la falsa democratización del espectro radioeléctrico se llevo a efecto, concediendo el Estado una serie de licencias a Oneges, iglesias, grupos de ultraderecha y alguna que otras radios comunitarias. La OFRANEH fue “invitada” a participar en las negociaciones que se llevaron a cabo en casa presidencial. Sin embargo nos pareció una falta de ética tener que negociar la existencia de nuestras radios con una administración gubernamental que se destacó desde un inicio por la agresión en contra de nuestro territorio y cultura.
La demolición de Río Negro, Trujillo, para la construcción del Banana Coast y las presiones territoriales que surgieron alrededor de las Ciudades Modelo, la cual desde su primera versión incluyó la franja territorial entre Guadalupe hasta el Rio Sico, fue por parte de la administración Lobo un mensaje claro del plan para la expulsión del pueblo Garífuna de Honduras.
Acomodarnos a negociar la supuesta legalización de las radios comunitarias Garífunas, en nombre de una supuesta democratización del espectro radioeléctrico, mientras nuestras comunidades quedaban a merced del poder fáctico que domina este país, no era mas que una traición al pueblo Garífuna.
Algunos de nuestros compañeros de ruta se dejaron seducir por los cantos de las sirenas, que terminaron convirtiéndose en los aullidos del lobo, y su farsa democratización a través de un reglamento con visos totalitarios, pero que les ha infundido una falsa legalidad.
La red de radios que ha venido apoyando la OFRANEH, tiene una singular característica y es la de ser radios indígenas en todo el sentido de la palabra. Ya que transmiten en un idioma ajeno al oficial, además de servir para incentivar la transmisión intergeneracional de conocimientos y tradiciones culturales.
El reglamento de radios comunitarias publicado en la Gaceta Nacional, visto a la luz de la Convención Interamericana de Derechos Humanos, el Convenio 169 de la OIT y la Declaratoria de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, es ilegal, ya que pretende reglamentar la libertad de expresión de un pueblo que se encuentra sistemáticamente acosado por un Estado espurio, que pretende despojarnos de nuestro territorio y recurre a emplazar las radios Comunitarias como una revancha por los casos ante la Corte y Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Es por eso que nos parece ominoso el hecho de que en el marco de un encuentro centroamericano de periodistas comunitarios y de defensores de derechos humanos, que se llevara a cabo en los próximos días en la ciudad capital, el mismo presidente de CONATEL quien publicó el emplazamiento a nuestra organización, no solo sea el que inaugura por el Estado dicho evento, sino que además la misma CONATEL sea parte activa de un evento sobre la supuesta “democratización” de la comunicación.
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