Diario Tiempo
Con la creación del Consejo Nacional de Inversiones (CNI) el gobierno estrena un mecanismo de participación pública-empresarial para motorizar, según se dice, un crecimiento económico de 6%, en relación con el producto interno bruto, PIB, en este año de gracia 2,014.
De acuerdo con las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) el crecimiento económico promedio de América Latina oscilará este año entre el 3,0% (México) y 4,0% (América del Sur), en tanto se estima en Estados Unidos de América un crecimiento del 2,8%.
América Central crecería económicamente en 3,2%, en promedio, con excepción de Nicaragua y Panamá que van por lo alto. Honduras, como regla de los últimos cinco años, anda volando bajo, con la ponderación optimista del Banco Central (BCH) del 2,8%. Todas esas cifras son, por supuesto, especulativas, y, por lo mismo, manipulables.
En el panorama mundial dentro del que se mueve Honduras, vale decir el influido por Estados Unidos –incluyendo a la Unión Europea, México y la Cuenca del Caribe--, la recuperación económica luce más lenta de lo esperado, aunque se asume un curso progresivamente ascendente. “Chi lo sa”, dirán los italianos de tan “emproblemados” que están.
Así las cosas y a mirada superficial, el objetivo de un crecimiento económico para Honduras de 6% este año parece estar en los cuernos de la luna, pero, aun así, es bueno mirar hacia las estrellas, y todavía más alto, si se puede, para acercarse al buen Dios.
La expectativa es muy ambiciosa, pero dicen que la ambición es el combustible de las conquistas. En lo que a generación de empleo corresponde, se espera redondear un millón de puestos de trabajo, para lo cual nuestro sector privado destinará la modesta cantidad de 10 millones de dólares, algo así como 200 millones de lempiras devaluados.
Hay, por supuesto, otros recursos a la mano, independientemente del combate contra el narcotráfico y el crimen organizado, como la implementación de las “ciudades modelo” (Zonas de Empleo y Desarrollo Económico) y el famoso canal concesionario de COALIANZA.
Asimismo, “Con Chamba Vivís Mejor”. Está la perspectiva, pues, de que el crecimiento económico superaría cien por cien el inalterable aumento de la población con su propulsión de pobreza.
Si se rompiera esa barrera del 2,8% de crecimiento económico vis a vis 2,6% de explosión demográfica, la economía hondureña estaría salvada. Otra cosa es lo de siempre, lo relacionado con el bienestar social y el desarrollo humano. Pero esas son malas palabras, dañosas a la fantasía, que no vienen al caso.
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