martes, 18 de marzo de 2014

EE.UU. contraataca tras ser noqueado por la Patria Grande en la Cumbre de la CELAC


Rebelión

Por Patricio Montesinos

El régimen de Estados Unidos protagoniza en los últimos días un retardado contraataque, utilizando conocidos “periodistas” y medios de prensa a su servicio, luego de verse obligado a tirar la toalla tras ser noqueado de manera fulminante durante la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), celebrada en Cuba los pasados días 28 y 29 de enero.
Washington recibió severos guantazos de nuestra América en La Habana, de los que ahora parece pretender vengarse, instruyendo materializar campañas mediáticas contra esa aglutinadora y unitaria organización de la Patria Grande, y países como Venezuela, Argentina, Ecuador y Bolivia, entre otros, además de por supuesto la isla caribeña, la vieja espina que tiene atragantada en su garganta.

La cita de la CELAC, considerada por muchos analistas y políticos, incluso de derecha, un notorio espaldarazo a Cuba, y el fracaso definitivo de la política agresiva de la Casa Blanca contra la mayor de las Antillas, constituyeron los dos golpes más contundentes propinados a la administración norteamericana, que la dejaron fuera de combate.

La potencia decadente del norte, “liderada” hoy por el mandatario Barack Obama, fue blanco también de otros sopapos en la reciente Cumbre, entre los cuales sobresalieron que nuestra región fue declarada Zona de Paz, y que el respeto a la soberanía y la independencia de los pueblos son principios inviolables en estos nuevos tiempos.

Después de caer sobre la lona, Washington quiere ahora intentar revertir su derrota con ataques reiterativos y nada novedosos en los medios de comunicación de varias naciones latinoamericanas, controlados por emporios mediáticos en poder de las derechas tradicionales nacionales, prestas como es costumbre a cumplir los mandamientos del norte, por cierto muy bien remunerados.

Terroristas disfrazados de periodistas y vinculados estrechamente a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de Estados Unidos, como Carlos Alberto Montaner, encabezan la “afamada” lista de los protagonistas utilizados para tales embestidas, dirigidas a denigrar de las naciones que destacaron en el conclave de La Habana, y de los anfitriones cubanos.

Por citar algunos ejemplos, Venezuela y Argentina son fustigadas actualmente por la prensa ultraconservadora peruana, deschabando de las economías de ambos Estados, pero silenciando que son saboteadas por transnacionales y empresas privadas, y eludiendo referirse a lo que han hecho los gobiernos de Caracas y Buenos Aires en programas sociales.

Por su parte, el presidente Rafael Correa, denunció recientemente mentiras difundidas sobre Ecuador por medios de comunicación de Perú, donde, dicho sea de paso, la llamada libertad de información es monopolizada en un 80 por ciento por el grupo El Comercio, algo similar a lo que ocurre en la “democrática” España con el emporio Prisa, y su diario “insignia” El País.

Washington ha activado sus tentáculos propagandísticos que desgraciadamente aun posee en la Patria Grande, pero cualquier campaña de descredito que se haga bajo sus instrucciones de poco servirán para borrar el histórico nokao que le fue propinado en la II Cumbre de la CELAC.

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