sábado, 2 de agosto de 2014
Militarización de la Seguridad: Una política de amistad de JOH con el sector castrense
¿Cuáles son las verdaderas intenciones de Hernández al militarizar la seguridad?
Para analistas la militarización de la seguridad y la sociedad hondureña, vendría siendo como una respuesta rápida y superficial para un problema complejo. Se busca dar sensación o percepción de seguridad pero no se garantiza.
La idea de militarizar las fuerzas de seguridad del país, estuvo presente en los discursos de Hernández desde su campaña electoral: “En cada esquina de Honduras debe de haber un militar, hay que ampliar las capacidades de las Fuerzas Armadas”.
Para el sociólogo y catedrático, Eugenio Sosa, las intenciones de Hernández van más allá de buscar una verdadera solución al problema de criminalidad e inseguridad en Honduras. Hay otros elementos colaterales: mantener una estrecha relación --“muy estrecha”-- con las Fuerzas Armadas.
“Las Fuerzas Armadas salen beneficiosas de esta política, porque recobran un protagonismo que habían perdido y reciben muchos recursos adicionales al presupuesto que normalmente han venido teniendo en los últimos años; entonces les genera recursos e inserción en el poder; eso le interesa a Juan Orlando para mantener las Fuerzas Armadas de su parte”, opina Sosa.
La militarización de la seguridad en Honduras es una copia de los mismos procesos que han realizado los gobiernos de México, Brasil, Chile y Guatemala, en los cuales se ha visto que la experiencia no ha funcionado, comenta el abogado y analista, Raúl Pineda Alvarado.
Agrega que un ejemplo más claro es el caso de México, país en el que los dos últimos sexenios presidenciales la militarización ha provocado unos 60 mil muertos y el problema de inseguridad no cesa.
“En Honduras, el problema de la violencia se ha querido resolver buscando una solución manu militari, los militares no están preparados para resolver por ellos mismos el problema de la seguridad, puesto que la misma deben manejarla grupos multidisciplinarios liderados por criminólogos”, arguye Alvarado.
Alvarado explica que con la militarización se está creando un sistema de seguridad fundamentado en “un modelo inquisitivo, militarista, represivo y autoritario” que ya se estaba tratando de abandonar.
A criterio de la comisionada en retiro de la Policía Nacional, María Luisa Borjas, el actual gobierno pretende mantener una “dictadura”, que se está instalando con la militarización de las fuerzas de seguridad.
La política de seguridad del gobierno de Hernández sólo tiene un objetivo, y no es precisamente bajar los niveles de violencia y criminalidad, sino “perseguir los líderes sociales, la represión de manifestaciones, contra los gremios y contra cualquier persona que se pronuncie en contra de decisiones equivocadas de este gobierno”.
Señala que otro de los objetivos de Juan Orlando Hernández al militarizar la seguridad es la concentración del poder. “Les han entregado los bosque, pero aquí, además, están manejando el IHMA un sector importante la economía hondureña, Migración, es un tema estratégico”, dijo Borjas, quien también opinó que es una forma de traer nuevamente el sector castrense al poder.
Militarización y sus consecuencias en la economía nacional
Desde el inicio de su gobierno, Juan Orlando Hernández ha ido instaurando nuevas fuerzas de seguridad, para “hacerle” frente al crimen organizado y los altos niveles de violencia, que hasta el momento no han tenido resultado, pues a diario se registran uno o más asesinatos, asaltos, y ahora hasta quema de unidades del transporte.
La Tropa de Investigación y Grupo de Respuesta Especial de Seguridad (TIGRES), la Fuerza Nacional de Seguridad Interinstitucional (FUSINA) y la Policía Militar de Orden Público (PMOP) fueron creadas en los primeros meses de gobierno de Hernández, una acción que contradice su política de austeridad, asegura el economista y analista político, Efraín Díaz Arrivillaga.
“Lo que hemos podido ver hasta ahora, no son los resultados que uno espera: hay un incremento de la inseguridad, de violencia, la gente tiene una percepción muy insegura de la nación”, comentó Díaz Arrivillaga.
Apunta que el uso de la Tasa de Seguridad no ha sido transparente y efectivo, ya que esos fondos no han sido utilizados para resolver el problema de la violencia y la inseguridad.
“La economía está en una situación bastante complicada, ese panorama complica a Honduras. Estamos gastando un tercio del presupuesto de la nación para pagar los intereses de la deuda pública, esas son las situaciones en las que debemos trabajar”, apunta Díaz Arrivillaga.
El también ex diputado al Congreso Nacional, señala que el gobierno debe trabajar en una mejor inversión en el área de seguridad. “Me parece que no es tanto en lo que se gaste en seguridad, sino cómo lo gastamos, y qué tan eficiente es ese gasto para abordar los problemas que tenemos”.
En relación a la última petición de Juan Orlando Hernández al gobierno de los Estado Unidos de reparar los aviones Caza F-5, Díaz Arrivillaga opina que sólo es una acción para justificar el armamentismo.
“Yo creo que ya no estamos para esos enfoques, el país y Centroamérica tienen que tener un visión distinta, una nación integrada regionalmente para poder enfrentar los retos del desarrollo y los retos de la globalización con pequeñas economías”, instó Díaz.
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