viernes, 14 de marzo de 2014
Derechos de las mujeres vulneradas por la pobreza
Según el informe anual sobre la trata de personas del año 2013, Honduras es uno de los principales países fuentes de transito e idóneo para la trata de personas y trabajos forzosos.
Las niñas hondureñas menores de edad es uno de los grupos más vulnerables, para ser comercializadas en trabajos sexuales en los centros turísticos de países vecinos como México, Guatemala, El Salvador y Estados Unidos.
A esto se le suma el incremento de victimas de la comunidad Lesbiana, Guey, Bisexual y Transgenero (LGTB).
Otro componente en la ecuación es el ¨arrendamiento¨ de familias rurales que ponen a sus hijos e hijas a disposición, para que ejerzan trabajos forzosos que incluyen mendicidad, trata y explotación sexual comercial en áreas urbanas; también en la agricultura y servicios domésticos.
En el año, una cantidad considerable de hombres y niños indígenas de la zona de la Mosquitia fueron encontrados en una embarcación pesquera en aguas Jamaiquinas, entre ellos 21 niños identificados como posibles victimas de trata por autoridades de ese país. En las áreas urbanas las y los jóvenes son amenazados para integrar las maras, transportar drogas o ser entrenados para ser sicarios.
Existen reportes de incidentes de trata de personas en las Islas de la Bahía (Roatán), las autoridades han descubierto turismo sexual infantil en La Ceiba, San Pedro Sula y Siguatepeque.
Aberración
Niñas y niños Garífunas son esclavizados sexualmente en muchas zonas del país a vista y paciencia de autoridades gubernamentales, que hacen caso omiso a las denuncias que llegan a sus escritorios.
En los sectores de Colon y Atlántida, gente de gran influencia política y otros negocios compran menores de edad Garífunas como esclavos sexuales, para uso personal o para vendérselos a sus amigos extranjeros.
Las autoridades locales protegen a los violadores de los Derechos Humanos de niñas y niños Garífunas, los defensores de Derechos Humanos de esos lugares no tienen a quien acudir, además que corren el peligro de perder sus vidas.
Las favoritas para este tipo de actividad son las niñas vírgenes que tienen un precio mas alto, después de ser violadas, los tratantes contratan un cirujano para que les reconstruya el Himen a las pequeñas y así seguir vendiéndolas.
¨Parece que las niñas garífunas no tienen derechos humanos, solamente las ven como gente negra o afro descendiente, pobres¨.
La virginidad de una niña Garífuna oscila alrededor de tres mil a cinco mil dólares, en su mayoría los compradores son extranjeros y hondureños con grandes caudales económicos. Ingresa gente de Asia, Europa, Estados Unidos para saciar sus mas bajos instintos salvajes sobre los débiles, frágiles e indefensos cuerpecitos femeninos.
Estos son casos dramáticos, monstruosos, pero quien puede defender a las pequeñas victimas garífunas, si los hechores son personas poderosas económicamente.
La miseria en esas comunidades es tan grande que hay madres de familia que paren a sus hijas y las conservan vírgenes hasta los doce años, para venderlas al esclavista sexual y así agenciarse algunos lempiras, para subsistir con sus otros hijos.
Personas que lamentan la impunidad de estos crímenes, anhelan que un día se pueda investigar la aberración hacia las niñas y niños garífunas, porque es posible que se de con otros pueblos por ser de origen indígena.
¨Estamos indefensos, en un estado sin derecho para los excluidos, para las etnias para los pobres, hay mucho temor, porque los perpetradores son enormes¨.
El Estado de Honduras tiene la obligación de garantizar el firme cumplimiento de los Derechos de las y los niños de acuerdo a los convenios internacionales y leyes nacionales; pero en los últimos días las discusiones giran alrededor de mantener a los niños en los centros educativos a huevos y tortillas vitaminadas.
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