sábado, 23 de agosto de 2014

Estudiantes claman seguridad en centros educativos

Estudiantes claman seguridad en centros educativos

La violencia en Honduras sigue extendiéndose a todos los sectores de la sociedad, incluso al educativo. Las extorsiones, asaltos, secuestros y hasta asesinatos han llegado al seno de las instituciones de educación pública.

Hechos comunes en los últimos meses son: asaltos en las cercanías de los colegios, extorsiones del crimen organizado y secuestros que terminan en asesinatos de jóvenes estudiantes.

El contexto se ve reflejado en las estadísticas que el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah) da a conocer, que establecen que el 50.1% de los estudiantes asesinados en los últimos cuatro años, pertenecen al sistema educativo público, del nivel medio.

Los números registran que de 765 muertes violentas de estudiantes en el país, 383 son de colegiales, la mayoría del Valle de Sula.

Ante el sangriento escenario, los alumnos han hecho un grito desesperado de auxilio, mediante una protesta organizada esta semana en San Pedro Sula, en la que aproximadamente 600 estudiantes se manifestaron por las principales calles de la capital industrial, exigiendo al gobierno seguridad en los centros de estudio.

La protesta fue acuerpada por estudiantes del Instituto José Trinidad Reyes, José Castro López, Primero de Mayo, Centro Técnico Alemán y la Normal del Valle de Sula, en conjunto con docentes y también dirigentes obreros.

Algunas de las consignas manifestaban la exigencia de más seguridad en los colegios, más preocupación y responsabilidad del gobierno por el sistema público y el retorno del pago del bono estudiantil, que ha sido suspendido en el último año.

“Apoyamos a los jóvenes en la solicitud de seguridad, respuestas concretas del gobierno, ya no se aguanta la impunidad y la vulnerabilidad a la que toda la población se enfrenta a diario en el país”, expresó el dirigente obrero Jimmy Sorto.

Gobierno responde

La inseguridad que afecta al país, tiene a San Pedro Sula como la segunda ciudad más violenta del mundo ante la comunidad internacional, no es para menos, los últimos cinco años; cada masacre, asesinato en buses, muerte violenta de estudiantes y mujeres, mantiene un ambiente de miedo en la población.

El Estado ha iniciado una política de militarización de la sociedad, que poco resultado ha tenido en el cese de la violencia en el país.

Sobre el tema de inseguridad en los centros de estudio, el Secretario de Estado en el Despacho de Seguridad, Arturo Corrales, ha manifestado que en gran parte las extorsiones, asesinatos y secuestros se deben a que dentro de las instituciones hay pandilleros que se dedican a esas actividades delictivas.

Asimismo Corrales culpa directamente al crimen organizado y al narcotráfico de ser el principal responsable de las muertes violentas en las principales ciudades del país.

Por su parte el jefe de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), en la zona norte, German Álfaro dice que ellos están haciendo su trabajo desarticulando bandas delincuenciales, pero afirma que el crimen organizado es el principal artífice de la violencia que incluye a los jóvenes de los colegios y universidades.

El caso violento más reciente fue el asesinato de la estudiante Jennifer Varela, alumna del Instituto Tecnológico Bilingüe Perfect. Ella fue raptada por sujetos desconocidos, quienes pidieron rescate a sus padres y al no tener respuesta positiva, horas después le quitaron la vida y dejaron su cuerpo en la cercanía del Estadio Olímpico.

Sobre el suceso Alfaro dijo que las investigaciones avanzan y que tienen conocimiento que en el hecho hay supuestos pandilleros implicados.

Violencia regional

En América Central; Honduras, El Salvador y Guatemala están en la lista de las naciones más violentas del mundo, por factores como: el crimen organizado, pandillas y precariedad económica que deviene de las malas administraciones gubernamentales y la corrupción.

En un video, el Servicio Jesuita para Refugiados en Estados Unidos analiza este fenómeno asegurando que en estos países, el surgimiento de las pandillas a inicio de los años 90´s, incrementaron la violencia contra los jóvenes, gracias al reclutamiento de niños de 6 años en adelante.

El problema ha llegado hasta los centros educativos, en donde las personas que se opongan a la iniciativa de las pandillas, corren el riesgo de perder sus vidas.

Flagelos de este tipo, en el caso de Honduras se agudizaron a inicio del año dos mil, donde desde el 2005 hasta el 2012 su tasa de homicidios es 12 veces superior al promedio internacional.

Crisis políticas como la del Golpe de Estado en Honduras en el 2009, fortaleció la ingobernabilidad y la violencia como punto sustancial de la crisis institucional que vive el Estado.

Por el momento, los jóvenes son las principales víctimas de la violencia. En la actualidad el clamor de seguridad sigue a la espera de respuestas del gobierno hondureño que ha centralizado todos los problemas ofreciendo la militarización como salida de emergencia.

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