miércoles, 8 de octubre de 2014

El gobierno defiende sus cuestionados programas sociales



Según el gobierno de Juan Orlando Hernández, al menos 130 mil familias pobres de Honduras han sido beneficiadas con Ecofogones, pisos, techos, letrinas, el bono diez mil y la construcción de casas, así lo dijo el ministro de Desarrollo e Inclusión Social, Lisandro Rosales.

“En estos ocho meses de gobierno llevamos unas 130 mil familias atendidas con diferentes beneficios a nivel nacional y también estamos en la incorporación de otros métodos que el presidente ha decidido para apoyar zonas que han tenido dificultades especialmente en el tema de la sequía que ha azotado el corredor seco del país,” expresó Rosales.

El gobierno destaca también que sus programas sociales buscan el mejoramiento de las condiciones de vida de la población en armonía con el medioambiente. “Hemos colocado filtros de agua, y estamos haciendo el acceso a agua y saneamiento a través de pilas de agua y letrinas en las casa que hemos identificado de las 835 mil familias más pobres del país, tenemos una meta de 125 mil familias por año pero también hemos avanzado con la entrega de 270 mil familias con el bono diez mil que es parte primordial para esas familias que tanto lo necesitan” expresó Rosales.

Pero los programas gubernamentales son calificados por otros sectores como programas asistencialistas y populistas que llevan disfrazados varios objetivos en el que no aparece el interés de sacar a la población de la pobreza extrema.

Luis Méndez de la Casa de los Pueblos en Tegucigalpa, es de la opinión que los programas sociales del gobierno son un espejismo, una farsa, ya que la distribución de estos recursos se hace entre los que le hicieron campaña política al gobierno de turno, entendiéndose esto como clientelismo político, ya que la ayuda se da primordialmente a familias que el gobierno tiene controladas en cada departamento.

“Lo que falta agregar a ese recurso es que esa distribución se ha hecho entre las redes clientelares, a los grupos que le hacen la campaña al partido nacional, a los grupos de choque y a todas esas familias que tienen controladas en los departamentos y en cada municipio” dijo Méndez.

Luis Méndez aseguró que se puede ver la publicidad y los anuncios donde se promocionan los proyectos como Ecofogones y Bono Diez Mil pero que al revisar a los beneficiarios resultan ser los activistas del Partido Nacional.

“Con esos proyectos buscan tener el control en los territorios de las decisiones que se van tomando en materia social y en materia económica. Es lamentable porque al final son las mismas familias que están siendo más sometidas al despojo, a la pobreza, a la indiferencia en materia de salud, en materia de educación” aseguró Luís Méndez.

La inversión que hace el gobierno anualmente en “ayuda social” es de 2,600 millones de lempiras, de ese monto se han ejecutado hasta la fecha mil 600 millones de lempiras. Para poder recaudar este dinero, el gobierno hizo la ampliación al Impuesto sobre la renta del 12 al 15%. El gobierno asegura que ya se están asegurando los fondos para el próximo año.

“El presidente Hernández le ha pedido a la Secretaría de Finanzas que priorice el tema social que comprenden salud, educación, desarrollo comunitario, agua, saneamiento, y los temas que tienen que ver con discapacidad, adulto mayor, mujer, niñez y grupos vulnerables donde se hará un incremento del 36 por ciento en toda la cartera del sector social del Estado para llegar a esas personas que lo necesitan” manifestó Lisandro Rosales.

Rosales asegura que es impresionante ver las casas de las familias pobres con un piso de tierra que genera enfermedades y que en el verano los ratones levanta polvo y en invierno los niños juegan en medio del lodo dentro de las casas. “Los programas generan un impacto profundo en el mejoramiento de la vida de los hondureños” dijo Rosales.

Pero Luís Méndez ve el tema desde otra perspectiva. “Hay un tema central que tiene que ver con la seguridad alimentaria que está ligado con la soberanía alimentaria. Es vergonzoso e inadmisible cómo en un país en el que tenemos grandes extensiones de tierras aptas para el cultivo del maíz y del frijol, estemos hoy importando frijol de Etiopía. Los pequeños productores son sometidos por estos grupos corporativos” finalizó Méndez.

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