viernes, 21 de marzo de 2014

Ecuador no lo presta...



Por Roberto Quesada

“Mi forma de bromear es decir la verdad. Es la broma más divertida”.
Woody Allen, cineasta estadounidense.

Uno de los presidentes que ha forjado cambios tangibles dentro su país para el bienestar de su pueblo, el buen vivir, es sin duda, Rafael Correa, conocido cariñosamente como ‘Correa del Sur’. En Honduras la oligarquía y quienes hoy ostentan el poder han despotricado contra Correa: le han llamado de todo. Incluso, es odiado por su equivalente en Honduras a Lucio Gutiérrez, propietario de un periódico.

Revisando las redes sociales, hay malestar con Rafael Correa, por haber recibido a quien se instaló en la Casa Presidencial de Honduras, dizque viajó al Ecuador a aprender. Por supuesto, no basta un viajecito para aprender de la escuela correista, el verdadero viaje donde se podría obtener aprendizaje es al interior de sí mismo: pero en las almas despóticas la autocrítica es inexistente.

Este gobierno actual de Honduras es la misma cosa que el de Pepe Lobo, lo del continuismo todo el mundo lo sabe, pero también es lo mismo en seguir el mismo guion que le dieron a Lobo. Hubo un momento en que la ingenuidad y buena voluntad sorprendió a muchos hondureños, que Pepe Lobo es que tenía diferente estrategia, que estudio en la Unión Soviética, que era amigo de Daniel Ortega y algo así como que el socialismo del siglo XXl llegaría por decreto en manos de Lobo.

Totalmente falso: allí él y quien era entonces presidente del congreso, Juan Orlando Hernández, fraguaron la venta del país en lo que se conoce como Ciudades Modelo. Ecuador no tiene Ciudades Modelo y es un país modelo. Yo le hubiera creído de entrada a Pepe Lobo si hubiera devuelto los millones que se “condonó” (recetó) siendo presidente del congreso.

Explico a la gente que me pregunta, que el presidente Rafael Correa no es que sea ingenuo o que lo van a engañar, si no que en aras de la integración latinoamericana debe de recibir a presidentes y a remedos, pues puede haber hasta mala intención en esas visitas: ver si el gobierno ecuatoriano se niega a recibirlos para luego culparlos de ser los intransigentes, intolerantes, y amenazarlos con echarles a su Tío Sam.

A estos remedos de presidentes es fácil detectarlos, tienen las mismas características y sus mandaderos eficientes de Washington, como es el caso de Martinelli, quien no hace mucho recibió semejante puñetazo del ex embajador de Panamá en los Estados Unidos Jaime Alemán, que está siendo utilizado para la injerencia en los asuntos internos de la República Bolivariana de Venezuela.

Miren a estos “martinellis o marinellis” que son candil de la calle, queriendo dar pautas de cómo gobernar mientras en sus respectivos países la miseria abate, miren estas cifras de la ONU: “En Panamá aproximadamente 4 de cada 10 personas viven en pobreza total (36.8%) y, del total de la población el 16.6%, o sea 508,700 panameños se encuentran en situación de pobreza extrema. En las áreas urbanas del país la pobreza total y la extrema alcanzan su menor nivel, 20.0% y 4.4% de su población, respectivamente; en las áreas rurales no indígenas poco más de la mitad de los residentes es pobre (54.0%) y una de cada cinco personas (22.0%) se encuentra en situación de pobreza extrema; en las áreas rurales indígenas, casi la totalidad de sus habitantes es pobre (98.4%) y en pobreza extrema se encuentra el 90% de los pobladores.”

Y si buscamos las cifras de Honduras la situación es peor aún, entonces no es con un viajecito, de la noche a la mañana, como si Rafael Correa fuera un brujo de la amazonia ecuatoriana que con solo visitarle ya salen transformados de fascistas a socialistas, preocupados por el buen vivir de los pueblos. No, todo es parte de un plan, sabido es que estos señores no dan un paso sino se los autoriza o los manda la embajada. Y ya se sabe, que lo que natura no da, Ecuador no lo presta.

En periodismo no hay ingenuidad, y el “sarcasmo” que parece otra cosa no es sarcasmo, eso se llama tirar línea. Hay quienes ya, por el viajecito al Ecuador, hasta se atreven a hablar de reelección. Y este no es asunto para bromas, porque como bien lo dice el dramaturgo Rafal Murillo Selva: “Entre broma y broma, se mete la paloma”.
Nueva York  16 marzo 2014.

No hay comentarios: